Por Mario Cadenas Madariaga.-

Vivimos una situación totalmente contradictoria.

El gobierno kirchnerista, al término de una gestión de 12 años, en la que gozó de la situación internacional más favorable desde la segunda guerra mundial, parece que no tiene nada que ver con la pobreza reinante, o con los déficit de las cuentas internas y externas, ni con la inflación, ni con las reservas exiguas, ni con el final de ciclo que vivimos y la amenaza de las correcciones necesarias, en particular una devaluación indispensable.

La contradicción de la situación surge porque para el gobierno esas realidades no existen, y en consecuencia quienes las plantean a la opinión pública parece que las crearan y si aconsejan sus antipáticas soluciones quedan teñidos con sus tintas.

Hay que plantarse ante este absurdo y descubrirlo en sus en sus grandes errores, para dar una solución concreta y conveniente, convirtiendo la dificultad en una carta de triunfo.

Una advertencia indispensable.

El presente artículo está escrito a título personal pero con la convicción de que el futuro gobierno no podrá actuar alejado de sus soluciones si pretende triunfar, sencillamente porque no hay tantas alternativas.

El mercado de cambios y el futuro valor de las monedas extranjeras.

La primera información que debe proveerse a la opinión pública argentina es que todos los países mejor administrados, democráticos y con un alto nivel de vida en el mundo, tienen un mercado de cambios libre, donde la moneda propia y las extranjeras se negocian libremente, para comprar bienes extranjeros o vender las que se han obtenido de las actividades nacionales, o para viajar al exterior o para enviar dinero o para traer del exterior.

Esta experiencia revela por tanto que es el mejor sistema porque funciona con total transparencia constituyendo el más grande mercado mundial y los ajustes se producen diariamente o no, en pequeñas fracciones que permiten adaptarse gradualmente.

Por el contrario las naciones que han limitado la libertad de comercialización de su moneda, es porque sus economías no producen las divisas necesarias. Entonces el Estado es el que decide que se importa o no, y lo hace siempre cometiendo errores y corrompiéndose.

Los que defienden el sistema de control, sin dudar, son los menos conocedores del tema y no saben como salir del control y avanzar a un sistema de mercado libre de cambios.

La liberación del mercado cambiario se estima que producirá una elevación del dólar a 15 pesos es decir que será una devaluación del 50%. Y en adelante el nivel de precios se mantendrá por la eliminación paralela de la inflación. Será la primera vez en la historia argentina que una devaluación se acompaña de un plan antiinflacionario y con amplio crédito bancario. La mayoría de las devaluaciones argentinas fueron del 300% (1955, 1959, 1975, y 2002, computando su proyección sobre seis meses -sin mencionar la de 1989/90 que fue muchísimo mayor-, porque ninguna se acompaño de un plan efectivo de estabilidad y una amplia expansión del crédito bancario.

Esto hará que toda la actividad productiva se restablezca inmediatamente, a diferencia del 2002 y 2003, y de todas las grandes devaluaciones anteriores (1955; 1959; 1962; 1966; 1975, 1976; 1981, 1989/90; 1991).

La devaluación del 50% producirá en el índice de precios al consumidor un alza no superior al 12%, porque se limitará a los precios de los productos de exportación y de importación. Los demás productos no tienen porque moverse y no podrán hacerlo por la incidencia de la política anti inflacionaria.

Esta incidencia se le compensará al sector del trabajo y jubilados con un aumento por decreto POR LO QUE NO TENDRÁ NINGUNA INCIDENCIA SOCIAL NEGATIVA. Solo producirá un mínimo aumento de la participación de los salarios y jubilaciones en el PBI, lo que dado los niveles actuales carecerá de trascendencia económica pero evitará que la reforma la paguen más débiles, En realidad no la pagará nadie sino las utilidades que resulten del cambio del sistema económico.

Los impuestos a las exportaciones y otras limitaciones.

Con los impuestos a las exportaciones sucede algo parecido, en el sentido que ningún país bien administrado grava sus ventas al exterior porque esta es la forma natural de tener divisas extranjeras que son indispensables para comprar todo lo que el país importa. Si no se exporta lo suficiente el país tiene que endeudarse para importar o dejar de importar, que son dos malas alternativas.

La inmensa mayoría de los países tienen sistemas para estimular las ventas al exterior. Esta experiencia mundial señala el error argentino en gravar sus exportaciones. Todos los países gravan con impuestos la actividad interna o las importaciones, pero nunca las exportaciones. En la Argentina se comete este error desde hace mucho tiempo.

Con la eliminación de las retenciones su efecto social será casi nulo por la escasísima incidencia de la soja en la alimentación humana y porque en todo este capitulo habrá una traslación del efecto del sector exportador al empresariado dedicado a las actividades internas, que deberá ceder gran parte de la participación que adquirió en la economía cerrada del kirchnerismo. Esto se ve claro en el precio del trigo y del pan; del ganado en pie y de la carne al consumidor y de la leche al productor y al consumidor. Lo mismo sucede en los precios de las frutas y hortalizas.

Después de la devaluación y la eliminación de las retenciones, los precios al consumidor no se moverán o lo harán en un porcentaje muy pequeño, porque las utilidades que tienen hoy la cadena de comercialización interna son muy elevadas, y tendrán que resignarlas, por la estabilidad monetaria y la competencia.

La estabilidad monetaria y cómo lograrla.

La inflación que es el crecimiento generalizado de los precios, es considerado un grave error en la administración de todos los países y es causado por la emisión de dinero que realizan los Estados superior a la producción de bienes y servicios en el mismo período. Ese excedente de dinero es el que permite la suba de los precios. Produce pérdidas al que ahorra, e incertidumbre a todos porque no saben que precios son justos, porque la alteración de valor siempre es irregular.

La inflación es combatida por todos los países, tratando que no exceda del 2% o 3% anual, y la Argentina se encuentra en el 25%, siendo la segunda más alta del mundo.

El responsable es el Estado kirchnerista porque solo él es que emite dinero. Para interrumpir la inflación se debe dejar de emitir por encima del incremento del PBI, lo que cuesta porque ese dinero es un ingreso del estado para pagar sus gastos.

Por eso para terminar con la inflación se debe dejar de emitir, pero también bajar el gasto que se pagaba con la emisión.

El equilibrio del Presupuesto Público y cómo alcanzarlo.

Para equilibrar el presupuesto se debe aumentar los ingresos que son impuestos sustancialmente, y/o bajar el gasto. De lo contrario se debe recurrir al endeudamiento o la emisión.

El déficit actualmente en nuestro país, es aproximadamente en dólares a 30.000 millones, sobre un presupuesto de U$S 150.000 millones. Ese déficit desaparecerá por la reducción del gasto -por reducción de los precios de las compras por efecto de estabilidad y el pago puntual; por ahorros en diferentes conceptos, entre la renegociación de la deuda; por la reducción de los subsidios a las empresas de luz, gas y transporte; por incremento de la recaudación debido al crecimiento.

Con esto se equilibrará el presupuesto a pesar de la eliminación de las retenciones, y el aumento de la inversión.

La situación de la industria y demás sectores dedicados al mercado interno.

De ahora en adelante los motores de la economía se hallaran en los sectores exportadores, de bienes de toda naturaleza, pues son los que demuestran tener el nivel de productividad necesario para competir en el orden internacional y producir para el mercado interno con el mismo nivel.

Estamos en vísperas de los más importantes acuerdos internacionales de libre comercio para toda la zona del Pacifico y del Atlántico y la Argentina debe formar parte de ellos para poder crecer. Es indispensable aumentar el nivel de productividad actual de muchas de sus actividades.

Para realizar esta enorme transformación del sector empresario argentino se utilizará el crédito bancario interno al sector privado, el que en cuatro años se elevará -siempre en pesos- del equivalente actual en dólares de 63.000 millones a 470 mil millones de dólares -es decir, del12% del PBI al 60% en el 2019. En los próximos cuatro años (2019-2923) al 90%.

Tenemos hoy el más bajo nivel de crédito interno al sector privado igual al 12% del PBI, contra no menos del 100% del PBI en los países desarrollados o el 80% en Chile. El responsable de esta política es la concepción de economía cerrada de la que participa el kirchnerismo, que en materia crediticia neutraliza el aumento natural del crédito bancario, absorbiendo los excedentes que se debían prestar.

400.000 millones de dólares, serán para modernizar la industria, el agro, el transporte, la construcción, y todas las demás actividades privadas y resolver el problema de la vivienda. Ese dinero lo generan los depositantes argentinos, que recibirán intereses justos por sus ahorros, todo a través del sistema bancario actual.

La actividad bancaria multiplica el dinero porque de los depósitos que recibe, reserva en caja el 10% y presta el 90%. Este 90% vuelve a los bancos y se hace la misma operación. Asi una suma de 1 millón de pesos, se transforma en 10 millones de pesos en diez operaciones de depósitos y créditos. Esto se llama el multiplicador bancario.

Hoy muy pocos toman créditos porque no hay actividades rentables, y por tanto pedir créditos equivale a aumentar las pérdidas. Por eso si bien la cantidad de billetes y monedas, es suficiente, la cantidad total de dinero -billetes y monedas más depósitos bancarios- es de sólo el 25% del PBI y la cantidad de créditos al sector privado es del 12% del PBI, y lo demás son créditos al sector público a través de títulos y excesos de liquidez que retienen los bancos, por la incertidumbre que presenta el futuro. Las operaciones comenzaran por la venta de los títulos y la reducción de la liquidez de los bancos para aplicarlos a préstamos. Estas disponibilidades hoy son superiores a 300.mil millones de pesos.

La recuperación del crédito externo se logrará con la mejor negociación de todas nuestras obligaciones impagas en un brevísimo plazo.

La situación del interior del país frente a la reforma.

Todo el interior del país, incluida la Pampa Húmeda -donde vive la mayor parte de la población argentina- se beneficiara con la reforma económica por las siguientes razones:

1) Por la valorización de su producción.

2) Por la extraordinaria ampliación del crédito bancario.

3) Por la construcción de la red de autovías, 10.000 kilómetros de vías férreas y los puertos de aguas profundas, y los demás marítimos y fluviales, que abarataran los trasportes. Por las inversiones para mejorar el territorio

4) Por la reducción relativa del gasto público.

5) Por el mejoramiento de la educación.

CONLUSIÓN

El kirchnerismo muestra su fracaso con la situación que presenta el país, a la que hay mostrarla en su más cruda realidad, sin ninguna concesión. En esto la oposición esta en falta.

Frente a la cual y como solución hay que mostrarle el nuevo proyecto de alto crecimiento y bienestar que comienza con una corrección del modelo oficial, para adoptar el de las democracias exitosas, y llegar a ser en 12 años, una nación desarrollada con un sector del trabajo que triplicará el valor de sus retribuciones en moneda estable.

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