Por Mario Cadenas Madariaga.-

La democracia argentina.

Nos proponemos analizar el significado y la trascendencia que tiene Mauricio Macri como Presidente electo de la Nación y como creador del partido político que lo llevó a este resultado.

Partidos políticos nacionales con pretensiones presidenciales ha habido muchos, y para no remontarnos demasiado en el tiempo, citemos a la UCEDE de Álvaro Alzogaray, el Partido Federal de Francisco Manrique, Procrear de Ricardo López Murphy, o la Coalición Cívica de Elisa Carrió, todos con participaciones importantes en elecciones presidenciales, pero ninguno consagrado con el éxito. Cabe destacar que el Ingeniero Alzogaray supo darle un contenido a su partido de gran envergadura teórica, vinculada estrechamente al ideario de la moderna democracia alemana.

El papel jugado por los grandes partidos políticos en la historia argentina

La democracia argentina nació hace 155 años con la elección de Mitre como Presidente de la Nación, seguida de la de Sarmiento, ambas resultado de elecciones del Congreso o de comicios populares, aunque había restricciones para el ejercicio del sufragio, al igual que en el reducido grupo de países en que se practicaba la democracia, pues en la mayoría gobernaban regímenes monárquicos.

Desde entonces a la actualidad, solamente en 22 años, intercalados, no gobernaron presidentes electos por el voto popular, pero en los 133 años restantes, los presidentes fueron electos en comicios o por el Congreso, con diversas impugnaciones a su legitimidad.

Esta es la verdadera antigüedad de la democracia argentina, y no el reducido período de los últimos 32 años, en que varios presidentes fueron depuestos por golpes populares o minorías poderosas. (Alfonsín, De la Rúa, Rodríguez Saá y Duhalde).

Esta arbitraria calificación es otra deformación deliberada para sustituir nuestras viejas tradiciones por otras recientes sin ningún valor.

Los partidos fueron los que rigieron la vida política del país

La democracia requiere la pluralidad de los partidos que en un principio fueron el partido Nacional fundado por Mitre y el Partido Autonomista fundado por Adolfo Alsina En la segunda de estas fuerzas nacieron todos los presidentes, desde Avellaneda hasta Sáenz Peña, y solo Mitre y Sarmiento fueron fruto de grandes acuerdos multipartidarios. Después la Unión Cívica Radical designa tres presidentes, (1916, 1922 y 1928). En la década del treinta los dos presidentes Justo y Ortiz, de origen radical son consagrados por una coalición de fuerzas partidarias -conservadores, radicales anti personalistas y socialistas independientes-. En la segunda posguerra los presidentes electos son radicales y peronistas, con un encasillamiento particular para Frondizi.

Observemos lo siguiente: este largo período de 133 años de gobiernos electivos, hubo cuatro sub-períodos, en los que gobernaron los nuevos partidos, nacidos en el origen de cada uno, con la alternancia del partido opositor, en el último.

Es decir, el partido Autonomista Nacional, nuevo en 1874, gobernó desde Avellaneda hasta Sáenz Peña en 1916, es decir 42 años; la UCR nuevo en 1916 gobernó 14 años hasta 1930; la Coalición a su vez de 1932 hasta 1943; el justicialismo, nuevo en 1946, gobernó hasta 1955, y luego con alternancia 26 años más.

Solamente el MID, no obstante el interés de la tesis desarrollista, gobernará solamente cuatro años, para no volver más a conducir el país.

En este año, el PRO ha ganado la Presidencia de la Nación, con una propuesta de cambio, no suficientemente desarrollada, pero con una clara orientación republicana y liberal, contraria a la concepción populista del kirchnerismo.

¿Cumplirá con la ley de permanencia que la historia argentina ha reservado para todos los nuevos partidos que llegan a la Presidencia de la Nación, excepto el MID?

El breve historial del PRO

El PRO nace en el año 2003 cuando aún se sufría la crisis iniciada en el año anterior, las más grave por sus consecuencias políticas, económicas y sociales de las últimas décadas, que había originado en la población una enorme indignación contra la conducción de todos los partidos tradicionales.

Fue fruto de la iniciativa de un joven ingeniero de 44 años, Mauricio Macri, alto ejecutivo de empresas de construcción y automovilísticas fundadas por su padre, y recientemente dedicado con gran éxito a la administración de uno de los clubes de fútbol más populares de la Argentina, Boca Juniors. Esto había hecho de él una figura conocida y muy estimada por millones de entusiastas seguidores de ese deporte, el más popular de la Argentina. Fue una iniciación sin precedentes en la estima y el conocimiento de las grandes mayorías.

Con este antecedente, con un grupo de amigos, entre otros Rodríguez Larreta que aporta un conjunto de profesionales llamado el Grupo Sofía, dedicado al estudio de los problemas públicos, y una experiencia en la Administración de la ANSES durante la Presidencia de Menem. En la estructuración de la nueva fuerza surge espontáneamente el liderazgo de Mauricio Macri, lo que facilita la cohesión.

A juzgar por el nombre dado al partido -“Compromiso para el Cambio”- en abril del 2003, observamos que ésta es la idea central de la nueva organización, que tendría una fuerza renovada en las elecciones del 2015.

Los objetivos de la nueva agrupación se centró en la Capital Federal y ese año se presentó a las elecciones de ese distrito, acompañado por Rodríguez Larreta como vice, y en primera vuelta obtuvieron la primera minoría con el 37% de los votos, contra el 33% de Ibarra y Telerman, pero en la segunda vuelta las prioridades se invirtieron e Ibarra obtuvo del 51% y el Macri el 48%. De cualquier manera para una agrupación recién fundada en un distrito en que únicamente se conocía la participación de los radicales y justicialistas, era un gran éxito, que le aseguraba una participación importante en la Legislatura de la Ciudad, permitiéndoles prepararse para la conquista del gobierno de la Ciudad en la próxima elección del 2007.

Para este resultado la conducción del PRO, aprovechó una combinación de circunstancias muy favorables. Una, el desprestigio de los partidos, en particular del oficialismo local; segundo, centrarse en el acceso al gobierno de la Ciudad; tercero, la secreta aspiración al cambio en la población; la publicidad que tiene toda la vida de la ciudad Capital en el resto de la Nación, y en definitiva como el distrito más rico, su natural autonomía del Gobierno Nacional que sería opositor a la gestión.

Pero al mismo tiempo se preocupó de escapar a los estereotipos partidarios vigentes -conservador, peronista, radical, socialista- pero utilizar la vacancia política que existía, para ser una nueva fuerza centrípeta para atraer a la juventud sin compromisos ideológicos o partidarios. En esta forma se alimentaron de afiliaciones de todo origen, mas una gran masa de independientes.

Ello no excluyó aunar las incorporaciones con otras organizaciones partidarias, de poco arraigo, como el Partido Federal fundado años atrás por Manrique, y Recrear la agrupación fundada por Ricardo López Murphy, frustrado ministro de Economía del Presidente Fernando de la Rúa. A partir de entonces adopta el nombre de PRO, sigla correspondiente de la designación adoptada Propuesta Republicana.

Mauricio Macri

Puede considerarse un hombre afortunado. Nació en una familia acomodada, heredero de un patrimonio importante y antecedentes familiares de largo arraigo, por parte de su madre, que le dieron una tradición que compensó el perfil netamente inmigratorio de su padre, un empresario formado sobre un extraordinario espíritu emprendedor y una gran capacidad organizativa y competitiva, que le permitió formar uno de los grupos económicos mas poderosos de la Argentina.

Educado en buenos colegios, con un grupo amplio de amigos formados en el mismo medio, para terminar sus estudios universitarios en la Universidad Católica Argentina, recibiéndose de ingeniero civil. Sus estudios los completó en EEUU en las Universidades de Columbia en Nueva York y de Princeton en Filadelfia. En esta etapa de su vida no tuvo participación en los conflictos universitarios, ni una desviación hacia entusiasmos de izquierda, muy frecuentes en esta etapa de la juventud. Su carrera fue ordenada y normal, practicando deportes, una activa vida social, sin obtener laudos universitarios especialmente distinguidos.

Recibido de ingeniero, rápidamente se incorporó a la actividad empresaria, en las primeras escalas de empresas y bancos locales, para pasar inmediatamente a las de su padre, donde hizo carrera, más por dedicación y capacidad personal, que por razones de parentesco, entre otras circunstancias, porque Franco Macri nunca pensó en cederle la conducción de sus empresas, decidido a retenerlas para sí por mucho tiempo más. Esto fue señalando una creciente conciencia de autonomía en su desarrollo personal.

La difícil década de los años setenta, lo pasó en el colegio secundario, pero debieron trascender hasta su experiencia el clima de inseguridad que se vivía, en particular a partir del año 1973, cuando el país fue un aquelarre donde todos estaban inseguros. Pero nada de este clima le alcanzó directamente.

A principios de la década del ochenta, a los 23 años se casó con Ivonne Bordeu y de este matrimonio nacieron tres hijos. Se separó y volvió a casar con Isabel Menditeguy y recientemente, hace cuatro años, se separó y contrajo nuevas nupcias, con Juliana Awada, con la que tiene una hija.

Un episodio que le sucedió en 1991, a los 32 años, un secuestro extorsivo en el que lo mantuvieron 12 días encerrado en condiciones pésimas -mientras se negociaba su liberación por seis millones de dólares-, tuvo una gran trascendencia en su vida, según propia confesión, obligándolo a replantearse su dedicación exclusiva a sus círculos -familiar, empresario, o social-, impulsándolo a ocuparse en adelante de lo que le sucedía a la sociedad de la que formaba parte.

Presidente de Boca Juniors

La desviación de sus actividades tradicionales no lo concretó hasta1995, en que decide comprometerse presentándose a la elección de la Presidencia del Club de fútbol Boca Juniors y la gana. Esta vinculación le llevará más de diez años y se dedicó a ella con notable interés y éxito, tan difícil de alcanzar en un medio en que la capacidad competitiva de los argentinos es sobresaliente. Pero él llevaba una contribución excepcional que era su capacidad de conducción y de organización, más su honestidad para manejar un deporte que por la magnitud de las cifras que manejaba había sido invadido por un alto nivel de corrupción.

El saldo positivo de esta incursión, es lo que lo convirtió de un desconocido para el público en general, en un personaje altamente valorado por su contribución al éxito de un club deportivo que tiene millones de adherentes. A partir de ese momento tiene abierta la puerta para incorporase a la política nacional.

La personalidad de Mauricio Macri

¿Pero quién es Mauricio Macri realmente en el año 2003, cuando decide iniciarse en la política?

Es un hombre de 44 años, ingeniero civil de profesión, con experiencia en la conducción de empresas, un aceptable capital político por su gestión en Boca Juniors, que piensa que el escenario es favorable a la creación de una nueva fuerza por el desprestigio de los partidos tradicionales, y que propone como solución su desplazamiento del poder por una nueva conducción.

No trae un esquema de soluciones integrales, no tiene un pensamiento escrito con la explicación de los problemas argentinos. No se distingue por su oratoria, se expresa con sencillez, se limita a ofrecer el cambio, con nuevos elencos que reputa muy bien formados, y escapa a las tesis y antitesis, históricas o partidarias tan caras a los argentinos. Es un práctico o pragmático que confía en la vitalidad de la sociedad y del país si se la conduce con eficiencia. Por el nivel de las empresas en que se ha formado predomina en su formación una visión universal lo que constituye una gran ventaja para superar las visiones empobrecidas por un gran localismo, tan generalizadas en nuestro medio.

Desde un principio impuso su personalidad sin provocar divisiones -con excepción del retiro de Ricardo López Murphy- y logró un acuerdo con los radicales y la Coalición Cívica, seguro de no perder la conducción. Posiblemente la decisión más difícil fue rechazar un acuerdo con el Frente Renovador, pues fue un acertijo respecto de como se iban a inclinar los votantes de este partido de tradición justicialista en un ballotage final. Pero su visión fue confirmada por los resultados de la elección del 22 de noviembre.

Ahora se inicia una nueva etapa, con enormes desafíos, para superar una situación critica de la Argentina, y con poco margen para los errores. Promete hacerlo con la misma metodología que se ha desempeñado en toda su vida, trabajando en grupo con otros directivos bajo su conducción, con la seguridad de que los problemas serán superados. Es la primera vez que un empresario es Presidente de la Nación, con la gestión previa durante ocho años, en la Ciudad Autómata de Buenos Aires, en la que finalizó exitosamente.

Share