Por Mario Cadenas Madariaga.-

En política como en cualquier otro orden, es necesario salir de las especulaciones de corto plazo para razonar sobre una perspectiva de mediano o largo plazo. No sólo ilustran sobre el futuro probable sino que ayudan a tomar las mejores decisiones en el presente.

A continuación razonaremos sobre las distintas hipótesis que se plantean con relación a las próximas elecciones presidenciales y que no se dilucidan ante la opinión publica.

Las hipótesis frente a las encuestas y la conducta de los candidatos

Las encuestas dan por ganador a Scioli el 9 de Agosto, con una votación por debajo del 40%, seguido por Macri cinco o seis puntos por debajo y tercero a Massa, separado por cuatro o cinco puntos, a su vez del segundo.

Macri ha declarado que es imposible ganar y Massa muestra una conducta más convencida sobre su suerte electoral.

Frente a este escenario, el primer supuesto es que si la oposición se une, gana el gobierno el 25 de octubre. La segunda hipótesis es que si no se unen es porque en esta ocasión no quieren el gobierno, al menos por parte de quien se oponga al acuerdo.

Puede que haya una posición intermedia por parte de Macri y es si, no obstante la falta de acuerdo, puede obtener la mayoría en un balotaje, con el voto de toda la oposición. Lo cual también es posible pero expone a todo el país, a un error de cálculo, sobre el comportamiento del resto de la oposición, frente a un partido que quiere forzar la voluntad de los demás en su favor.

La hipótesis de Scioli presidente

Examinemos la hipótesis de que Scioli gane. Evidentemente va a hacer, forzado por las circunstancias, las correcciones que necesita la economía -devaluación, ajuste fiscal y monetario-, lo que tendrá un costo político importante como lo enseña la experiencia de Brasil, más grave en nuestro caso.

Esto se debe a que la única forma de realizar el cambio, sin costo social es cambiar radicalmente el modelo -como lo hemos propuesto-, lo cual está muy alejado del pensamiento de Scioli y toda la estructura que lo sostiene.

Frente a esta perspectiva la principal oposición (el PRO y del FR) se enfrentará a la siguiente alternativa: sostener a Scioli o no prestarle su apoyo. La primera es imposible porque sería apoyar al gobierno contrario, comprometiéndose con un plan terriblemente impopular y sin perspectiva de éxito. El FpV tampoco querrá comprometerse y Scioli tendrá la única alternativa de gobernar con decretos de necesidad y urgencia que pondrá de relieve su personal y casi única responsabilidad.

La oposición a Scioli

Hay indicios de que el PRO piensa hoy que llegar al poder en las presentes circunstancias es hacerse cargo del gobierno en la peor oportunidad. Al menos siguiendo la manera de pensar de su iluminado consejero Duran Barba, porque en su concepto la función de la política no es cambiar las circunstancias, sino adecuarse a ellas. Evidentemente este señor no puede inspirar a un reformador político, que es lo que necesita hoy la Argentina.

Ahora bien, como hipótesis, si para el PRO la mejor alternativa no es el gobierno, queda solo la oposición. Pero ¿tiene Macri las condiciones de un político capaz de conducir la oposición? ¿Es o puede llegar a ser un parlamentario que conduzca el parlamento donde se libraran las principales batallas? ¿O el carisma para influir en la opinión pública, o en la conducción de las demás agrupaciones? ¿O es lo que parece un temperamento esencialmente ejecutivo que se expresa mejor a través de lo que gestiona?

Este es un aspecto en el que no se ha pensado. Sin embargo es fundamental. No tendrá la Ciudad que esta en manos amigas pero distintas. No tiene ningún otro gobierno. No tendrá acceso a ninguna de las grandes embajadas. No puede volver al fútbol. Quizás podrá viajar, tratando de imitar a Aznar y aprender y enseñar sus experiencias.

En un próximo período gobernado por Scioli la oposición estará en manos de los partidos de centro izquierda y de izquierda. El empeoramiento de la situación económica y la menor presencia de las clases medias, por la reducción general de los ingresos, contraerá el espacio social propio del PRO. Y por tanto reducirá su importancia política

En definitiva en el PRO especular con la oposición al futuro gobierno es un total desatino.

El fracaso de Scioli se proyectará sobre todo el peronismo no kirchnerista

El fracaso de Scioli en la presidencia se debe descontar. Ha sido puesto en ese lugar para que haga el trabajo sucio, que el kirchnerismo ha logrado postergar. Su derrota producirá un giro a la izquierda que va afectar también profundamente al peronismo no kirchnerismo dentro de ese enorme espacio. Se abrirá la oportunidad que las juventudes subversivas esperaban en la década del sesenta y del setenta y que ahora está representada por la Cámpora.

Argentinos, reflexionemos.

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