Por Luis Alejandro Rizzi.-

Así como el dilema del huevo y la gallina será eterno, creo que por el contrario no tiene sentido discutir del éxito o fracaso de las encuestas, por la sencilla razón que no hay creencias ni pertenencias; diríamos con Zygmunt Bauman que la gente está líquida, hoy piensa esto y mañana lo otro y pasado lo contrario.

El error está en seguir encuestando.

Si podemos advertir referencias y tendencias, las últimas PASO nos dan dos o tres elementos importantes.

El primero: 15.223.192 votaron afirmativamente, quiero decir eligieron, pero 20.081.822 votaron por Milei -7.116.352-, 11.388.237 se abstuvieron de participar y 1.477.273 votaron en blanco, “votaron al Sr. Nadie”.

El segundo dato, el oficialismo -UxP- o el peronismo y JxC perdieron desde 2019 seis y cuatro millones de votos en números redondos. Este dato es más grave para JxC que para el peronismo, porque estaría anunciado el fin de lo que nació como “coalición del ballotage”, marca registrada por Ignacio Zuleta y nunca pudo llegar a ser una alianza política; se quedó en lo instrumental y en el personalismo. JxC, mal o bien, baila al ritmo que impone Mauricio Macri, no sé si por su voluntad o por la subordinación, que siente el PRO ante su persona.

Además, el PRO se consideró dueño y señor de ahora JxC, a tal punto que la interna de la coalición fue entre dos precandidatos “proístas”; los demás partidos fueron espectadores de esa interna, siendo probable que los votos de Patricia se identifiquen con Macri y los de Larreta, más con la UCR y algún costado del peronismo que busca reidentificarse luego de la experiencia K, que lo puso al borde de la disolución o en estado de asamblea. Creo difícil que Patricia pueda heredar los votos de Larreta, sólo algunos.

Es probable que Juan Schiaretti pretenda liderar a un peronismo “remodelado o reciclado”, pero para ello debería lograr, como mínimo, una base de votos del 20%, lo que parece muy improbable.

Me animo a decir que JxC es un fracaso cultural y también me animo a decir que esta puede ser su última participación como tal, en una elección. La decisión de Jorge Macri de designar como su vice a otro afiliado al PRO es un presagio de ruptura. Si esa candidatura fue sugerida por Larreta, serían dos presagios…

Alguno me dirá: “pero el gobierno cristinista, peronista, albertista o massista o como se lo llame fracasó peor”, pero pasa que los fracasos no se ponderan en mejores o peores, simplemente son eso “fracasos”. Pensemos que los diez millones de votos que perdieron ambas coaliciones, desde 2019, podrían estar en los once que se abstuvieron.

Agregaría que es más comprensible el fracaso “peronista” que el de JxC, ya que uno tiene historia, como decíamos antes, y esta coalición diría es “nonata”, no pasó de “feto político”, dado que no se consolidó ni como partido ni como “alianza política”, en las PASO abortó.

El último y tercer dato es que los 7.116.352 que obtuvo Javier Milei parecen más bien un piso que un techo, porque ahora todo indica que, como mínimo, estará presente en el ballotage con posibilidades probables de ganar en primera vuelta.

Si sigue la tendencia, UxP-Massa seguirá perdiendo votos, pero también los seguirá perdiendo JxC.

En la Provincia de Buenos Aires hay otra cuestión. Si Milei y JxC van con sus candidatos, es posible que reelija Kicillof, pero ¿tienen materia prima para negociar, teniendo en cuenta que Píparo tuvo más votos que Grindetti y Santilli individualmente?

En este momento no cabe conjeturar sobre si Milei, eventualmente elegido presidente, podrá gobernar. Me parece de muy mala leche establecer la duda de antemano.

¿Qué expresa Milei?

Diría la desnudez de nuestro sistema político, que funciona mal. Milei se animó a poner en tela de juicio desde la “casta”, en cierto modo, toda la dirigencia argentina, que tiene sus buenas responsabilidades, hasta el Conicet, las empresas del estado, pasando por el Banco Central, los ministerios y toda la burocracia que sólo tiene valor como militancia oficialista, en particular en varias provincias, algunas de las cuales parecería que han despertado de su letargo feudalista.

Milei destapó la “CAJA ARGENTINA”. Están saliendo a la superficie todos nuestros vicios, pecados e hipocresías. Pero no lo hizo por curiosidad como Eva de Adam o Pandora; lo hizo fría y racionalmente y puso en evidencia “todo lo que somos”. Ahora habrá que seguir siendo así o cambiar.

Milei o quien sea sólo podrá gobernar si tiene aptitud y paciencia para liderar un proceso que debe ser el comienzo del comienzo de algo diferente y bueno a la vez, dos condiciones necesarias en conjunto.

Más que especialistas nos hacen falta dirigentes con “cultura general”; no confundamos con charlatanes que sepan guiar a los especialistas…

Dos palabras. No prejuzguemos a Milei. Le falta cultura, como a Patricia y Massa. Eso podría significar que los once millones que no votan sigan absteniéndose y los que votaron en blanco sigan votando al Sr. Nadie. En esa perspectiva, el ballotage será entre Milei y Massa. JxC se disolverá y el PRO, probablemente también. Córdoba puede ser otro presagio; no sería un «cisne negro» y la CABA ¿será sinónimo de PRO?

El pecado del PRO fue el de no abrir la caja argentina. La espió y la volvió a cerrar. ¿Fue el error de Jaime Durán Barba o de Mauricio Macri que selló su suerte el mismo 10 de diciembre de 2015?

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