Por Hernán Andrés Kruse.-

Estamos en presencia de un nuevo capítulo de la larga lucha entre el kirchnerismo y la corporación judicial. El lunes la vicepresidenta de la nación destacó las bondades de un artículo de Irina Hauser publicado por Página/12 ese mismo día. Su contenido le vino como anillo al dedo ya que coincide con su diagnóstico de la situación judicial: la corporación está alineada con el ex presidente Macri en su afán por sacarla de la cancha para siempre.

Recordemos algunos de los párrafos más destacados del artículo ensalzado por CFK. “Un sector dominante de Comodoro Py y del Poder Judicial en general se exhibe por estos días en “Modo Macri”. No está claro tampoco si alguna vez salió de esa posición. Tal vez no, y todo se haya tratado de una temporada menos agresiva a la espera del devenir de la vida política y económica (…) Cuando decimos “Modo Macri” hablamos de jueces/as y fiscales/as que actúan como si Mauricio Macri o algún otro referente de la oposición estuvieran por ser o ya fueron gobierno. Son funcionales a Macri en sí, que de hecho ha sido beneficiado con decisiones judiciales, pero se trata de una forma de actuar desde una parte del sistema judicial, que excede a su figura, que es servil a las pretensiones de la derecha en tiempos pre-electorales y al poder económico y mediático que denostan al peronismo y al populismo”.

Según Hauser un sector dominante de Comodoro Py y del Poder Judicial en general está al servicio de los intereses del orden conservador. Un buen número de jueces y fiscales orientan su accionar en función de aquellos intereses. Son, por ende, sus empleados. Desde hace mucho tiempo su blanco preferido es Cristina Kirchner. Para este sector judicial la vicepresidenta es el emblema de un sistema político, económico, institucional y cultural lesivo de las libertades y derechos individuales. Cristina es sinónimo de populismo, demagogia y corrupción.

Hasta aquí el diagnóstico de Hauser. Veamos. Resulta harto evidente que hay un sector de la Justicia que no tolera a la vicepresidenta. La considera la enemiga pública número 1. De esa manera se alinea con el poder económico y el poder mediático concentrados, que aborrecen con igual intensidad a la vicepresidenta. La acusan de estar en contra de los principios liminares consagrados por la constitución en su parte dogmática. También la acusan de ser una dirigente venal y corrupta. Este diagnóstico es compartido, conviene tenerlo siempre presente, por millones de compatriotas. Para este sector del pueblo Cristina tiene que terminar el resto de su vida en prisión por el daño causado durante tanto tiempo.

Para la vicepresidente no cabe duda alguna: ella es víctima del lawfare, como lo fue, por ejemplo, el flamante presidente Lula. Hay un sector de la Justicia, muy poderoso, que la tiene en la mira desde hace mucho tiempo. La causa Vialidad no hace más que ponerlo en evidencia. Para Cristina el fiscal Luciani es un engranaje del sistema que pretende destruirla. Los cristinistas están convencidos del diagnóstico de su jefa. Para ellos el Poder Judicial la quiere proscribir para que nunca más la Argentina vuelva a ser víctima de una patología semejante (el kirchnerismo).

La vigencia de la concepción de Carl Schmitt es sencillamente aterradora. La relación política amigo-enemigo brilla como nunca. Se trata, qué duda cabe, de una feroz lucha por el poder. Es probable que la afirmación de la vicepresidenta en Pilar el pasado viernes-“haré todo lo que tenga que hacer para garantizar la felicidad del pueblo”-, haya encendido todas las luces rojas en el orden conservador. Expresado en otros términos: semejante afirmación no habría hecho más que confirmar la decisión de la vicepresidenta de competir electoralmente el año que viene, casi con seguridad en la elección presidencial. Para el orden conservador una nueva presidencia de CFK sería imposible de tolerar. Para evitar semejante afrenta todo medio es válido.

Me parece que hay que tener en cuenta este escenario, casi bélico, para comprender la decisión de la Corte de ordenar el nombramiento de Luis Juez en el Consejo de la Magistratura en reemplazo de un senador que responde a CFK. En una resolución que consta de 25 páginas los jueces Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Carlos Rosenkrantz, invalidaron la división que hubo en abril del bloque del FdT en el Senado para lograr que Martín Doñate asuma como consejero. Se trata de una decisión de alto impacto político ya que se produjo a pocos días de la discusión sobre la renovación de los cargos legislativos en dicho organismo. Lo que dijo la Corte es muy simple: “Estimada vicepresidenta, su estrategia para evitar que el opositor Luis Juez acceda a un cargo en el Consejo de la Magistratura fracasó. Deberá por ende, bancarse la iracundia del opositor cordobés”.

¿Cuáles fueron los fundamentos de la Corte, claramente alienada con la oposición? Los supremos cuestionaron la movida política de CFK al considerar que “la fecha de la notificación de la sentencia, que modificó la composición del Consejo, es el momento en el que el Congreso debe tener en cuenta para determinar cuál es el bloque de cada cámara”. Para la Corte cuando se produce la notificación el PRO era la segunda minoría. Es bueno recordar que el 16 de diciembre del año pasado la Corte retrotrajo la constitución del Consejo de la Magistratura al modelo anterior (20 integrantes, entre ellos el presidente de la Corte). El 18, el FdT se partió en dos: aquí, el Frente Nacional y Popular con 21 miembros; allá, Unidad Ciudadana con 14 miembros. Esta división hizo posible la asunción de Doñate. Pero para la Corte quien debería haber asumido en ese momento era Luis Juez porque la segunda minoría era el bloque Frente PRO (9 miembros). Para los supremos “el accionar de la Presidencia del Senado constituye un apartamiento de las reglas que esta Corte estableció en su sentencia del 16 de diciembre para la conformación de un órgano constitucional como es el Consejo de la Magistratura”. El accionar de la vicepresidenta colisiona con “las exigencias de equilibrio y complementariedad propios del principio de colaboración sin interferencias entre órganos constitucionales al desnaturalizar los imperativos constitucionales, legales y jurisprudenciales a las que debe sujetar el ejercicio de su prerrogativa, a la par que desconoce el principio de buena fe, cardinal en las relaciones jurídicas”. “El procedimiento de designación de los integrantes del Consejo de la Magistratura no es respetuoso de las exigencias constitucionales y legales aplicables sino manipulativo y desnaturaliza el fin constitucional de representación pluralista procurado por el constituyente y el legislador, por lo que no debe admitirse su validez” (fuente: Ariel Stemphelet, La Corte ordenó nombrar a Luis Juez y desplazó del Consejo de la Magistratura a un senador K”, Perfil, 8/11/022).

Repercusiones

El fallo de la Corte repercutió fuertemente en el mundo político. No hizo otra cosa que profundizar la grieta existente entre el oficialismo y la oposición. El jefe del bloque opositor en el Senado, envalentonado por el espaldarazo brindado por los supremos, reclamó que Cristina Kirchner “cumpla en designar” a Luis Juez en el Consejo de la Magistratura. En la vereda de enfrente hubo una respuesta bien precisa: “Fue un nuevo fallo político de la Corte Suprema de Justicia que representa un claro conflicto de poderes entre el Poder Judicial y el Legislativo”. “Se demuestra así la vocación de interferir en las decisiones políticas del Congreso, arrogándose facultades que exceden al Poder Judicial, con el claro objetivo de beneficiar al macrismo en la composición del Consejo de la Magistratura”. “El fallo es inaplicable porque la Corte no puede decidir ni intervenir en la conformación de los bloques dentro del Senado. Por otra parte (el juez) Horacio Rosatti no puede fallar en un tema en el cual es juez y parte ya que él mismo preside el Consejo de la Magistratura” (fuente: Perfil, 9/11/022).

Según Ricardo Gil Lavedra, actual presidente del Colegio de Abogados, “es muy correcta la decisión de la Corte Suprema que establece cómo se debió cumplir el fallo que declaró la inconstitucionalidad de la ley del Consejo de la Magistratura, y le pone freno a la trampa ardidosa que se intentó dividiendo artificialmente el bloque oficialista”. “La Corte Suprema ha reivindicado sus facultades de control de constitucionalidad cuando otro poder del estado debe integrar un órgano constitucional, como el Consejo de la Magistratura. No se trata de revisar las facultades parlamentarias autónomas de conformar los bloques que se deseen, sino que éstas deben ajustarse al texto constitucional cuando se habla de “mayorías” y “minorías” al momento en que se ordenó, por la propia Corte, designar representante”. “La manipulación o el ardid de partir un bloque para obtener una “minoría ficticia” constituye, según la Corte, un abuso en el ejercicio de sus atribuciones por parte de la presidencia del Senado”.

Por su parte, Félix Lonigro manifestó: “Lo que dice la Corte es que la división del bloque del Frente de Todos fue de mala fe y que tuvo por objetivo únicamente violentar la composición del Consejo”. “Si Cristina Kirchner no obedeciera la sentencia, no solo incurriría en mal desempeño, que la haría merecedora de un juicio político, sino que además cometería el delito de desobediencia, establecido en el artículo 239 del Código Penal”.

Para su colega Daniel Sabsay se trata de “otro fallo que como muchos otros restaura las instituciones y la igualdad. La Corte Suprema desbarató la burda maniobra que perpetrara Cristina Kirchner, al desdoblar el bloque del Frente de Todos e impedir que Luis Juez asumiera el cargo en el consejo de la Magistratura” (fuente: Perfil, 9/11/022).

Veinticuatro horas después del mandoble de los supremos, el bloque de senadores del FdT, en conferencia de prensa, disparó con munición gruesa contra la Corte y defendió a su hombre, Martín Doñate. Quien primero hizo uso de la palabra fue la senadora Anabel Fernández Sagasti. Afirmó que el fallo de la Corte es “insólito, inaplicable y que no tiene efecto”. “Nos dio la razón en primera y segunda instancia la Justicia en que la composición del Senado es una cuestión no judiciable”. “Este fallo es una respuesta de manipulación a la conformación del Consejo de la Magistratura”.

Para la senadora Di Tullio se está en presencia de “un fallo político”. “Es un fallo retroactivo que salió en una semana. Es solamente una respuesta política a haber perdido una elección, que no tenían esperado perder, hablo de los abogados, representantes en el Consejo”. “Creo que todos los bloques tienen que rechazar, hoy es con nosotros mañana es con ellos. Estamos cuidando al Poder Legislativo” (Fuente: Antonio Riccobene, “Consejo de la Magistratura. “Insólito e inaplicable”: el kirchnerismo arremetió contra el fallo de la Corte”, Perfil, 9/11/022).

Quien mejor expuso el beneplácito que le provocó al orden conservador el fallo contra la vicepresidenta fue Joaquín Morales Solá. En un artículo publicado el 8/11 titulado “Cristina, una política derrotada”, expresó: “Es una mujer derrotada. No solo porque perdió cinco elecciones en 13 años (2009, 2013, 2015, 2017 y 2021), sino también porque fracasaron en el Congreso todos sus proyectos más importantes y más lesivos al sistema institucional. Cristina Kirchner es la inexplicable jefa de un peronismo que jamás había perdonado la derrota. En las últimas horas se supo que la idea kirchnerista de eliminar las PASO naufragó, tal vez definitivamente. Además, la Corte Suprema le asestó ayer un golpe intelectualmente fuerte y políticamente devastador, cuando anuló un decreto parlamentario, que lleva su firma, por el que ella desconoció la representación de la oposición en el Consejo de la Magistratura. Ese decreto de Cristina decidió que toda la representación del Senado fuera suya mediante la maniobra de dividir su propio bloque, sometido íntegramente a su liderazgo, para que uno representara a la mayoría y el otro a la segunda minoría. Un ardid para esconder un “hecho falso”, señaló el máximo tribunal entre los muchos párrafos que le dedica a la necesidad de respetar las instituciones, la representación popular y los partidos políticos, incluidos en la constitución como parte del sistema democrático. El tribunal se levantó como maestro de educación cívica de la vicepresidenta si se lee bien la sentencia”.

Anexo

El Informador Público en el recuerdo

La muerte del gran mariscal

15/03/2016

La noticia conmovió a todos los hinchas de fútbol, no sólo a nosotros, los hinchas de Racing. Es más, me atrevería a afirmar que conmocionó a la opinión pública en general. El pasado jueves 10 a la madrugada, Roberto Alfredo Perfumo, el gran mariscal del fútbol argentino, estaba cenando con amigos en un restaurante en Puerto Madero. En un momento decidió ir al baño y al regresar tuvo un aneurisma que le provocó la muerte en el acto. Su cuerpo cayó pesadamente sobre un mármol. Perfumo había compartido horas antes un programa de tango y fútbol en Radio Nacional con el conocido periodista Horacio Pagani y ese jueves tenía previsto participar en “Hablemos de fútbol”, programa que se emite por ESPN.

Toda la afición futbolística conoce de memoria la brillante trayectoria del gran mariscal. En 1966 y 1967 tocó el cielo con las manos al formar parte del mítico equipo de José. Ese extraordinario conjunto fue posible gracias a que Juan José Pizzuti supo situar en el lugar que correspondía a un grupo de notables futbolistas, entre los que sobresalía el mariscal. Quien lo definió muy bien como defensor fue nada más y nada menos que su compañero en la zaga central, Alfio “Coco” Basile: Perfumo, no se cansaba de repetir, era muy rápido, impasable en el mano a mano, era tan habilidoso como un delantero, le pegaba muy bien con ambas piernas y era un gran tiempista. Sólo le encontraba un defecto: el juego aéreo. Su juego era de una gran calidad pero cuando había que ser duro no tenía contemplaciones. Su lema era: pasa la pelota o pasa el jugador, pero nunca ambos. Roberto Perfumo fue fundamental en el Racing que armó Pizzuti. El estilo de juego que le inculcó el entrenador, “todos al ataque”, lo obligó a jugar de líbero, sólo apoyado por su gran calidad y ese gran arquero que fue Agustín Mario Cejas. El temple del gran mariscal fue puesto a prueba durante la libertadores de 1967 y siempre salió airoso. En esa larguísima competencia internacional (Racing jugó 20 partidos para coronarse campeón) el gran mariscal demostró que estaba llamado a ser uno de los mejores backs centrales de la historia del fútbol argentino (y quizás también del fútbol internacional). En la final del certamen el equipo de José se las vio con el feroz Nacional de Montevideo. En ese grupo comando jugaban, entre otras fieras, Ubiñas, Cococho Álvarez y Montero Castillo. Perfumo les demostró que él y sus compañeros eran tan guapos como los orientales. Racing y Nacional disputaron tres partidos que se asemejaron a guerras de la Edad Media. Al empatar sin goles en Avellaneda y Montevideo, debieron jugar un partido de desempate en Chile. Con goles de Raffo y Cardoso el equipo de José ganó 2 a 1 y se coronó campeón de América. Ese título le dio la posibilidad de jugar contra el campeón de Europa por el título intercontinental. Le tocó como adversario el Celtic de Escocia, que había derrotado en la final europea nada más y nada menos que al multicampeón Inter de Helenio Herrera. En Glasgow ganó el local 1 a 0. En Avellaneda, ganó Racing 2 a 1. El desempate tuvo lugar en el mítico Centenario de Montevideo. Fue la jornada más gloriosa de la historia de Racing. En una tarde diáfana y azul, once leones con la camiseta de Racing entraron a la cancha dispuestos a ser campeones: Cejas, Martín, Perfumo, Basile, Chabay, Cardoso, Rulli, Maschio, Rodríguez, Cárdenas y Raffo. Con once años recién cumplidos, tuve la inmensa dicha de ver por televisión el golazo inmortal del chango Cárdenas. Fue un misil que entró por el ángulo superior derecho del arquero Fallon. Iban once minutos del segundo tiempo. Más que un partido de fútbol, se trató de una guerra sin cuartel entre veintidós jugadores que se propinaron todo tipo de trompadas, patadas y codazos. Celtic, que era mejor equipo que Racing, salió a la cancha a guapearlo al equipo de José. Fue la peor de todas las estrategias posibles porque a ese Racing sólo se le podía ganar jugando al fútbol pero nunca de guapo. El Racing de Pizzuti fue el primer equipo argentino en coronarse campeón del mundo. A los pocos días, ya de regreso en la Argentina, Racing se midió con Independiente en la cancha del rojo. Antes de comenzar el partido el equipo de José dio la vuelta olímpica recibiendo una ovación de la parcialidad roja. Eran, qué duda cabe, otros tiempos. El Racing multicampeón siguió siendo protagonista en 1968 y 1969. En las semifinales de la copa libertadores de 1968 Racing se enfrentó con el bravo Estudiantes de don Osvaldo Zubeldía. Al ganar Racing en Avellaneda y el pincha en La Plata, hubo un desempate en el Monumental de River. Al empatar 1 a 1 ganó Estudiantes por diferencia de gol. Jamás olvidaré lo duro que fueron esos partidos. En realidad fueron épicos combates. A fines de ese año Racing disputó un triangular con Vélez y River para ver quién se consagraba campeón del Nacional. El equipo de José perdió los dos partidos consagrándose campeón por primera vez en su historia Vélez. En 1969 Racing disputó la semifinal del Metropolitano con Chacarita en la cancha de Boca. Faltando pocos minutos Chacarita anotó el único gol del encuentro lo que le permitió jugar la final con River en el Cilindro, consagrándose campeón. A fines de ese año se disputó un torneo a dos vueltas entre los campeones del mundo sudamericanos: Racing, Estudiantes, Peñarol y el Santos de Pelé. El certamen lo ganó Peñarol y Racing salió segundo.

Al poco tiempo el gran mariscal fue vendido a Cruzeiro, cuya máxima estrella en ese entonces era Tostao, titular del Brasil campeón en México (1970). Perfumo jugó cuatro años y fue campeón cuatro veces. De retorno a la Argentina fue tentado por Ángel Labruna para que formara parte de River, desesperado por ser campeón ya que llevaba 18 años de sequía. Casualidad o no, Perfumo fue el back central del equipo de River que en 1975 terminó con la malaria coronándose campeón del Metropolitano de ese año. Luego el gran mariscal se consagraría campeón del nacional de 1975 y del metropolitano de 1977. Con Daniel Passarella conformaron probablemente la mejor pareja de backs centrales de la historia de River. A mediados de 1978, decidió colgar los botines. Perfumo también brilló en la selección nacional en una época donde jugar en ese equipo era más una condena que un orgullo. El gran mariscal jugó en los mundiales de 1966 (Inglaterra) y 1974 (Alemania). En 1969 fue protagonista de la dolorosa eliminación en la cancha de Boca ante el mejor equipo peruano de la historia (año 1969).

Luego de superar el trauma del retiro el gran mariscal se dedicó a la dirección técnica. Logró sacar campeón a Gimnasia (lo que no es poco) y a Olimpia de Paraguay. También dirigió, como no podía ser de otra manera, al Racing de sus amores. Pero el fútbol, no fue su única preocupación. Estudió psicología social e incursionó, como comentarista deportivo, en la televisión. Fue coequiper de Víctor Hugo Morales en “Hablemos de Fútbol” y últimamente formó parte del elenco estable de Fútbol para Todos, tanto en la etapa kirchnerista como en la etapa macrista.

Perfumo fue idolatrado por los hinchas de Racing, amado por los hinchas millonarios y respetado por el resto de las hinchadas. El homenaje que le tributó Racing en el cilindro la noche del viernes 11 de octubre será imborrable. Antes de comenzar el partido contra Lanús, un gallardo Juan José Pizzuti ingresó al campo de juego acompañado por un nene que portaba la camiseta del Racing campeón de 1967. Pizzuti, que llevaba en una de sus manos un ramo de flores, se acercó a la mitad de la cancha donde lo esperaba una gran bandera que homenajeaba al gran mariscal. Al llegar a destino depositó las flores al lado de la bandera y luego volvió sobre sus pasos mientras era aclamado por los hinchas.

A Perfumo no solo lo aplaudieron en el Cilindro. También fue aplaudido por los hinchas de River y, por lo que pude ver en televisión, por los hinchas de San Lorenzo y de Newell’s. Lo más probable es que sea aplaudido por todas las hinchadas ya que con su elegancia, su coraje y su hombría de bien se ganó el respeto de todos. El gran mariscal, qué duda cabe, quedará para siempre en la memoria de todos los hinchas del fútbol argentino.

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