Por Carlos Tórtora.-

Sergio Massa y el flamante presidente del PJ bonaerense Gustavo Menéndez tomaron la delantera de la política playera y, desde Pinamar, se instalaron en las últimas dos semanas como el eje convocador del diálogo en el peronismo de Buenos Aires por un lado y, por el otro, los que llevan las negociaciones con el gobierno de María Eugenia Vidal que suelen terminar en acuerdos legislativos. Un tercer integrante del grupo es Máximo Kirchner, cuya presencia asegura que CFK deja hacer siempre y cuando se le asegure que ella tendrá la última palabra en materia de estrategias electorales.

Sin embargo, el despliegue de Massa, Máximo y Menéndez estaría dejando importantes espacios sin cubrir que van generando resistencias internas. Así es que desde hace un mes están confluyendo lentamente Hugo Moyano, que sigue replegado de las cámaras, Eduardo Duhalde y Felipe Solá. Este último, junto con sus colegas diputados nacionales Daniel Arroyo y Facundo Moyano, están ya extraoficialmente fuera del massismo y sólo resta que el tema se formalice. Este nuevo triunvirato aparecería en escena en la primera quincena de febrero con un plenario del peronismo bonaerense que cuestionaría tanto a Massa como a Menéndez. Con respecto al primero, sostendrían que la continuidad de su alianza con Margarita Stolbizer es inaceptable para el peronismo y que el tigrense no puede aspirar a terciar en la interna del PJ en la medida en que sigue fuera del partido.

El PJ otra vez a tiro de la justicia

Pero el grueso de la artillería de la nueva corriente está apuntado a acusar por ilegítima la nueva conducción del PJ que encabezan Menéndez y el intendente de Esteban Echeverría Esteban Grey. Las elecciones internas se realizaron el pasado 17 de diciembre sin que el juez electoral de La Plata saliente por entonces, Juan Manuel Cullota, ni el entrante, Adolfo Gabino Ziulu, se pronunciaran sobre el pedido de suspensión de la interna y de intervención del partido formulada por Omar Gadea y Oscar Diani, apoderados de la duhaldista línea Justicia y Dignidad Peronista.

Las principales impugnaciones formuladas se referían a que la mayor parte de los candidatos que competían habían sido antes candidatos de Unidad Ciudadana, lo que obligaba a suspender sus afiliaciones. También que no se habían cumplido los plazos del calendario electoral, por ejemplo los 60 días de convocatoria anteriores a la elección que fija el artículo 18 de la Carta Orgánica, ni actualizado los padrones partidarios, repletos de irregularidades. Además, la convocatoria a elecciones realizada por la vicepresidente primera del Partido, Cristina Álvarez Rodríguez, habría sido nula por no estar ésta facultada sino el Consejo partidario, muchos de cuyos miembros tomaron licencia para anotarse en las listas de Unidad Ciudadana.

A estos planteos, no resueltos por la justicia electoral, se le sumarían los nuevos, relacionados con la realización del comicio. Por ejemplo, las autoridades del PJ no habrían realizado el requerimiento obligatorio a la Dirección General de Escuelas de Buenos Aires de los lugares de votación, tal como exige la normativa. En lugar de ello, se habría optado por designar discrecionalmente algunos clubes en cada distrito como centros de votación sin que se difundieran los mismos. A esto se le sumaría la existencia de un número de boletas muy insuficiente y a la no publicidad de los padrones partidarios. Un punto central de la nueva presentación sería con cuántos votos ganaron Menéndez y Grey luego de acordar con Fernando Espinoza una lista única. La denuncia incluye este punto clave: la carta orgánica partidaria exige que, aunque haya lista única, ésta debe obtener un número de votos equivalente al 5% del padrón de afiliados para que la elección sea válida. Hasta ahora no se conoce el número de votantes, pero los denunciantes sostienen que sólo se votó en 20 de los 135 distritos y que no difundió el número de votos porque no alcanza al 5 por ciento. O sea que la proclamación de Menéndez sería nula.

En este contexto, los duhaldistas tendrían en vista también el pedido de juicio político a Ziulu. Según habría dejado trascender Duhalde, habría en la Casa Rosada intenciones de intervenir en marzo próximo el PJ nacional, los mandatos de cuyos consejeros nacionales están vencidos. Un interventor del PJ podría decidir a su vez la intervención de varios distritos, entre ellos Buenos Aires.

Pasando a las críticas políticas, un dirigente allegado a Duhalde sintetizó “Menéndez se equivocó. Se hizo cargo del PJ con una elección trucha y luego se lanzó a la política nacional, hasta reuniéndose con gobernadores, olvidándose de que conduce el partido sin que lo haya votado casi nadie”.

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