Por Carlos Tórtora.-

Profunda desazón y malestar causó en el massismo la decisión de María Eugenia Vidal de no desdoblar la elección de gobernador e intendentes como le había propuesto Sergio Massa a cambio de aprobar el endeudamiento provincial. El líder del Frente Renovador estaba convencido de que la gobernadora cumpliría con su palabra pero la noticia de que no se desdoblará deja a los diez intendentes renovadores como víctimas de una futura polarización entre Macri y Cristina y la mayoría optará por cortar la boleta para defender su territorio. En el caso de Tigre, el jefe comunal Julio Zamora irá a las urnas seguramente junto al PJ provincial; llevará la boleta de Cristina con el acuerdo del propio Massa, quien no quiere perder su territorio ante el PRO. Pero el debate interno de los renovadores no termina ahí, pues la mitad de los dirigentes quieren apoyar la candidatura presidencial de Roberto Lavagna y la otra mitad desea que Massa se baje como candidato presidencial y que se convierta en el candidato a gobernador del PJ unificado, como platean los cristinistas, quienes ven al tigrense como el único que puede derrotar a Vidal.

El miedo al papelón

Es que la mayoría de los dirigentes del Frente Renovador le tiene miedo al papelón, es decir, que Massa, por ejemplo, le ganó a Urtubey en las PASO con el 12% contra el 5% del salteño y que luego en la primera vuelta, ante la polarización, ese 17% se diluya como en el 2017 y que termine en un 8%. Si fuera así, ingresarán tres diputados nacionales además de los cuatro que quedan del 2017. De ahí los que piensan que Lavagna garantiza un 20/25% en las PASO y los puede mantener en la primera vuelta. Y si hay un milagro, hasta puede meterse en el ballotage, donde el destacado economista derrotaría a Macri. El otro sector de los renovadores sostiene que Massa hizo mal en declarar que nunca sería candidato a gobernador porque estima que Cristina, con tal de sumar el 12% que tiene Massa, le allanaría el camino para ser el candidato para ganarle a Vidal, porque la suma de todos los peronismos es muy superior a lo que obtendría Cambiemos. Y si la candidata a presidente es Cristina, es bastante probable que ella pierda en el ballotage frente a Macri. Massa quedaría entones como el peronista más importante gobernando una provincia y en esta tesitura estaría su cuñado Sebastián Galmarini y su suegra Marcela Durrieu. Así las cosas, Alternativa Federal se quedaría con su pata más importante, que es Massa. En este caso, los gobernadores Manzur, Bordet, Verna, Zamora, Uñac, dejarían solos a Pichetto y Urtubey. Mientras tanto, Juan Schiaretti, que ganaría cómodo en Córdoba, nunca rompió sus relaciones con la ex presidente, aunque en su provincia ella mide muy mal. En cambio, Lavagna sí sería una alternativa muy fuerte en Córdoba y en Santa Fe, donde Omar Perotti ganaría cómodo. En la hipótesis de Cristina candidata, ella perdería con Macri pero Córdoba, Santa y Fe y Buenos Aires con Massa quedarían en manos del peronismo racional y con una Cristina derrotada nuevamente.

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