Por Carlos Tórtora.-

En el seno del kirchnerismo duro, corren rumores acerca de que, una vez aprobada la ley de Presupuesto, el oficialismo desencadenaría una ofensiva para sancionar la suspensión de las PASO para el año que viene. Mientras se hacen preparativos para esto a puertas cerradas, donde mayor revuelo causa la probable suspensión es en el territorio bonaerense. El Frente de Todos tiene mayoría en la cámara baja provincial pero no en el Senado, por lo cual a Axel Kicillof se le hace difícil lograr la suspensión. En Buenos Aires, rige la Ley 14086, que establece las primarias provinciales y las engancha con la convocatoria a las PASO nacionales. En caso de suspenderse estas últimas, las primarias locales deberían celebrarse solas. En este punto es donde empiezan serias complicaciones, porque el estado provincial está acostumbrado a que, como son simultáneas con las nacionales, sus elecciones se realizan con la gigantesca logística nacional, tanto en materia de logística como de transporte, seguridad, organización, coordinación, etc. En otras palabras, que en La Plata no están preparados para hacer una elección sin usar los recursos de la Justicia y el Ejecutivo nacionales. Una situación así podría llevar al colapso de la endeble estructura provincial.

Escalonadas

La pregunta es qué haría Kicillof si se suspenden las PASO nacionales y no las provinciales. Alrededor de Martín Insaurralde ya hay quienes están emitiendo ideas. Una de las mismas consiste en realizar las primarias con una secuencia de elecciones, sección por sección electoral. O sea, ocho grandes elecciones separadas en el tiempo, lo que permitiría aprovechar y concentrar los recursos disponibles.

Pero en JxC ven en esta propuesta la simiente de una maniobra fraudulenta. Por ejemplo, el gobierno podría establecer que haya primero elecciones en las secciones donde impera el peronismo, como la Tercera y la Primera, lo que crearía un clima triunfalista que influiría en la votación de las otras secciones.

Es obvio entonces que no parece haber una solución fácil para el problema de las PASO provinciales, excepto que un sector de los senadores radicales, entusiasmados con la idea de que los candidatos vuelvan a ser elegidos por los partidos, fracturen el bloque de la coalición opositora y voten por la suspensión de las controvertidas primarias.

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