Por Luis Orea Campos.-
La llamada Ventana de Overton es un esquema de investigación muy interesante en el campo de la sociología política. Hablando en criollo, esta ventana teórica sirve para observar a través de su marco cómo el cambio en las preferencias sociales condiciona el discurso político.
Por ejemplo, no muchos años atrás, tradicionalmente los roles de género eran muy rígidos y existía una marcada discriminación hacia las personas LGBT+. Eso es lo que se veía a través del marco y se aceptaba como natural.
Pero el transcurso del tiempo, la evolución cultural y ciertos acontecimientos hicieron que hubiera una reacción de esos colectivos y que organizaciones de derechos humanos y defensoras de la igualdad de género tomaran la posta y pusieran la cuestión en la vidriera del debate público generando el desplazamiento de la ventana de Overton hacia estos temas hasta incluirlos definitivamente en su marco.
Como consecuencia, el discurso político debió girar en dirección a las nuevas realidades sociales y así nacieron las leyes pro diversidad cultural, antidiscriminatorias, de igualdad de género, contra el femicidio, etc., que hoy integran al orden jurídico argentino y ningún político se atrevería a poner en discusión.
La pregunta interesante que sugiere con respecto a la actualidad este esquema de análisis sociológico con impacto en el campo político es: la aparición del supuesto fenómeno Milei ¿obedece a un desplazamiento espontáneo de la ventana de Overton hacia preferencias sociales aún indefinidas pero distintas a las existentes, captadas esotéricamente por el aspirante y montadas a su discurso? ¿O simplemente Milei está forzando el desplazamiento de la ventana sin saber muy bien que valores sociales va a incorporar su marco?
Este interrogante puede parecer un divertimento intelectual en una noche de insomnio, pero tiene mucho que ver con la caótica situación que vive la sociedad zarandeada entre un kirchnerismo agonizante, una oposición apabullada por la vocinglería de su interior y una cañita voladora muy vistosa pero capaz de quemar los ranchos una vez en el gobierno.
Porque eso último es lo que va a pasar si Milei no es la genuina expresión de un desplazamiento espontáneo de la ventana hacia nuevos paradigmas sociales, o si Juntos por el Cambio no encuentra el camino para encauzarlos, porque esas preferencias sociales son las que respaldan la estabilidad de los gobiernos.
Por lo pronto, que la mayoría de los seguidores de Milei sean jóvenes, muchos de los cuales no vivieron episodios infaustos de la historia argentina, está diciendo algo.
Que ya no quieren caminar teniendo todo el pasado por delante como propone el peronismo según ironizó la genial pluma de Borges.
22/05/2023 a las 6:59 AM
La nota me resulto insoportablemente cargada de suposiciones erradisimas. Me estoy conteniendo para no escribir insultos.
«evolucion cultural» solo un progre puede creer tal cosa.
Desde que empezo esta epoca progresista hace 20 años atras lo unico que veo es que empeoro todo. La sociedad es mas ordenada? NO. Empezaron con lo de que el criminal es victima de la sociedad. Amen de 20 años de kirchnerismo. Ha sido pura decadencia. Hay mas seguridad en las calles? no. Hay menos discriminacion? Para nada. Es lo mas notable. No paran de hablar de eso y perseguir a todo el mundo. Las costumbres, el lenguaje, el arte, etica, religion, todo ha decaido notablemente para cualquiera que tenga la memoria para acordarse como eran las cosas antes.
El pais un completo fracaso, sin un apice de esperanza en sus habitantes, y me hablas de progreso cultural?
Me voy furioso de aqui.
22/05/2023 a las 5:46 PM
No Javier, esta bien, Luis Orea Campos tiene todo el derecho de escribir lo que siente y cree que es correcto. Solamente hay que leer y efectuar un análisis, desde la óptica propia que no puede ser igual al del escriba, pero no irse del sitio. Mientras nosotros discurrimos, los que gobiernan, nos toman el pelo y se rien de nosotros, TODOS LOS PARTIDOS SIN DISTINCIÓN.
22/05/2023 a las 6:33 PM
Con el debido respeto por la opinión de Javier, quiero señalar que el autor solamente describe lo que pasó en el curso de los años con objetividad, no aplaude el resultado de esos avances «progresistas» simplemente dice que ocurrieron (algo innegable) para ilustrar lo que opina que hoy está pasando en la política en el país. Su enojo no tiene justificación