Por Carlos Tórtora.-

Gane o pierda el gobierno hoy, la confrontación entre Javier Milei y el Congreso escalará de aquí a fin de año. Si los libertarios consiguen ratificar el veto a la ley de financiamiento universitario, a la oposición no le quedaría otro camino que tratar de hacer valer su mayoría en ambas cámaras. Pero si el veto es rechazado, es probable que el Congreso avance poniéndole cada vez más frenos a la política económica. Uno de los proyectos en carpeta que los bloques opositores intentarían convertir en ley antes de fin de año sería el que modifica el régimen de tratamiento de los DNU en el Congreso, o sea la ley 26122.

En el 2006, Cristina Kirchner impulsó la sanción de esta ley que establece que los DNU sólo pierden vigencia cuando son rechazados por las dos cámaras. Este mecanismo impidió la caída del mega DNU 70/2023, que fue el eje de la política económica hasta la sanción reciente de la ley Bases. El DNU en cuestión fue rechazado por el Senado pero Diputados nunca se reunió para tratarlo y entonces continúa vigente. La inseguridad del bloque de UP acerca de alcanzar la mayoría para el rechazo habría sido determinante para que el tema quedara dormido.

Una ola de DNUs para el verano

Ahora, hay varios proyectos opositores presentados que coinciden en un punto central: sólo sería necesario el rechazo de una de las Cámaras para que un DNU deje de tener vigencia. El cálculo opositor es que, durante el receso legislativo de enero y febrero, Milei aprovechará el mismo para hacer uso y abuso de los DNU y la modificación de la ley 26122 podría evitarlo.

La profundización de la actual recesión, que marca el fracasa de la actual política económica, conduciría a Milei a adoptar medidas cada vez más graves y anticonstitucional es. Un ejemplo de esto es el reciente DNU 846, que dispone la realización de canjes de deuda al margen de lo establecido por la Ley de Administración Financiera y de la intervención que le corresponde al Congreso de acuerdo a la Constitución Nacional. El rechazo de este DNU todavía no fue planteado por ninguna de las dos cámaras.

Claro está que el gobierno supone que, si no consigue rechazar el veto a la ley de financiamiento universitario, la oposición perdería empuje y los bloques de la UCR y el PRO se encolumnarían más decididamente con La Libertad de Avanza.

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