Por Carlos Tórtora.-

El viaje de apuro de Javier Milei a los EEUU se entiende. El FMI desembolsaría tal vez a fin de mes US$ 8000 millones, de los cuales serían de libre disponibilidad 5600. Pero en los últimos tres meses el BCRA perdió US$ 8000 millones para mantener el tipo de cambio. La cuenta es obvia: si la desconfianza continúa y la corrida se afianza, los fondos frescos sólo le alcanzarían al gobierno hasta mitad de año. Y los montos y condiciones de los eventuales préstamos del BID y el Banco Mundial son hasta ahora difusos.

La realidad es que sobran razones para que la desconfianza de los mercados vaya creciendo día a día. Una muy importante es el conocimiento público de que Luis Caputo está gastando el dinero de los ahorristas depositado como garantía del sistema bancario en el Banco Central. Otro motivo es que, de acuerdo a la opinión masivamente mayoritaria de los economistas, una devaluación importante es a esta altura inevitable, por más que el gobierno sostenga lo contrario.

Pero el retiro de la confianza del público a la gestión de Milei tiene también un costado político: a medida que las encuestas lo van afirmando y el malhumor social se extiende, crece la impresión de que La Libertad Avanza perderá las elecciones en Buenos Aires y en la Capital y que esto terminará por derrumbar la política económica del gobierno, si es que esto no ocurre antes.

La sentencia de las urnas

En realidad, el efecto electoral sobre la economía empezaría el próximo 18 de mayo con la elección porteña. Si las tendencias iniciales se sostienen, el kirchnerista Leandro Santoro ganaría holgadamente y Silvia Lospennato, por la alianza que encabeza el PRO, y Manuel Adorni, por La Libertad Avanza, se disputarían el segundo lugar. Los libertarios podrían llegar a quedar entonces terceros. Si se compara esto con la última elección porteña en el 2023, éste no sería un mal resultado para LLA, porque entonces salió tercera con el 12,7%, mientras que Juntos por el Cambio ganó con el 44,5%. Pero ocurre que el contexto ha cambiado. Milei está ahora en el poder y se supone que debería acreditar un apoyo más importante en las urnas. Y esto es todavía más marcado por cuanto la Ciudad es el distrito del presidente y el que lo proyectó al primer plano de la política nacional.

Ya pensando en el lejano octubre, cada vez es más obvio que, a menos que el PJ se fracture, a LLA le sería imposible ganar la elección bonaerense si no cuenta con los votos del PRO. Esto va convirtiendo a Mauricio Macri en el árbitro de la situación, porque, si no hay alianza, el gobierno estaría en serios apuros. Pero en esta realidad volátil no conviene predecir demasiado sobre octubre. Lo inmediato y concreto es que en mayo Milei podría sufrir una derrota que acentuaría la corrida cambiaria.

Share