Por Carlos Tórtora.-

Las maniobras dilatorias de La Libertad Avanza en Diputados para frenar el tratamiento del proyecto de ley de Ficha Limpia instalaron en la opinión pública que el gobierno protege a Cristina Kirchner para que pueda ser candidata el año que viene. Y el caso del senador entrerriano Edgardo Kueider, sospechoso de lavar en Paraguay dinero de las coimas para sancionar la Ley Bases completó el panorama. Esto sin hablar de que el oficialismo estaría procurando evitar la destitución de Kueider, tal vez porque, si no lo hace, éste podría hablar de más. El gobierno de Javier Milei está perdiendo aceleradamente una de las banderas más importantes de los libertarios: la lucha contra la corrupción de la casta.

Según reconocen extraoficialmente fuentes del gobierno, el impacto de Ficha Limpia y Kueider ya se estaría sintiendo en algunas encuestas. Milei estaba obligado a reaccionar y lo hizo. Ahora está tratando de detonar el Congreso, para que afloren los casos de corrupción que salpican a no pocos legisladores y las manchas que tiene el Ejecutivo entonces se disimulen.

Lo primero que hizo fue anunciar que el gobierno enviaría al Congreso un proyecto de ley para que sean destituidos los senadores y diputados que tienen causas judiciales abiertas. Obviamente, el presidente especula con que semejante iniciativa sea rechazada masivamente por las dos cámaras. Entonces él podría decir que es obvio que casi todas las bancadas protegen la corrupción.

La segunda iniciativa oficial estaba terminando de redactarse este fin de semana y consiste en un proyecto para limitar los fueros de los legisladores. La Ley de Fueros 25320 establece que los legisladores no pueden ser detenidos en el marco de una investigación judicial salvo que el tribunal pidiera y obtuviera el desafuero. Tampoco pueden realizarse, sin la autorización de la Cámara, allanamientos en el domicilio o las oficinas del legislador ni intervenciones telefónicas.

La oposición a restringir estos privilegios sería casi total en el Congreso, lo que favorecería el discurso de Milei de que casi todos los legisladores son autores o cómplices de la corrupción.

A cualquier precio

Así es que el presidente, para salvarse él, está dispuesto a detonar el Congreso y meterlo en una crisis sin precedentes. Las incógnitas que abre este panorama son varias. Para empezar, si esta situación puede comprometer el acuerdo que hasta ayer existía entre La Libertad Avanza y UxP para sancionar en extraordinarias, la eliminación de las PASO y otras reformas electorales. Es probable entonces que el pacto espurio entre CFK y Milei entre en crisis. Acorralado, el gobierno tendría que salvar su imagen ante todo, ya que Milei ejerce un poder asentado sobre la opinión pública y el círculo rojo.

Con estas perspectivas, que se suman a la crisis con Mauricio Macri y también con la UCR, Milei puede encontrarse con un Congreso que ya no apruebe sus proyectos. Pero mientras tenga el recurso de vetar y sostener el veto con más de un tercio de los votos, el presidente puede estar relativamente tranquilo. La prórroga del presupuesto y el DNU 846/2024 que autoriza el canje de deuda sin pasar por el Congreso son las llaves maestras de su concentración de poder. Lo demás es secundario.

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