Por Carlos Tórtora.-

A una semana de iniciadas las sesiones extraordinarias, el Congreso navega en un mar de indefiniciones. La intención del oficialismo es llevar al recinto en Diputados el proyecto de ley para la suspensión de las PASO el 6 de febrero, para su inmediato tratamiento. Por lo que parece hasta ahora, el gobierno no está logrando negociar con UxP el consenso para dejar sin efecto las primarias. Los kirchneristas protagonizan un escenario teatral escandalizándose por el proyecto oficial de Ficha Limpia, que ya todo el mundo sabe que no se le aplicará a Cristina Kirchner porque ésta se beneficia con el carácter irretroactivo de la ley penal. A todo esto, los bloques del PRO y la UCR se mueven al compás de sus crisis internas.

La realidad es que las sesiones extraordinarias fueron convocadas entre el 20 de enero y el 21 de febrero, ya que el 1° de marzo deben comenzar las sesiones ordinarias. Así las cosas, existe el riesgo de que muy pocos proyectos lleguen a votarse en las extraordinarias.

Si ésta es la realidad, Javier Milei podría optar por replantear el tema en las ordinarias. Pero la presentación de listas para las PASO nacionales cierra en junio. Así las cosas, estaríamos hablando de modificar la legislación electoral 60 días antes de la presentación de listas. Un verdadero escándalo político sin antecedentes en el país.

Resultados mínimos

Lo más probable es que el gobierno deba contentarse con la aprobación apurada de una suspensión de las PASO por única vez y que el resto de la reforma electoral quede en el tintero.

Ahora, si ni siquiera consiguieran esto, los libertarios sufrirían entonces su primera derrota electoral del año. Es decir que la sociedad podría facturarle al gobierno en las urnas su fracaso. Un proceso tan sensible lo dejaría muy mal parado a Milei.

Por otra parte, poco cabe esperarse del período ordinario de sesiones en un año electoral, cuando los legisladores preferirán quedarse en sus provincias para defender sus intereses políticos.

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