Por Claudio Valdez.-

La realidad política en La Argentina del Siglo XXI ha intensificado aquello de “pan y circo”, pero poco pan y abundante circo. “Pan”, que en jerga contemporánea queda referido a prebendas, estipendios y “ayudas” de variadas gamas, siempre orientadas por oportunismo. “Circo”, promoviendo como siempre competiciones, juegos y espectáculos, por supuesto de poco precio e incluso gratuitos para el público asistente, pero patrocinados por “cualquier pelaje” de facciones políticas, sindicales, deportivas, empresariales y demás “O.N.G.” (organizaciones no gubernamentales) colaterales de consabidas dirigencias, siempre dispuestas a acusarse mutuamente con sensacionalismo en tanto continúan malversando lo posible del erario público.

Los “acrobáticos juegos judiciales” ofrecidos por diversidad de magistrados, se suman al espectáculo “homologando” reclamos y demandas de los dirigentes, con lo que aportan alguna “certeza legal” hasta para mayúsculos despropósitos.

Potenciados animadores resultan los medios masivos de comunicación, que en emocionantes “puestas en escena” alaban o denostan a famosos o ignotos personajes en búsqueda de “hacer palpitar” cualquier alternativa (escándalos o poco creíbles informes y dudosas noticias son la habitual “minuta”). Aprovechando “la función”, no se privan de agregarse al evento los “colados siete suelas” de siempre, con opiniones, acusaciones y denuncias que aumentan la indignación e incertidumbre de un electorado ya demasiado engañado y frustrado.

El insigne maestro Domingo Faustino Sarmiento, en su tiempo, se quejaba de éstas y otras “pillerías” de los dirigentes. Escribió a un amigo refiriendo su desencanto por las disputas políticas entre “el Interior y Buenos Aires”: “Cada uno quisiera tenerme a su lado para maldecir al otro. Aquí hay egoístas ignorantes, allá malvados sapientísimos; aquí anarquía y desgobierno; allá miseria y explotación”.

Electo Presidente de la Nación (1868): “En ese entonces no tenía programa concreto de gobierno, pero sí un modelo: el de los Estados Unidos”. Siempre debería valorizarse que este prohombre de “la espada, la pluma y la palabra” oportunamente supo observar que: “En EEUU, junto a espectáculos nuevos de concordia y afanes progresistas había también anhelos desmedidos de riqueza material” (Ref. Historia de los Presidentes Argentinos. Gustavo Gabriel Levene).

Presidente, pensador, observador y realizador como en nuestro Siglo XXI no se vislumbra, el gran sanjuanino supo advertir los vicios que sin cesar se han perpetuado y aumentado en nuestra Patria Argentina.

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