La protesta sindical, nueva forma de terrorismo según Milei (1)
Por Hernán Andrés Kruse.-
El gobierno libertario está obsesionado con la privatización de Aerolíneas Argentinas. Es por ello que aprovechó el conflicto gremial que provocó demoras y cancelaciones en Aeroparque para acusar a los gremios aeronáuticos de ser terroristas. Los argentinos sabemos muy bien lo que significa la palabra “terrorismo”. Al escucharla se nos viene inmediatamente a la memoria la trágica década del setenta, en la que los violentos de izquierda (ERP y montoneros), y los de derecha (AAA y terrorismo de Estado) impusieron sus “reglas de convivencia”.
Para Milei los gremialistas que provocaron serios inconvenientes a quienes intentaron viajar son tan terroristas como Firmenich y compañía, y Santucho y compañía. Confieso que nunca imaginé que este gobierno caería tan bajo, que cometería una acción tan abyecta, miserable, deleznable. ¿Cómo se puede comparar una protesta gremial con los actos terroristas cometidos por los erpianos y los montoneros que perseguían la implantación a sangre y fuego del comunismo en el país? Milei hizo semejante acusación porque sabe muy bien que la definición de terrorismo es ambigua. Sabe muy bien que dicho término está cargado de ideología, lo que torna muy dificultosa su conceptualización precisa. No sería de extrañar, entonces, que si se efectuara una encuesta sobre este tema, un buen número de encuestados manifestaría su acuerdo con el presidente.
Ahora bien, el problema no termina aquí. Hoy los terroristas son los gremialistas aeronáuticos. ¿Mañana serán, por ejemplo, los profesores y estudiantes universitarios, los investigadores del Conicet, los médicos del hospital Garrahan, los jubilados, los empleados estatales. ¿Toda protesta será considerada a partir de ahora un acto de terrorismo? ¿Y si el día después de mañana son considerados actos terroristas artículos periodísticos o programas de televisión críticos de la gestión libertaria? Buceando en Google me encontré con un ensayo de Luis Miguel Sánchez Gil (Universidad de Salamanca-España) titulado “Terrorismo: conceptualización y consecuencias de su indefinición” (Archivos de Criminología, Seguridad Privada y Criminalística”-Año 4-Vol. III-2017). Expone con meridiana claridad los problemas que provoca la laxitud conceptual del vocablo “terrorismo”.
CONCEPTUALIZACIÓN
“Resulta una práctica habitual, cuando una persona quiere aproximarse al significado de un término, consultar las páginas de un diccionario con la finalidad de extraer una idea -al menos general- sobre el mismo. En lo que a este tipo de obras bibliográficas se refiere, en la lengua castellana podría afirmarse que en el ámbito lingüístico la referencia es el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, del que es posible extraer la definición de “terrorismo” que se expone a continuación: 1. Dominación por el terror. 2. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror. 3. Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos. Sin salir de un contexto generalista pero aumentando la óptica y considerando que el vocablo “terrorismo” procede del inglés “terrorism”, puede ser igualmente interesante recurrir al Oxford English Dictionary, obra de suma importancia dentro de la citada lengua. Traduciendo la definición reflejada por dicha obra, se concibe como “terrorismo” «El uso no oficial o no autorizado de la violencia y la intimidación en la consecución de objetivos políticos» . Aunque ambas definiciones no son totalmente similares, es sencillo observar la concurrencia de elementos comunes como el término “violencia” o la referencia a los objetivos o fines de tipo político.
Sin embargo, estas conceptualizaciones, que pueden resultar válidas para que el ciudadano no especializado obtenga una imagen general acerca del terrorismo, son insuficientes para cualquier analista o estudioso de la materia que requiere una mayor concreción y precisión a la hora de delimitar dicho término. Precisamente, el primer problema que se manifiesta al examinar el fenómeno terrorista es la dificultad existente para fijar una definición suficientemente vasta e inclusiva, al tiempo que precisa, acerca del término “terrorismo” y lo que del mismo se desprende. Esta circunstancia es reconocida por la totalidad de la comunidad de expertos que, en repetidas ocasiones, han tratado de hallar una postura común ante un enunciado que ilustre de manera adecuada el concepto.
La dimensión del problema de indefinición del terrorismo ha conducido a algunos eruditos como Schmid a apuntar algunas de las posibles causas en las que se puede situar el origen de esta falta de concierto, enumerando las cuatro razones que a continuación se señalan:
1. Concepto contendido y controvertido, repleto de connotaciones legales, sociales y culturales que, con frecuencia, forjan visiones opuestas. En el curso de la historia se han sucedido los actores que, con mayor o menor relevancia social, han sido acusados de terroristas por unos al tiempo que eran idolatrados y ensalzados como estampas de libertad por otros. 2. Relación vinculante con la legitimación y deslegitimación de ciertas acciones de acuerdo al momento y espacio en que suceden, del mismo modo que su implicación en la criminalización de algunos grupos. Muestra perceptible y actual de ello es la existencia de distintas listas de grupos terroristas, publicadas por diferentes organismos (la Organización de la Naciones Unidas, la Unión Europea o el Departamento de Estado de los Estados Unidos son algunos ejemplos) que no guardan sintonía entre sí. 3. Elevada variabilidad en los tipos y formas de manifestación. Muestra de esta circunstancia es que, por ejemplo, Europol distingue entre cinco tipologías diferentes: (1) de inspiración religiosa, (2) étnico-nacionalista y separatista, (3) de extrema izquierda y anarquista, (4) de extrema derecha e (5) independiente (luchan con actos terroristas contra el aborto, por los derechos de los animales, etcétera). 4. Continuidad de cambios semánticos en el significado del término desde que fuera acuñado, como tal, hace aproximadamente dos siglos.
Moyano y Trujillo también señalan algunas de las causas que posiblemente originan el citado problema de consenso, guardando ciertas similitudes con las ya expuestas por Schmid. Estos autores aluden a la presencia de una elevada variedad de motivaciones, a la gran heterogeneidad de comportamientos de índole terrorista y la patente subjetividad con que es enfocado para su conceptualización. Etzioni, por otra parte, añade que «los terroristas no deberían ser tratados desde los medios de comunicación social y el sistema judicial como criminales o como soldados, sino como una “tercera categoría distinta”». En cambio, Thackrah afirma que el motivo de dicha inconcreción se encuentra alejado de lo completa o detallada que pueda ser o no la definición, radicando en que la elaboración se encuentra estrechamente vinculada con un conflicto ideológico y de intereses políticos que estará fijado por el contexto desde el que se realice el enfoque.
Pese a lo complejo de lograr una conceptualización ampliamente respaldada y compartida, son muchos los autores que en algún momento han intentado definir el terrorismo. En sucesivas líneas se apunta (por orden cronológico) una selección de las delimitaciones confeccionadas por diez autores considerados de referencia en distintas vertientes del estudio del fenómeno terrorista:
– Alexander (1976): “El terrorismo es el uso de la violencia contra objetivos civiles al hacer con el objetivo de intimidar o generar un sentimiento de miedo generalizado para alcanzar un fin político”.
– Rapoport (1977): “El terrorismo es el uso de la violencia para provocar y despertar en la conciencia determinados sentimientos de simpatía y repulsión”.
– Schmid y Jongman (1988): “El terrorismo es un método productor de ansiedad basado en la acción violenta repetida por parte de un individuo o grupo clandestino o por agentes del estado, por motivos ideosincrásicos, criminales o políticos en los que, a diferencia del asesinato, los blancos directos de la violencia no son los blancos principales. Las víctimas humanas inmediatas de la violencia son generalmente elegidas al azar de una población blanco y son usadas como generadoras de un mensaje. Los procesos de comunicación basados en la amenaza y en la violencia, entre el terrorista, las víctimas puestas en peligro y los blancos principales son usados para manipular a las audiencias blanco, convirtiéndolas en blanco del terror, demandas o atención, según lo que se busque primariamente, intimidación, coerción o propaganda”.
– Jenkins (2003): “El terrorismo se define mejor por la cualidad de sus actos que por la identidad de sus autores o por la naturaleza de sus causas. Todos los actos terroristas son delito. Muchos también pueden ser violaciones de las reglas de la guerra, si esta existe. Todos implican violencia o amenaza de utilizar la violencia y generalmente se dirigen contra objetivos civiles. Las principales motivaciones de los terroristas son políticas; realizan sus acciones para lograr el máximo de publicidad. Los autores son generalmente miembros de un grupo organizado y, a diferencia de otros delincuentes, casi siempre asumen la autoría de sus actos. Finalmente, un acto terrorista trata de producir consecuencias más allá del daño físico inmediato que causa”.
– Laqueur (2003): “El terrorismo es el asesinato sistemático, la mutilación criminal, y amenaza del inocente creando miedo e intimidación para ganar un acto político o táctico ventajoso, normalmente para influir a un público”.
– Reinares (2003): “Hablar de terrorismo es hablar de violencia, de una violencia caracterizada fundamentalmente porque el impacto psíquico que provoca en una determinada sociedad supera ampliamente las consecuencias puramente materiales. Es una violencia sistemática e imprevisible, practicada por actores individuales o colectivos y dirigida contra objetivos vulnerables que tienen alguna relevancia simbólica en sus correspondientes entornos culturales o marcos institucionales”.
– Poland (2004): “El terrorismo es el uso ilegal o amenaza de violencia contra personas o propiedad. Normalmente se piensa que intimida o coerce a un gobierno, individuo o grupo, o lo hace para modificar su conducta o política”.
– Bjorgo (2005): “El terrorismo es un conjunto de métodos de combate basados en una ideología identificable o movimiento, e implica el uso premeditado de la violencia contra (principalmente) no combatientes con el fin de lograr un efecto psicológico de miedo en otros objetivos que no son inmediatos”.
Sloan (2006): “La definición del terrorismo ha evolucionado a lo largo del tiempo pero mantiene una finalidad de cambio político, religioso o ideológico”.
– Hoffman (2006): “El terrorismo es, inevitablemente, político en cuanto a objetivos y motivaciones, violento, o lo que no es menos importante, utiliza la amenaza de la violencia para tener importantes repercusiones más allá de la víctima inmediata o de acción directa, siendo ejecutado por una organización con una estructura identificada de comando o célula (cuyos miembro no visten uniformes o lucen insignias), y perpetran sus ataques bajo una identidad de grupo o entidad no estatal”.
– Horgan (2009): “El terrorismo es un método para causar ansiedad que consiste en realizar acciones violentas repetidas que es empleado por individuos, grupos o elementos estatales (semi) clandestinos por razones políticas, criminales o de idiosincrasia, y en los que las víctimas directas de la violencia no son-a diferencia de los casos de magnicidio o asesinato político-el objetivo final”.
CIERTAS ACTIVIDADES QUE HACEN AL ORDEN, SEGURIDAD Y SERVICIOS PUBLICOS, DEBERIAN TENER PROHIBIDO EL DERECHO DE HUELGA.
ESO TENDRIAN QUE FIRMARLO CUANDO ENTRAN A TRABAJAR Y SI NO ESTAN DE ACUERDO
QUE SE BUSQUEN OTRO TRABAJO.
EXISTEN OTROS MECANISMOS PARA LOS RECLAMOS.
PARAR LA ACTIVIDAD, NO ES EL APROPIADO, SI NO ESTAS DE ACUERDO O NO TE GUSTA
TU TRABAJO, BUSCATE OTRO Y SANSEACABO (MAXIMO DIXIT)
Cómo Milei va arrinconando a Macri
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Eduardo van der Kooy
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
13/11/024
Javier Milei acaba de conseguir dos impactos políticos domésticos antes de embarcarse en el viaje a Miami que le permitirá, se supone, la fotografía anhelada con Donald Trump, electo hace poco presidente de los Estados Unidos. Además de participar en la cumbre conservadora que liderará el líder del partido republicano.
El INDEC comunicó que, finalmente, el índice de costo de vida de octubre perforó el piso del 3%. Ha sido del 2.7% que determina un alza de precios del 107% en diez meses y del 193% interanual. Se trata de la inflación más baja en tres años. Se trata, fundamentalmente, del ancla que le permite a la administración libertaria mantener una elevada adhesión social frente a otro tipo de carencias: de consumo, partidarias, institucionales y formas de entender el ejercicio del poder que despiertan dudas acerca del formato que a futuro podría adquirir el sistema democrático.
La otra cuestión que sobresale es, en esencia, política. Demostraría algo cercado por interrogantes desde diciembre que el paso del tiempo parece despejar de a poco. Milei se amigó rápido con las destrezas necesarias para la administración del poder. Representado por alguien cuya experiencia fueron apenas dos años en la Cámara de Diputados y ninguna pertenencia partidaria. El Gobierno enfrentó en las últimas horas el difícil desafío que planteó la oposición para limitar los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) y hacer caer el canje de deuda del ministro de Economía, Luis Caputo. Logró neutralizarlo con una doble maniobra: la solidaridad que otra vez demostró el PRO de Mauricio Macri con el líder libertario; la dispersión natural y también provocada en Unión por la Patria que imposibilitó que sus diputados fueran determinantes, como se conjeturaba, para obtener el quórum.
Macri venía endureciendo su discurso contra el Gobierno en el plano institucional. El costado con el cual el PRO pretende sobrevivir al paulatino sometimiento a que lo somete La Libertad Avanza. Milei tomó nota de tales novedades. Se encargó de subvaluar rápidamente la incidencia del macrismo en el Gobierno. El portavoz, Manuel Adorni, resultó el más lesivo cuando le preguntaron sobre el vínculo de Macri con el líder libertario: “Es un buen amigo del Presidente, a quien invita cada tanto a comer milanesas”, comentó con su habitual rostro pétreo. Con mayor delicadeza, el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, tomó un rumbo similar: “He leído algunas críticas del ex presidente. Tiene derecho, aunque me parecen totalmente injustificadas”, expresó.
El ingeniero transita por un sendero muy estrecho. Sabe de las falencias institucionales de Milei. A diferencia de lo que dijo el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio. Para él no serían importantes cuando “en la Argentina hay un 50% de pobreza”. El mandatario provincial las limitó a un problema del estilo presidencial. El tiempo dirá sobre lo acertado o no de tal caracterización. Macri vacila.
El problema consiste en que el ex presidente comulga mucho con el rumbo económico. Hasta estaría envidiando cierta “inconciencia” y audacia de Milei en la toma de decisiones. Eso lo induce a un repliegue ni bien avizora algún momento delicado. Sucedió con la sesión en la cual se cayó el tratamiento de los DNU. Macri nunca imaginó que Unión por la Patria se desperdigaría como lo hizo. Se anticipó y bajó la orden a los diputados del PRO para que no dieran quórum.
La decisión la adoptó en un encuentro del cual participaron Jorge Macri, el jefe de los diputados, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Maria Eugenia Vidal, el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, Fernando De Andreis y Soledad Martínez. Su argumentación estuvo a tono con el mensaje de las últimas semanas. Reiteró que modificar los DNU -un resorte crucial para Milei- atentaba contra la gobernabilidad y la institucionalización.
Se habría tratado, sobre todo, de no bajar las banderas de la narrativa interna que mantiene con la administración libertaria. Porque revisando parte de la historia, el PRO fue en el Congreso el partido que mayor cantidad de proyectos presentó en contra de la utilización indiscriminada de los DNU, que como senadora reglamentó Cristina en julio del 2006.
Macri propuso otro objetivo para exhibir firmeza ante algunos diputados que empiezan a mirar extrañados aquella mecánica de las contramarchas. Aseguró delante de los asistentes a esa reunión del lunes que se pondrían condiciones para que se aprueba el Presupuesto únicamente si se contemplan las necesidades de las provincias gobernadas por el PRO. ¿Está convencido el ex presidente que a Milei le desespera la aprobación del Presupuesto? ¿No se sentiría más cómodo, a lo mejor, con la prórroga del actual? Si eso ocurriera constituiría una excepción en democracia: dos (o tres) períodos consecutivos con las mismas estimaciones económicas.
El paso del tiempo también torna incómoda la situación del ex presidente. Una vez con Milei y varias con Santiago Caputo, el joven asesor convertido en intermediario con la Casa Rosada, Macri trató de imponer alguna conversación sobre el año electoral que se avecina. ¿Alianza total o por distrito? ¿Cómo se haría la integración de las listas? Silencio libertario.
La indefinición derivó en conversaciones impacientes de Macri con el Jefe de la Ciudad, su primo Jorge. El ex intendente de Vicente López insiste en que el Gobierno sigue sin cumplir con la coparticipación. Cada día estaría recogiendo señales en torno al deseo libertario de debilitar el territorio de origen del PRO. En la Legislatura, donde influye Karina Milei, percibe que el bloque libertario se mueve metódicamente en contra el oficialismo porteño.
Tampoco el ingeniero estaría aún en condiciones de descifrar la estrategia que cavila el mileismo para enfrentar al kirchnerismo en Buenos Aires. De allí que resulta difícil, como pretende Jorge Macri, establecer ahora mismo reglas de juego para la Ciudad. Va instalándose en la comarca del partido aliado del Gobierno un temor: que el PRO vea estrechar sus márgenes de negociación si la estabilidad económica y alguna recuperación productiva terminan por envalentonar al mileísmo.
En ese caso, habría que prestar atención al comportamiento de los diputados macristas. ¿Soportarán la incertidumbre hasta el minuto final? ¿O empezarán a desgranarse para ocupar algún sitio en las listas futuras? ¿Seguirán reparando en los atropellos frecuentes de Milei o se conformarán con las noticias favorables que pueda arrimar la economía? Incógnitas que indican que a 11 meses del gobierno de Milei el PRO empieza a rastrear un destino ahora incierto.
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Pablo Mendelevich
Kicillof y los próceres proscriptos
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
13/11/024
Milei dijo al asumir que en la época del Centenario la Argentina era la primera potencia mundial (acaso le sonaría pobre sólo recordar que figuraba entre los ocho primeros países). Victoria Villarruel de repente pasó por Madrid y, amnésica de la Triple A y de las desapariciones ocurridas durante aquel gobierno, se le ocurrió reivindicar a Isabel Perón, a quien días después le hizo hacer un busto. La presentó casi como una cruza santa de Churchill y Mandela. Tiempo después Milei desmintió que Alfonsín fuera el padre de la democracia. En realidad se trató de “un golpista” que derrocó a De la Rúa, aseguró, casualmente para celebrar el 30 de octubre, Día de la Recuperación de la Democracia.
Pues bien, ahora Axel Kicillof dice que a Cristina Kirchner la quieren proscribir como a Frondizi, Yrigoyen, San Martín, Rosas y Perón, a los que citó en ese orden. Más extraño fue el dato, destinado a explicar los porqués, de que “casi todos” ellos eran peronistas. Referencia certera, al cabo, en dos de seis (Perón y Cristina Kirchner), un tercio de la muestra. Las estadísticas nunca fueron el fuerte del economista que gobierna la provincia de Buenos Aires, quien como ministro de Economía resultó inolvidable. Seguramente por varias décadas.
Conviene detenerse en este aporte suyo de los seis próceres proscriptos porque, bien o mal, anticipa la música que el peronismo se dispone a remixar para hacerle frente en la calle a la sentencia de la Cámara de Casación. Aunque ya pasaron más de cincuenta años desde que el peronismo dejó de estar proscripto, el resabio victimológico se sirve recalentado en la mesa que lo solicite. Menem pasó un par de años diciéndose proscripto porque no le dejaban colar las piruetas estrambóticas que inventaba Rodolfo Barra para conseguir “la re-re”. Cristina Kirchner, aun pudiendo ser candidata a lo que fuere, se declara a su vez proscripta porque la juzgaron y condenaron debido a que direccionó fondos nacionales para la obra pública en favor de Lázaro Báez. Las proscripciones modernas por lo menos son más extravagantes que las de antaño: cuando se autopercibieron proscriptos, Menem era presidente de la Nación y Cristina Kirchner vicepresidenta.
El 6 de diciembre de 2022, al conocerse el fallo por la causa Vialidad, ella, muy nerviosa, hizo un discurso por televisión en el que no pudo respaldar con datos su declamada proscripción. Anunció entonces que no sería candidata “a nada”: lo justificó diciendo que no quería someter al peronismo a ser maltratado por culpa suya. Sin embargo, en previsión de la sentencia de Casación ahora hizo todo lo contrario, se puso a sí misma, formalmente, al frente del peronismo.
De la caótica batalla doméstica por la presidencia del PJ, Kicillof se retiró con la cola entre las piernas. Enseguida sintió que estaba sobrestockeado, debía purgar la sumisión atrasada. A lo mejor la obsecuencia urgente fue lo que lo obligó a saltearse el rigor histórico en sus comentarios.
La comparación con San Martín ni siquiera es original. Repite anteriores profanaciones de la memoria del Padre de la Patria realizadas por los aparatos de propaganda kirchneristas. Solventados con fondos del Estado hasta hubo videos destinados a exaltar las coincidencias de San Martín con Néstor Kirchner, una de las cuales, por lo menos, está fuera de toda discusión: nacieron el mismo día.
San Martín se fue a Londres en 1824 en forma voluntaria y si bien es conocida su desazón en el ostracismo, donde tuvo padecimientos económicos, no parece muy respetuoso compararlo con una política millonaria juzgada y condenada por quedarse con dineros públicos.
Lo de Juan Manuel de Rosas no es menos absurdo. Hay que tener en cuenta que cada vez que Kicillof, originariamente un marxista descafeinado, levanta la vista en su despacho, se topa con un enorme cuadro que él mismo hizo colgar: desde la pintura le clava la mirada su predecesor más célebre, acreedor originario de los superpoderes, líder anterior a la república que terminó su larga carrera autocrática en la batalla más grande del siglo XIX, Caseros. Comparar la era de las carretas y la vida de un caudillo que detestaba las constituciones con la democracia del siglo XXI sólo es posible en la cabeza de Kicillof, donde la historia se representa como una cinta continua de lucha entre los buenos y los malos de siempre. Kicillof no se acuerda de Sarmiento, de Alberdi ni de otros perseguidos y exiliados del rosismo. Mucho menos de la Mazorca, de la despiadada violencia contra los “salvajes unitarios” ni de que todavía faltaba más de medio siglo para el sufragio universal, secreto y obligatorio. Alude, se supone, a la condena a muerte contra Rosas en ausencia -mientras el Restaurador estaba en el exilio de Southampton que duraría un cuarto de siglo-, y al antirosismo de exclusión que recién sería liquidado por Menem en 1989, cuando repatrió los restos.
A Menem, curiosamente, el gobernador no lo incluye en su lista de gloriosos proscriptos equiparables con Cristina Kirchner, pese a su triple condición de peronista, preso durante más de dos años por la dictadura y, sobre todo, ex presidente perseguido por la Justicia por delitos de corrupción, resguardado varios años, todo igual que ella, en una banca del Senado. El cristinismo suele alternar dos victimizaciones para responder políticamente a los problemas judiciales de Cristina Kirchner. Una es la proscripción y la otra, el “lawfare”, imaginaria revancha mediático-judicial de los poderes concentrados. Alguien debería explicar alguna vez por qué misterio la proscripción castiga a ambos ex presidentes peronistas acusados de cometer delitos de corrupción, pero el “lawfare” a Menem no lo afecta, sólo se la agarra con ella.
Kicillof intercala a Hipólito Yrigoyen, el primer presidente derrocado por un golpe de estado, golpe del cual -el gobernador debería saberlo- participó el capitán Juan Domingo Perón (aunque después dijo que estaba arrepentido). Más aún, el 6 de septiembre de 1930 fue el sábado que Perón conoció la Casa Rosada. Arribó, según lo prueba una fotografía tomada por un reportero gráfico de LA NACION llamado Domingo Bronzini, caminando al lado del auto descapotable que llevaba al primer dictador, el general fascista José Félix Uriburu. A Yrigoyen, que padeció el asalto y saqueo de su casa de la calle Brasil, Uriburu lo metió preso en sucesivos barcos. Fue presionado mediante amenazas de fusilamiento, le armaron una causa judicial y le dictaron la prisión preventiva, para llevarlo finalmente a Martín García, donde pasó detenido casi un año y medio. Rechazó el indulto que le quiso dar Uriburu, su salud se deterioró y falleció menos de tres años después de haber sido derrocado. Pero tal vez Kicillof no reparó en el detalle de que se trataba de una dictadura militar, lo cual vuelve absurda la comparación con Cristina Kirchner, perseguida penalmente por jueces de la Constitución, muchos de los cuales fueron designados por ella y por su marido.
La proscripción sufrida por Marcelo T. de Alvear (que desencadenó la abstención del radicalismo) a Kicillof no le interesó, quizás porque Alvear no era del “campo popular”; su mención podría perturbar el ordenado mundo del gobernador, donde los perseguidos invariablemente son los buenos. En cuanto a Perón, quien no sólo persiguió opositores sino también a algunos propios (como Cipriano Reyes o Domingo Mercante), no hay duda de que fue proscripto, tanto él como el peronismo. Además de una injusticia, un error histórico enormemente oneroso. En 1972, lo de su probable candidatura presidencial, cuando Lanusse le exigió retornar al país antes del 25 de agosto y Perón decidió hacerlo el 17 de noviembre, requeriría tal vez una discusión más fina para definir si hubo allí una proscripción o una pulseada entre dos generales sin ningún ganador.
Más polémica es la inclusión de Frondizi en la selecta lista de Kicillof, no porque los militares no le hubieran hecho la vida imposible mientras gobernó y no lo hubieran tenido preso (otra vez en Martin García) hasta 1963, sino por el papel que desempeñó el peronismo, como víctima y a la vez como victimario, en esos cuatro años de gobierno desarrollista. ¿Qué tiene que ver la suerte de Cristina Kirchner con la de Frondizi, quien acabó atenazado por los insufribles planteos de las Fuerzas Armadas y las desestabilizaciones ordenadas por Perón desde Madrid para llevar adelante la “Resistencia”?
Como el móvil de Kicillof no pasaba por honrar la verdad histórica sino por recuperar el cariño de Cristina Kirchner después de amagar enfrentarla (antes lo lograron Sergio Massa y Alberto Fernández, por qué no se esperanzaría él), en su búsqueda de presidentes peronistas perseguidos omitió a Isabel Perón, la heroína recuperada por Victoria Villarruel.
Aldous Huxley dijo: “quizás la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia”. Hay algo peor. Cuando la historia se convierte en un insumo acrítico de la cotidianeidad política.
LA ARGENTINA POLÍTICA
Celeste Del Bianco
Cristina Kirchner: “La sentencia busca disciplinar a la dirigencia política, social y sindical”
Página/12
14/11/024
A un fallo político, Cristina Kirchner respondió con política. Al mediodía, mientras los jueces de la Sala 4 de la Cámara de Casación Penal, Mariano Borinsky, Gustavo Hornos y Diego Barroetaveña, confirmaban la condena en su contra en la Causa Vialidad, la expresidenta mantenía una reunión en Moreno con 400 promotoras de género. «Como no se bancan que una mujer tenga razón hacen lo que hicieron hoy en Comodoro Py», dijo sobre el fallo que busca proscribirla para ejercer cargos públicos. “El efecto principal de esta sentencia, metodología o persecución, es disciplinar a la dirigencia política, social y sindical”, advirtió la presidenta del Partido Justicialista, que horas después recibió una carta firmada por más de 250 presidentes, expresidentes y dirigentes políticos del mundo que se solidarizaron con ella y denunciaron «Lawfare», entre ellos Xiomara Castro, Luis Arce, Rafael Correa y Evo Morales. Además, dijo que está dispuesta a pagar el precio de ir a prisión por «haber cumplido con tu generación»
«Como no me pueden pegar, porque viste que cuando uno discute y tiene razón, pum, piña. Como no me pueden dar la piña, entonces hacen las cosas que hacen como la que hicieron hoy en Comodoro Py», dijo CFK durante una actividad que compartió con la intendenta de Moreno, Mariel Fernández. Un par de horas antes, el tridente de Casación dió a conocer el fallo de una forma poco usual para su metodología habitual, que es colgar el texto en internet. Esta vez, fijó la audiencia con un mes de anticipación y leyeron la sentencia en un streaming que fue levantado por los canales de televisión. Allí, ratificaron lo que se preveía: la confirmación de la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos contra la expresidenta por licitaciones de obras públicas en Santa Cruz.
Los abogados de la expresidenta habían anticipado que no iba a presentarse a la audiencia y que la seguiría de manera remota para no prestarse al show. Y así fue, a la medida judicial con fuerte contenido político, respondió con más política, entre militancia y dirigencia. Primero en el oeste del conurbano bonaerense y, después, en el Instituto Patria, donde saludó a cientos de personas que la esperaban en la calle y se reunió con legisladores. «Cuando sos mujer, todo te lo hacen 20 veces más difícil. Y si por algo me castigan no solamente es por todo lo que hice sino porque soy mujer también. Y no se bancan discutir con una mujer y que no puedan tener razón», agregó Cristina Kirchner tras la puesta judicial que también tuvo su correlato mediático.
Aplaudida por cientos de mujeres vestidas con remeras violetas (por su trabajo en la prevención de la violencia de género), agregó: «No importa chicas, al lado de lo que han tenido que aguantar miles y miles de mujeres en condiciones horrendas, esto no lo veo como un sacrificio sino casi como una obligación de alguien que tiene un proyecto de país y un modelo de sociedad. Nada que agradecer, soy yo la que viene a agradecerle a todas ustedes». A lo que las mujeres respondieron con el típico cántico de las bases: “Cristina, corazón. Acá tenés las pibas para la liberación”.
Minutos antes de las dos de la tarde, la titular del PJ llegó al centro porteño y fue al Patria, donde los militantes ocuparon la calle Rodríguez Peña al 80. Bajó del auto, entró al edificioy saludó desde el balcón. Mantuvo una reunión con numerosos dirigentes en la que ratificó lo que viene diciendo desde hace tiempo, que el fallo es una consecuencia de lo que hizo durante su gobierno y que busca correrla del escenario político argentino. Explicó que el efecto principal de la «sentencia, metodología o persecución, es disciplinar a la dirigencia política, social y sindical». Y puso como ejemplo el DNU 70/23 que aún no fue derogado en la Cámara de Diputados. Estuvieron los senadores y senadoras de Unión por la Patria Oscar Parrilli, Juliana Di Tullio, Eduardo “Wado” de Pedro, Alicia Kirchner y Anabel Fernández Sagasti y los diputados y diputadas Germán Martínez, Lucía Corpacci y Carlos Heller, entre otros. Además de dirigentes sindicales como Víctor Santa María, titular del sindicato de Encargados de edificios, y Roberto Baradel, secretario general de SUTEBA.
«Después de todo, que te metan presa por haber cumplido con tu generación, a otros que están desaparecidos, el precio que me hacen pagar, dentro de todo y mirando lo que otros sufrieron es bastante poco y estoy dispuesta a pagarlo porque no me van a hacer arrepentir de absolutamente nada”, agregó CFK en el encuentro del que también participaron referentes de La Cámpora como el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, el intendente de Lanús, Julián Álvarez, y su par de Quilmes, Mayra Mendoza.
El martes Cristina Kircher había publicado una carta en la que denunció el “zafarrancho judicial” del fallo cuyo “verdadero objetivo» es proscribirla. «Una vez más el peronismo y la proscripción. Nada nuevo bajo el sol», afirmó y repitió la frase que ya utilizó en otra oportunidad y que caló hondo en la militancia: «No fui ni seré nunca mascota del poder».
Poco después de conocerse el fallo, más de 250 presidentes, expresidentes y políticos de todo el mundo difundieron una carta en solidaridad con la expresidenta. «Expresamos nuestro absoluto rechazo a la persecución política, mediática y judicial a la que está siendo sometida», dice el texto firmado por la presidenta de Honduras, Xiomara Castro y su par de Bolivia, Luis Arce y los expresidentes Rafael Correa, de Ecuador; Evo Morales Ayma, de Bolivia; Ernesto Samper, de Colombia, y Manuel Zelaya, de Honduras, entre otros. Aseguraron que la condena «tiene como objetivo eliminar de la vida política a la dos veces presidenta y exvicepresidenta de los argentinos y las argentinas, así como también, los valores e ideales que ella representa».
No cabe dudas, señalaron, «de que la causa es parte de un plan sistemático de persecución, articulada por sectores políticos, mediáticos y judiciales, cuyo fin es proscribirla e instalar discursos de odio y violencia». El texto que también lleva la firma del jurista español Baltasar Garzón y el exvicepresidente boliviano Álvaro García Linera sostiene que la persecución contra CFK estuvo «promovida desde los medios de comunicación hegemónicos, el Poder Judicial, distintas agencias del Estado y dirigentes políticos» y se desarrolló «con la apertura e impulso de numerosas causas judiciales». Todas caractéristicas del lawfare que se viene aplicando contra los líderes de gobiernos populares de América Latina. Sin embargo, advirtieron, que «su consecuencia más dramática fue el intento de magnicidio del 1° de septiembre de 2022».
Por otra parte, en las afueras de los tribunales de Comodoro Py, se hizo una clase pública de la que particiaron el ministro de Justicia de la provincia de Buenos Aires, Juan Martín Mena, y el abogado y dirigente social Juan Grabois. Bajo el título “CFK, el poder real y la mafia judicial: un caso de estudio del lawfare”, describieron las irregulariodades de la causa Vialidad y el entramado judicial y mediático que la sostiene.“Acá estamos hablando de gente muy perversa. Yo vi el chiquero que tenemos detrás nuestro, con un ambiente prostibulario, que es un asco y poco tiene que ver con el imperio de la ley”, afirmó Grabois. (ver aparte).
Este domingo, CFK estará en Santiago del Estero donde participará de un acto por el Día de la Militancia en el que estará el gobernador Gerardo Zamora y el senador y presidente del PJ provincial, José Emilio Neder. Será a las 19 horas en el estadio de Quimsa.
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Raúl Kollmann
El alevoso copy paste de Casación en la condena a CFK
Página/12
14/11/024
Copiar y pegar. Tal como estaba previsto, la Sala IV de la Cámara de Casación, ratificó todas las condenas y absoluciones dictadas por el tribunal oral en la causa por las rutas en Santa Cruz. Lo grave es que el copy paste derivó en que no agregaron ni un argumento ni probatorio ni judicial a lo ya escrito. La condena a Cristina Fernández de Kirchner se basa en que, supuestamente, favoreció a Lázaro Báez para que ganara 51 de los 81 tramos de rutas que se construyeron en Santa Cruz. Los magistrados no pudieron contestar al argumento de que en las licitaciones participaron otras empresas que, no sólo no protestaron, sino que en el juicio oral dijeron, bajo juramento, que los procesos fueron normales y que Báez ganó las licitaciones porque podía ofrecer mejores precios: tenía el personal y las máquinas en la provincia.
El segundo argumento es que CFK dictó en 2009 el decreto 54 que habilitó el uso de un fideicomiso para pagar las obras. La realidad es que con ese fideicomiso se pagaron 500 obras de todo el país, fue controlado -y aprobado- por la Auditoría General de la Nación y, como señaló el jurista Rodolfo Barra -en las antípodas ideológicas de CFK-, no constituyó ningún delito. La tercera acusación contra CFK es que, al final de su mandato, se decidió crear una deuda a favor de Báez, librar un pago para que indemnizara a todos los trabajadores de la constructora y después se produjera un cierre, borrando todas las pruebas del supuesto delito. No hubo creación de deuda, no hubo pago alguno y no existió ninguna reunión entre Báez y CFK. La sensación que queda es que, como era previsible, el show de la condena y la proscripción debía continuar.
Copiado y extenso
A la hora señalada, las 11 de este miércoles, los jueces Gustavo Hornos, Mariano Borinsky y Diego Barroetaveña aparecieron para la foto. Todo fue breve: en apenas 10 minutos leyeron la parte dispositiva del fallo que consistió en confirmar las condenas dictadas hace dos años por el Tribunal Oral. Nadie se apartó ni un milímetro de lo anticipado por los medios: seis años de prisión e inhabilitación perpetua para Cristina, seis años para Lázaro Báez y para el ex titular de Vialidad, Nelson Periotti, seis años para el ex secretario de Obras Públicas, José López, y condenas más bajas para los demás.
En el extenso texto, 1543 páginas, se repiten frases del estilo de “eso no llega a rebatir el argumento del fallo del tribunal oral”; “son argumentos ya planteados”; “se confirma lo que dijeron los magistrados” y similares. O sea, no hay una revisión integral, con nuevos elementos, algún enfoque nuevo o una nueva valoración de una prueba. Fue copiar y pegar. La periodista Sofía Caram descubrió, horas después, que eso fue literal: el juez Hornos copió dos veces la misma pagína del fallo del Tribunal Oral, repitiéndolo, palabra por palabra, en las páginas 452 y 453.
Hornos, seis veces visitante de Macri en la Casa Rosada, postuló agregar el delito de asociación ilícita, subiendo la pena a 12 años de prisión, pero Borinsky y Barroetaveña descartaron ese delito que, como se sabe, siempre fue un instrumento político. En su momento contra los sindicatos, los movimientos sociales, las organizaciones guerrilleras. Ahora, se usa contra los líderes progresistas.
A partir de este miércoles, las defensas tienen diez días para presentar el recurso para llegar a la Corte Suprema. Está la versión de que, como es un expediente complejo, el plazo se estiraría a 40 días. De lo contrario, la fecha tope para presentar el recurso es el 28 de noviembre.
1.- Las claves del fallo: favorecieron a Lázaro Báez
Las acusaciones de la causa Vialidad fueron variando a lo largo de todo el proceso, pero al final se redondeó en unos pocos puntos. El primero, que Cristina y todos los demás jugaron a favor de que 51 de los 81 tramos fueran ganados por Báez.
En primer lugar, nada vincula a CFK con esas licitaciones que se hicieron en Santa Cruz, se adjudicaron en Santa Cruz y se controlaron en Santa Cruz.
No hubo un solo testigo en el juicio -las audiencias duraron tres años y medio–, que dijera que ella intervino de alguna manera o sugiriera algo.
Hornos dice que empresas competidoras como Petersen fueron descalificadas por presentar precios un 20 por ciento por encima de lo presupuestado y que, en cambio, a Báez no lo descalificaban. Ninguna empresa competidora -muy enemigas de Báez- se presentó nunca a judicializar la licitación, protestando por algún supuesto fraude. Pero, además, los competidores Carlos Wagner, Juan Chediak y hasta el primo de Mauricio Macri, Angelo Calcaterra, declararon en el juicio. Lo hicieron bajo juramento y dijeron que era lógico que Báez ganara porque tenía los empleados y las máquinas radicadas en Santa Cruz, lo que le permitía proponer valores más bajos. Por otro lado, Báez nunca ganó una licitación fuera de Santa Cruz, lo que demuestra -dice su defensa- que no era el caballo del comisario, que tenía ayuda nacional, como decían los fiscales y ahora dice la Casación.
2.- Le dieron todo el poder a Vialidad de Santa Cruz
Hornos pone el énfasis en que, mientras en el resto del país, había participación mayoritaria de Vialidad Nacional, en Santa Cruz se hicieron el 76 por ciento de las obras por convenio con Vialidad provincial. O sea, que le dieron todo el poder al organismo santacruceño. Lo preocupante del argumento es que ya se explicó hasta el cansancio: Vialidad Nacional había desmantelado su sede de Santa Cruz, no tenía ninguna estructura, y por eso las obras debieron hacerse en convenio con Vialidad de Santa Cruz que licitó, adjudicó, controló y pagó. Pero en el resto del país hubo cientos de obras por convenio, incluso con municipios, no sólo con provincias.
3.- Cristina firmó el decreto 54 de 2009 que facilitó los pagos de las obras
Hasta ese año, 2009, cada obra requería un decreto para permitir el pago de obras viales utilizando un fideicomiso constituido en base a una tasa sobre la venta de gasoil. El decreto habilitó a Vialidad Nacional para utilizar los fondos del fideicomiso para las todas las obras que considerara.
Lo real es que se utilizó en 500 obras de todo el país. No se dirigió en nada hacia Lázaro Báez.
Como es obvio, hubo obras anteriores a 2009 y también se cuestionan. O sea, el decreto no cambió nada.
La utilización de los fondos fue evaluada, como todos los fondos del presupuesto, por la Auditoría General de la Nación, un organismo del Congreso. La rendición fue aprobada todos los años.
Rodolfo Barra, que políticamente está en las antípodas de CFK, dictaminó que “el decreto fue legítimo y continuaba vigente. El Congreso y la AGN aprobaron las cuentas. No hay responsabilidad penal de un presidente en la forma en que son usados los fondos”. Con eso quiso explicar que, si se asignan fondos, pero luego se mal utilizan, el delito es cometido por el que los mal utilizó, no por un presidente que dicta un decreto para todo el país.
4.- La operación Limpiar todo
En el juicio oral, sorpresivamente, en su alegato final, los fiscales Luciani y Mola usaron diálogos provenientes del celular del ex secretario de Obras Públicas, José López, aquel que tiró los bolsos con millones de dólares en el convento de General Rodríguez. Esos chats no se habían presentado en los tres años y medio del juicio ni se permitió a las defensas hacer una pericia sobre el celular para controlar que no hubiera agregados o faltantes en los diálogos utilizados por los fiscales.
La hipótesis que sacaron Luciani y Mola de esos chats fue que, al final del mandato de Cristina, hubo un acuerdo de CFK con Báez para crear una deuda a favor del constructor, hacerle un pago y con ese dinero indemnizar a los miles de trabajadores que se iban a quedar sin empleo porque Mauricio Macri abandonaría -como hizo- todas las obras. Con esa operación, se limpiaría todo, o sea se borrarían todas las pruebas.
La realidad es que ni se creó una deuda a favor de Báez ni se le hizo pago alguno. Tampoco hubo una reunión entre CFK y Báez como dijeron los fiscales. Lo grotesco es que cuando Luciani y Mola aparecieron con los chats y esa nueva acusación, Cristina pidió declarar, porque habían sacado de la manga una supuesta prueba. Quiso responder. No se lo permitieron.
La historia no se termina con el copiado y pegado. Habrá un nuevo paso después que la Sala IV sólo repitió el guion armado desde hace ocho años por la trama judicial, alineada con el macrismo, con sede en Comodoro Py. El escenario se trasladará entonces a la Corte Suprema, con tiempos y un final imprevisible. Este miércoles, en simultáneo, en el edificio de Retiro, en un piso juzgaban a los que quisieron matar a Cristina y, en el otro, se leía el fallo para inhabilitarla. Como dijo la ex mandataria, intentos de terminar con su vida física y política.