Por Hernán Andrés Kruse.-
“Para Popper tanto el perfectismo, como el utopismo y el dogmatismo son peligrosas trampas del pensamiento. El utopismo implicará siempre la violencia y la propuesta de una forma de sociedad cerrada. Las propuestas del utopista en cuanto presuponen que sea posible conseguir, de una vez por todas, instituciones sociales perfectas no admitirá ni crítica y en consecuencia logrará que no se produzcan los cambios de manera parcial y natural. En ese escenario, el cambio solamente tendrá que ser violento. Las posturas críticas, en la posición del utopista, aparecerán como peligrosas e inútiles en el sentido que no estarán trabajando en el camino hacia el diseño de la sociedad ideal que persigue. El perfectismo, al querer generar una sociedad perfecta, puede llevar a cometer las más grandes atrocidades. Y el dogmatismo es una postura que se vuelve contra la realidad. En su creencia firme y a toda prueba en su dogma desconoce el movimiento social, el cual evidentemente nunca se ajustará a su postura cualquiera que ella sea. Tanto el perfectismo, el utopismo y el dogmatismo han estado a la base tanto del totalitarismo del siglo XX como del fundamentalismo del Siglo XXI.
Vinculado con lo recién expuesto, para el liberalismo que sustenta Popper no será importante la pregunta, que se repite constantemente en la historia de la filosofía y teoría política y también en la política práctica, relativa a ¿quién debe gobernar? Este interrogante ha sido utilizado por todos los partidarios de sociedades con soluciones totales. Popper, por su parte, planteará que el interrogante que es fundamental para el liberalismo es otro y que tiende a cambiar el centro de gravedad del proceso político. Esta pregunta es, en consecuencia, radicalmente distinta de la anterior. Esta interrogación dice relación, de alguna manera, con el control del poder y su repartición en varias manos e instituciones al interior de una sociedad. Esta pregunta es la siguiente: ¿cómo controlar a quién gobierna?
Para Popper la postura preconcebida apunta en una senda de objetivización del proceso político y, como sosteníamos recientemente, el objetivo es pasar de la importancia central radicada en el quién hacia el cómo, es decir, hacia la solución de corte institucional. Con esto el liberalismo tiene en vista la preservación del régimen democrático y liberal de gobierno con sus valores estrechamente asociados como son la libertad y la tolerancia. Por lo tanto, en esta concepción liberal todos los problemas políticos serán problemas de estructuras legales antes que de personas.
Y es dentro de este contexto, que las instituciones más importantes estarán vinculadas al control de los gobernantes que administran el Estado. Este punto para Popper, tiene directa relación con la preservación de la libertad y la democracia. En este punto el combate hacia toda forma de opresión que quiera eliminar la libertad y la democracia, se hace desde el Estado. Toda postura fundamentalista que amenace la libertad social y política debe ser combatida con la mayor fuerza sea ésta de carácter religioso, político o económico.
El liberalismo, en la visión de Popper, será una postura, tal vez, no preocupada en demasía por la historia y su influjo sobre el presente y el futuro, pero se empeña potentemente en mejorar las instituciones existentes. En este mismo sentido, el liberalismo popperiano no es una postura que crea en la infinita y divina superioridad del Estado, pero tampoco se trata de un liberalismo que proponga una suerte de anarquía. Para Popper la anarquía es una exageración peligrosa de la libertad. En esta línea Popper, entregará una de sus primeras declaraciones en torno al rol y la defensa del Estado. Así nuestro filósofo sostiene: “El Estado es un mal necesario: sus poderes no deben multiplicarse más allá de lo necesario. Podría llamarse a este principio la ‘navaja liberal’ […]”.
Para este liberalismo es primordial la alianza con dos valores que se encuentran en un encumbrado lugar de la escala axiológica. Así para el liberalismo es fundamental la libertad y la tolerancia. Ahora bien, el liberalismo (y en este caso se debe extender al liberal, esto es al partidario del liberalismo) es una ideología tolerante con los tolerantes, pero es fuertemente intolerante con aquellos que se presentan y actúan de forma intolerante. Para Popper existe un punto muy importante en su concepción de liberalismo. Al igual que la libertad, la tolerancia no puede ser ilimitada, de otro modo, se autodestruiría. En realidad, para Popper la tolerancia ilimitada conlleva a la desaparición de la tolerancia, como sosteníamos inicialmente.
De igual manera, para el liberalismo en la óptica de Popper, la libertad es el valor más importante que se puede dar al interior de una sociedad. En este sentido, Popper afirma: “La discusión crítica es el fundamento del pensamiento libre del individuo. Pero esto significa que la verdadera libertad de pensamiento no es posible sin libertad política. La libertad política se convierte así en condición del pleno uso de razón de cada individuo”. Además para el liberalismo diseñado por Popper, la libertad no es acariciada solamente como una libertad económica, que es capaz de producir riqueza, sino que se toma a la libertad por razones supraeconómicas, esto es, por razones éticas y no materiales. La libertad es la única forma digna de convivencia del hombre. Y la libertad, que es el más importante de los valores políticos, necesita de una constante defensa, pues la libertad es un valor que se puede perder. Y una vez que una sociedad pierde la libertad es cuanto más la valora. Por tanto, la virtud para este liberalismo es valorarla cuando se la tiene y hacer todo lo posible para que no se extravíe. Para no ir tan lejos por el planeta en Sudamérica y en Chile ya tenemos experiencia con respecto a lo que significa perder la libertad y ser asolados por dictaduras criminales, que suspendieron el Estado de Derecho y las más mínimas garantías de los individuos, e incluso, para el caso chileno, establecer en la Constitución Política creada por Pinochet, la prohibición de pensar.
También, este liberalismo, que se asemeja a la social democracia, mantendrá un gran respeto por la tradición y por el aporte permanente de ésta al desarrollo de la sociedad. No obstante lo anterior, el liberalismo no es una postura tradicionalista, que tenga como sustento mantener el orden social que se ha heredado de la tradición. Por el contrario, el liberalismo popperiano intentará auspiciar y proponer los cambios, los continuos cambios, que la sociedad vaya requiriendo producto de su propia dinámica. Por lo tanto, si este liberalismo no es un tradicionalismo, mucho menos será una postura de tipo conservadora. Como hemos visto siguiendo a Magee, más bien la obra de Popper se inscribe en la tradición del socialismo democrático. El liberalismo, defendido por Popper, no deseará embalsamar el presente en el pasado. El liberalismo mantendrá una relación crítica con la tradición. La tradición, como hemos ya sostenido, es muy importante; sin embargo no se puede aceptar pasivamente, debe estar sometida a crítica y no ser un impedimento a la hora de impulsar cambios que la sociedad reclame.
En un sentido algo similar ha sostenido F. Hayek la importancia de la tradición (una tradición evolutiva) para la sociedad libre y la libertad. Así Hayek en su obra, “Los Fundamentos de la Libertad sostiene”: […] para la tradición evolucionista empírica el valor de la libertad consiste principalmente en la oportunidad que proporciona para el desarrollo de lo no ideado. A su vez, el beneficioso funcionamiento de la sociedad libre descansa, sobre todo, en la existencia de instituciones que han crecido libremente […] Aunque parezca paradójico, es probable que una prospera sociedad libre sea en gran medida una sociedad de ligaduras tradicionales”. Tenemos claro en cualquier caso, el sesgo más bien hacia la libertad económica que propicia Hayek versus una libertad política y social que propicia Popper. No son desconocidas las discusiones y debates que mantuvieron ambos sobre estas temáticas.
El modelo popperiano de sociedad abierta, que como hemos visto deja un lugar para la tradición siendo a su vez muy proclive al cambio continuo, en la cual las intervenciones políticas son simples intentos de solución de problemas particulares, se tiende a excluir toda acción de tipo holístico o revolucionaria que tenga la pretensión de resolver en un breve lapso, todos los problemas de la sociedad. En la sociedad abierta, es consentido que los ciudadanos puedan examinar críticamente todas las iniciativas de los gobernantes. En este sentido, como se puede percibir la sociedad abierta se opone frontalmente a los regímenes totalitarios. En este instante se puede comprender de mejor manera, la particular fuerza con la que Popper ha combatido las doctrinas teóricas de lo que él sostiene son el origen del totalitarismo y de lo que será en nuestra visión el fundamentalismo en el siglo XXI.
Según Popper, ya en su clásica postura en “La Sociedad Abierta y sus Enemigos”, las raíces teóricas de las ideologías totalitarias son rastreables en los sistemas filosóficos de tres grandes pensadores del pasado: Platón, Hegel y Marx. De esta forma, Platón en la interpretación de Popper, es el principal teórico de la sociedad cerrada y del tutelaje de la libertad en el mundo antiguo. En esta forma, el cientista político, Robert Dahl sostiene: “La idea de tutelaje, que fue expuesta en forma muy hermosa y perdurable por Platón en “La República”, ha ejercido un atractivo a lo largo de la historia”. En este sentido, Dahl precisa la concepción platónica sobre el tatuaje: “Una alternativa permanente frente a la democracia es que el gobierno esté a cargo de ‘tutores’, ‘custodios’ o ‘guardianes’ de la sociedad. Para quienes defienden esta concepción, la idea de que el pueblo comprenderá y defenderá sus propios intereses es ridícula, y más ridículo aún pensar que comprenderá y defenderá los intereses de la sociedad global. Estos críticos insisten en que la gente común no está calificada, evidentemente, para autogobernarse, y afirman que la premisa contraria de los demócratas debería reemplazarse por la propuesta que el gobierno le sea confiado a una minoría de personas especialmente capacitadas para asumirlo en virtud de sus conocimientos o virtudes superiores”.
Después del esplendor de la democracia en Atenas, por obra de Pericles, Platón habría opuesto un modelo de Estado arcaico y aristocrático. Este tipo de Estado es diseñado por Platón en “La República” y se caracteriza por algunos signos típicos de la sociedad cerrada. Estos signos son los siguientes: a) El primado de la comunidad sobre el individuo. b) La división de clases. c) El Gobierno entregado a las manos de algunos pocos sabios. d) La comunidad de mujeres y de bienes. e) Los límites a la libertad de expresión
Básicamente sobre el punto relativo a la libertad de expresión, Popper insiste que en la obra de Platón este tipo de expresión no existe. Así Popper señala: “[…] elabora fría y cuidadosamente la teoría de la inquisición. El pensamiento libre, la crítica de las instituciones políticas, que enseña nuevas ideas a la juventud, y las tentativas de introducir nuevas prácticas religiosas e incluso nuevas opiniones son todos delitos capitales”. En este mismo párrafo de manera seguida Popper afirma: “En el Estado de Platón, Sócrates jamás hubiera tenido la oportunidad de defenderse públicamente; lejos de ello, hubiera sido transferido al Consejo Nocturno secreto para el ‘tratamiento’ y, finalmente, para el castigo de su alma conturbada”.
En el mundo moderno la herencia de Platón fue tomada, según Popper, sobre todo por parte de Hegel. La filosofía hegeliana de la historia, basada sobre la identidad del real y racional y sobre el inexorable movimiento dialéctico de tesis, antítesis y síntesis, ha jugado y tenido gran influencia sobre el pensamiento político del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX. En el pensamiento político de Hegel emergerán algunos elementos propios del totalitarismo, a la manera en que se conoció, en el siglo XX. De esta manera, Popper identifica características tales como: a) La mentalidad colectiva, mediante la cual el individuo es nada y por el contrario el Estado es todo. b) El éxito de un Estado se mide en las guerras en que ha triunfado en los confrontes con otros Estados.
En cualquier caso, no es Popper el único autor que toma una postura tan categórica frente a la obra de Hegel, particularmente a lo que podríamos denominar su filosofía política. La obra de Hegel como todo gran trabajo de la historia de la filosofía ha tenido furibundo partidarios y continuadores, pero también grandes críticos. Entre estos últimos sería oportuno considerar la opinión que de Hegel tuvo una de sus contemporáneos. Arthur Schopenhauer, quien tuvo la posibilidad de conocer personalmente a Hegel, entregó la siguiente apreciación sobre su filosofía: “Hegel, impuesto desde arriba por el poder circunstancial con carácter de gran filósofo oficial, era un charlatán de estrechas miras, insípido, nauseabundo e ignorante, que alcanzó el pináculo de la audacia garabateando e inventando las mistificaciones más absurdas”. Igualmente en la misma obra Schopenhauer sentencia: “Fichte es el padre de la seudofilosofía, del método fraudulento que intenta engañar con la ambigüedad en el uso de las palabras, el discurso incomprensible y los sofismas, imponerse con un tono distinguido y así embaucar a los que están deseosos de aprender; tras haber sido aplicado por Schelling, el método alcanzó su cima con Hegel en quien maduró hasta la auténtica charlatanería”.
El tercer pensador que Popper acusa de haber promocionado sociedades de tipo cerrado es Karl Marx. La obra de Marx es amplísima y de fundamental importancia para las ciencias sociales hasta hoy. No obstante lo anterior, tiene entre otras múltiples características la de identificar el rol fundamental que la organización económica desarrolla al interior de una sociedad. Marx sostiene la tesis según la cual todos los pensamientos, ideas y acciones de los hombres son explicables en referencia a la matriz económica. La tesis anterior obliga a Marx a subordinar la política y la posibilidad del cambio al aspecto económico. Se establece de esta forma la dialéctica entre capital y proletariado. La única forma de liberación del proletariado, afirmará el marxismo, será la revolución que el proletariado deberá llevar adelante en busca de la sociedad sin clases al final del camino. En consecuencia, la libertad del Estado liberal, como tal, se vuelve formal, esto es, incapaz de poder generar la igualdad económica. Popper en este aspecto afirmará: “Esta ‘mera libertad formal’, es decir, la democracia, el derecho del pueblo de juzgar y expulsar del poder a sus gobernantes, es el único medio conocido para tratar de protegernos del empleo incorrecto del poder […]”.
Karl Popper se muestra abiertamente crítico de Marx acusándolo de haber profetizado sobre el destino de la sociedad y ser un exponente del historicismo, sin embargo Popper reconoce fuertemente las razones que Marx tuvo al frente al desarrollar su teoría. Así Popper sostiene: “[…] no puede dudarse del impulso humanitario que mueve al marxismo, […] Marx realizó una honesta tentativa de aplicar los métodos racionales a los problemas más urgentes de la vida social. El valor de esta tentativa no es menoscabado por el hecho de que en gran medida no haya tenido éxito […] La ciencia progresa mediante el método de la prueba y el error. Marx probó, y si bien erró en sus principales conceptos, no probó en vano. Su labor sirvió para abrir los ojos y aguzar la vista de muchas maneras. Ya resulta inconcebible, por ejemplo, un regreso a la ciencia social anterior a Marx, y es mucho lo que los autores modernos le deben a éste, aun cuando no lo sepan. Esto vale especialmente para aquellos que no están de acuerdo con sus teorías, como en mi caso, no obstante lo cual admito abiertamente que mi tratamiento de Platón y Hegel, por ejemplo, lleva el sello inconfundible de su influencia […] No se puede hacer justicia a Marx sin reconocer su sinceridad. Su amplitud de criterio, su sentido de los hechos, su desconfianza de las meras palabras y, en particular, de la verbosidad moralizante, le convirtieron en uno de los luchadores universales de mayor influencia contra la hipocresía y el fariseísmo”.
En el mismo sentido de Popper, el sociólogo Tom Campbell sostiene: “Al considerar la teoría del hombre de Marx, debe quedar claro que existe un fuerte elemento humanista en su pensamiento: aspira a que se desarrollen totalmente las capacidades creativas del hombre como objetivo a conseguir por el progreso histórico”.
Por último, podemos observar los principios liberales que Popper ha señalado como los más importantes. Estos principios más que entenderlos como liberales los podríamos comprender como los principios que deben guiar la convivencia en una sociedad abierta, libre y democrática en donde la crítica permanente es uno de los baluartes, en el sendero de buscar los mejores caminos para el normal desarrollo que impone el dinamismo de una sociedad libre. Así Popper señala estos principios de la manera siguiente:
“El Estado es un mal necesario […] la diferencia entre una democracia y una tiranía es que en la primera es posible sacarse de encima el gobierno sin derramamiento de sangre; en una tiranía no es posible […] la democracia como tal no puede conferir beneficios a los ciudadanos […] la democracia no proporciona más que la armazón en la cual los ciudadanos pueden actuar […] somos demócratas no porque la mayoría siempre tenga la razón, sino porque las tradiciones democráticas son las menos malas que conocemos […] una utopía liberal-esto es, un Estado racionalmente diseñado a partir de una tabula rasa sin tradiciones-es algo imposible. Pues el principio liberal exige que las limitaciones a la libertad de cada uno que hace necesaria la vida social deben ser reducidas a un mínimo e igualadas en lo posible […]”.
(*) Juan Guillermo Estay Sepúlveda (Universidad Católica de Temuco-Chile), Mario Lagomarsino Montoya (Universidad Católica de Temuco-Chile), Juan Mansilla Sepúlveda (Universidad Andrés Bello-Chile), Marcos Parada Ulloa (Universidad Adventista de Chile) y José Luis Reyes Lobos (Ministerio de Educación Provincial San Antonio-Chile): “El liberalismo de Popper: Más necesario que nunca” (Logos-La Serena-2018).
30/12/2024 a las 11:54 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El horrendo “efecto rebote” que sacude a la Argentina
Jorge Fernández Díaz
28 de diciembre de 2024
LA NACION
Tenía doce años, excelentes notas y una conducta intachable, y era sobre todo un chico muy educado y querido en aquel colegio mixto de Valencia. “Formado en el respeto a las niñas y la igualdad, Pedro era de los que no pasan por alto un comentario supuestamente machista, una frase hecha, un lugar común –narra Arturo Pérez-Reverte, que es un espíritu ecuánime e independiente, y es además amigo de su padre–. Valoraba al otro sexo porque había sido educado para ello por sus padres y profesores. En esa materia era puntilloso, implacable como un gendarme prusiano. Sin embargo, llegó el día fatal”. Una niña de su edad, que había protagonizado ya varios incidentes con otros alumnos, sin que mediase acto previo ni provocación le propinó una cachetada en la calle, y Pedro se la devolvió. El episodio no pasó a mayores, y hubiera caído en el olvido, si no fuera porque los padres de la niña pusieron una denuncia en la escuela y se reunió el consejo directivo para analizar el asunto. A su turno, Pedro alegó: “Me pegó y le pegué sin pensarlo, es verdad. Nada más. Castigadme si lo hice mal, pero también ella lo hizo, y además me pegó primero. Así que castigadla también a ella. ¿No decís que los chicos y las chicas somos iguales?”. Luego de algunos cabildeos, la sentencia final fue contundente: suspendieron a Pedro una semana “por agredir a una compañera” y pusieron una nota negativa en su legajo; la niña fue absuelta. “Es injusto –les dijo Pedro a sus progenitores–. Me habéis estado engañando con eso de las chicas”. El amigo de Pérez-Reverte, que es un hombre cabal y moderno, está muy preocupado: “He notado algo y no me gusta. Ahora, cuando estamos viendo la televisión y hay una escena de reivindicación feminista, alguien defiende los derechos de la mujer o habla de la igualdad o algo parecido, no falla: cada vez, Pedrito, impasible el rostro, cambia de canal o se levanta y sale de la habitación con algún pretexto…Y a su madre y a mí nos llevan los diablos”.
La pequeña anécdota, narrada hace un tiempo por el autor de La isla de la mujer dormida, ocurrió en España, pero podría haber sucedido en cualquier país occidental, y sin duda en la Argentina, e ilustra y explica a la perfección cuantiosas encuestas donde se percibe que los varones jóvenes –educados bajo la apoteosis de la cultura woke– han encontrado en La Nueva Derecha quienes encarnen su rabia reprimida, su rebeldía y su revancha. Un votante tradicional de la centroizquierda, otro gran escritor español llamado Javier Cercas, le puso cifras al fenómeno mundial, reivindicó los adelantos en materia de igualdad que se hicieron durante estas dos décadas, pero recordó acertadamente lo que la historia enseña: “Toda revolución comete errores, incurre en excesos, perpetra abusos y padece sus pícaros y canallas; también muestra que son los propios revolucionarios quienes más interesados deben estar en evitarlos o denunciarlos”. No se detiene allí: “Toda denuncia falsa de acoso sexual o violencia machista es letal para el combate contra ambos”. Según el autor de Anatomía de un instante, los peores enemigos de las revoluciones han sido siempre los extremistas de la revolución o los oportunistas que se aprovechan de ella: en ese grupo anidan los más “grandes fabricantes de contrarrevolucionarios”.
Esa fábrica incesante, que abona el voto derechista, se suma a otros errores del progresismo, que obsesionado por las minorías perdió de vista los intereses de las grandes mayorías: mucha de la nueva y vieja clase trabajadora –los ciudadanos de a pie, el proletariado, los pobres– corren entonces a los brazos de sus antagonistas ideológicos. Una autocrítica honesta y despegada de la habitual “superioridad moral” del mundo progre debería incluir semejante paradoja economicista, pero este artículo no se concentra en ese plano –aquí la prédica machacante de esa deidad denominada Estado engendró con su reiterado fracaso el endiosamiento del mercado total–, sino de cómo la tiranía de lo políticamente correcto, la imposición de un lenguaje intrusivo (Birmajer dixit), el patrullaje disciplinador, las cancelaciones al arte o las delaciones a determinados “desobedientes”, el asfixiante adoctrinamiento escolar y televisivo, y la partidización de causas virtuosas generaron una réplica de contornos espantosos, una reacción desfachatada y retrógrada donde todo lo que estaba mal de pronto está bien y donde resulta divertida la tarea del nuevo iconoclasta: dinamitar lo que se veneraba hasta hace cinco minutos, para reimponer los antiguos y rancios prejuicios y costumbres que encima quieren hacer pasar por ideas novedosas y flamantes.
Ejemplos extremos de ese horrendo “efecto rebote” son la actual negación de cualquier feminismo, el desdén por el respeto a la diversidad sexual y la creciente homofobia, de la que se vanaglorian jocosamente algunos caciques de las Fuerzas del Cielo. Hay miles de comentarios contra la homosexualidad en las redes sociales e incluso en boca de algunos dirigentes, pero la escena más significativa tuvo lugar hace dos semanas en el Teatro Broadway, donde uno de los máximos referentes libertarios dijo: “El que se mueve es gay”. El cronista Matías Moreno, que estaba presente en esa sala llena donde también se encontraba –exultante– Santiago Caputo, narró así el momento: “Apenas termina la frase, las cámaras enfocan al público con un paneo. Todos sobreactúan una postura rígida. No vuela una mosca en el ambiente. Daniel Parisini y sus secuaces monitorean desde el escenario las expresiones. Ante el mínimo suspiro de un joven, el Gordo Dan echa una mirada enfática y se exaspera. Señala con el dedo índice a ese plateista: ‘¡Se movió! ¡Puto, puto, puto!’, grita. Y los fans aplauden a rabiar”.
La insolente imposición de un relato oficial blindado provocó algo peor que una lógica resistencia para recuperar el sentido común y evitar las desmesuras; creó lisa y llanamente un resentimiento social que va configurando una caricatura opuesta pero tan injusta y peligrosa como la que vino a combatir. Ahora los que patrullan y hostigan, y quizá pronto censurarán, son los que antes fueron perseguidos, agredidos y cancelados. Inquietante péndulo que no encuentra su justo medio, y que como una bola de demolición va rompiendo a un lado y a otro lado los frágiles edificios de la sensatez.
30/12/2024 a las 12:00 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Operativo 2025: Milei pone en
crisis los bastiones de Macri y
Cristina
Jesica Bossi
Infobae
29 de Diciembre, 2024
Si las elecciones del 2023 generaron un terremoto en el sistema político, las de 2025 pueden terminar de demoler estructuras que se mantenían, aún con dificultades, en pie. La provincia de Buenos Aires, bastión del kirchnerismo, y la Capital Federal, cuna del PRO, ingresan en la antesala del proceso de votación en estado crítico, por distintas razones.
Cristina Kirchner y Mauricio Macri, las dos figuras que dominaron la política argentina en los últimos 20 años, se ven desafiados para revalidar sus liderazgos y subsistir en la era libertaria.
La ex presidenta vio anticipada la disputa por su sucesión, y optó por poner el cuerpo: primero se impuso como presidenta del PJ nacional, y segundo, como posible candidata a diputada del principal distrito K. Está a punto de doblarle el brazo a Axel Kicillof, quien se percibe como heredero natural del “proyecto”, en la definición del calendario: Cristina quiere ir a las urnas en la misma fecha que la pelea nacional y, a pesar de las resistencias, es factible que así ocurra.
“Si desdoblamos, vamos rotos”, reflexiona un funcionario provincial. Rotos significa ir por separados La Cámpora, el Frente Renovador y Kicillof. Ceder en esta pulseada, también puede ser letal para las aspiraciones del gobernador: no convertirse en Alberto Fernández o Daniel Scioli, quienes declararon independencias imaginarias de su jefa y así terminaron
El laberinto de Macri es distinto al de Cristina. El peronismo ha cambiado de piel y de doctrina desde 1945, y lo podría seguir haciendo. El PRO peligra en su existencia misma porque comparte gran parte del ideario y del nicho electoral con La Libertad Avanza. El Gobierno se beneficia de la imagen de Javier Milei –en niveles óptimos todo el año- y del desgaste del macrismo, que va por su quinto mandato consecutivo en la Capital, y está fresco el recuerdo de una gestión presidencial que no logró ser reelecta.
La decisión de Jorge Macri de despegar los comicios legislativos porteños es una maniobra defensiva para retener la hegemonía en CABA. El PRO no pierde una elección allí desde 2007, cuando llegó al poder. ¿Mantendrá ese invicto? ¿Cómo impactará este desenlace en la siguiente contienda por el Congreso?
Los libertarios cuentan con amplio conocimiento de todos los vericuetos, negocios y resortes internos de la administración porteña prácticamente desde su gestación gracias a los servicios que prestó la consultora Move a distintos dirigentes macristas, desde los tiempos en que estaban bajo el ala de Jaime Duran Barba. De hecho, Diego Santilli –hoy pintado de violeta, aún sin salir del clóset- fue de los primeros clientes de Rodrigo Lugones, cuando estaba al frente de la firma a la que luego se sumó como empleado Santiago Caputo, hoy brazo ejecutor de los hermanos Milei.
Rodrigo, hijo de Mario Lugones, ministro de Salud, también planificó junto a Belén Stettler, del equipo de Move y asesora en distintas áreas oficiales, la campaña a jefe de Gobierno del ahora caído en desgracia Roberto García Moritán. La meteórica instalación del ex marido de Pampita fue gracias a su pareja pero también se valió de una táctica de golpes específicos para posicionarse. Tal es así que el propio Mauricio intervino para que baje su candidatura y despeje el camino de su primo Jorge.
Lugones y su equipo tienen muy estudiado y medido el electorado porteño, el impacto de los temas, las reacciones por comuna. “Van a pegar y pegar”, anticipan fuentes que conocen las conversaciones. Será una especie de foquismo, en términos guevaristas, en los que irán lanzando frentes de lucha por temas sensibles como la seguridad, el ABL, la recolección de basura.
Los libertarios se preparan para la guerra con el PRO, y está prácticamente descartado un cese del fuego y un pacto de unidad para la elección porteña. Están entrenando para llevar la voz cantante a Pilar Ramírez, los ojos de Karina Milei en Capital y presidenta del bloque de LLA en la Legislatura.
El desacople de la elección obliga a replantear la estrategia del Gobierno, que, al menos por ahora, reservará sus principales figuras para las legislativas nacionales. Manuel Adorni está apuntado para la pelea por el Congreso, aunque en la Casa Rosada hay quienes dicen que no dejaría su cargo como vocero, una función oficial que sería a priori incompatible con una banca.
En el Gobierno están imbuidos en un clima triunfalista, luego de cerrar un primer año de gestión con las metas cumplidas. Confían en que habrá mejoras económicas en los próximos meses y en su capacidad para marcar el debate público. Eso, consideran, arrojará buenos resultados en las urnas. Es más, en el pronóstico electoral de la Ciudad avizoran, quizá con morbo, que el orden del podio será: 1) LLA 2) kirchnerismo 3) PRO.
Los Macri están en lo cierto cuando se quejan de la hostilidad de LLA. Las discusiones en la Legislatura pasan desapercibidas en el plano nacional, pero las críticas y el tono marcan una convivencia imposible a nivel local.
Así lo muestran, por ejemplo, las intervenciones en la última sesión.
Pilar Ramírez (LLA), en contra del Código Urbanístico propuesto por Macri: “Nosotros no nos comemos el cuento de la planificación, cuando en realidad lo que están haciendo es seguir limitando la libertad individual (…) Esto es socialismo disfrazado que ahoga la iniciativa privada”.
Marina Kienast (LLA), en contra de la suba del ABL y patentes: “Es posible evitar este aumento si se decide reducir el gasto público, cosa que no se está haciendo. Lo más alarmante es que el peso del gasto público de la Ciudad se duplicó en relación con el PBI durante los últimos 20 años, y esto va en sentido opuesto a los compromisos asumidos en el Pacto de Mayo, que busca un Estado más eficiente y menos oneroso”.
Lucía Montenegro (LLA), en contra del presupuesto porteño: “Se criticó a Kicillof por gastar un millón y medio de dólares en gel íntimo o cuestiones de género, pero el gobierno porteño va a derrochar 250 millones de dólares para promover la misma basura. Resulta que, al final, no son tan distintos”.
Jorge Macri busca ordenar y fortalecer su comunicación en medio de la pelea, por eso ungió como vocera a Laura Alonso, aguerrida en redes, pero que volvió a la función pública con un discurso más institucional. El gobierno porteño había perdido impacto en la difusión de su posición, con lo cual la ex diputada y ex titular de la Oficina Anticorrupción aporta presencia donde había espacios vacíos.
El cronograma electoral porteño está encima. De no suspenderse las primarias, previstas para el 27 de abril, el cierre de alianzas será el 26 de febrero y el de listas de candidatos el 8 de marzo.
El kirchnerismo de la Capital, en todas sus vertientes, celebra el desdoblamiento.
Una idea que se baraja es recuperar el sello “Unidad porteña”, usado en 2017, cuando en la provincia Cristina Kirchner forjó más tarde, desde el llano, “Unidad ciudadana”, una convocatoria con pretensión extrapartidaria que empleó para dar batalla contra Esteban Bullrich, y terminó segunda por cuatro puntos (41 contra 37).
El kirchnerismo/peronismo no ve la posibilidad de ampliar sociedades por afuera que impliquen renegar de su esencia. “Cristina mide mejor que la UCR de (Martín) Lousteau y (Emiliano) Yacobitti, que está en entre 8 y 10 puntos siendo generoso. ¿Por qué buscaríamos una alianza con ellos?”, se pregunta uno de los dirigentes de peso de Capital.
De todas maneras, en el armado de la campaña ya empiezan a plantear una estrategia de tipo local, sin nacionalizar ni poner la imagen de la ex presidenta en el centro de la escena. “Que se plebiscite la gestión de Jorge”, sostienen, desde la presunción de que la percepción no es la mejor.
En la interna, La Cámpora está contenta porque el adelantamiento de la elección porteña obliga al peronismo a jugar su mejor carta que sería Leandro Santoro. Es un win win: apadrinado por Juan Manuel Olmos, operador todoterreno del PJ y aledaños, la figura del radical K le sirve para garantizar su influencia sobre la Legislatura y el poder local; mientras que haber liberado casilleros para la boleta nacional, le permite a La Cámpora (y a Cristina) garantizarse lugares propios. Es probable que no haya mucha innovación para la integración del Congreso, y se disponga que Mariano Recalde vaya por la renovación de su banca en el Senado. En Diputados, se vence el mandato de Gisela Marziotta, otra opción en danza.
Está mucho menos claro el escenario en la provincia de Buenos Aires, considerada “la madre de todas las batallas”, por su representación del 37% en el padrón nacional. De la mano de un grupo de intendentes, Kicillof se propuso adelantar la elección para liberarse del yugo de Cristina pero esa rebeldía perdió fuerza.
La Cámpora y el Frente Renovador, en una operación de pinzas, le condicionaron el debate por el Presupuesto, la ley fiscal y el pedido de endeudamiento. Aunque el gobernador le echa la culpa a la oposición, el tratamiento se empantanó porque empezaron a modificarle las partidas y el propio bloque de Unión por la Patria pateó para adelante la autorización para tomar deuda.
Si bien el kirchnerismo apuesta a retener el manejo de la provincia, sobre todo en la tercera sección electoral, la gobernabilidad de Kicillof se verá menguada no sólo por la interna de su espacio sino también porque aún con un resultado magro de La Libertad Avanza en la provincia (unos 30 puntos), la Legislatura tendrá una composición mucho más reacia. “No va a sacar una ley en los próximos dos años”, vaticinan desde LLA.
La distribución de bancas según los resultados electorales por sección no es proporcional, sino que se hace a partir de un sistema de pisos, lo que beneficia enormemente al primero, y luego al segundo, en detrimento del resto. LLA pasaría en el peor de los casos de 13 a 24 diputados, y de 5 a 11 senadores.
El peronismo continuaría siendo primera minoría, pero lejos del quórum, y le seguirían los libertarios, en perjuicio de lo que era Juntos por el Cambio que pone mucho más en juego.
Ese escenario de bloqueo no es mal visto por La Cámpora que, en definitiva, no trabaja para Axel 2027, y dejaría encendida la llama de Cristina a quien, como dijo Pepe Mujica, “le cuesta largar el pastel”.
30/12/2024 a las 12:09 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Guerra de encuestas y contradicciones entre libertarios y macristas
Fernando Laborda
29 de diciembre de 2024
La Nación
Así como ningún sistema electoral es perfecto, no hay reforma electoral completamente inocente. Cualquier modificación de las reglas de juego resultará la mayoría de las veces favorable para algunos y perjudicial para otros. De ahí que sea visto como sano el criterio de que toda reforma de esta clase sea adoptada al menos con dos años de anticipación para evitar suspicacias y que no sea aplicada para los comicios más inminentes, además de ser el fruto de un serio debate legislativo que genere un amplio consenso.
Desde hace algunas semanas, Javier Milei insiste en la necesidad de eliminar las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), ideadas para la selección de candidatos a cargos electivos en cada partido político. Es probable que sobren argumentos para su supresión. Por ejemplo, el alto costo que implica ese operativo electoral adicional y el despropósito que significa movilizar a la ciudadanía para convalidar muchas veces a postulantes que fueron impuestos a dedo y entre cuatro paredes por los líderes de fuerzas políticas. Por caso, el kirchnerismo prácticamente nunca empleó las PASO para dirimir candidaturas a cargos nacionales; tampoco lo hizo hasta ahora La Libertad Avanza en su corta vida, y el resto de los partidos lo hizo solo ocasionalmente. Lo cierto es que el personalismo que impera en la mayoría de las fuerzas políticas argentinas deriva habitualmente en el monopolio de las lapiceras para sus líderes. Y desde el momento en que la mayoría elude la competencia, las primarias abiertas son un gasto innecesario para las arcas del Estado.
Claro que los tiempos elegidos para las reformas conspiran contra la previsibilidad y la transparencia del proceso electoral. Esta discusión se profundizó en las últimas horas, luego de que el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, anunciara que las elecciones de legisladores locales no se realizarían simultáneamente con los comicios nacionales, sino el 6 de julio, al tiempo que propuso suspender las PASO en el distrito. Interpretando que el desdoblamiento electoral apunta a una estrategia del macrismo para despegar la suerte local de la nacional, el mileísmo de la ciudad, motorizado por su referente Pilar Ramírez, declaró que “cambiar las reglas de juego en pleno año electoral no hace más que levantar sospechas de segundas intenciones”. A veces los libertarios parecen enredarse en sus propios mensajes. ¿Acaso Milei no está propiciando la eliminación de las PASO en pleno año electoral? A confesión de parte, relevo de pruebas.
Las contradicciones no son menores en el macrismo. Quienes ahora avalan el desdoblamiento electoral en CABA, opinaban distinto en otras épocas. En 2019, el propio Jorge Macri apoyó en Twitter la decisión de la entonces gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, de no desdoblar las elecciones para “priorizar a los bonaerenses por sobre cualquier especulación electoral”.
Pocas dudas hay de que detrás de los tejes y manejes electorales están la estrategia del oficialismo de absorber los votos de Pro ofreciendo una polarización entre el mileísmo y el kirchnerismo, y los esfuerzos de los dirigentes macristas para sobrevivir a esa embestida.
La más reciente encuesta nacional de Jorge Giacobbe & Asociados le asigna al espacio de La Libertad Avanza una intención de voto del 40% contra el 24% del peronismo K y apenas el 8% de Pro. Proyectando el voto de indecisos (15%), la agrupación de Milei ascendería al 47% frente al 30% del kirchnerismo y el 9% de Pro. La novedad de este relevamiento es la polarización entre dos sectores políticos, que capturarían más del 70% de los votos, y la comprometida situación de Pro.
A mayor euforia oficialista, menores serán las chances de recrear una convergencia electoral entre La Libertad Avanza y Pro. Especialmente, cuando operadores mileístas planean seguir cooptando a dirigentes de las filas macristas.
Pero no hay peor consejero que el éxito. Tal vez por eso el macrismo no se rinde y apuesta a que, derrotada la inflación, la ciudadanía no votará a quien solo le garantice que la inflación no volverá. Su ilusión es que reclamará soluciones a otros problemas, como el desempleo, la inseguridad y la corrupción, al tiempo que la economía exigirá más reformas estructurales, empezando por la tributaria, que no podrán lograrse sin acuerdos políticos con los aliados naturales del Gobierno, ni sin un elevado respeto por la institucionalidad.
Milei buscaría poner al macrismo entre la espada y la pared, frente a la opción de ser furgón de cola de una alianza con La Libertad Avanza o jugársela solo en la contienda electoral, a riesgo de quedar relegado.
Vienen a cuento palabras de George Bernard Shaw: “El hombre razonable se adapta constantemente al mundo. El hombre no razonable persiste en querer adaptar el mundo a sí mismo. Por consiguiente, todo progreso depende del hombre no razonable”.
30/12/2024 a las 12:12 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
La estrategia de pelearse con los amigos
Joaquín Morales Solá
29 de diciembre de 2024
La Nación
No importa qué porcentaje de votos podría tener hoy el partido de Mauricio Macri. Tampoco importa averiguar si un protagonismo propio de la vicepresidenta Victoria Villarruel, en las elecciones legislativas del año próximo podría herir políticamente al gobierno de Javier Milei. Hay solo una pregunta pertinente: ¿para qué pelearse con los que están cerca o, mejor aún, para qué buscar enemigos donde no los hay? Tales razonamientos vienen a cuento porque el jefe del Estado se ocupó en los últimos días de maltratar las relaciones con Macri y con Villarruel, que fueron dos actores decisivos en su contundente triunfo frente a Sergio Massa en el balotaje de hace poco más de un año. Al expresidente de Juntos por el Cambio, Milei lo conminó a una alianza en todos los distritos o no habrá alianza en ninguno, amenazó. “No me gusta esa forma”, le replicó otro Macri, Jorge. A Villarruel la amonestó porque, aseguró, presidió una sesión del Senado inválida: la que expulsó al exsenador peronista Edgardo Kueider, el mochilero cargado de dólares inexplicables. Ella estaba supuestamente a cargo en esos momentos del Poder Ejecutivo y no podía, por lo tanto, presidir una reunión senatorial, dijo Milei. También le recriminó en público que homologara o permitiera que los senadores ganaran más de 9 millones de pesos mensuales dentro de un programa de severos ajustes en la economía de los argentinos. Macri sostiene que su partido, Pro, tiene una identidad propia y que él tiene la obligación de preservarla, aunque también propone una alianza electoral con La Libertad Avanza, el partido de Milei. Victoria Villarruel es afiliada al Partido Demócrata Nacional, que formó un frente electoral con los libertarios desde las elecciones legislativas de 2021. La vicepresidenta podría ser cómodamente una afiliada de La Libertad Avanza, pero tropieza con un escollo: nadie la invitó nunca a sumarse al partido del Presidente. En cambio, Milei sí los invitó a los Menem, Martín y Eduardo (“Lule”), a formar parte de La Libertad Avanza; los descendientes del influyente clan riojano aceptaron en el acto.
El enfrentamiento con los Macri tuvo en días recientes un momento de extrema tensión: fue cuando el jefe de gobierno capitalino, Jorge, decidió desdoblar las elecciones en el distrito federal y enviar a la Legislatura un proyecto para suspender las elecciones primarias obligatorias. En rigor, fue un anuncio con más espectacularidad que contenido si se lo mira inscripto en el paisaje nacional. En las elecciones locales se elegirán solo a los miembros de la Legislatura de la Capital, que es significativa para Jorge Macri. El jefe de la Capital tiene solo 12 legisladores de Pro de 60 que hay en total. Es la consecuencia, según deslizaron funcionarios capitalinos, de la política distributiva que aplicó en su momento Rodríguez Larreta entre aliados ciertos o eventuales. Para peor, los legisladores de La Libertad Avanza y los de Pro que responden a Patricia Bullrich se unieron a la izquierda para votar en contra del presupuesto de Jorge Macri. Milei puede hacer lo que quiera, pero Bullrich no puede desconocer su deuda política con Macri. De todos modos, el aspecto que más le importa a Milei son los senadores y diputados nacionales por la Capital, pero estos se elegirán el mismo día de octubre de las elecciones nacionales.
¿Habrá alianza entre Milei y Mauricio Macri? El expresidente de Pro se manifestó de acuerdo con la propuesta de Milei de hacer un acuerdo electoral nacional, aunque con palabras menos provocativas que las del actual presidente. Al mismo tiempo, expuso también sus condiciones: poner sobre la mesa de una futura negociación todas las ideas, las que comparten y las que no comparten. Macri suele ser el primer defensor del severo ajuste de la economía que está ejecutando Milei; incluso coincide con el jefe del Estado en calificar el ajuste actual como “el más grande en la historia de la humanidad”. “Nunca vi algo parecido a lo que está haciendo este gobierno en materia de ordenamiento de las cuentas públicas”, repite Macri entre políticos y empresarios. Pero el expresidente se alista entre los que tienen la certeza de que el cuidado de las instituciones y de la república es fundamental para el progreso de la economía. “Serán ideas de ‘viejos meados’, pero hay tres premios Nobel a los que acaban de premiar por decir lo mismo”, se explica el expresidente ante sus interlocutores. Refiere a los economistas Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson, que recibieron el Premio Nobel 2024 por sus estudios sobre el decurso de la economía según el mal o el buen manejo de las instituciones, y sobre cómo el desprecio institucional “afecta la prosperidad”. Para Macri, es más importante, según asevera entre los suyos, la coincidencia en torno a esas ideas que el mero reparto de cargos legislativos. De hecho, a esta altura del gobierno de Macri el riesgo país era más bajo que el actual, a pesar de que su primer ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay, había aplicado una política gradualista en materia de ajuste de las cuentas públicas porque no coincidía con los programas de shock, como el que está aplicando Milei. Según la interpretación de los macristas, esa aparente paradoja se debe a que Macri fue más respetuoso de las instituciones y de las personas que el gobierno de ahora.
Tanto Macri como Victoria Villarruel hablaron en algún momento con Santiago Caputo, el asesor al que le adjudican una decisiva autoridad en los organismos y las empresas más importantes de la administración. Nunca esas conversaciones amarraron en un puerto bueno, tal vez porque Karina Milei es, además del Presidente, quien tiene derecho de veto en esa trinidad política o, quizás, porque el propio Caputo el joven es un baqueano en el arte de decir una cosa y hacer otra. Sea como fuere, todo indica que es su propio tío, el ministro de Economía, Luis Caputo, quien le puso un límite al sobrino cuando nombró jefe de la AFIP a un viejo amigo suyo, Juan Alberto Pazo. A este jefe supremo de la agencia recaudadora deberá reportarse Andrés Vázquez, el cuestionado titular de la Dirección General Impositiva, que depende de la AFIP. Vázquez es dueño de una fortuna que no puede explicar, según la investigación que hace poco publicó en LA NACION el periodista Hugo Alconada Mon; fue propuesto para el cargo por Caputo el sobrino. “Es muy cordial en el diálogo, pero le gustan los malos”, suele decir alguien que frecuenta al Caputo asesor. ¿Es así realmente o es una estrategia de imagen? La historia se escribe en zigzag.
Los senadores no ganan ni ganarán más de 9 millones de pesos. Es una aseveración del Gobierno que está más relacionada con la distancia, al parecer sin remedio, entre el Presidente y la vicepresidenta que con la verdad. ¿Cuánto gana un diputado? Silencio. Eso no se cuestiona. Martín Menem es el escudo que los protege. Villarruel juega otro partido, más brutal y constante. Según el recibo de sueldo de un senador del interior del país, este cobró como dieta el primer día de noviembre pasado 3.514.202,19 pesos, a lo que deben sumársele 1.770.113,81 pesos por desarraigo y gastos de representación. En total, son 5.284.316 pesos. Ese es el monto que reciben en mano. Pero aun el salario bruto, sin descuentos, es de poco más de 8 millones de pesos.
El 1º de enero próximo se iba a terminar con el congelamiento de las dietas de los senadores; hubiera significado un aumento del 6,5 por ciento que cobrarían en febrero. Tampoco llegarían a cobrar más de 9 millones de pesos en mano. Nadie sabe cómo seguirá el conflicto desatado por el gobierno de Milei, pero lo cierto es que hay un vaho a demagogia cuando la administración mileísta cuestiona el salario de los legisladores. Villarruel está proponiendo que los aumentos se posterguen hasta las sesiones ordinarias del Congreso, que comenzarán el 1º de marzo próximo. La única condición debería consistir en que el Congreso no se convierta en un reducto exclusivo de ricos y corruptos.
La sesión que dispuso la expulsión del exsenador Kueider es válida porque simplemente Victoria Villarruel no fue notificada, mientras presidía la reunión, de que Milei estaba en un avión con rumbo a Italia. Abundan los dimes y diretes sobre quién les dijo qué a colaboradores de la vicepresidenta o si esta escuchó los anuncios del vocero presidencial, Manuel Adorni, sobre el viaje del jefe del Estado. Villarruel no tiene la obligación de escuchar todo lo que dice Adorni, ni los chismes tienen valor cuando las instituciones están en juego. Importan los actos formales. Según copia del acta por la que Villarruel quedó notificada de que se hacía cargo del Poder Ejecutivo (copia conseguida por el diputado de la Coalición Cívica Maximiliano Ferraro, invocando la ley de acceso a la información pública), la vicepresidenta tomó nota del viaje presidencial a las 19 horas del 12 de diciembre. “Tomo conocimiento del viaje del señor presidente a las 19 horas del corriente día”, escribió Villarruel al final del acta, a pesar de que el propio documento del escribano general del Gobierno precisaba que se había redactado a las 19 horas. La sesión que expulsó a Kueider concluyó a las 16.15, casi tres horas antes de la notificación formal y oficial.
Villarruel, que gana un sueldo del Poder Ejecutivo de dos millones y medio de pesos porque no es senadora, trataba sin suerte de abortar una maniobra del peronismo. Los discípulos de Cristina encerraron a los senadores no peronistas en una ratonera: o Kueider era expulsado o seguía siendo un tranquilo senador de la Nación. El peronismo solo daba los dos tercios para su expulsión, pero no para su suspensión (que también necesita los dos tercios de los votos), como proponían varios senadores no peronistas. La expulsión del entrerriano Kueider, quien además se había acercado a Milei, le permitía a Cristina Kirchner sumar al bloque peronista a Stefanía Cora, una senadora camporista. La expulsión requiere un reemplazo; la suspensión, no. En esas malicias cristinistas se juega lo que realmente importa: cómo gobernará el Presidente los próximos tres años. El futuro tiene un diseño que los seres humanos, con poder o sin él, jamás conquistaron.