Por Enrique Guillermo Avogadro.-
“De las guerras sólo pueden salir intactos los que tienen la fortuna o la astucia de no promoverlas, sufrirlas ni librarlas”. Lorenzo Silva.
El “Pacto para el Futuro”, que apoyaron 143 países y se presentó en Naciones Unidas, me recordó una canción de Joan Manuel Serrat: “… no pierden ocasión de declarar públicamente su empeño en propiciar un diálogo de franca distensión que les permita hallar un marco previo que garantice una premisas mínimas que faciliten crear los resortes que impulsen un punto de partida sólido y capaz, de este a oeste y de sur a norte, donde establecer los lazos de un tratado de amistad que contribuya a poner los cimientos de una plataforma donde edificar un hermoso futuro de amor y paz”. Se trata una serie de meros enunciados que integran la Agenda 2030, teóricos e irrelevantes por la vaguedad de los postulados (luchar contra el hambre y por la educación). Javier Milei fue criticado porque, gratuitamente, nos dejó del lado de los malos. Los países centrales que lo respaldaron, principales actores del calentamiento global y padres del colonialismo salvaje en África, pretenden sugerir políticas conservacionistas o de reducción de la población a las naciones más pobres, sin proponer -salvo Italia, que sí lo hizo- una receta para paliar las crisis humanitarias que motivan migraciones masivas, que tanto los afectan.
Desde la crisis de los misiles en Cuba, en 1962, la humanidad no se había acercado tanto al apocalipsis nuclear y las mismas Naciones Unidas, el organismo creado para garantizar la paz al finalizar la terrible II Guerra Mundial, perdió el rumbo y confirma todos los días su incapacidad para cumplir ese objetivo. Hoy es un mero un teatro lírico en el cual los gobernantes cantan grandilocuentes principios que pretenden imponer a las naciones más débiles, luego de haber aprovechado, en sus propios países, su inexistencia durante muchos años. Más adelante volveré sobre el tema.
Por supuesto, las preocupaciones más agudas se refieren a las terribles derivaciones del ataque terrorista de Hamas del 7 de octubre de 2023 a Israel, y a la guerra de conquista que lleva adelante Rusia sobre Ucrania. La impensada resistencia de Volodimir Zelensky aguó el sueño de una rápida victoria de Vladimir Putin y no se vislumbra una paz inminente. El país agredido, que ve cómo le machacan su infraestructura y se diezma su población, cuenta con el respaldo de Occidente, aunque debe pedir permiso a sus proveedores de armas estratégicas para utilizarlas contra su agresor, y el déspota ruso ha advertido reiteradamente que, de ser concedido, desatará un cataclismo nuclear.
Su economía quedó devastada por el monumental fracaso que significó la planificación soviética y, a más de tres décadas de la caída de la URSS, el PBI aún no se ha recuperado y se asemeja al de Italia. Por ello, el neo-zar ha debido recurrir al apoyo de Xi Jinping, aunque China siempre detestó a Rusia, y de Corea del Norte, donde Kim Jon-un lleva invirtiendo siderales sumas en sus programas balísticos de largo alcance a costa de la hambruna generalizada de todo su pueblo, aplastado por su dictadura sanguinaria.
En busca de los criminales militantes de Hamas que asesinaron, violaron y secuestraron (aún retienen a más de cien de ellos) a tantos jóvenes en una fiesta, Israel invadió la Franja de Gaza, refugio de los terroristas. La dura represalia, a su vez, derivó en ataques de Hezbollah, desde Cisjordania y el Líbano, sobre el norte del país. Ambas milicias, entrenadas y armadas por los ayatollahs iraníes, se han transformado en peones fundamentales de los eternos conflictos entre chiitas y sunitas, ambos musulmanes, y hoy ponen en jaque al mundo entero. Benjamin Netanhayu se niega a aceptar las propuestas de cese del fuego que le han presentado muchas potencias porque está convencido que, si la guerra terminara, perdería el cargo de Primer Ministro y debería afrontar múltiples procesos por corrupción. La coalición de extrema derecha que lo mantiene parece firme, pero un fallo judicial que quitó a los ortodoxos religiosos el privilegio de eludir el servicio militar que presta el resto de los ciudadanos, produjo algunas grietas.
Durante la guerra fría entre Estados Unidos y Rusia, en los 60’s y 70’s, los conflictos se libraban en escenarios periféricos, es decir, sin agresiones directas de una gran potencia a la otra. Así, América Latina se vio sacudida por la pretensión de extender el zafio experimento de Cuba al resto de los países, algo que las fuerzas armadas del subcontinente lograron evitar. Hoy, con métodos más sofisticados (sobre todo, el narcotráfico) pero no menos sanguinarios, Venezuela, Nicaragua y Bolivia se han sumado a la dictadura castrista como cabeza de playa de los regímenes de China, Irán y la misma Rusia en la región, preanunciando nuevos períodos de inestabilidad.
El inventario bélico actual no se agota allí. El Pacífico Sur y el Indico aportan su propia cuota de inquietud al panorama global, aunque no creo que, al menos por un tiempo, las apetencias de China sobre Taiwan, y sus enfrentamientos con Filipinas y hasta con Australia se conviertan en focos de incendio. Y Las milicias hutíes de Yemen, también dependientes de Irán, ya atacan a Israel y están poniendo en crisis todo el comercio marítimo internacional en la zona del Mar Rojo. Y, aunque no lo miremos, subsiste la guerra civil en Sudán, que ha causado cientos de miles de muertos.
Sobre el lacerante y pavoroso tema de la pobreza y la indigencia en la Argentina daré mi opinión la próxima semana. Hasta entonces, si Dios quiere.
28/09/2024 a las 10:55 AM
Y… cuando los «Jinetes del apocalipsis comienzan su trote» muy difícil es detenerlos. La guerra es la guerra y siempre la ganan quienes no intervienen. ¿Lo tendrá en claro el converso Milei?
28/09/2024 a las 3:43 PM
Apeciado Dr.
Aunque alguno no lo vea, más claro no pudo ser.
Los conflictos del mundo, siempre han traído enormes desgracias para algunos y enormes beneficios para otros.
Veremos cómo nos ubicamos en este escenario; sobre todo el nuevo gobierno, al que por momentos cuesta entenderlo. Hay actitudes que van de lo primitivo a la inteligencia artificial. Y en el medio las peleas y grietas de su propio entorno que ya fastidian por lo extravagante. Y ni hablemos de las personales. Capítulo aparte!.
29/09/2024 a las 2:03 AM
BUENA PARTE DE LOS CONFLICTOS MUNDIALES, ESPECIALMENTE LOS DE MEDIO ORIENTE, SE TERMINARIAN SI SE CORTARA LA CABEZA DE LA SERPIENTE.
IRAN, DESDE LA ASUNCION DEL GOBIERNO TEOCRATICO, ES LA FUENTE DEL TERRORISMO MUNDIAL.
PROVEEDOR DE IDEAS Y MATERIALES PARA LA CONCRECION DE ACTOS DE TERRORISMO CRIMINAL, EN PERJUICIO DE POBLACION CIVIL.
HASTA QUE NO SE VAYA A LA CABEZA DEL PROMOTOR DE ESTA BARBARIE QUE VIVE EL MUNDO, ESTE PROBLEMA NO TENDRA SOLUCION.
29/09/2024 a las 12:31 PM
El mundo en llamas
Enrique muy buena su nota. Al parecer el mundo marcha a su autodestrucción. El Apocalipsis es el programa detallado y anticipado de una catástrofe anticipada. Dos grandes guerras mundiales en el siglo XX fueron ensayos de una novela de terror. Me acuerdo muy bien en 1962 de la crisis de los misiles. Estuvimos a un paso de una guerra nuclear. A 62 años de aquel incidente, el peligro continúa a la par de la locura colectiva. En ningún lado reina la paz y el.orden. Aunque haya toques de trompetas en Medio Oriente y en Ucrania, la sordera es general ¿La tercera es la vencida?
29/09/2024 a las 2:14 PM
Nunca se sabe si la tercera será la vencida.
Fijese Ud. en Pampita. todos los que se «cepillo». Y nada parece indicar que se de por vencida.
29/09/2024 a las 12:35 PM
Jorgito pitito flautista aflautado
Tomatelas idiota
Ya todos saben quien
sos vos pajarón universal. Troll mal pagado. Conejo negro. Bufón de la nada.
29/09/2024 a las 4:42 PM
Juajoso ve un uso moderado de citas aquí… no la basura horripilante y andrsjosa de gagá Oscurirati pito globo desinflado..
Por tanto se aprecia la carencia de mal gusto de la que hace gala el pajarraco «Lamparitati» de cosas que «corta-pega-regurgita»
30/09/2024 a las 8:25 AM
Si la cabeza de la serpiente está en Teherán, ¿ la cola está en Tel Aviv ?.