Por Carlos Tórtora.-

Hoy por hoy, el principal problema político del gobierno es cómo recuperar la iniciativa y evitar que el efecto sostenido del Criptogate termine convirtiéndose en un verdadero cáncer con consecuencias irreversibles. El círculo áulico de Javier Milei ya absorbió el impacto de la caída que quedó reflejada en la primera ola de encuestas. Ahora la prioridad es restaurar en lo posible el peso del liderazgo presidencial aprovechando que la oposición sigue bastante dispersa.

Para empezar, una de las primeras reacciones oficiales pasa por ignorar los mensajes desafiantes que Mauricio Macri le hizo llegar por estos días al gobierno. O sea, evitar la imagen de que el presidente, debilitado, se abrazaría con sus aliados del PRO en busca de oxígeno.

En segundo lugar, Milei aprovecharía su mensaje del sábado próximo al inaugurar un nuevo periodo de sesiones ordinarias del Congreso para plantarse como la única opción que tiene la sociedad para evitar el retorno del peronismo.

Este argumento sería el mejor recurso que tiene ahora Milei para capear la crisis: recurrir al sentimiento antiperonista de los sectores que lo votaron fomentando el miedo a un rápido retorno del peronismo al poder. Los principales operadores libertarios, empezando por Sebastián Pareja, empezaron ayer a declarar que lo importante es frenar un operativo retorno del justicialismo.

Polarización: ¿Kicillof por Cristina?

En este aspecto, hay señales de que el gobierno estaría por empezar a abandonar su polarización electoral con Cristina Kirchner por otra con Axel Kicillof. El lanzamiento de la línea kicillofista Derecho al Futuro mostró en los últimos días una concentración de fuerzas peronistas más que importantes. Firmaron desde más de 40 intendentes hasta las cúpulas de la CGT y la CTA, pasando por los principales movimientos sociales. Obviamente CFK no sólo se encuentra en minoría sino jaqueada. La percepción de que el gobernador va tomando la iniciativa se extiende por una dirigencia peronista acostumbrada a volcarse al ganador. Pero además, no es ella sino Kicillof quien maneja el principal instrumento de disciplinamiento interno: la chequera.

Así es que Milei podría estar girando hacia confrontar con el gobernador como la primera amenaza del peronismo para retornar al poder.

Share