Por Guillermo Cherashny.-

Este fin de semana el Presidente de la Nación se puso furioso al conocer encuestas que miden candidatos y donde Massa-Stolbizer superan a CFK por 2%, dejando terceros a Bullrich o Gladys González. Aunque, si se mide por frentes, Cambiemos mejora notablemente su situación y se produce un triple empate. Y, aunque el gobierno gane pero por poco margen, y Massa-Stolbizer dejen a Cristina en tercer lugar, demostrando que el apoyo oficial a Randazzo divide al voto K, y si Massa-Stolbizer entran segundos en las legislativas, todos los que no quieren a Macri -que en la provincia de Buenos Aires son entre el 55 o 60%- finalmente el gobierno podría perder en Buenos Aires, aunque sea una cómoda mayoría en el país.

En efecto, hace mes y medio, Florencio Randazzo, apoyado económicamente desde la Casa Rosada por Mario Quintana, parecía que le «robaba» dirigentes a Massa como Héctor Daer, Alberto Fernández, pero principalmente a Felipe Solá y Facundo Moyano, de modo que repetir la experiencia de 2015, cuando a Massa se le fugaban dirigentes todos días. Pero ahora, aparte de Stolbizer, sumó a Victoria Donda y a la organización Barrios de Pie, un movimiento social muy importante en la provincia, y fracasaron los intentos de acercar a Cambiemos a Omar Duclos, el ex intendente de Azul, estrechamente ligado al GEN de Margarita, que mide muy bien en la séptima sección electoral, donde Cambiemos está débil y se eligen tres senadores provinciales.

El temor de Macri es que los dirigentes que están con Randazzo y tienen votos se pasen al massismo, como Gabriel Katopodis de San Martín, Eseverri de Olavarría, y el diputado provincial Feliu de Bahía Blanca, muy leal a Randazzo. Pero con el 7% de los votos en las legislativas de octubre, Feliu no sería más diputado provincial; en cambio, sería el primer legislador provincial por la sexta sección electoral, acompañado por la hermana del senador Jaime Linares, ex intendente de Bahía.

Así las cosas, parecería que Massa-Stolbizer están sumando dirigentes con votos, todo lo contrario al 2015 y, si Massa vuelve a sacar de la cancha a Cristina, se convertiría en un referente nacional del peronismo y del frentismo que lo acompaña siempre.

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