Por Carlos Tórtora.-

Sergio Massa se dedica especialmente a criticar a Patricia Bullrich, poniendo en evidencia su intención de favorecerla, al convertirla en su oponente favorita. En cambio, el Ministro de Economía parece ignorar a su amigo Horacio Rodríguez Larreta. La razón es obvia; siguiendo el razonamiento de buena parte de los encuestadores, Massa creería que en el ballotage se impondrá el que consiga quedarse con el voto moderado y centrista. Y éste es justamente su target. El tigrense pensaría que Bullrich, que recibiría el apoyo de Javier Milei, llegaría a la segunda vuelta encorsetada en su rol de derechista y caería entonces ante Unión por la Patria, que daría un mensaje de orden y previsibilidad sin cambios traumáticos.

Pero lo primero en los planes kirchneristas es que la exministra de seguridad gane las PASO de JxC y provoque un tembladeral en el PRO, ya que muchos larretistas no la seguirían a ella en la primera vuelta.

La apuesta del candidato oficialista es audaz y abre más de una incógnita. Por ejemplo, si Bullrich gana las PASO, podría montarse en una ola triunfalista difícil de frenar.

La estrategia de las palomas

No deja de ser una incógnita qué hará Larreta ante esta polarización construida por Massa y Bullrich. Según una versión salida del entorno del jefe de gobierno, éste levantaría más alta su bandera del gobierno de unidad nacional, arrojándole un anzuelo a los sectores del peronismo alejados del kirchnerismo. Larreta sabe que su chance de ganar las PASO pasa por especular con los temores de la clase media de que el país ingrese en una etapa de caos como consecuencia de un gobierno basado en el acuerdo entre Bullrich y Milei.

La manipulación de los miedos de la sociedad está pasando entonces a ser una de las claves del proceso electoral.

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