Por Hernán Andrés Kruse.-
El 25 de mayo se cumplió el centésimo sexagésimo segundo aniversario del nacimiento de un emblema de la filosofía neokantiana. Heinrich John Rickert nació el 25 de mayo de 1863 en Danzig, Prusia (actual Gdansk, Polonia). Ejerció la docencia en las Universidades de Friburgo (1894-1915) y de Heidelberg (1915-1932), donde sucedió a Windelband en su cátedra. Hizo una distinción cualitativa entre hechos históricos y hechos científicos. Distanciándose de filósofos de la talla de Nietzsche y Bergson, afirmaba que los valores exigían tomar distancia de la vida, y que los valores vitales enarbolados por Dilthey, Simmel y Bergson no eran valores verdaderos. Rickert, quien falleció en Heidelberg (Alemania) el 28 de julio de 1936, ejerció una honda influencia en Maw Weber y Martín Heidegger, quien comenzó su carrera académica a su lado. En compañía de Wilhelm Windelband, dirigió la Escuela de Baden de neokantianos (fuente: Wikipedia, la Enciclopedia Libre).
Buceando en Google me encontré con un ensayo de Jacinto Páez Bonifaci (Universidad Diego Portales-Chile) titulado “Historia y normatividad. El problema de su articulación en el neokantismo de Baden” (2019). Analiza la filosofía de la historia desarrollada por Windelband y Rickert.
INTRODUCCIÓN
“El estudio de la filosofía neokantiana se encuentra en franco crecimiento. Especialmente en el ámbito de discusión anglosajón se multiplican los estudios dedicados a este movimiento filosófico del siglo xix. En principio, este interés por el neokantismo se justifica de un modo eminentemente historiográfico. Así, en la introducción a su compilación de ensayos sobre el neokantismo, Sebastian Luft y Rudolf Makkreel afirman: “cualquier presentación de la filosofía moderna o contemporánea que desestima al neokantismo –esto es, que perpetua su negación generalizada– es decididamente deficitaria”. Esta afirmación pone en evidencia que, en la investigación historiográfica acerca de los orígenes de la filosofía contemporánea, ha tomado fuerza la tesis según la cual los neokantianos, desde su posición privilegiada en el mundo universitario alemán de mediados y fines del siglo xix, determinaron el conjunto de conceptos y problemas que ofician de punto de partida para las corrientes centrales de pensamiento del siglo xx.
Según este punto de vista, el estudio del neokantismo sería la clave para comprender el tránsito desde la filosofía moderna a la propiamente contemporánea. Además, esta línea de investigación historiográfica ha generado que se supere progresivamente el carácter limitado de la valoración de los programas filosóficos de los autores neokantianos. El interés entonces trasciende la mera función de contextualización histórica y da paso a una justificación del estudio del neokantismo a partir de razones sistemáticas. En la medida en que temas tales como la naturaleza de la subjetividad, el método de la filosofía transcendental o la interpretación de la filosofía en términos de una filosofía de la cultura siguen siendo temas presentes en la discusión filosófica, hay buenas razones para estudiar a los autores neokantianos y para buscar en sus obras herramientas teóricas de actualidad.
Uno de estos problemas sistemáticos es el de la relación entre los conceptos de historia y normatividad. El neokantismo, y especialmente el neokantismo de Baden, se caracteriza por defender una institución estricta entre el análisis del conocimiento y el análisis de los actos concretos de conocer. Mientras que este último pertenece al dominio de la investigación empírica, el análisis del conocimiento pertenece al dominio de la lógica filosófica y conduce a los neokantianos de Baden a reinterpretar los principios transcendentales de Kant en términos de valores, es decir, en términos de principios normativos, con la consecuencia directa de que esta oposición entre teoría del conocimiento y teoría de los actos de conocer produce un “abismo infranqueable” entre los principios transcendentales y la realidad sobre la cual tales principios deben regir.
La literatura especializada tiene la característica de omitir, como un posible recurso teórico frente a este problema, la referencia a la filosofía de la historia desarrollada por los miembros de la Escuela de Baden. Sin embargo, nosotros somos de un parecer contrario. Según nuestra interpretación, la filosofía de la historia de los neokantianos de Baden se articula en función de problemas que surgen de la definición de la filosofía transcendental como filosofía de los valores, y su estudio provee recursos válidos pare enfrentar este problema. Para sustentar esta hipótesis, ofreceremos una reconstrucción que se aparta tanto de la interpretación tradicional del neokantismo de Baden como también de ciertos trabajos específicos sobre el problema de la relación entre lo transcendental y lo concreto.
Para argumentar a favor de nuestra posición, ofreceremos una breve caracterización de los prejuicios generales respecto a la Escuela de Baden, para abordar luego el tratamiento del problema de la relación entre lo transcendental y lo concreto por medio del recurso a la filosofía de la historia. La consideración de una relación posible entre la filosofía transcendental y la historia, en el contexto del neokantismo, surge, por un lado, del necesario anclaje de la investigación transcendental en la experiencia y, por otro, de la necesidad de encontrar un camino para la concreción de los valores. La historia juega entonces un doble rol, pues se posiciona al principio y al fin del programa del neokantismo de Baden; principio, en cuanto en ella se encuentran “dadas” como supuestas las pretensiones de validez de los valores, y final, pues es el plano en el cual los valores son realizados por los sujetos, si estos han de operar realmente como principios normativos”.
LA INTERPRETACIÓN TRADICIONAL DE LA FILOSOFÍA NEOKANTIANA DE LA HISTORIA
“El término filosofía de la historia es en sí mismo polisémico y esta polisemia se refleja también a la hora de interpretar la filosofía de la historia de los neokantianos. La disciplina ha sido caracterizada en función de una distinción a la cual referiremos aquí solamente de modo instrumental. En una primera acepción, nos encontramos con la filosofía de la historia sustantiva o especulativa, la cual lleva a cabo una meditación en torno al sentido o la finalidad del devenir humano. Como contracara a esta variante especulativa se habla de una filosofía “crítica” de la historia, la cual tiene como tareas la fundamentación del conocimiento histórico, la fundamentación de las pretensiones de validez de las ciencias históricas o, más modestamente, la comprensión del trabajo efectivo realizado por los historiadores. Por tal motivo, es posible también denominar a esta investigación como una lógica de la historia o como una filosofía de la historiografía.
Una vez trazada esta distinción, parece claro, según la interpretación más difundida, que los trabajos de filosofía de la historia de los referentes de la Escuela neokantiana de Baden representan instancias de la segunda acepción de la filosofía de la historia. Windelband y Rickert formaron parte de las discusiones originadas por la emergencia de la historia científica y en estas discusiones el problema central era la determinación lógicamente precisa del método distintivo de las ciencias históricas. En contra de las tendencias positivistas de la época, ambos autores presentan argumentos para distinguir los métodos de las ciencias naturales y los métodos de las ciencias históricas, ofreciendo argumentos categóricos a favor de la autonomía de estas últimas. El ámbito de reflexión de los neokantianos, entonces, se identifica con el propio de la filosofía de la historiografía. Así, la recientemente editada entrada “Neo-Kantianism” de la Stanford Encyclopedia of Philosophy afirma: “En particular, los neokantianos de Marburg creyeron que algunas de las categorías y los principios identificados por Kant eran relativos a las teorías científicas de su tiempo, y que tales categorías y principios podían cambiar a medida que los científicos desarrollaban nuevas teorías empíricas. Los neokantianos del suroeste [Baden], por otra parte, eran propensos a argumentar que la historia es tan científica como la física matemática, y pensaban que el proyecto crítico de Kant debía ser extendido hasta identificar también los elementos a priori en la historia”.
Lo que estos neokantianos intentaron realizar se deja resumir de un modo muy sintético. Del mismo modo en que Kant se pregunta en los Prolegómenos cómo son posibles la matemática o la física en cuanto ciencias; los neokantianos de Baden se preguntan cómo son posibles las ciencias históricas: ¿cuáles son sus condiciones?, ¿cómo es posible legitimar sus pretensiones de validez científica? En estricto rigor, este tipo de interpretaciones, que se remontan hasta principios del siglo xx, han articulado prácticamente toda la recepción del neokantismo de Baden y motivan su rechazo, en el sentido del ya citado juicio de Luft y Makkreel.
La referencia más importante, por la relevancia del autor y por la época, proviene de los cursos de Heidegger previos a la publicación de Ser y Tiempo. En Prolegómenos para la historia del concepto de tiempo encontramos el siguiente juicio paradigmático: “Las iniciativas de la Escuela de Marburgo y de Dilthey las recogieron luego Windelband y Rickert, aligerándolas y banalizándolas, y retorciendo los problemas hasta desfigurarlos; dicho de otro modo, el planteamiento de esta escuela en el sentido de una teoría de la ciencia acaba convirtiéndose en metodología hueca. Ya no se cuestiona acerca de la estructura del conocimiento mismo, de la estructura de la actividad de investigación, del acceso a la realidad particular de cada momento, ni mucho menos acerca de la estructura de dicha realidad; el único tema es la cuestión de la estructura lógica de la representación científica. […] Lo que allí [en la teoría de las ciencias de Rickert] sirve de base no son más que meras sombras de ciencias”.
Para Heidegger, el neokantismo no es solo teoría de la ciencia, sino que es teoría de mala calidad. El déficit central del neokantismo se encuentra, según él, en la imposibilidad de interpretar correctamente la tensión entre la filosofía transcendental y el hombre vivo, como totalidad concreta. El neokantismo desarrolla entonces una filosofía crítica de la historia, pero lo hace a raíz de un defecto en la comprensión de sus problemas genuinos. Si a la primera afirmación, según la cual la filosofía de la historia neokantiana es una lógica de la historia, le añadimos este segundo juicio respecto a su formalismo metodológico, llegaríamos a la conclusión de que no solo no habría un vínculo estrecho entre filosofía transcendental e historia, sino más bien que no podría haberlo debido al punto de partida mismo de la investigación.
Por nuestra parte, sin negar que las preguntas metodológicas o epistemológicas puedan haber sido relevantes para los neokantianos de Baden, ni que sean preguntas relevantes en sí mismas, consideramos que encuadrar de esta manera la filosofía de la historia de los neokantianos oscurece inmediatamente el rol que la historia tiene al interior de sus proyectos de filosofía teórica. No es falso sostener que en los textos se encuentren aportes a la filosofía crítica de la historia, sino afirmar que esto es todo lo que los textos pueden decir sobre ella. Tampoco significa esto necesariamente que debamos buscar en ellos los trazos de una filosofía especulativa de la historia. Hablaríamos entonces de un tercer sentido, pues nos proponemos situar la discusión sobre la historia en un nivel diferente, a saber, aquel de la relación entre las esferas transcendental y fáctica. Nuestras afirmaciones, por lo tanto, tienen tintes polémicos y amplían aún más la esfera de discusión de la filosofía de la historia.
No obstante esta novedad interpretativa, ya el propio Windelband señalaba que su teoría de la historia estaba más allá de los problemas de la mera lógica del conocimiento: “Ahora bien, esta expansión de la investigación de teoría del conocimiento de las ciencias naturales a las disciplinas históricas, desarrollada y formulada mejor que por nadie por Rickert, conduce directamente a introducir en la filosofía crítica, como “disciplina sistemática”, la generalidad y necesidad de los valores a que la historia debe su carácter de ciencia, como problema totalmente afín y paralelo al apriorismo de las formas intelectuales en que se basa la ciencia de la naturaleza. La “crítica de la razón histórica” se orienta por una necesidad y una evidencia objetivas hacia los problemas de la ética, la estética y la filosofía de la religión: ofrece como eslabón intermedio lo que Kant trataba de conseguir mediante la construcción de la dialéctica transcendental y las relaciones entre las ideas y los postulados”.
Nuestra propia interpretación entonces se construye como una reconstrucción del trasfondo teórico del texto recién citado. Mostrar la conexión entre historia y filosofía transcendental, y lo que ella pueda significar desde un punto de vista filosófico, requiere desarrollar una serie de cuestiones: (1) ¿cómo surge una relación entre la filosofía transcendental y la historia?, (2) ¿cómo esta relación se hace presente en la filosofía neokantiana? y (3) ¿cuál es su legitimidad y qué problemas presenta?”
20/06/2025 a las 9:45 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El balcón volvió a ser el nexo de CFK con su gente
Irina Hauser y Raúl Kollmann
Página/12
20 de junio de 2025
Cristina Fernández de Kirchner puede «en principio» salir al balcón, dijo el Tribunal Oral Federal 2 (TOF2). La aclaración «en principio» es una amenaza que indica que la situación podría cambiar si «perturba» la «tranquilidad» del barrio. Un párrafo más abajo, la resolución dispuso que la expresidenta deberá utilizar una tobillera electrónica, de la que están eximidos, por ejemplo, la mayoría de los 498 represores que cumplen condenas en prisión domiciliaria. El trámite para colocársela se hizo en tiempo record: a la mañana hubo una evaluación técnica y al atardecer la expresidenta ya tenía en su casa al personal de la Dirección de Asistencia a Personas Bajo Vigilancia Electrónica del Ministerio de Seguridad Nacional listo para dejarle puesto el dispositivo de control, que en su caso no tiene razón de ser. Es la forma de humillación buscada después de la enorme movilización del miércoles que, además, disuadió a los jueces del plan original de dejar a CFK detenida unas horas o días.
Después de ser notificada por el TOF2 y ya con la tobillera puesta, Cristina salió al balcón mientras una multitud coreaba «¡Vamos a volver, a volver, vamos a volver!» Con un toque de humor e ingenio popular circulaban por la zona mujeres que lucían tobilleras adornadas con flores.
Todas las resoluciones judiciales relacionadas con la situación de detención de la dos veces presidenta, es ostensible, apuntan también a silenciarla: buscan limitarle la actividad política, el contacto con la militancia y con la gente que quiere darle apoyo. En la misma línea está la restricción de las visitas, algo que no se suele aplicar quienes cumplen prisión domiciliaria. En este punto el tribunal estableció que le tienen que pedir permiso quienes no están en la lista solicitada de integrantes del círculo más cercano a CFK, además de médicos y abogados.
Las medidas que se toman desde tribunales van al compás de las quejas de los medios y comunicadores afines al macrismo y al gobierno, y las del poder económico. Primero fue la sentencia de la Corte Suprema, también en tiempo record y con la finalidad de proscribirla después que anunció su candidatura en la tercera sección electoral bonaerense, y luego comenzaron las disposiciones para el cumplimento de la pena. Todo esto sin contar la historia de persecución a CFK desde hace doce años, y más, con causas judiciales. Uno de los abogados de Cristina, Carlos Beraldi, dijo que apelarán el cepo a las visitas y la decisión de que lleve una tobillera electrónica.
Otra cuota de ensañamiento fue volcada sobre otro de los condenados por la Corte. Se trata del extitular de Vialidad Nelson Periotti, un hombre que está por cumplir 80 años y tiene un complejo cuadro de salud, como informó Página/12. Después de presentarse en Comodoro Py, estuvo detenido en la Unidad 28, en el subsuelo del Palacio de Justicia de la calle Talcahuano donde hay calabozos, hasta que este jueves le hizo una evaluación el Cuerpo Médico Forense. Pero como entregaría los resultados recién el lunes, la decisión fue mandar al exfuncionario a la cárcel de Ezeiza sin siquiera darle una domiciliaria provisoria como les suelen conceder a los genocidas mayores de 70 años con algunas dolencias. Periotti tiene deterioro cognitivo, un tumor en la cara que le deben extirpar pronto, problemas en la cadera, una prótesis de rodilla, fracturas de varias costillas a raíz de una caída y otros problemas de salud propios de su edad. Los otros condenados fueron enviados también a la cárcel de Ezeiza, a otros sectores.
EL BALCÓN
Cuando el TOF2 concedió la prisión domiciliaria a Cristina Kirchner, señaló entre las reglas de conducta una que describió así: «Deberá abstenerse de adoptar comportamientos que puedan perturbar la tranquilidad del vecindario y/o alterar la convivencia pacífica de sus habitantes». Como era obvio la traducción de esa frase tan difusa podía ser que no debía salir al balcón, momento que sus simpatizantes esperaban en los últimos días para expresarle respaldo y afecto y por el que los grandes medios se quejaban. Eso motivó que su defensa pidiera una aclaración a los jueces, para que dijeran qué es exactamente lo que puede hacer y lo que no. La respuesta que dieron parece redactada para evitar el enojo de quienes claman por las peores condiciones para su detención.
«A fin de despejar cualquier duda sobre el alcance de la referida norma de conducta impuesta, debemos recordar (aunque resulte ocioso) que el tribunal no ha vedado a la Sra. Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, en principio, el uso y goce de ningún espacio específico de la arquitectura del inmueble en el que habita», señala la decisión que firman Jorge Gorini –el juez a cargo de la ejecución de la pena– y su compañero de tribunal Rodrigo Giménez Uriburu. En cuanto «al comportamiento que se le exige», sostuvieron, «se espera de la solicitante el criterio, la prudencia y el sentido común suficientes para discernir en qué contexto el uso del balcón resultará una acción inocua y en cuál podrá implicar una perturbación para la tranquilidad y la convivencia pacífica del vecindario y sus habitantes (única y exclusiva situación que se pretende proteger con la regla de conducta en cuestión)». Así las cosas, puede salir al balcón. Pero ¿cabe que salude, baile, cante o hable o dirán que eso genera molestias en el barrio?
Los abogados de Cristina habían señalado que se había generado «un debate de carácter público, tal como lo reflejan los distintos medios de comunicación del país» por las salidas al balcón. En mal tono, los jueces respondieron que una «aclaratoria» solo está destinada a que un tribunal «subsane deficiencias de orden material o conceptual» o supla «omisiones» y que en este caso no hay «conceptos oscuros u omisiones que impidan su correcta comprensión y ejecución». Además dijeron que su función «no es zanjar supuestos debates públicos y mediáticos sobre temas de interés general (aunque estos temas tengan relación indirecta con el proceso)». Es una paradoja cuando las decisiones judiciales sobre este y otros temas han respondido en distintas instancias a presiones mediáticas.
LA TOBILLERA
En la mañana del jueves la Dirección de Asistencia a Personas Bajo Vigilancia Electrónica, que depende de la Subsecretaría de Asuntos penitenciarios del ministerio a cargo de Patricia Bullrich mandó personal a la vivienda de Cristina, en San José 1111, en Constitución, a verificar si estaban dadas las condiciones técnicas para colocarle la tobillera electrónica. Fueron a ver si funcionaba bien la señal que transmite con un código de identificación y el GPS, y si se producían errores como la activación accidental de la alarma que está asociada.
Según había argumentado el tribunal, la ley de Ejecución Penal dispone que la tobillera sea colocada a las/os detenidos en prisión domiciliaria sí o sí. Es una interpretación que surge de una modificación que se hizo con la llamada «Ley Petri», que fue impulsada por el actual ministro de Defensa Luis Petri, para establecer modos de endurecimiento en cumplimiento de penas. Los jueces del TOF2 alegaron que el criterio de ellos es colocarla y que no importa si no hay peligros procesales, como el de fuga, que es el que se intentó sugerir insólitamente sobre CFK, como si fuera a huir a Cuba.
Abogados penalistas consultados por este diario remarcaron que la tobillera no es la regla en las domiciliarias y que incluso como hay pocas su colocación a veces demora de tres a cuatro meses. Hay personas a las que las controlan simplemente con un llamado cada quince días. La dirigente del Frente de Izquierda Myriam Bregman, publicó en la red «X» que en el caso de los genocidas que están en su casas cumpliendo detención (que son 498 contra 110 que están en unidades penales) sólo el 16% tiene tobillera.
La tobillera tiene un «micro transmisor de radio de alta frecuencia y baja potencia, que transmite un código de identificación único» a una «Unidad de Rastreadora». Esta monitorea el desplazamiento de una persona fuera de su domicilio e incluso se puede programar con una agenda de horarios y zonas. También detecta si se la intenta manipular o violentar. Existe una estación central de monitoreo que informa datos, horarios y posiciones. El dispositivo es hermético: no le entra polvo ni agua.
Para CFK la tobillera electrónica llegó en cuestión de horas. El TOF2 dejó sentado en su resolución que había recibido un informe con «conclusiones favorables» y ordenó que le fueran a poner el dispositivo. Así, el mensaje fue: no le prohibimos salir al balcón pero de la tobillera no se salva, pese a que sus abogados habían planteado que era innecesaria, y lo van a reiterar. La revisión deberá hacerla la Cámara de Casación. En el caso Vialidad los jueces que intervinieron Mariano Borinsky, Gustavo Hornos y Diego Barroetaveña. Los dos primeros fueron visitantes habituales de Mauricio Macri –cuyo gobierno fue denunciante en este caso– durante su presidencia.
Es evidente que la tobillera o pulsera electrónica es una herramienta que tiene lógica cuando hay peligro de que alguien se escape –como sí ha ocurrido con represores que se han profugado– pero en este caso es muy evidente solo sirve para el show y generar idea y clima de humillación mientras a CFK se la ve calma y con total entereza.
20/06/2025 a las 9:47 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Los cuatro bobos y el terror a Cristina
José Luis Lanao
Página/12
20 de junio de 2025
De los sentimientos más presentes en nuestras vidas el odio es seguramente el más difícil de combatir. Daña a quien lo profesa, y se agarra a las tripas sin dar nada a cambio. Sin embargo, hay algo que podemos hacer con el odio, es no exacerbarlo, dejarlo estar. Con el odio perdemos todos.
Me viene a la cabeza la soledad de José Vizcarra, exdelantero de Rosario Central, Platense y Gimnasia, que expresó en la red del enajenado galáctico, hoy enfrentado al monarca naranja: «Te tienen terror Cristina». Deslizamiento que nos ha traído a una época de togas negras infectas, dominadas por el complejo político-mediático que deja un rumbo de horizontes enfermos, contaminados por el discurso ultra y un enjambre de pseudojueces viendo caer cabezas al paso de la guillotina.
Sin duda la realidad es demasiado inmensa para ser cubierta en su totalidad por una mentira. Las imágenes de apoyo a Cristina Kirchner nos revelan que la capacidad de conmovernos sigue viva. Pero está conmoción no es un acto espontáneo ni automático, exige algo de nosotros: una mirada dispuesta a detenerse, a atravesar el odio y el exceso, a buscar un rastro de humanidad que nos vincule con lo que vemos. Mirar con atención es una forma más de habitar el mundo. Al final lo que vemos -y como lo vemos- nos define. Los costes de perder de vista esta perspectiva puede abrir la brecha entre el mundo que habitamos y el que tenemos la responsabilidad de construir, que sí se sostiene sobre una obligación moral: la de justicia.
A menudo es difícil discernir entre un futbolista “guerrillero” y un futbolista “combatiente de la libertad”. La avalancha incondicional de futbolistas “libertarios” que apoyan a Milei nos permite alinear tres selecciones nacionales de “elite” juntas, con el banco de suplentes incluidos. No es extraño escuchar a algunas de estas grandes figuras presumir de sus orígenes humildes, de aquella infancia grisácea correteando por los potreros del hambre. Recuerdos de un cinismo barato, de increíble perversión como consecuencia de una estructura cuyos dos ejes centrales son la mitificación política del dinero, que todo lo puede, lo que lo constituye en el verdadero poder; y el lujo, el goce, el disfrute, asociados a una amnesia sostenida en la indiferencia y la complicidad.
Al otro lado del círculo central ideológico están los cuatro “bobos” del fútbol argentino. Como los definió en la red un internauta libertario a Juan Cruz Komar, Nahuel “Patón” Guzmán, Emiliano Méndez y José Vizcarra, por los sucesivos apoyos a la expresidenta. La verdadera solidaridad por el otro solo puede ser incondicional y, precisamente, en tanto incondicional, solo puede darse como acto poético. Para los “bobos”, Cristina representa el vientre de la higuerilla. Esa planta salvaje que brota y se multiplica en los lugares más humildes y escarpados, que crece en el arenal, en el desmonte, alrededor de los muladares. No le dan tregua la lluvia, ni el viento, pero sigue creciendo, firme, echando raíces, encontrando motivos para la esperanza.
(*) Periodista, ex jugador de Vélez, clubes de España y campeón mundial 1979
20/06/2025 a las 9:50 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Una Corte socia del ataque a las libertades democráticas
Marcelo Mache
Prensa Obrera
18/6/025
La Corte Suprema de Justicia de la Nación viene avalando, con su complicidad y su accionar, los cambios que el gobierno impone al régimen político nacional, con un cercenamiento manifiesto de las libertades democráticas, la instauración de una “democracia de infantería” y la vulneración de los derechos obreros y ciudadanos por la vía de los decretos presidenciales.
El reciente fallo que proscribe la candidatura de Cristina Kirchner es solo la última pieza de una serie de decisiones y omisiones de la Corte, que implican un respaldo al fondo de la política que impulsa el gobierno de Javier Milei.
Una orientación que tuvo su prueba de fuego con la negativa de la Corte a expedirse respecto a la manifiesta inconstitucionalidad del DNU 70/23, que de un saque intentaba desconocer derechos reconocidos por diversas leyes e incluso la Constitución Nacional, con una reforma laboral antiobrera entre sus disposiciones principales.
Se trata de la misma Corte que aún mantiene operativo el protocolo antipiquetes ilegal de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, con el cual todos los miércoles se reprime a los jubilados y trabajadores.
El mismo protocolo ilegal con el que actuaron las fuerzas represivas para violentar la manifestación masiva frente al Congreso de la Nación, con la solidaridad de los hinchas y trabajadores con los jubilados, que terminó con varios heridos, entre ellos el fotógrafo Pablo Grillo, quien fue víctima del ataque directo de las fuerzas de la ministra Bullrich.
No solo se trata de la conducta de los más altos magistrados, sino que tenemos que a la fecha se ha avanzado poco y nada en la causa que investiga las responsabilidades políticas y materiales del accionar represivo y los daños ocasionados a Grillo, sin que la Justicia convoque a declarar al principal sindicado en los hechos, el gendarme Héctor Guerrero.
Gran parte de esta política fue inaugurada con la persecución contra el movimiento piquetero, habilitándose la requisa y controles ilegales de micros y la intimidación pública del gobierno con amenazas en las principales cabeceras del transporte de pasajeros, seguido de la causa armada contra el Polo Obrero con los favores de una Justicia sesgada y que operó y opera de acuerdo al guión del gobierno, desconociendo todas las garantías procesales.
La Corte ofrece el marco general de complicidad y aval al régimen policial y represivo montado por Milei y Bullrich, que tiene como contrapartida los favores de la Justicia, que no investiga las implicaciones del presidente y su séquito en la criptoestafa de $Libra o los incumplimientos de deberes de funcionario público a cargo de Sandra Pettovello en Capital Humano, con el acaparamiento y deterioro de los alimentos de los comedores populares.
Se supone que con su intervención la Corte fije los lineamientos a seguir por los estrados inferiores una vez sentada la jurisprudencia sobre cada caso y en particular a todo lo atinente al control de constitucional sobre los actos de manifiesta ilegalidad ordenados y ejercidos por el gobierno nacional. En cambio, los cortesanos dejan hacer y deshacer al gobierno, para que este pueda, a su vez, desenvolver su política de ataque y ajuste contra los trabajadores.
Estamos ante una Corte y una Justicia de clase, servil a los intereses de turno de las clases dominantes, que nada tiene que ver con la justicia, y que actúa como respaldo último de las patronales y su estado mayor contra los trabajadores. Hay que derrotar a Milei y sus colaboradores y echarlos a todos, para terminar con este régimen de espionaje, servicios, represión e ilegalidad y desenvolver las reivindicaciones de los trabajadores.
20/06/2025 a las 9:55 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El gobierno del gatillo fácil flexibiliza la venta de armas semiautomáticas
Nazareno Suozzi
Prensa Obrera
18/6/025
El gobierno de Milei decretó la flexibilización del acceso, por parte de civiles, a armas semiautomáticas con cargadores desmontables de tipo militar. Se trata de una medida que promueve el negocio de la venta de armas y el gatillo fácil en momentos en los que refuerza sus rasgos autoritarios y represivos.
El oficialismo modificó una reglamentación de 1995 que prohibía a los usuarios civiles adquirir y poseer estas armas de guerra –reservadas hasta ahora a las fuerzas represivas. A partir de este cambio, la Agencia Nacional de Materiales Controlados (Anmac) estará a cargo de las nuevas autorizaciones.
El decreto también contempla la posibilidad de que se usen en actividades deportivas. Los libertarios vienen flexibilizando el acceso a armas para los ciudadanos comunes: en diciembre pasado, redujeron de 21 a 18 años la edad mínima para portarlas, y, más tarde, facilitaron –a través de la Anmac– la compra y tenencia de armas así como también la adquisición de municiones.
En Argentina hay poco más de 1,7 millones de armas registradas, aunque se estima que las no registradas duplican esa cifra.
El gobierno, además, modificó la Ley de Armas y Explosivos, otorgando potestad a las autoridades de las distintas fuerzas represivas (FF.AA., fuerzas de seguridad y servicios penitenciarios) para autorizar la tenencia y portación de armas de su personal –tanto en actividad como en retiro.
Esto, después de haber ampliado las atribuciones represivas de la Policía Federal –luz verde al espionaje, las razzias y las detenciones arbitrarias– y en un contexto donde los casos de gatillo fácil no cesan. También, tras permitir que los militares repriman la protesta social.
Las medidas del gobierno benefician a las empresas vendedoras de armas, entre ellas Bersa, que mantiene buenos lazos con el mileísmo. Bersa produce decenas de miles de pertrechos al año, y buena parte de ellos se destina al mercado mundial, principalmente al de Estados Unidos, abasteciendo a policías y ejércitos.
Milei y Bullrich argumentan que, armando a la población, la inseguridad disminuirá. Sin embargo, esta es un producto de la descomposición del régimen capitalista, con un Estado que garantiza que empresarios mafiosos hagan negocios lucrativos involucrándose en actividades como el narcotráfico o las redes de trata. Ahora, las bandas narco, que ya han sido beneficiadas con el blanqueo de capitales, tendrán más facilidades para adquirir armas.
En Estados Unidos, donde incluso se venden municiones en máquinas expendedoras, la inseguridad está en aumento y los niveles de violencia armada son inauditos, como lo demuestran los tiroteos masivos en escuelas. En Argentina ya vivimos un incremento de femicidios –en un contexto donde el gobierno promueve crímenes de odio– y asesinatos en general, especialmente aquellos perpetrados por uniformados. Nos gobiernan unos criminales.