Por Carlos Tórtora.-

Tal como están las cosas en el peronismo, la fractura del bloque de diputados de UxP y el deterioro de la conducción de Cristina Kirchner no pueden dejar de tener consecuencias. Todo indica que, si la semana que viene La Libertad Avanza consigue la media sanción faltante en el Senado de la suspensión de las PASO, Axel Kicillof podría disponer el desdoblamiento de las elecciones bonaerenses antes de fin de febrero.

De ahí en más, la crisis interna en el PJ podría complicarse. Es probable entonces que los intendentes que responden al gobernador levanten la bandera de «Kicillof 2027», para convocar al peronismo bonaerense. Asimismo y en lo inmediato, empezaría la presión para imponer listas de candidatos a senadores y diputados provinciales, además de concejales, que respondan a las directivas del gobernador.

El cristinismo, por su parte, es probable que, mediante Máximo Kirchner, se atrinchere en la postura de que sólo el PJ puede designar los candidatos. De ser así, estaríamos a las puertas de una grave crisis. Cristina y Kicillof negociarían pero la posibilidad de una ruptura estaría latente.

Para la expresidente, tener que compartir la lapicera de las candidaturas con su exdiscípulo e incondicional sería una derrota casi irreversible y tal vez el comienzo de su eclipse. Pero ir a la confrontación no agregaría nada bueno para el cristinismo. La caja para solventar la campaña la tiene el gobernador y frente a eso poco pueden hacer los Kirchner.

Milei en su salsa

Para el presidente, el afloramiento de la crisis en el PJ le viene bien. Él apostó a ganarle en las urnas a una Cristina decadente y desprestigiada y el nuevo escenario le facilitaría bastante las cosas. Pero hay un gran riesgo para la Casa Rosada: que realmente Kicillof se consolide como presidenciable y muchos gobernadores peronistas empiecen a apoyarlo. De ser así, Milei se enfrentaría a la posibilidad que más teme: un peronismo renovado en el 2027.

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