Por Paul Battistón.-
Ella ha recomendado ver Argentina 1978 como un buen ejercicio de memoria para recordar momentos de mierda de nuestra Argentina. Esos en que la felicidad del 99% de los argentinos era utilizada para tapar el sufrimiento de los perseguidos políticos y de los que sin haber practicado la política siempre encajan bajo ese paraguas.
Una época de mierda que venía de otra época de mierda, que había continuado a una sucesión de intervalos agitados salpicados y alternados con otros momentos de mierda, todo después de haber superado un difícil trance tras la gran caída en la mierda misma. Pero aquellos momentos de m… siguiendo la doctrina que traería la felicidad eran maravillosos para algunos y una definitiva mierda para otros. El gran general nos había hecho entender que todos nuestros padecimientos anteriores, los de su presente y los que vendrían tenían un culpable que en su instante de encumbramiento tenían como representante en nuestros lares a un tal Braden.
Nuestra larga historia atravesando el siglo XX fue mayormente una historia de mierda donde las pequeñas mesetas de esperanza no dejaron de ser sepultadas por las mareas de mierda que se seguían replicando con el agite del “huido” desde sus refugios, convencido él de que sus enseñanzas e ideas podían ocupar un espacio entre los grandes pensadores.
Pero volviendo al 78 y sus entornos, ese período fetiche del cual usted y sus termocéfalos seguidores pretenden que todo gobierno no peronista es una continuidad del mismo. Es interesante recordar más minuciosamente que este período fue antecedido por ese maravilloso festín de desgobierno, descontrol, latrocinio y muerte que al momento de su caída el 80% de la opinión pública coincidía en necesaria e inevitable. También es interesante recordar que el primero en tomar el timón de ese maravilloso desastre se llamaba Héctor Cámpora (¿A quién se le ocurriría utilizar un nombre tan asociado a lo patético para nombrar una agrupación?) un pusilánime que por iniciativa propia no habría sacado 2 votos pero que por indicación del general sería votado ciegamente (nada fuera de lo común). Que usted haya hecho lo mismo con el golpeador de jubilados y mujeres quizás sólo fue una coincidencia de mierda. Lo que claramente no es coincidencia es la supervivencia de ese espécimen permeable a resignar cualquier capacidad cognitiva a cambio de la palabra sagrada.
Quienes no se sometieron a aceptar que se piense por ellos fueron sometidos al terror general (gratis) de los esbirros surgidos a la sombra del movimiento, de tanta arenga del “huido” en su afán de volver. En vuelo propio ya su objetivo fue someter a disparos y bombas mediante, al país entero y tomar su control, por suerte no lo logramos diría el perro Verbitsky en un reportaje en los 90.
Justo en el transcurso de ese momento de mierda aproximado al infierno fue cuando esa especie de Khmer Rouge autóctono llamado ERP y su desquiciado conductor Roberto Santucho aspiraban a concretar lo del infierno convirtiendo al país en un verdadero pozo de mierda con fusilamientos por millones.
Debería usted, señora, agradecer a ese tramo de historia que rodeó la gesta deportiva y que le ha servido tanto para la construcción de épica y relato, porque de no haber ocurrido quizás su marido hubiera estado entre el millón de fusilados por Santucho. Posar a la par de uniformes y obtener rédito de esa hija de la economía dictatorial que fue la 1050 de seguro lo hubiera condenado.
Debería agradecerle también la existencia de la democracia que tanto la ha enriquecido pero que Santucho o Montoneros mediante nunca hubiera florecido por lo menos de la forma que le permitió conseguir sus éxitos.
Y sólo para especular un poco, sólo imagínese si de casualidad se hubieran alcanzado las elecciones antes que la subversión alcanzara el poder por las armas y un anodino Balbín el sillón de Rivadavia. Un poco más allá o un poco más acá, un poco más institucional o menos institucional el combate hubiera sido inevitable.
Siéntese tranquila y mire la serie de (nada menos que…) Disney (el chiste se cuenta solo).
Tanta historia de mierda para que parte de la cloaca (coincido con Villarruel) nos quiera indicar lo que debe ser apreciable.
Viva Kempes, Menotti y el pato Donald, me cago en Santucho y Disney plus.
13/12/2024 a las 12:55 PM
LA BOQUITA DE LA POROTA EN LA FOTO PUBLICADA, ES MAS QUE SUGERENTE !!
ESTARIA PRACTICANDO ?
EN FIN, VAYA UNO A SABER ?
14/12/2024 a las 9:50 AM
Naaaa le quedó así de tanto practicar, mandíbula rígida que le dicen.
13/12/2024 a las 3:06 PM
Toda la mierda, entiendo, comenzó cuando nace peronia… allá a fines de la segunda guerra mundial…
Época donde todo empezó, con más o menos intensidad, a irse a la mierda…
Y como si esa mierda original no fuera suficientemente hedionda, elegimos un gran tanque atmosférico bendecido por el macrocéfalo ex gobernador de la hoy kichilandia…
Hay pruebas y no hay dudas, la mierda empezó con el viejo amante del fascismo (y de jóvenes?)…
Compremos y almacenemos para varios años lavandina, amoníaco y lampazos…
Mantengamos limpia nuestra casa de la mierda pestilente…
La muerte natural de las generaciones que la hicieron propia nos va a dar una mano…
14/12/2024 a las 7:49 PM
Película bancada por Firmenich por eso la recomienda que puede salir de ahí?