Por Hugo Modesto Izurdiaga.-

Enjuiciar a una persona que ostentó el cargo de presidenta de la nación en dos oportunidades y una vez vicepresidente, no es una tarea fácil. En Argentina, durante mucho tiempo se cometieron delitos graves, como lo es el quedarse con dinero del estado. Las innumerables pruebas expuestas, en su momento, por el fiscal Diego Luciani en la causa Vialidad demostraron que la corruptela existió. Por lo cual se desprende que el fallo de la Corte Suprema se ajusta a derecho. Que quede claro: “Todo aquel funcionario, que ejerce un cargo público, debe desempeñar sus funciones con esmero, y eficiencia”. Y a los que se creen impunes y amigos de lo ajeno, sepan comprender “que el poder no es absoluto e indefinido y muchas veces tiene fecha de vencimiento”.

¡Se acabó la inmunidad para los que cometen actos de corrupción!

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