Por Carlos Tórtora.-

La semana pasada los tres liderazgos más importantes de la política nacional demostraron entrar en crisis. Javier Milei, acosado por una ola de encuestas que señalan el creciente rechazo a su gestión, hasta se enfrentó al repudio de la gente al concurrir a un comercio de la zona de Congreso.

Por su parte, Cristina Kirchner aceleró su campaña para presidir el PJ a partir de noviembre, pero chocó con una firme resistencia en no pocos dirigentes nacionales del justicialismo, con el consiguiente fortalecimiento de la figura de Ricardo Quintela.

Por último, Mauricio Macri debió soportar una catarata de críticas por haber apoyado al gobierno en la ratificación del veto a la ley de financiamiento. Esto, sin que el gobierno siquiera le agradeciera el apoyo recibido. Es más, Milei lo criticó duramente.

En dos casos, Milei y Macri, los cuestionamientos se hacen sentir desde la sociedad mientras que Cristina más bien debe enfrentar la resistencia de buena parte de la dirigencia peronista.

¿Habrá una tendencia?

De cualquier modo, son obvias las señales de rechazo a los estilos políticos de cada uno. Milei no sólo carga con el peso del ajuste sino que cosecha ahora el repudio a su oratoria, que ofende permanentemente a casi todos los sectores de la sociedad. Por su parte, Cristina está empezando a pagar por su autoritarismo en la conducción del peronismo y la subordinación de las cuestiones políticas a sus problemas judiciales. Y Macri se desdibuja cada vez más, porque, más allá de sus gestos de disgusto, su subordinación a Milei va extinguiendo poco a poco el peso de su liderazgo.

La crisis de la figura de Milei, que se agravaría en las próximas semanas, se da en un marco donde no hay otros liderazgos en La Libertad Avanza. Esto con la sola excepción de Victoria Villarruel. Si Milei se hunde próximamente en la impopularidad, no hay que descartar que importantes núcleos libertarios busquen su salvación política en la figura de la vicepresidenta. Esto, de producirse, aceleraría la descomposición del gobierno.

Es una incógnita si la incipiente rebelión de Axel Kicillof, Ricardo Quintela y otros, puede alcanzar para liquidar el liderazgo de Cristina, pero el deterioro de éste se encuentra a la vista.

En cuanto a Macri, ninguno de los dirigentes que lo rodean está en condiciones de asumir su liderazgo nacional. Pero sí lo está Patricia Bullrich quien, pese a los ataques del expresidente, se las arregló para continuar en el PRO. Si Milei consiguiera un repunte económico, aunque sea mínimo, el proyecto bullrichista de un PRO absorbido por la Libertad Avanza podría eclipsar a Macri. Este perdería en cualquier caso, porque si continúa la recesión también declinaría por su condición de aliado de la Casa Rosada.

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