Por Oscar Edgardo García.-

Los embates de Javier Milei contra el periodismo resultan totalmente desatinados y revelan algún grado de distracción sobre los importantes temas que debe afrontar en su gestión de gobierno.

Sus críticas hacia los medios de comunicación que manifiestan reprobaciones a sus acciones y a sus conductas serían aceptables en la medida en que posibiliten un intercambio comunicacional y no sean ofensivas ni humillantes.

Asimismo, resulta de total inutilidad que exhiba su imagen enfrentando al periodismo insignificante y de baja influencia pública, motivo por el que sería muy positivo que ignorara la polémica con «Cuatro de copas» como lo ha hecho en los últimos días.

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