Por Malú Kikuchi.-

La Argentina está sufriendo la segunda ola de coronavirus. Debía estar preparada para esta desgracia, pero lamentablemente no lo está. Malas políticas sanitarias signadas por la ideología, la falta de vacunas y la obscenidad de los privilegios en las mismas.

El resultado es que se aproximan los 70.000 muertos y los contagiados pasan largamente los 3 millones. En la provincia de Buenos Aires la situación es grave. Kicillof, asesorado por su ministro Gollan pretende volver a fase 1, cerrar todo otra vez.

Cerrar todo implica cerrar la presencialidad en las escuelas. Y resulta que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hay clases presenciales y el gobierno es opositor al Frente de Todos. Hay que inventar un territorio jurídico inexistente para poder cerrar.

El AMBA, parte provincia, parte ciudad, jurídicamente no existe. Inventan que la responsable de la 2ª ola de covid-19 es CABA. Y Alberto Fernández a instancias de Kicillof manda, a través de un DNU, cerrar las escuelas de la Provincia y de la Ciudad.

CABA recurre a la Corte Suprema y ésta falla a favor de la AUTONOMIA de la Ciudad (artículo 129 de la Constitución Nacional). El gobierno del FdT lo recibió como un cachetazo y en medio de injurias sostuvo que la Corte apoyaba a Rodríguez Larreta.

Es así que en su brutal ignorancia del Derecho, envían al congreso un proyecto de ley, casi idéntico a los DNU de cierre de escuelas y con pedido de facultades extraordinarias. Creer que una ley tiene más poder que un DNU, está bien, lo tiene.

Pero creer que una ley está por encima de la CN, es demencial. Se lo dijo claramente Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno de España, “lo sabe un estudiante de 1º año de derecho”. Y una ley con facultades extraordinarias infringe el artículo 29.

Que dice: “El Congreso no puede conceder al Ejecutivo Nacional facultades extraordinarias […] actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable y sujetarán a los que las formulen, consientan o firmen a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la Patria”. ¿Todo este riesgo qué sentido tiene?

Han movilizado a los tres poderes del Estado, el ejecutivo, el legislativo y el judicial. La finalidad envuelta en disputas jurídicas sin sentido es muy simple, quieren conseguir que los chicos de la ciudad no tengan clases presenciales. CABA no los vota.

La provincia ya tiene tres generaciones de personas que no han trabajado nunca, que viven de los subsidios estatales. Si este gobierno consigue más niños analfabetos, misión cumplida.

Niños ignorantes serán en el futuro personas que conseguirán trabajos de mala calidad y bajos salarios que deberán ser compensados por subsidios estatales. Esos imprescindibles subsidios harán que voten al populismo de turno.

No es cierto que no tengan políticas de estado ni planes a largo plazo. Tienen. Y los están poniendo en práctica. La pandemia los ayuda con controles y prohibiciones. Están generando más pobreza y más ignorancia. Se están asegurando un futuro en el poder por varios años.

PD: “Educación: La tragedia continúa” Guillermo Jaim Etcheverry, editorial Sudamericana. Imperdible.

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