Por Hernán Martínez.-

Hoy somos parte de un país que sufre asimetrías por donde miremos, asimetrías que nos dividen en todos los ámbitos, y que son producto no de divisiones prestablecidas, sino de las consecuencias producto de las medidas erráticas que se han tomado a lo largo de los últimos 20 años, y ni hablar de los últimos 60.

Vivimos a merced de lo que decidan por nosotros, y de las malas políticas públicas que aplicaron, con la intención de nivelar la gran asimetría social que es el resultado de los que mal instrumentaron. Tenemos una sociedad dividida, siendo los 2/3 inferiores los que vienen sufriendo esas políticas que en lugar de integrarlos los desintegra y redime a unos escalones por debajo de su realidad y ni que hablar por muy debajo de su aspiracional.

Las políticas de subsidios para ayudar a esos necesitados que generaron, han llevado al quiebre económico y de inversión a las empresas que proveen servicios, bienes y demás para la sociedad, a través de decirles a qué precio producen, a qué precio deben vender sin considerar los costos internos, de personal, de juicios ni de mantenerse presente en el mercado.

Los funcionarios públicos creen que con una idea estúpida detrás de un escritorio aportan algo, cuando desde su real ignorancia en el puesto que ocupan, no se dan cuenta de que dañaron todo el proceso virtuoso de la economía, la organización de la sociedad y ni que hablar de la educación ni de la salud. Estos funcionarios para sentirse útiles inventan cualquier cosa para medio justificar su puesto, y después les vendrá otro momento de lucidez para generar otro error más que nos siga tirando para abajo.

Estas asimetrías, hoy más que nunca se ven en los manotazos por entrar en el ballotage, tal como el del fertilizante para trigo prometido por el desgobierno de Massa, que a la fecha más vale que no lo den porque ya no sirve aplicarlo hoy. Esa promesa que en principio trato de sumar voluntades, hoy están del lado opuesto diciendo: siempre los mismo, prometen en elecciones y después nada. Y así en todos los órdenes, en donde tratan de buscar dar soluciones a algo que ni siquiera estudiaron o analizaron con profundidad como merece cada caso.

Los subsidios no han hecho más que generar malas prestaciones, aprovechamiento de la situación, veamos sólo el transporte, donde hay unidades paradas hace años que reciben subsidios sin tener una prestación y por la otra parte, nadie controla porque de dividendos repartidos se trata. Veamos el subsidio a combustibles, que no consideran costos de producción así es como YPF extrae y produce a pérdida, más de la que tiene por su supranumerario personal y procesos ineficientes que en manos de cualquier otra petrolera, sería altamente competitiva. Así los subsidios a los trenes, que deberían ser un medio altamente rentable por las materias primas y de productos terminados, sistema férreo que no lo dejaron crecer no sólo por la mala gestión estatal sino por la presión de la alta dependencia del camión que ha fijado sus propias tarifas encareciendo el producto final que todos pagamos sin mirar quiénes han sido los responsables de los altos costos logísticos de distribución.

Así con la energía, en donde nos dice que debemos agradecerles por las bajas tarifas, pero nada dicen sobre los malos servicios y por la falta de inversión en mejorar y ampliar las redes. ¿Se acuerdan de Entel, cuando una propiedad valía más o menos según si tuviese o no teléfono? Después de la privatización y de sacarse todos los males de encima las redes telefónicas mejoraron su servicio y todos tuvimos teléfonos acordes a las necesidades propias y no a las necesidades de la empresa que no proveía.

La instrumentación de planes sociales es el producto del real fracaso de todas estas gestiones que han querido preservar lo que por otra parte rompieron, el contrato social, el trabajo y el progreso. Los planes sociales sólo deberían estar presentes para el sector de mayor indigencia. Acá lo han segmentado en partes para que haya un plan de asistencia económica para todos sin controlar si realmente se usa para el fin o el objetivo es que entre planes de un tipo y de otro cada vez sea mayor el asistencialismo y mayor nuestra carga tributaria para sostener parte de este circo, la otra parte la sostiene la libre emisión irresponsable.

Estos planes que han dado por tierra el deseo de superarse, el deseo de trabajar y vivir dignamente, porque muchos de los que los reciben no tienen intención de trabajar o de superarse. Muchos cobran y sólo algunos pagamos cada vez más.

Llegó el momento de decir basta a estas asimetrías para que los mecanismos que en otros países funcionan, empiecen a rodar y que todos veamos que el futuro no es el asistencialismo, sino el esfuerzo por una sociedad mejor con cada vez menos dependientes de asistencia. Este momento llegó hoy, y llegará el domingo cuando tendremos que ver si los Baradel, los Moyano, los Massa, los Kirchner, los gordos del conurbano, los gobernadores eternos que viven de la coparticipación, los ministros que no hicieron nada, sólo ocupar un lugar y cobrar un sueldo, la Ministra de Salud que debe estar guardada como responsable del desmanejo de las vacunas, de los Fernández (elijan, Cristina, Aníbal o Alverso) que destruyeron este país con sus mentiras, de la vocera presidencial, que espero reciba todas las demandas posibles por su soberbia plagada de mentiras y ocultamientos de la verdad, de los payasos que dicen ser periodistas justificando lo injustificable, de los Gerardo Morales, de los inmorales que nos gobernaron, de los Máximo Kirchner que de ser un vago remachado que tuvo que ser atendido por una dolencia no tan santa en una Clínica privada porque la 3 veces inaugurada por su mamá no tenía ni un tomógrafo, de los Insaurralde y Otermin, por supuesto, cuya cadena de robos no se sabe dónde termina, y de todos aquellos que nos hicieron mal, que nos hicieron daño como sociedad, que generaron la pobreza social, educativa y cultural más profunda que nunca hayamos visto, los que nos han llevado a ser el N° 1 en el mundo en inflación y que le siguen echando la culpa a la pandemia, a la soja, a las lluvias, sin hacerse cargo de lo que realmente produjeron: un daño irreversible en la sociedad toda que merecen el peor de los castigos, las urnas y el olvido.

Ojalá demos cuenta de todo esto, creo que sí, para que se termine esta gran asimetría social a la que nos condujeron. No dejemos pasar el domingo como una fecha más; es el día en que todos podemos decir basta a esta decadencia estructural.

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