Por Carlos Tórtora.-

El próximo jueves se votaría en Diputados la suspensión de las PASO y, para que los números le alcancen, el gobierno está pendiente de cómo votarán los diputados de Unión por la Patria. Cristina Kirchner, silenciosa en este tema, oscila entre dos posturas. Podría renovar sus pactos con Javier Milei y apoyar la suspensión a cambio de una cláusula especial que impida que se le apliquen a ella las disposiciones de la ley de Ficha Limpia, si es que resulta aprobada.

Pero al mismo tiempo, ella tiene también fuertes motivos para no querer la suspensión de las PASO. Es que si esto ocurre, dejaría de tener vigencia el artículo 2 de la ley bonaerense 14086 y las PASO provinciales podrían desengancharse de las nacionales. Serían entonces condiciones ideales para que Axel Kicillof decidiera el adelantamiento de las elecciones provinciales.

El fin de semana pasada, unos 40 intendentes peronistas (la mitad del total) pidieron en Villa Gesell el desdoblamiento. Mediante el mismo, Kicillof y los intendentes se independizarían bastante de la tutela de Cristina y Máximo y Kicillof podría encabezar su propia corriente provincial, sin depender ya de la Cámpora.

Los hechos van marcando el camino del alejamiento entre el gobernador y la jefa y ella ya no tiene el poder necesario como para imponerle su voluntad a la dirigencia peronista. El cristinismo debe tragarse ahora su propia medicina. Desde el 2003, el matrimonio Kirchner impuso que las decisiones políticas se tomaran bajo el imperio de la chequera. Pero ahora y por primera vez la chequera no la tiene ella sino Kicillof, que es el único que puede financiar una campaña a gran escala.

Ola de cambios

Es cierto, por otra parte, que unos 30 diputados kirchneristas, influidos por sus gobernadores, se inclinan por votar con La Libertad Avanza. La suspensión de las PASO nacionales gatillaría también de inmediato que la Legislatura de la Ciudad suspenda las PASO locales y que Jorge Macri adelante la fecha de los comicios locales a fines de mayo.

Si así ocurre, la campaña electoral porteña se iniciará el mes que viene y es obvio que, para pelearle el primer lugar al oficialismo, Karina Milei debería colocar al frente de la lista de candidatos para diputados porteños a Manuel Adorni u otro peso pesado. Milei se negaría a aceptar la idea de perder la ciudad frente a un PRO semi agonizante.

Lo cierto es que la batalla bonaerense, la más decisiva, hará un alto para ver cómo se dirime la elección porteña.

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