Por Juan José de Guzmán.-

Si consideramos cada una de las opiniones que el Procurador le hizo llegar a la Corte Suprema de Justicia y que ésta aceptó como correctas actuando luego en consecuencia, caben pocas dudas de que la “real solución para cubrir una de las dos bancas vacantes sería que la ocupe el Procurador actual de la Nación, Eduardo Casal”.

Han sido muchas y por variados motivos las respuestas acercadas por el Procurador ante el pedido de opinión de la SCJN, y fueron concordantes con las resoluciones que a posteriori tomó el Tribunal Supremo. Lo cual indica que el Jefe de los Fiscales entiende y mucho de los entrecruzamientos jurídicos que llegan como recurso último a la Corte donde ésta debe resolver sobre la constitucionalidad o no del caso llegado a esta instancia.

Es de destacar que, sin haberle pedido opinión, como tantas otras veces lo ha hecho, la Corte emitió recientemente un fallo que establece que las causas nacionales pueden ser revisadas por el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de BA antes de que el asunto llegue al máximo tribunal.

La semana pasada el procurador solicitó a la Corte que suspenda la aplicación de ese fallo (conocido como “Levinas”), porque sostiene en su fundamento que la Procuración General de la Nación no tiene competencia para apelar ante el Tribunal Superior de la Ciudad, como tampoco los fiscales a su cargo, para interponer recursos ante el mismo tribunal, por ende la suspensión sería hasta que se definan las normativas que le permitan hacerlo. Si la Corte aceptara el pedido del Procurador, su nombre pasaría a convertirse en un grito para ocupar una de las vacantes que existen desde que comenzó este 2025 en la SCJN.

Es más, si el Presidente Milei retirase la postulación de Lijo y la cambiara por la de Casal, obtendría la conformidad, casi unánime, del Senado de la Nación, amén de estar enriqueciendo con distintas voces no comprometidas con ninguna otra posición política más que con la Constitución Nacional.

“¿Cómo no se nos ocurrió antes?”, deberíamos preguntarnos aquellos que acercamos, desde este lugar, opciones y nombres para cubrir esas dos vacantes en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ¿no?

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