Por Guillermo Cherashny.-

La marcha de la economía, el desastre como fue la oposición en el anterior gobierno y la pobreza de las propuestas de los partidos amigos hoy por hoy le garantiza al presidente Milei un triunfo a lo largo y lo ancho de la república. Es sabido que las elecciones de medio término son un plebiscito para el oficialismo y en esta situación las consignas viejas y fracasadas en el kirchnerismo y la desorientación que existe en el PRO, Unión Cívica Radical, Coalición Cívica, el peronismo no k y el socialismo santafesino no tiene nada para ofrecer a quienes por diferentes motivos no coinciden con el gobierno y se debaten ante la indiferencia del electorado.

La baja de la inflación que en el mes de enero puede estar en el 2% y que pueda bajar de ese número al 1% coloca al gobierno en una situación inédita, porque hace décadas que no hay esos registros inflacionarios. Es cierto que el consumo tiene una tibia recuperación, porque el ajuste tarifario de los precios regulados pasa a ser un porcentaje muy importante del gasto de las familias, aunque en el INDEC esos precios son menos importantes en ese cálculo de la inflación.

Pero no todo es economía para favorecer al gobierno, porque también en la política la división en el PRO, los radicales y los peronistas no K que no saben cómo resolver sus internas favorecen al gobierno y más aún si se suspenden las PASO que perjudica a los partidos que no son oficialistas, a lo que hay que agregar que la boleta única perjudica a los políticos tradicionales y favorecen la aparición de famosos que pueden obtener muchos votos. Así las cosas, parecería que no hay motivo para que Milei tenga en octubre un plebiscito a su favor y una dispersión de los que no voten al gobierno.

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