Por José Luis Milia.-
En el vasto y tumultuoso escenario de la realidad argentina, donde los titulares se escriben con la tinta de la tragedia y el absurdo, los medios periodísticos han encontrado un refugio peculiar para eludir su responsabilidad: el mundo, hoy no tan efímero ni, menos aún, marginado, de las “demi mondaines”. Ellas están en todas partes, tanto en el deporte como en el espectáculo, pero quien más las necesita a su lado es la política.
Abrevando en redes sociales, los medios escritos, televisivos y de los otros, han encontrado una ubicación para estas figuras, que desfilan, aunque no siempre, con la gracia de un cometa y la fugacidad de un suspiro, y las han convertido en las protagonistas de un teatro donde la política y el entretenimiento se entrelazan con la precisión de un reloj suizo, aunque con la moralidad de una bacanal.
Si bien esto sucede en todo el mundo, la Argentina le agrega un condimento adicional; aquí, y recientes hechos históricos lo demuestran, tanto una mala actriz de dudoso comportamiento, como una bataclana o simplemente una desquiciada, pueden acceder a inimaginables cuotas de poder e incluso sentarse en el “sillón de Rivadavia”. Ergo, esto les agrega un sabor especial a las aventuras de nuestras “escorts” vernáculas que llenan páginas y páginas en revistas del corazón, aunque también en diarios otrora “serios”, contando sus “acompañamientos” en yates, vuelos privados y hoteles de lujo, por lo que, con los antecedentes que tenemos, es posible suponer que cualquiera de ellas, ya maduras, pueden terminar viviendo en la quinta de Olivos.
Pero la realidad actual es otra y, aunque estamos ante algo tan viejo como el mundo, esas musas de la farándula que parecen paridas por un realismo mágico retorcido, son el recurso perfecto para desviar la mirada del público. Mientras los escándalos políticos hierven en las entrañas del poder, ellas aparecen en las portadas con sus romances, sus lujos y sus controversias cuidadosamente coreografiadas. No es casualidad, sino una estrategia tan antigua como la humanidad misma: pan y circo, pero con tacos altos y selfies en Instagram.
Los medios, cómplices en esta danza de distracciones, se entregan con fervor a la tarea de amplificar estas historias. No importa si el país se desmorona bajo el peso de la corrupción o si las promesas de campaña se desvanecen como el humo de un cigarro en una noche de tormenta. Lo que importa es mantener al público entretenido, insensibilizado, incapaz de mirar más allá del brillo frívolo de estas figuras.
Y así, mientras los titulares se llenan de escándalos amorosos y vestidos de gala, los verdaderos dramas de la nación se esconden en las sombras. La política, con su habilidad camaleónica, utiliza a estas “demi mondaines” como un escudo, una cortina de humo que desvía la atención de los problemas reales. Así, asistimos a un juego perverso, donde todos ganan excepto el pueblo, que sigue atrapado en un ciclo interminable de distracción y desilusión.
En este mundo de apariencias y simulacros, la complicidad de los medios no es solo un síntoma, sino una enfermedad que carcome los cimientos de la república. Porque, al final, la verdad no necesita tacos aguja ni lentejuelas para brillar. Solo necesita ser contada, aunque eso signifique enfrentarse al poder y sus artimañas. Pero eso sería pedir demasiado en un mundo donde la realidad se escribe con la pluma del espectáculo y la tinta de la conveniencia.
10/04/2025 a las 5:36 AM
Así ha sido y así es. Desde Menem para acá, hay varias que se enriquecieron al calor del poder. Nada nuevo…..pero funesto para nosotros dado que esta distracción obra de maravillas en la psiquis del argento medio y no tan medio. La Serie Gran Hermano era vista, seguida y discutida en los lugares de trabajo por todas las clases sociales. Ni se imaginan quienes eran cultores de todas las bobadas que se vertían por los protagonistas parásitos de esta serie – distracción.
10/04/2025 a las 8:43 AM
Me permitiría agregar a La Coordinadora radical, cuyos integrantes, en su gran mayoría, también se enriquerieron
Hoy es Karina y Jaimito Caputo los que se están enriqueciendo; por ejemplo $LIBRA
10/04/2025 a las 6:17 PM
Nota brillante! Sr. Milia
Para El Observador
Un viejo maestro mio (/genio era él) solia decir que a los falto de memoria les hacía falta tomar «Fitina», para la memoria.
No quiero ser irrespetuoso, aunque en estos tiempos , que describe el autor de la nota, ya no interesa demasiado; pero le sugiero tome una serie muy larga de esas pastillitas (si las consigue) , pues entiendo que Ud. ha omitido (por falta de memoria) los viejos años de la corrupción y otras perlitas (graves todas) del mundillo K (o sea el kakismo en toda su extensión).