Por Hernán Andrés Kruse.-
DESENDEUDAMIENTO Y FIN DE CICLO
“Luego de breves interregnos asumió la presidencia el justicialista Duhalde. Como primera medida el Gobierno destacó la necesidad de suscribir un acuerdo con el FMI que permitiera acceder a financiamiento externo para contener las expectativas de devaluación, y resolver con mayor margen los conflictos derivados de la pesificación asimétrica. Pero chocó con la intransigencia del Fondo, que buscando evitar asumir su corresponsabilidad ante la crisis argentina, condicionó cualquier tipo de asistencia a la implementación de un programa integral de corte ortodoxo, orientado a asegurar las menores pérdidas posibles a los acreedores y al sistema financiero local a costa de profundizar el ajuste fiscal.
Aislado internacionalmente y debilitado en el plano local, el Gobierno procuró ganar la confianza del FMI mediante la implementación de la amplia lista de demandas del organismo. Así, liberalizó el tipo de cambio (que en pocos meses alcanzó los 4 pesos por dólar), mantuvo el congelamiento del gasto en el marco de una economía con 25% de desocupados y casi 60% de pobres, otorgó compensaciones a los bancos por 8.500 millones de dólares y derogó la ley de subversión económica, que podría haber permitido sancionar el comportamiento de los banqueros durante la crisis, entre otras concesiones.
El impacto negativo de las medidas reforzó la dominación del Fondo y debilitó aún más al Gobierno. La situación se modificó incipientemente cuando Duhalde abrió el espacio de toma de decisiones a los gobernadores justicialistas y convocó a Lavagna al Ministerio de Economía. El mayor margen de acción para enfrentar al FMI, la estabilización del precio del dólar y la reactivación productiva dieron mayor certidumbre a la economía. Finalmente, un año después de la salida de la convertibilidad, el FMI suscribió un acuerdo transitorio hasta el recambio presidencial, cuyo financiamiento sólo compensaba los pagos por capital, debiendo el país cancelar con sus reservas los intereses.
Kirchner asumió la presidencia con una economía en plena recuperación, motorizada principalmente por el consumo y la ampliación del mercado interno. Asimismo, parecían consolidados los pilares sobre los cuales se apoyaba el patrón de crecimiento de la posconvertibilidad: tipo de cambio competitivo para alentar la sustitución de importaciones; superávit comercial, como resultado de la combinación del alto precio de las commodities y la restricción a las importaciones, el cual disminuía la vulnerabilidad externa; y superávit fiscal, efecto del aumento de los ingresos y la disminución del gasto real y del servicio de la deuda, que otorgaba margen para controlar el tipo de cambio y evitaba recurrir al endeudamiento como fuente de financiamiento.
No obstante, entre los desafíos más urgentes aparecían renovar el vínculo con el FMI y encarar la restructuración de la deuda, que por efecto de la devaluación y la emisión de títulos para otorgar compensaciones a los ahorristas, deudores y bancos, superaba en una vez y media el producto bruto. Apoyado en una estrategia confrontativa, que incluyó una breve cesación de pagos con el organismo, Kirchner renovó el acuerdo evitando comprometer un ajuste más profundo como exigía el Fondo para garantizar una mejor oferta a los acreedores. Respecto de la reestructuración de un stock de deuda impaga de 87.000 millones de dólares, propuso una quita del 75% sobre el valor nominal. La oferta fue rechazada por los acreedores, diversas potencias centrales (en especial Italia y Japón) y el FMI. Si bien contaba con la simpatía de EE.UU., que buscaba mostrar al mundo financiero un ejemplo aleccionador para limitar los comportamientos especulativos, el interés por evitar un conflicto con el resto del G7 lo llevó a exigir una mejora sobre la oferta original.
Así, la propuesta definitiva estableció una quita entre el 65 y el 70% del valor nominal, de todas formas una propuesta considerada agresiva por los acreedores. No obstante, debido a la importancia que adquirieron en el futuro los pagos correspondientes a los cupones vinculados al PBI, algunas estimaciones recientes sugieren que la quita real fue sustantivamente menor. Intransigente, el Fondo exigió una nueva mejora de la oferta, aumentar el ahorro fiscal y las tarifas de los servicios públicos, y bajar el tipo de cambio para facilitar la adquisición de dólares y así aumentar la capacidad de repago de la deuda, a costa del deterioro de la competitividad. Apoyado en una mayor fortaleza política doméstica y una posición externa relativamente estable, el Gobierno suspendió el acuerdo. Desde entonces, la Argentina dejó de recibir desembolsos del FMI y debió afrontar los vencimientos de capital con sus propios recursos, pero a cambio evitó modificar la orientación del programa económico.
Destacando como antecedentes los avances logrados en relación a la resolución de la cesación de pagos, la no emisión de nueva deuda en los mercados internacionales de capital, y la continua cancelación de vencimientos con el FMI, el Gobierno postuló el inicio de la llamada estrategia de desendeudamiento. Aunque de importancia decisiva para la obtención de mayores grados de autonomía en la definición de la política económica, la política de desendeudamiento fue menos la expresión de una decisión planificada que el resultado colateral de dos situaciones: a) la abstención a emitir deuda en los mercados internacionales ante el riesgo de sufrir un embargo por parte de los acreedores que habían optado por la vía judicial para recuperar la totalidad de sus activos (holdouts); b) la suspensión del acuerdo con el FMI, que obligó a cancelar créditos sin recibir desembolsos y, por ende, a acelerar el ritmo de reducción de la deuda con el organismo. No obstante, el desendeudamiento también convenía al propio FMI, en tanto se aseguraba el recobro puntual de sus acreencias en un país que mostraba poca disposición a aceptar sus exigencias.
Finalmente, ayudado por el sostenimiento de altos niveles de superávit fiscal, a finales de 2005 el Gobierno canceló por anticipado la deuda que mantenía con el FMI por unos 9.800 millones de dólares. Para ello se tomaron prestadas las reservas del BCRA a cambio de un bono en dólares a diez años, por lo cual algunos autores señalan que en términos netos no hubo desendeudamiento, ya que el Tesoro cambió su deuda con el Fondo por otra equivalente con el BCRA. Pero el cambio no fue neutral, ya que permitió al Gobierno sostener el crecimiento basado en la promoción del mercado interno, con su correlato en el aumento del empleo y la producción, y evitar conceder mayores concesiones a los acreedores, tal como exigía el organismo. Por otra parte, la sintonía con Brasil, que días antes también canceló 15.500 millones de dólares de deuda por adelantado con el Fondo, fue vista como un avance en vista a una mayor coordinación económica sudamericana, en línea con el rechazo al proyecto del ALCA en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata.
Algunos observadores entendieron que el pago se trató menos de un ejercicio de soberanía económica que del cumplimiento de la principal demanda que poseía en esos momentos el FMI: cobrar íntegramente sus acreencias. Al respecto, caben tres comentarios. Primero, la extensa lista de demandas sobre la política económica del Gobierno resalta que el cobro de los créditos era sólo una de las diversas exigencias del organismo. Segundo, las reestructuraciones de deuda con el FMI son muy infrecuentes ya que conllevan un fuerte enfrentamiento con las potencias centrales; en este sentido, el respeto del status quo en el sistema multilateral constituye una de las condiciones que permitieron sostener una posición confrontativa frente a los acreedores. Tercero, el pago adelantado afectó las finanzas del Fondo al profundizar su déficit operativo, ya que su principal ingreso deriva del interés que cobra sobre sus créditos. Asimismo, implicó erosionar su capacidad de injerencia sobre la política económica de los países deudores, lo cual profundizó su deslegitimación.
Desde entonces los países en desarrollo vienen reclamando -con mediano éxito- una redistribución de los votos dentro del organismo a fin de adecuarla a la nueva estructura de poder en la economía internacional. El pago total no disminuyó el enfrentamiento entre el Fondo y el Gobierno, lo cual se manifestó en un progresivo alejamiento entre ambos. Por un lado, el Gobierno impidió al organismo desde el año 2006 la realización de la revisión anual contemplada en el Artículo IV, con el fin de no facilitar una instancia que le permitiera reclamar públicamente la implementación de una política económica de corte más ortodoxo. Por otro, el FMI acentuó sus críticas a la Argentina fundamentadas en la supuesta falta de sustentabilidad de su política y, más recientemente, la publicación de estadísticas de inflación y crecimiento poco confiables. Para evitar una sanción en relación a este último punto el Gobierno está por lanzar un nuevo índice de precios a nivel nacional, cuyo diseño contó con la asistencia técnica del FMI.
En este marco, descontando un acercamiento por necesidad, esto es, el agravamiento de la restricción externa en el país, pareciera que sólo un giro hacia la heterodoxia en el organismo o una recomposición conservadora de los sectores dominantes en la Argentina, podrán alentar el restablecimiento de la cooperación estrecha en la relación”.
REFLEXIONES FINALES
“Este breve repaso por la historia del vínculo entre el FMI y la Argentina resalta dos características. Primero, el organismo ha sido un actor con una presencia extendida en la economía política doméstica desde hace más de medio siglo. Incluso antes del ingreso oficial de nuestro país al organismo en 1956, el Gobierno de Perón se debatía entre las ventajas y costos de pertenecer. Asimismo, se trató de un vínculo no exento de conflictos, que se dieron tanto entre gobiernos democráticos como de facto. Notablemente, por recomendación del entonces ministro Krieger Vasena, el Gobierno de Onganía decidió el primer pago por adelantado al FMI, en desacuerdo con la oposición de este último al plan de inversión en obra pública necesario para sostener el desarrollo industrial. En segundo lugar, esa presencia persistente le otorgó al organismo una destacada capacidad para condicionar el rumbo de la política económica.
Sin negar su papel durante la etapa previa a 1983, es sin duda desde el restablecimiento de la democracia que el Fondo amplificó su capacidad de intervención en la política doméstica. Ungido como el representante de la banca comercial estadounidense para evitar una cesación de pagos masiva de los países de la región, reclamó la implementación de sucesivos ajustes que lesionaron la posibilidad de restablecer un sendero de crecimiento. Durante la década del noventa, apoyó el programa neoliberal y hacia el final de la década otorgó cuantiosos créditos para mantener un régimen monetario insostenible. Finalmente, el nuevo siglo lo encontró promoviendo los intereses de los acreedores durante la reestructuración de la deuda en cesación de pagos.
Las consideraciones previas no deben llevar a pensar la inevitabilidad de la dependencia con el FMI. Aunque suele representar los intereses financieros de las potencias centrales, la capacidad de condicionar la política económica de un país periférico depende de que éste solicite un acuerdo. Así, lo que con frecuencia se presenta como el resultado de presiones internacionales expresa, en realidad, el interés de los sectores dominantes locales por reproducir a nivel doméstico los condicionamientos estructurales externos. Indudablemente, desde el año 2006 nuestro país ostenta mayores márgenes de autonomía para avanzar en la consolidación de un proceso de desarrollo nacional. Mantenerlos y profundizarlos es tarea de la sociedad argentina”.
Dos décadas más tarde ha quedado dramáticamente en evidencia que la sociedad argentina no fue capaz de mantenerlos ni de profundizarlos.
(*) Pablo Nemiña (Dr. en Ciencias Sociales por la UBA e investigador del CONICET) titulado “El FMI y la política económica argentina”.
23/03/2025 a las 8:43 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Un aliado de Macri controla los DNU de Milei
Ignacio Zuleta
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
22/3/025
No se salva la patria con tan pocos apoyos ni con una media sanción, cuando en el Senado esperaban un rechazo indiscutible. Para convencer al público -inversores de afuera y resignados habitantes de adentro- un gobierno que se juega un pleno en el FMI tiene que mostrar algo más que eso.
Logró 129 gracias a un Congreso perdonavidas que hizo micropolítica para que el número de los Noes no superara los 108 que juntaba la oposición.
A cambio, debió ceder la presidencia de la comisión que controla los DNU (Bicameral de Trámite Legislativo) a un aliado de Mauricio Macri, el hombre del que Javier Milei quiere estar cada día más lejos.
La presidía el riojano Juan Carlos Pagotto, un senador mileísta con ADN menemista. Ahora la preside Oscar Zago, un aliado del oficialismo, pero que en la Capital eligió jugar para los primos Macri. Dicho con rudeza: Macri pudo llevar a un hombre de su demografía a la comisión que controla la principal herramienta de poder del gobierno, que son los DNU. Zago, un hombre del MID, en 24 horas se quedó con la comisión que controla a Milei y firmó la alianza con el PRO porteño para competir con La Libertad Avanza en CABA.
Es la pelea más importante para las dos fuerzas. Quien gane, tendrá futuro. El que pierda llevará a su marca partidaria a la disolución. La gramática parda de este gobierno dirá qué significa esta confluencia, clásica de la política líquida en la cual las paralelas no se juntan ni en el infinito.
ELASTICIDADES LEGISLATIVAS
Dario Nieto fes el vocero de Macri sobre esa pelea: La Libertad Avanza, dijo en estas horas, quiere barrer al PRO de todos los territorios. Es otro capítulo de la pelea por la propiedad del gobierno, que muestra a un Macri cada día más distante de Milei, pero a un PRO cada vez más cerca del mileísmo.
Macri, acusado por el gobierno de haberle desbaratado el principal contrato, que era la concesión de la Hidrovía, ahora llevó a un aliado a la comisión/peaje de Milei. Pudo hacerlo con una ayuda no buscada: Nicolás Massot, diputado nacional por las listas del PRO en 2023, desempató en la elección del presidente de la Bicameral al votar por Zago e impedir que el peronismo de quedase con el cargo, lo que hubiera implicado una derrota descomunal.
El bloque Encuentro Federal mostró una elasticidad propia de su condición de bisagra que articula las sesiones: tenía votos para todas las alternativas posibles ante el DNU. Miguel Pichetto votó por el Sí, Nicolas Massot lideró las abstenciones y Margarita Stolbizer votó por el No.
Para la cuarta alternativa posible, la ausencia, lo tuvo a Ricardo López Murphy, a quien la sesión más importante de los últimos 20 años (según la calificación exagerada de Martín Menem) lo encontró en México, participando de un encuentro con liberales en serio: la conferencia de la Sociedad Mont Pelerin. Compensa su ausencia que haya militado contra la idea del gobierno de pedir un DU y no una ley.
EL CRIPTOGATE, UN MINUÉ IMPARABLE
El filme del irresistible ascenso de Zago al control de la Comisión de DNU es un minué que lo mostró como un astuto tiempista, que se ganó el cargo quedándose callado cuando todos hablaban.
Martín Menem disparó un escandaloso levantamiento de la sesión que discutía la investigación del CriptoGate. Su interés en limitar esa pesquisa que lo tiene como posible interpelado es el origen de este final que exalta a Zago.
Este diputado fue víctima de agresiones por parte de gente del bloque de La Libertad Avanza, que él mismo había presidido fugazmente en 2023 hasta que migró a un bloque propio por inquinas con el presidente de la Cámara. Había manifestado críticas a la inoportunidad de Milei de firmar un DNU por el acuerdo con el FMI. Se había cuidado de adelantar que igual apoyaría el DNU.
UNO DE LOS ESCULTORES DE MILEI
Zago fue ocho años legislador de la ciudad bajo los gobiernos de Macri, con quien tiene una vieja relación. Es un radical del mundo sindical, delegado de Metrogas cercano al gremio del gas que conduce Oscar Mangone.
Perteneció alguna vez al stud de Daniel Angelici, de quien terminó alejado. Ha sido uno de los constructores de la candidatura de Milei, a quien pudo albergar en su departamento del barrio del Abasto cuando el presidente buscada su destino desde los paneles de la TV.
Por esa relación, anterior a la de Milei con los primos Menem, escaló en el armado del nuevo gobierno de 2023 y estuvo a punto de ser elegido presidente de la Cámara de Diputados. Estuvo en la terna que integraban Ritondo –candidato de Macri– y Martín Menem. En ese arbitraje quedó como presidente del bloque de La Libertad Avanza.
BOCA CORAZÓN
La alianza con Macri para las elecciones porteñas se apoya en que el presidente del MID en CABA es el legislador Edgardo Alifraco, que preside una de las agrupaciones macristas de Boca Juniors.
Tanta afinidad hay que Macri le indicó a Ricardo López Murphy que entrase en negociaciones con Zago para integrar un frente para las elecciones porteñas de mayo próximo.
López Murphy lo hizo y firmó junto al MID de Zago para que integrarse la alianza del PRO en la ciudad. No pudo hacer entrar a su partido porque quedó flojo de papeles en la ciudad, pero el compromiso es firme: el PRO y el MID de Zago apoyarán la reelección de López Murphy como diputado nacional.
EL JUEGO DE LAS SILLAS
El fragor de los incidentes movió a Santiago Caputo a invitarlo el lunes a conversar sobre su posición. El intermediario fue Cristian Ritondo, referente de Zago en el PRO.
Habían quedado en compartir auto para ir juntos desde el Congreso hasta a la Rosada el lunes a mediodía, cuando Ritondo llamó a Zago y le dijo que lo esperaba directamente en Casa de Gobierno. «-Venite, ya estoy acá-«. Al ingresar al salón, Zago se enfrentó con el presídium supremo que compartían Caputo el Joven con la hermana Karina, Sebastián Pareja, Ritondo y Diego Santilli. Ya había pasado de manera fugaz Javier Milei para sacarse una foto en donde se mostró en una silla lateral, lejos de la cabecera. Fue un torneo de gestos de sorpresa de todos.
ACEITANDO EL ENGRANAJE EN LA ROSADA
Zago, listo como pocos y atento a que lo peor para un político es la foto equivocada, esperó que a que se retirase el grupo para charlar a solas con Caputo. Nadie puede saber de qué hablaron, pero es seguro que Santi le preguntó sobre su apoyo (o no) al DNU.
Zago le pudo responder que ya había adelantado su apoyo en declaraciones durante el fin de semana. Algún edecán podía advertir que el vozarrón persuasivo de Zago se quejaba del destrato del gobierno hacia el PRO, que ayuda al gobierno en todo y nunca le agradece.
Caputo quería saber la posición del midista, porque sabía que Zago era el diputado de LLA con más experiencia como para disputar la presidencia en la Comisión de DNU en el relevo del senador Pagotto. En ese encuentro pudo aceitarse el engranaje que lo puso a Zago en el cargo.
MILEI, RESIGNADO, BANCÓ AL ALIADO DE MACRI
El minué del empate con el peronismo en la Bicameral siguió con las propuestas de Pagotto para seguir, la del macrista violeta Santilli y, finalmente la de Massot.
Había que desempatar y alguien dejó caer el nombre de un tal Zago. «- Conmigo, no, ¿eh?», respondió éste con cara de póker. Lo apuró Gabriel Bornoroni, presidente del bloque de LLA que lo había reemplazado a Zago cuando lo destituyeron en una anterior crisis pagana. «- Tenés que ser vos», le rogó. Zago: «- ¿Quieren eso? Andate afuera, hablá con la Casa de Gobierno y preguntales si están de acuerdo». Poco minutos después volvió Bornoroni: » – Están de acuerdo, adelante». Se votó, y Massot respaldó a Zago, que desde ese día tiene una sonrisa que no puede ocultar. Nunca nadie logró tanto con tan poco.
LO BARATO SALE CARO
La fragilidad del resultado fuerza al gobierno a imaginar lo antes posible algunas realizaciones que le den un contexto airoso a este logro. Para llegar a los 129 pagó carísimo una exhibición de debilidad que no tiene una explicación plausible. Apeló al clientelismo de los gobernadores.
Todo para pagar que Luis Caputo no compareciese en el Congreso y para no mandar un proyecto de presupuesto. Si hubiera admitido esos reclamos del Congreso podría haber conseguido los 140 o más apoyos que le dieran más calidad y sustentabilidad al resultado.
A una norma que sale raspando la puede resentir un cambio del viento. Un principio sano que asegura gobernabilidad dice que solo hay que promover leyes y decisiones que resistan un cambio de gobierno.
MURMURACIONES CANALLAS
Las razones del empecinamiento del gobierno en resistirse a dialogar con el Congreso navegan por el mar de las murmuraciones. La explicación más pedestre y canalla es que el Congreso tiene mala fama y que contagia a quien pasa por ahí.
Otra murmuración afirma que el gobierno teme abrir la boca sobre un plan económico en prevención de que los mercados interpreten por las suyas y disparen anticuerpos para prevenirse de daños eventuales.
El secretismo es pésimo consejero y revela debilidad: adelantar lo que van a hacer es prueba de fortaleza. El gobierno teme que Caputo hable en público porque puede agravar las cosas con afirmaciones fuera de control. Como admitir que eluden la ley porque el Senado no les vota nada.
Pichetto describió ese riesgo cuando dijo: «el ministro de Economía, que tendría que haber venido acá, estuvo paseando por canales de televisión y le gusta ir a encontrarse en reuniones con el “círculo rojo”.
Sus palabras ayer en un programa de televisión por la mañana movieron nuevamente el dólar para arriba y el Banco Central tuvo que vender; y el viernes tuvieron que vender 500 millones».
23/03/2025 a las 9:47 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
No se puede creer todo lo que pasa en el país en una semana
Ricardo Roa
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
22/3/025
Por suerte, la semana vino con personajes de sobra. Por ejemplo, los diputados que se supone han sido elegidos para escuchar y reflexionar y se dedican a llamar la atención de la peor forma, con gritos y peleas como en un programa de chimentos por la tevé. Este miércoles dieron vergüenza ajena.
Fue mayor el escándalo en el recinto que el de un rato después, en la calle, en la protesta contra el gobierno. El circo de los diputados da para todo. Y ahí están tanto los de la casta como los del gobierno que supuestamente la combate. Una de las diputadas libertarias, Marcela Pagano, se llevó un megáfono a la sesión. ¿Para qué? La semana anterior, a su lado, otra había arrojado agua contra la terraplanista Lemoine, de su mismo partido. Que tal vez tire también las cartas o lea la borra del café.
Pagano, periodista, hace cualquier cosa con tal de que no la corran de la Comisión de Juicio Político. Es la primera libertaria bolivariana: entró de diputada siguiendo el ideario de Milei pero, peleada con Karina, ahora sigue el de su pareja, Franco Bindi, ex agente de inteligencia con relaciones políticas y económicas más que estrechas con el chavismo.
Fueron noticia también estos días los cuatro senadores peronistas que no aguantaron más a Cristina y abandonaron el bloque. Golpe para Cristina, buena para el gobierno y una respuesta de gobernadores que andan a los tiros con ella. Cristina intervino el partido en Jujuy con Menéndez, intendente de Merlo, y también el de Salta, adonde mandó a Berni. Desde la frustrada elección interna, está todo mal con el riojano Quintela y lo mismo le pasa con el catamarqueño Jalil y Poggi, de San Luis.
Más personajes de la semana: Ritondo y Santilli, los legisladores del Pro que visitaron a Milei para impulsar una alianza en Buenos Aires. Karina presidiendo la reunión y Ritondo y Santilli con cara de déjennos subirnos a su lista, dos días antes de que la hermana de Milei le cerrara a Jorge Macri la puerta en la cara: una reunión para devaluar al jefe de gobierno porteño.
Y mal momento para el Pro, que forzó sin éxito un acuerdo simultáneo en los dos distritos. Ahora temen que Ritondo y Santilli, después de la elección en la Ciudad, abandonen el barco como ya lo hizo Rodríguez Larreta, que busca llegar a la legislatura con un eslogan extraño: “vuelvo porque hay olor a pis” en la Ciudad. Para argumento de campaña, huele mal.
Al macrismo la salida de Larreta le pega más en lo discursivo que en los votos: no se cree que sea mucho lo que pueda llevarse pero le quita el relato de que son los herederos de la transformación en la Ciudad. La marca PRO sigue pesando, pero pasa a tener mucha más importancia quién encabezará la lista.
Otros personajes: los jefes de la CGT que bajaron de Sierra Maestra para declarar el tercer paro general contra Milei en 15 meses. A Fernández, en cuatro años, sólo le dieron las gracias. En voz baja, dicen: lo hacemos porque nos aprieta la izquierda y haremos como si le pegáramos al Gobierno para que el Gobierno haga como si le doliera. Ya empezaron a conversar.
Un personaje más, y menos conocido, tampoco puede faltar acá. Tiene nombre de comediante italiano, Elías Piccirillo, y pasó de vender departamentos en Remax a dirigir y ser, en parte propietario, de Su Crédito, un banco digital de Tucumán fundado hace cinco años que creció a lo loco en el gobierno de Fernández y Massa.
Sin vínculos con la política salvo los de su hermano, consultor en el Ministerio de Transporte, Piccirillo se hizo multimillonario de la noche a la mañana. Nadie sabe haciendo qué. Sí se sabe que el banco aprovechó como pocos la brecha cambiaria con transferencias de dólares baratos al exterior. A fines del 2023, la Asociación Bancaria local denunció que “usan el nombre de entidad financiera cuando en realidad funcionan como una cueva para compra y venta de dólares”.
Piccirillo dejó el banco en diciembre pasado. Lo llamaban el rey del blue, y no por la música por supuesto. Tuvo un minuto de fama por su fastuoso casamiento, en los jardines del Palacio Duhau, con Jessica Cirio, la ex de Martín Insaurralde, que fue intendente de Lomas y jefe de ministros de Kicillof. Y alguien que nunca abandonó su ocupación central: el manejo del juego en la Provincia. Es el Insaurralde del escándalo con el yate-office El Bandido, que está investigado por corrupción y enriquecimiento ilícito.
Piccirillo y Cirio se mudaron a Nordelta, ¿dónde, si no? y como los gustos hay que dárselos en vida, compraron una casa en el barrio El Yacht que les costó, dicen, tres millones de dólares. Cirio tiene una puntería bárbara para elegir los novios: en esa casa Piccirillo fue detenido el jueves. También apresaron a siete policías de la Metropolitana, una Armada Brancaleone con la que armó una historia increíble.
Todo empezó a fines de enero. Piccirillo invita a cenar en el Duhau a José Hauque, que le reclama una deuda de seis millones de dólares, y le planta un kilo de cocaína y una pistola en su auto. Yabrán no lo habría hecho mejor. Los policías cómplices esperan a unas cuadras la camioneta Audi X8 de Hauque, la paran y lo llevan detenido, junto a su mujer. Gracias al testimonio de un arrepentido, la jueza Capuchetti pudo desmantelar la operación.
Dios los cría y ellos se juntan: Hauque había sido denunciado por una estafa con su empresa CoinX, que ofrecía retornos extraordinarios en dólares. Se arregló en una especie de mediación: los damnificados cobraron deudas más intereses. ¿Adivinen quien la había promocionado? Acertó: el entonces diputado Javier Milei. El juez que actuó y no citó a Milei fue Lijo.
Los peores golpes llegan sin avisar pero esta vez estaba cantado. Casación confirmó la sentencia a Cristina por corrupción en Vialidad, el monumental negociado con la obra pública en Santa Cruz. Cristina tiene cinco días para ir en queja a la Corte. Si no lo hace, la sentencia de seis años de prisión e inhabilitación para cargos públicos quedará firme y no podrá ser candidata.
Y sobre llovido, mojado: por su “participación en importantes actos de corrupción durante su mandato”, el gobierno de Trump le prohibió sorpresivamente a ella y a sus hijos entrar a Estados Unidos. Mala semana para dejar el cigarrillo.
23/03/2025 a las 10:02 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El newsletter de Luciana Geuna
Fuente: TN
(*) Notiar.com.ar
22/3/025
El Gobierno llegó al fin de semana con alivio por la aprobación del DNU del FMI y el control de la movilización del miércoles, pero todavía está lejos de festejar después del alto riesgo en el que entró en las últimas semanas.
Empiezan ahora definiciones trascendentes: la inquietud por los dólares, el escabroso camino hacia el acuerdo con el Fondo, el destino de los candidatos a la Corte y la resolución del vínculo con Macri y con el PRO. Lo que está pasando con los nombres de las candidaturas en la Ciudad de Buenos Aires no tiene desperdicio. La reunión con Santilli y Ritondo en la Rosada fue muy nutritiva: perros, economía, la marcha del 24 de marzo y el aval a Bullrich. ¿Qué le dijo el presidente a los diputados del PRO?
Además, una historia impresionante está sucediendo en la justicia con la declaración como arrepentido de un directivo de la AFIP contra un juez federal. Hay mucho más de lo que se supo.
LADRIDOS EN LA QUINTA DE OLIVOS
Diego Santilli y Cristian Ritondo estaban hace cuarenta minutos sentados conversando en la mesa rectangular del despacho de Karina Milei -donde históricamente funcionó la jefatura de Gabinete-, cuando apareció el Presidente. Se sentó en el asiento que encontró libre entre el asesor Lule Menem y el operador bonaerense, Sebastián Pareja.
Karina estaba en la cabecera. Los referentes del PRO habían ido a la reunión con la promesa de un encuentro con Javier Milei, pero cuando empezó la charla, les costaba escucharse por los ladridos de Thor, el perro Boyero de Berna que adoptó la hermana del Presidente y que ocupa una oficina complementaria de Jefatura que está a un lado de la recepción.
Ritondo empatizó comparando a las mascotas con los hijos, y sucedió entonces una media hora insólita: ansiosos por definiciones políticas, los dos legisladores estuvieron treinta minutos escuchando al Presidente hablar de sus propios perros, los que viven en la Quinta de Olivos. Hasta hubo espacio para el recuerdo de Conan.
Cuando se pudo, Santilli llevó las preguntas hacia la realidad: la marcha del miércoles, la economía. Milei estaba calmo y expansivo. Durante casi una hora, se mostró envalentonado con la política que aplicaron en la calle durante la marcha del miércoles donde terminó agonizando un fotógrafo. Lejos de admitir excesos, dijo: “Vayan a preguntarle a la gente si están de acuerdo o no con lo que hicimos”.
Le dedicó un largo rato a la inflación. Reconoció que febrero fue complicado por la carne y marzo por los útiles escolares. “Hubo varios factores que este mes complicaron todo también en política. Nos queda ahora la marcha del 24 de marzo y después vendrá un abril mucho mejor”. Dijo estar seguro de que en mayo la inflación será del 1,5 y que llegarán a las elecciones con un valor menor a uno. Dio cifras de crecimiento económico que según sus estimaciones son del 4 o 5% en el primer trimestre y mejorarán en el segundo. “Si no cometemos errores nosotros, vamos a llegar perfecto a las elecciones”, les dijo.
Ritondo y Santilli son dos referentes que es posible que a esta hora se sientan mucho más cómodos con el Presidente que en el PRO. Si nunca llega la “integración” entre LLA y el macrismo, es más que posible que Santilli quede del lado de los libertarios. A pesar de la expectativa, no se llevaron detalles de ningún acuerdo. El Presidente sólo les dijo antes de irse: “Tenemos que ganarle al populismo en la provincia de Buenos Aires”.
¿BULLRICH EN CIUDAD?
Mauricio Macri volvió ayer a la madrugada de la Universidad de Bologna. Ya estaba fastidioso por el tráfico porteño tan contrario a la calma de caminar hasta la Facultad italiana para dar clases. Hoy se reuniría con su mesa chica pero ayer mismo llamó a Ritondo para más detalles sobre lo que pasó el lunes. Lo que escuchó sólo lo dejó más intranquilo. Aunque el tiempo avance, su desconcierto con el Gobierno se mantiene intacto. “Todo el círculo rojo pide una alianza y ellos sólo nos destratan”, suele decir. Ve a los líderes libertarios como referentes de otra especie. Muchas veces no logra entender su lógica. “No se dan cuenta que están como nosotros en el 2018″.
Entre hoy y el viernes que viene, tiene que tomar la decisión más difícil de todas: ¿a quién juega en Ciudad? María Eugenia Vidal no quiere y él no está seguro de presionarla. Supo que los libertarios se divierten con la idea de reeditar una pelea interna como la de Larreta y Bullrich pero esta vez entre Larreta y Vidal, dos personas que son profundamente amigas.
El PRO jugará su marca como campaña en las elecciones porteñas, venderá equipo: Ni Karina ni el Kirchnerismo será su concepto. Vuelve el amarillo. A esta hora hay negociaciones subterráneas frenéticas buscando que Ramiro Marra se presente a legislador. Buscan que el daño que la candidatura de Larreta le hace al PRO, se replique en Marra con la Libertad Avanza. Los rumores sobre toda esa movida son impublicables. “En este pantano nos vamos a embarrar todos”, admite una de las personas que comanda la campaña del oficialismo porteño. Son todas noticias felices para Leandro Santoro, que mira las encuestas lleno de ilusión.
Hay, mientras tanto, una jugada muy osada que está pensando LLA: ¿Y si ponen a Patricia Bullrich? La ministra por supuesto no quiere. Hay una puja por el asunto de las candidaturas testimoniales en la cúpula del poder porque tienen muy pocas figuras. Karina asegura que si en Ciudad no es Adorni, tiene resuelta una sorpresa. El próximo viernes se revelarán todos los secretos cuando venza el plazo para presentar candidatos.
LO QUE VA A PASAR EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
La Legislatura de la Provincia de Buenos Aires suspenderá las PASO la próxima semana si no sucede nada exorbitante. Fue casi un paso de comedia lo que pasó este jueves cuando Agustín Romo propuso tratar su proyecto de eliminación de las primarias provinciales. La coreografía planteada preveía que Romo intentaría esta movida sabiendo que no iba a conseguir quorum, algo que sí sucedería la próxima semana con la sesión pedida por el Frente Renovador.
En algún momento, alguien tentó a los kicillofistas con bajar y dar número para que la sesión de Romo se haga y se suspendan las PASO. Increíblemente bajaron sus legisladores pero no los suficientes para lograr que haya sesión, dejando así una fractura expuesta. El agua no llegará al río. Salvo el radicalismo, ningún sector político está interesado en que se hagan las primarias, ni siquiera dentro de la salvaje interna peronista.
Hay tiempo hasta el 5 de mayo para definir la verdadera discusión de fondo entre Kicillof, CFK y Massa: si se desdoblan o no las elecciones y cuándo se harían en caso de que las separen de los comicios nacionales.
Se están dando simultáneamente infinitas negociaciones y disputas electorales. Un acto de adrenalina típica de los años impares en un país donde hay temas estructurales por resolver, cada vez más profundos, más comprometedores.
UN JUEZ NARCO QUE SIGUE SIENDO UN JUEZ
Este es un país donde, por ejemplo, un juez federal de Rosario, Marcelo Bailaque, tiene tres causas penales abiertas por sus vínculos con el narcotráfico, un delito al que tiene la obligación de combatir. Bailaque está acusado de compartir contador con el narco santafesino Esteban Alvarado (además de emplear al hijo de ese profesional en su juzgado); de encubrir la investigación contra ese mismo traficante; y de armar causas penales en connivencia con la AFIP para extorsionar gente. Sí. Eso, que parece de Netflix, en Rosario es verdad.
Una ciudad intoxicada de narcocriminalidad y de los negocios y la plata negra que ese rubro produce, hizo suponer siempre que había connivencia y complicidades de todo orden para que se desarrolle a esa escala y velocidad. Se llegó muchas veces muy lejos en la tarea de encontrar policías involucrados, financieras colaborando con el lavado de ese dinero.
¿Existe la posibilidad de que esto prospere sin la complicidad de algunos funcionarios judiciales? Si alguien dudaba, se confirmó el martes de modo cinematográfico: a la una de la tarde, llegó Carlos Andrés Vaudagna -ex director de la AFIP (ahora ARCA) en Rosario y Santa Fe-, a la oficina de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC) en la calle 25 de mayo 179. Vaudagna, un profesional de carrera del organismo recaudador, se sentó a la cabecera de una mesa rectangular junto a su abogado y firmó un acuerdo como arrepentido para colaborar en media docena de investigaciones en las que estuvo involucrado, no como sabueso, sino como delincuente. Cada una de sus palabras fue grabada para ser usada como prueba.
Fueron siete horas de confesiones deteniéndose solo para tomar agua. No aceptó ni un café, mucho menos comer algo. Dicen que estaba nervioso pero la audiencia terminó a la noche y él habló sin parar. Lo escuchaban además del titular de la PROCELAC, el fiscal antidrogas, Diego Iglesias y representantes de la Procuraduría de Investigaciones Administrativas, junto a otros fiscales de las causas santafesinas.
Reconoció haberse enriquecido exponencialmente desde 2015 hasta que lo descubrieron, el año pasado. Detalló y confirmó cada uno de los hechos que le expusieron. El desarrollo de las causas penales que lo involucran revela una trama de negocios y delitos que abarcan a dueños de medios, financieras, ex directivos de Vicentin y, claro, al juez Bailaque. Admitió Vaudagna que junto al magistrado organizaron una extorsión a partir de una denuncia anónima contra dos financistas de Rosario. Un informe de la AFIP hecho a medida avalaba la acusación. Todo era trucho. El único fin, dijo Vaudagna, era extorsionar a los financistas y perjudicarlos en una interna por ascensos en la compañía de Seguros San Cristóbal.
Este arrepentimiento, que fue una noticia muy relevante esta semana, produce un punto de quiebre en la historia de la complicidad. El equipo multidisciplinario de fiscales federales y provinciales a cargo de lograr la colaboración, son una cuadrilla que juega al ajedrez desde hace años en un tablero contra otros jugadores que trampean. Para tomar dimensión, la investigación contra el ex jefe de la AFIP había quedado a cargo de un magistrado que hace poco se comprobó que tenía mensajes borrados con Vaudagna y mostraban la cercanía entre los dos. Esta semana la Cámara de Casación tomó una decisión muy importante que avala la actuación de los fiscales y deja la investigación en sus manos.
A Bailaque, de quien se sospecha hace demasiado, lo denunciaron hace casi tres años en el Consejo de la Magistratura por guardar prueba que complicaba al narco Alvarado. El sentido común diría que, en este contexto, no sigue trabajando como juez. Pero no es así. Sigue prestando servicios. Todos los delitos federales que estén sucediendo ahora en Rosario, todavía pueden quedar a su cargo. ¿Renunciará después de la declaración del arrepentido? No lo hizo todavía. Su continuidad en el juzgado tiene una sola manera de cesar si no es con su renuncia: que avancen las investigaciones por mal desempeño en el Consejo de la Magistratura, que empezaron en 2022 y recién se activaron el año pasado cuando el escándalo sobre él ya era mayúsculo. Pero el Consejo es un órgano de tiempos soporíferos. Avanzó en las testimoniales contra Bailaque a fines de 2024 pero en lo que va de este año, la comisión de Acusación todavía no se reunió nunca. Aseguran que lo harán en abril, y que la suerte del juez está echada.
¿Cómo pudo un juez federal sobrevivir a tanto? Si alguien cree que Bailaque pudo desplegar esa impunidad sin algún lazo que llegue hasta Buenos Aires, sería inverosímil. Hay nombres que no se escribirán en esta nota que saben que este hilo lleva hasta ellos. Esa es la pieza fundamental que falta en esta historia.
23/03/2025 a las 10:16 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Fracturas y facturas para todos
Claudio Jacquelin
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
21/3/025
Muchos han definido a este tiempo como la era de la transparencia. Pero la definición empieza a quedarle estrecha a la política argentina, de tan explícita que se ha vuelto. Casi nada queda librado a la imaginación. Y casi todo es tal como se ve.
Aunque las elecciones legislativas nacionales serán las más tardías de la última década y media, tras la suspensión de las PASO, el año electoral ya comenzó y no deja indemne a ningún espacio político. Todos han entrado en proceso de aceleración, reconfiguración y, en la mayoría de los casos, de atomización. Fracturas y facturas para todos.
La apertura de la temporada se precipitó con el adelanto de los comicios porteños, sin PASO (previstos para el 18 de mayo) y, en menor medida, con la elección de convencionales constituyentes de Santa Fe (el 13 de abril). Pero no son los únicos test inminentes.
Una semana antes que los porteños, irán a las urnas chaqueños, jujeños, salteños y puntanos. Las recientes fotos de dos gobernadores de esas provincias con el ministro de Economía, tras acordar envíos de fondos y realización de obras, hablan por sí solas. Nada nuevo.
A pesar de que varias de esas elecciones resultan ajenas para la mayoría de las audiencias, la apertura de la temporada ya está provocando ruidosos y visibles (no necesariamente vistosos) efectos en el plano nacional. Sin ese trasfondo, cualquier análisis de lo mucho que ha pasado, está pasando y va a pasar en la política argentina sería incompleto.
Las escandalosas escenas que se vieron en las dos últimas semanas en la Cámara de Diputados, la independización formal del cristinismo de cuatro integrantes del bloque peronista del Senado y el fresco plantón camporista a Axel Kicillof en la Legislatura bonaerense expresan el estado profundo de crisis y reformulación que se está registrando. Si lo padece la fuerza más hegemónica y verticalista de los últimos 20 años no pude esperarse menos del resto.
Ni siquiera está exento de temblores el oficialismo libertario, al que los encuestadores, con los reparos del caso, le auguran un tiempo de bonanza electoral. Aunque pueda alegar (con causa) que en su caso se trataría de una crisis de crecimiento. Todo puede ser relativo.
Los vergonzosos hechos de violencia, denuncias de aprietes, acusaciones y escándalos protagonizados por legisladores libertarios en Diputados fueron las escenas más escabrosas de su reality XXX. Aunque en ese Libertarian horror show parlamentario no se agotó del todo.
Menos explícito, aunque no más edificante para LLA, resultó que en el cierre de la inscripción de alianzas para competir en las elecciones porteñas el partido del pugilista (¿ex?) mileísta Oscar Zago haya terminado de aliado de los primos Macri.
Todo parece más complicado en el caso de Pro. En apenas cincos días quedó expuesto el estado de descomposición que atraviesa. Escenas sensibles para desprevenidos.
En lo inmediato y con muy probables efectos concretos para el mapa del poder de la ciudad de Buenos Aires, la formalización de la ruptura y la decisión de competirle al partido del que fue cofundador adoptada por Horacio Rodríguez Larreta podría causarle un daño sensible a la que ha sido la fuerza hegemónica porteña durante 20 años y abrir paso a una nueva era. Un tiempo que el exalcalde pretende volver a protagonizar para, según él, ser fiel a un ideario traicionado por la gestión de Jorge Macri, que “huele a pis”.
En tanto, sus ahora adversarios y enemigos internos, liderados por el equipo de comunicación del gobierno porteño, lo acusan de traición “para defender sus intereses personales con una candidatura que solo es funcional al kirchnerismo y a La Libertad Avanza”. No hay peor cuña que la del mismo palo.
Lo curioso es que la referencia a los libertarios como adversarios no parece reparar en el aún más impactante ensayo general de cambio de mando que escenificaron el mismo día el presidente del bloque de Diputados de Pro, Cristian Ritondo, y su coequiper Diego Santilli.
Mas allá de que todavía no tenga resultados concretos, esa puesta en escena adquiere valor y significado por el momento en el que ocurrió y el sentido de la oportunidad del mileísmo para no solo difundirla sino también promocionarla (esta vez sí).
Fue casi en simultaneo con la presentación del acta de divorcio de Larreta y mientras quien fuera dueño del escorado submarino amarillo, Mauricio Macri, miraba desde las calles cartageneras (muy promocionadas por su esposa en Instagram) cómo Karina Milei (ni siquiera su hermano el Presidente) posaba en la cabecera de la mesa que alguna vez él había liderado sin discusión.
La escena se completó, casi con crueldad, con el jefe de Estado en plano secundario, junto a los primos Eduardo y Martín Menem, cuyos orígenes peronistas los hermanaban con los visitantes. Más elementos no cabían para pasar facturas. Solo le aliviaron a Macri el mal trago de ver también en la foto a su némesis Santiago Caputo. La división de tareas del mileísmo y las tensiones entre el gurú y la hermanísima ayudaron a no agrandar la herida.
La preocupación del entorno mauricista por aclarar de inmediato que el expresidente había dado luz verde para esa reunión no hizo más que fortalecer la verosimilitud de la versión contraria, que indicaba que fue sorprendido en su ausencia por los hechos consumados.
No fue el único Macri incómodo. En los alrededores de la sede municipal porteña temían que alguien acercara un fósforo. “Son unos hdp, justo el día en que Horacio se lanzaba por afuera, mientras los libertarios nos tiran con todo y cuando están por cerrar alianzas y listas estos corren a la Rosada para posar y hablar de alianza bonaerense, a pesar de que todavía no se sabe cómo ni cuándo se va a votar en la provincia”, vociferaban en las oficinas principales de la calle Uspallata.
No era justamente un buen arranque de un calendario electoral que el jefe de Gobierno porteño se empeñó en adelantar in extremis, para sorpresa de casi todos y supuestamente en su beneficio. Resultado que muchos ponen en duda.
Si aquella bronca inocultable no fuera suficiente para desacreditar el relato que decía que a los primos Macri les habían anticipado el retrato para el que iban a posar Ritondo y Santilli, allegados al macrismo duro aportaron más elementos.
“Si la persona con más cercanía e influencia sobre Jorge Macri se desayunó con la foto hecha, cómo pretenden hacer creer que los primos sabían o estaban de acuerdo”, explicó un colaborador del exintendente de Vicente López.
El apuro por escenificar la protoalianza violeta-amarilla, que los diputados (¿ex) macristas justifican en la necesidad de dar una señal de que hay intención mutua de acordar, tiene interpretaciones menos nobles de parte de macristas afectados por la (in) oportunidad de la imagen.
“Diego ya hace rato que está del otro lado porque quiere quedarse con un lugar (tal vez el único) que le asegure renovar la banca y eso solo es posible si cierra ahora con los Milei. Además, si nunca Mauricio lo quiso ni confió en él, ahora suma su propia revancha personal”, explica un colaborador del fundador del partido que le sigue siendo fiel.
“El caso de Cristian es distinto. No tiene urgencia electoral porque su mandato vence en 2027 y le da más poder seguir siendo de Pro. Pero tiene otros motivos para apurar un acuerdo”, dice la fuente amarilla, quien, como al pasar, recuerda que fue Milei quien salió en su defensa, antes que Macri, luego de publicarse la investigación periodística que reveló la existencia de propiedades familiares en el extranjero y la participación de su esposa en sociedades offshore. Fracturas y facturas.
La política porteña acaba de mostrar, en la inscripción de alianzas, las primeras escenas de un panorama de fragmentación que podría profundizarse en el cierre de listas. El radicalismo y el peronismo tendrían ahí su cuota de protagonismo.
Es el resultado inevitable de una doble condición: la suspensión de las PASO, por un lado, que concentraban la oferta y acotaba la dispersión en la elección general al imponer pisos mínimos para poder acceder a la elección general y al propiciar las coaliciones, cuya competencia interna se resolvía en las primarias.
Por otro lado, se verifica el efecto de la crisis de representación y liderazgo que atraviesan mayoritariamente las fuerzas y los dirigentes políticos. A la hora de sufragar, encontrar al candidato que se quiere votar será todo un desafío. Paciencia.
MÁS DE LA GUERRA KIRCHNERISTA
Capítulo aparte es el del cristinismo, que, mientras se desangra en el interior del país, con impacto en el Congreso de la Nación, se enreda y se desgasta en una pelea fratricida en la provincia de Buenos Aires, su último bastión.
La disputa entre el cristicamporismo y el incipiente kicillofismo por definir un calendario electoral sobre el que tienen intereses y objetivos encontrados tuvo otro capítulo de alto voltaje este jueves en la Legislatura bonaerense, del que el gobernador salió un algo más chamuscado.
Kicillof quedó en medio de los polos activados de Cristina y Máximo Kirchner y el renacido Sergio Massa, quien es el único que en silencio y sin apuro disfruta de peleas de otros en la que se muestra (o simula ser) componedor. Un especialista en crecimiento por desgaste ajeno. Dicen que una de las frases que más le gusta al exministro de Economía es la atribuida a Aníbal Troilo: “¿Por qué dicen que me fui si siempre estoy volviendo”. Con, sin o a pesar de Cristina.
El calendario electoral bonaerense sigue siendo así una gran incógnita. Kicillof, apremiado por las normas y para tener tiempo de desdoblar la elección provincial de la nacional, quedó expuesto a su fragilidad legislativa ante el plantón camporista para tratar su proyecto de suspender las PASO, escala previa a desdoblar las elecciones provinciales. Nada que quiera “la jefa”.
Quienes conocen el kirchnerismo bonaerense dicen que el cristicamporismo se propone dejarle, al final, la opción de una solución de compromiso: desdoblar pero solo después de la elección nacional. Es decir, obligarlo a trabajar o a no poder desentenderse de la elección nacional que es de interés primordial de la expresidenta y a aceptar imposiciones en el armado provincial y municipal, en el que se interesa al hijo Máximo. Todavía quedan muchos capítulos por escribir.
Otro tanto ocurre en el gobierno libertario, al que los vientos del último mes y medio despeinaron más de lo que la peluca mileísta deseaba.
El enorme operativo preventivo (ahora sí) de seguridad con el que este miércoles evitó un nuevo desmadre callejero, como el de la semana anterior, trajo alivio, pero hay heridas que no cierran todavía.
El control de la calle, del Congreso y del dólar, tres puntos sensibles para cualquier gobierno argentino todavía es un gran desafío abierto.
La declaración de un paro general dispuesto por la dirigencia cegetista, que parece haber vuelto de unas largas vacaciones (probablemente en el exterior), los mil millones de dólares de reservas que el Banco Central perdió en cinco ruedas y la aprobación del DNU en una sesión escandalosa no despejan las muchas preguntas abiertas, que hace un mes y medio pocos se animaban a hacer.
Y aún falta responder la gran pregunta abierta hace casi un año sobre el futuro de la Corte Suprema de Justicia. Todavía pueden verse muchas más fracturas y facturas con escenas de política explícita. Personas sensibles abstenerse.