Por Carlos Tórtora.-

Con su breve reunión con Donald Trump, Javier Milei consiguió que su viaje a los EEUU no fuera un fracaso total. El apoyo recibido, sin embargo, no se tradujo en un resultado concreto. No hubo avances perceptibles en las negociaciones con el FMI y la anunciada intención de Milei de preparar un tratado de libre comercio bilateral quedó en la nada, porque en Washington sólo se habla hoy de guerras comerciales, que es lo contrario. Sí quedó claro que la subsistencia del gobierno libertario pasa por el menor o mayor grado de apoyo que le dé la Casa Blanca.

Ahora, pasado el shock inicial del Criptogate, el gobierno empieza a realizar el control de los daños producidos por la crisis.

Para empezar, la caída de la sesión para aprobar el pliego de Ariel Lijo en el Senado es un indicador de que se está cerrando la etapa del apoyo legislativo incondicional a Milei. En una semana, el presidente deberá inaugurar un nuevo período de sesiones del Congreso en un clima de incertidumbre acerca de cómo se comportará la oposición amigable.

En segundo lugar, el debilitamiento de La Libertad Avanza por la pérdida de apoyo que le significa el Criptogate se traduce en el resurgimiento de Mauricio Macri. Éste sabe que ahora los votos del PRO en el Congreso valen el doble y que, aunque digan lo contrario, los libertarios van a necesitar una alianza electoral con el partido amarillo.

En tercer lugar, los dos grandes operadores de Milei están ahora averiados. Karina pasó a ser el símbolo de la coima en la Argentina y su espacio para conducir LLA se va reduciendo. En cuanto a Santiago Caputo, abandonó su perfil bajo en el desastroso reportaje de Jony Viale al presidente y se convirtió en el blanco de la política y los medios. Para colmo de males, Caputo se enredó en una refriega con Macri con acusaciones mutuas sobre las causas del escandaloso fracaso de la licitación de la Hidrovía. Lo único que quedó en claro es que el gobierno tampoco puede garantizar transparencia en la única licitación importante de su gestión, lo que agrava el descolocamiento internacional del país.

En lo inmediato, el aumento cercano al 10% de la carne en febrero indica que le será muy difícil al gobierno mantener la ficción del 2% de inflación.

Mientras tanto, crece en los mercados la sensación de que el despilfarro de divisas que el gobierno realiza a diario para frenar el dólar es insostenible en el tiempo.

Lo que viene

Es así que los dos pilares del éxito de Milei están erosionados. Su éxito económico se agrieta ante la ausencia de una reactivación de la economía real. Y su triunfo como vencedor sobre la casta corrupta se diluye en la medida que queda reducido al rol de estafador, imputado por la justicia.

Es obvio que el gobierno necesita y con urgencia una inyección de creatividad política. Pero el presidente sólo da señales de querer encerrarse en su núcleo duro y resistir como pueda.

Las características de la mega estafa hacen ahora que el eje de los acontecimientos pase por EEUU, donde hay denuncias en 37 estados, además del Departamento de Justicia y el FBI. Por la complejidad e independencia del sistema judicial americano, es prácticamente imposible que el lobby de Trump pueda direccionar a los jueces. Si, lo que es probable, la situación de Milei se agrava en los próximos meses, podría reavivarse entonces la amenaza del juicio político, que sería más real si el gobierno pierde las elecciones en Buenos Aires y CABA.

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