Por Carlos Tortora.-

Jorge Omar Castillo, el «rey de la Salada», fue detenido ayer con un mega operativo policial que incluyó 62 allanamientos y 21 detenciones. Lo ordenó la Fiscal Cecilia Incardona en el expediente que por asociación ilícita, lavado de dinero y evasión impositiva lleva el juez Luis Armella. En los procedimientos realizados por la Superintendencia de Agencias Federales de la Policía Federal, se secuestró documentación que implicaría a 89 sociedades comerciales y 160 personas en un blanqueo multimillonario, en su mayor parte realizado a través de la firma Punta Mogotes SCA. La red investigada vendía marcas falsas, envases de ropa falso y alquilaban alrededor de 7000 locales por semana.

El dinero era colocado en el mercado a través de cuentas bancarias, empresas pantalla, compra de inmuebles y otros bienes suntuosos. Esta gigantesca maquinaria de evasión y lavado no sería sin embargo un paradigma delictivo, si aplicamos los nuevos paradigmas establecidos por Javier Milei. De acuerdo a sus últimas definiciones, los ciudadanos que pagan sus impuestos son una mezcla de otarios y pusilánimes, mientras que Jorge Castillo sería una especie de súper héroe libertario, porque lleva varias décadas evadiendo impuestos y lavando capitales que en parte es muy probable que tengan origen en el narcotráfico. Y eso no es todo, el juez Armella y la fiscal Incardona, dos dignos magistrados, serían entonces enemigos de la nueva economía de mercado, porque con su accionar impidieron que Castillo siga lavando y evadiendo como lo venía haciendo desde hace décadas. Es así que, siguiendo la lógica libertaria, Milei debería impulsar que el Congreso sancione una amnistía para Castillo y disponer su reivindicación, porque representa al nuevo modelo de empresario nacional.

Por supuesto que cuando se refiere como virtuosos a los evasores y lavadores, Milei no alude a quienes no pagan la patente del auto o el mono tributo. Él se refiere a los verdaderos talentos que, como Jorge Castillo, amasan fortunas diarias y no aceptan «ser robados por el estado».

La hora de los delincuentes

Pero lo que es más significativo aún es que los súper delincuentes como Castillo serían quienes más aprovecharían el nuevo paquete de medidas para que los argentinos saquen sus dólares del colchón.

Los Castillo, por operar mayoritariamente en negro, serán por supuesto los mayores beneficiarios de las nuevas medidas, convirtiendo esto en un absurdo a su detención y procesamiento.

La destrucción del Estado prometida por el mesías Milei ingresa así con el mega blanqueo en una etapa más profunda: la conversión de la Argentina en un verdadero paraíso del lavado y del narcotráfico, lo que probablemente implicará que ingresemos en la lista gris del GAFI, como uno de los países cuya economía gira alrededor de las redes delictivas.

A un año y medio de asumir, el único crecimiento de la economía que puede entonces ofrecer Milei es el ingreso al sistema de plata en la mayor parte de los casos sucia.

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