Por Carlos Tórtora.-

Axel Kicillof, con su decisión de desdoblar las elecciones provinciales para el 7 de septiembre, precipitó el proceso electoral nacional. Es que es muy difícil pensar que las alianzas para las elecciones generales del 26 de octubre no sean prácticamente las mismas que para las elecciones provinciales. El tiempo entre ambos comicios es sólo de 50 días y es lógico pensar que el gobierno va a intentar nacionalizar las elecciones provinciales.

En términos concretos, el plazo para el cierre de alianzas provinciales sería en la primera semana de julio.

Esto quiere decir que la incógnita central del panorama electoral, esto es la alianza entre el PRO y La Libertad Avanza, debería develarse a más tardar a fines de mayo, o sea en unos 45 días. De este cálculo de probabilidades no se puede excluir la posibilidad de que la Legislatura bonaerense golpee al gobernador sancionando una ley que imponga elecciones concurrentes y no desdobladas, que es lo pretende el kirchnerismo. Pero las chances de esto último disminuyen día a día.

Con los plazos descriptos, hay un factor que influiría tal vez decididamente en la negociación entre Javier Milei y Mauricio Macri. El 18 de mayo, si las tendencias no cambian mucho, la alianza Es Ahora Buenos Aires, que lidera el PJ con Leandro Santoro como primer candidato, se alzaría con la victoria en la elección porteña. Esto crearía una conmoción política, porque el peronismo jamás ganó una elección local. Crecería entonces en la clase media antiperonista el temor a un retorno del PJ al poder. Esto, a su vez, impondría condiciones casi ideales para que el PRO y LLA firmen una alianza en Buenos Aires.

Sombras por todas partes

Si bien lo señalado es importante, no se puede dejar de agregar que también podrían pesar factores que dificulten -y mucho- el acuerdo Milei-Macri. El principal sería la situación económica. Si el gobierno no logra calmar los mercados y, pese al acuerdo con el FMI, se dispara una fuerte devaluación y la inflación escala varios puntos, esto condicionaría bastante a Macri. Podría ser entonces hasta suicida encadenarse a un aliado que estaría sufriendo una sangría de votos que hasta podría ser contagiosa.

Si así estuvieran las cosas, al partido amarillo le convendría presentarse a elecciones solo y quedar como la única opción sólida de centro derecha ante el inminente desbande libertario.

Share