Por Guillermo Cherashny.-

En todos los análisis sobre la evolución de la presidencia de Javier Milei se destaca que tiene éxito en bajar la inflación y eliminar el déficit fiscal y el descenso muy fuerte del riego país, pero Milei está demostrando sin lugar a dudas que es un hábil político que no llegó a la presidencia de casualidad. En la campaña electoral apuntó contra Juntos, a quien llamaba “Juntos por el Cargo”, con el objetivo de entrar al ballotage, y señalaba que, si entraba a la segunda vuelta, sería el presidente. Tuvo la virtud de visualizar que Patricia Bullrich quedaría atrás de Sergio Massa, el candidato del peronismo, que en la primera vuelta el justicialismo siempre obtiene el 37/38%, así que él debía superar a Juntos -su adversario de entonces- para quedar entre los dos más votados. Y cuando pasó, dijo “ahora tabula rasa” y acordó con Bullrich y Macri, que tuvieron que apoyarlo, porque su electorado era afín con el suyo.

Cuando llegó al gobierno, todos pensaban que Macri se quedaría con todo el gobierno pero Santiago Caputo, su hombre de confianza, dijo: “éste no es tu segundo tiempo, Mauricio; es el primer tiempo de Javier”. Y hasta hoy Macri está mendigando cargos en el gobierno con poco éxito, no sólo por Karina y Caputo sino también por Patricia Bullrich, lo que mostró una ruptura del PRO.

Por su parte, el peronismo K también se dividió entre Cristina y Kicillof, y ahora la UCR, también con fractura expuesta, liderada por Lousteau y Manes, y todas estas divisiones en todo el espectro político no son provocadas intencionalmente por Milei como sí lo hizo Macri cuando fue presidente. Es decir que el presidente está demostrando ser un hábil político, cuando se creía que sólo era un gran economista.

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