Por José Luis Milia.-

Les deseo a todos, una Feliz Navidad junto a sus familias, pero además les pido un minuto de reflexión y, por qué no, de contrición.

Los que tenemos la suerte de compartir la mesa navideña con nuestra familia recordemos que, si hoy podemos vivir la Natividad del Señor a cielo abierto, sin ser humillados ni perseguidos es porque años atrás hubo argentinos que se jugaron para que así fuese; argentinos a los que nosotros, a puro miedo, abandonamos y permitimos que hordas de canallas los afrentaran en su honor y les quitaran la libertad.

Cuando, en la hora del Nacimiento, se siente Jesús a nuestra mesa, recordémoslos y dediquémosles a ellos, que dieron todo sin pedir nada cambio y que, por ello, pasan en soledad la Navidad, una oración y un recuerdo.

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