Se gastó en Aerolíneas Argentinas el equivalente a un tercio de la AUH
Una vez más, como consecuencia de una acción gremial, Aerolíneas Argentinas tuvo que cancelar una gran cantidad de vuelos perjudicando a miles de personas. En esta ocasión, el servicio se interrumpió de manera intempestiva apelando a la figura de la asamblea. Aprovechando las debilidades de los controles estatales se paralizó el servicio sin declarar una huelga que hubiera dado pie a sanciones a la entidad sindical.
Desde hace décadas Aerolíneas Argentinas está en crisis. Su privatización a inicios de los ‘90 estuvo motivada por su déficit que demandaba crecientes recursos públicos para subsidiar el desequilibrio. Bajo la gestión privada no mejoró su desempeño. En el 2008, ante una situación terminal, prácticamente por unanimidad y aclamación, tanto el oficialismo como la oposición (muchos de estos últimos hoy son oficialismo en Cambiemos) decidieron la re-estatización. Una derivación de esta decisión es que se retornó a la vieja práctica de usar fondos públicos para cubrir los desequilibrios de Aerolíneas Argentinas.
Para evaluar la equidad de estos subsidios es relevante compararlos con otra iniciativa que también goza de amplio consenso entre las fuerzas políticas, como es la Asignación Universal por Hijo (AUH). Según datos del Ministerio de Hacienda, entre los años 2008 y 2017, se observa que a precios actuales:
- Aerolíneas Argentinas recibió del Tesoro nacional $150 mil millones.
- La inversión en la Asignación Universal por Hijo ascendió a $526 mil millones.
- Es decir que el Estado gastó en Aerolíneas Argentinas el equivalente a un tercio de lo que invirtió en la Asignación Universal por Hijo.
Estos datos alcanzan para dar una idea del enorme daño social que provocó la decisión de utilizar fondos públicos para subsidiar Aerolíneas Argentinas. Si el Estado no se hubiese hecho cargo de sus desequilibrios, se podría haber aumentado en un 30% el monto de la AUH durante toda la década en la que este programa asistencial vino operando. Es decir que para preservar los intereses de los empleados de la empresa se usaron recursos que podrían haber tenido un impacto social mucho mayor de haberse destinado a reforzar el principal programa destinado a asistir a la infancia pobre.
En defensa de la línea aérea de bandera se usan variados argumentos, incluso razones patrióticas. Pero el alto valor simbólico y el cariño por Aerolíneas Argentinas no justifican usar fondos públicos para sostener su funcionamiento. Lo que corresponde es que la empresa incorpore en sus tarifas todos los costos que requiere su operación, incluyendo los derivados de las beneficiosas reglas laborales que disfrutan sus empleados (como las licencias por días de cumpleaños y los pasajes gratis para los familiares). Si los argentinos realmente tienen un especial sentimiento patriótico por Aerolíneas Argentinas lo demostrarán pagando la mayor tarifa. Si la valoración no es tan intensa como para soportar tarifas mayores, deberán los empleados esmerarse por ofrecer mejores servicios o eliminar algunos de los privilegios que disfrutan.
Un planteo más racional trata de justificar los subsidios por el lado de garantizar la cobertura de rutas no rentables. Si este fuera el caso, es decir que existe una razón estratégica para mantener vuelos a destinos donde no es posible cubrir los costos con tarifa, corresponde estipular un subsidio explícito para esos trayectos. Estos fondos no deberían ser direccionados automáticamente a Aerolíneas Argentinas sino a las empresas públicas o privadas que estén dispuestas a cubrir esos tramos al menor costo posible.
Los esfuerzos del Estado en materia de transporte aéreo tienen que estar concentrados en garantizar transparencia en el mercado, infraestructura y seguridad. Que haya una línea de bandera pública, no tiene que depender de los subsidios del Estado, sino de la decisión de sus empleados y los usuarios. Negarse a usar fondos públicos para beneficiar a una empresa aérea tiene poco de ideológico y mucho de sentido común y justicia social, tal como lo demuestran las actitudes de los ex presidentes Mujica en Uruguay ante la crisis de la empresa Pluna y Obama ante la crisis de American Airlines. (IDESA)
La falta de idoneidad o de huevos que tienen los dirigentes que nos tocan en suerte es evidente. ¿ cuántos años mas vamos a estar con este tema de Aerolíneas y Austral ? NO TIENEN VERGÜENZA !!!!!!!!
¿ Por que no suspenden las actividades de la empresa, indemnizan a los empleados y se termina de una buena vez? seguramente va a salir mas barato que subsidiar a esa manga de cretinos que tienen el tupé de pedir aumentos de sueldo cuando están ganando mas de $ 200.000 por mes los pilotos , los que atienden en los mostradores arriba de 50.000 al igual que los maleteros y todo el resto de parásitos que viven de los estúpidos que somos nosotros, los de a pie, que con lo que aportamos en impuestos pagamos esos sueldos. Hacer que se rompan los cuernos las aerolíneas nuevas, subsidiar los destinos internos que necesiten el servicio y que no son rentables sería lo mas saludable tanto para el erario público como por ejemplo para los 30.000 pasajeros que estuvieron varados dos o mas días por el reclamo de los que ganan mas de 200.000 en la AEROLÍNEA DE BANDERA .
Lamento no estar de acuerdo con muchas de las apreciaciones y comparaciones que se hacen en el articulo.
Primero: comparar lo que se invierte para no dejar caer en la indigencia a los niños Argentinos con lo que se invierte para conectar el país por el único medio que nos queda, no es una comparación posible, porque ambas inversiones apuntan a objetivos estratégicos absolutamente incomparables (aunque para los dos se inviertan $).
Segundo: comparar la extensión Argentina y su necesidad de conectividad con la de Uruguay también es erróneo ya que son realidades de extensión absolutamente incomparables. Y comparar la disponibilidad de medios de comunicación de EEUU con los Argentinos (Aerolíneas es casi el único medio potable en muchas zonas) es también incomparable. EEUU puede dar de baja una aerolínea y las cientos que operan en competencia absorber esas necesidades de comunicación. Argentina no tiene esas posibilidades.
Argentina dejo destruir sus redes de trenes y sus rutas. Hasta que esos bienes públicos se puedan recomponer los vuelos Aéreos son casi la única opción para la mayor parte de las actividades de desarrollo.
Hasta que la oferta de trabajo se pueda recomponer, la AUH es la casi única opción para no aumentar la indigencia de millones de niños.
Argentina debe desarrollarse, generar más ingresos genuinos como la exportación de alimentos, minería, servicios y alta tecnología, y con esos resultados generar más trabajo para disminuir paulatinamente las ayudas sociales y mejorar la tecnología de comunicaciones y transporte que hagan más rentables las operaciones por mayor mercado. Ese es el camino. Mientras tanto, no queda otra que invertir mal tanto en Aerolíneas, en la AUH y en tantas miles de otras causas.
RAMAL QUE PARA RAMAL QUE CIERRA DIJO MENEM. EMPRESA PUBLICA ESTATAL DEFICITARIA QUE PARA SE PRIVATIZA O SE LIQUIDA. LOS OBJETIVOS ESTRATEGICOS QUE SE MENCIONAN Y QUE NO SE CUALES SON PUEDEN SER CUMPLIDOS POR LA FUERZA AEREA SI FUERA ESTRICTAMENTE NECESARIO.-