Terror pánico a Verbitsky
Señor Director:
En estos tiempos de elecciones, en la Argentina modernista de la contracultura, ya es muy sabido que, si alguien quiere descalificar a algún candidato, no hay nada más contundente que acusarlo de golpista, aunque si se quiere agregar alguna agravante a semejante acusación bastaría decir que tuvo alguna relación con los “carapintadas” o con el golpista de Seineldín.
A pesar de que han pasado 24 años del juicio que nos condenó a largos años de cárcel que cumplimos inexorablemente, y que los mismos jueces que nos condenaron, en los fundamentos de la sentencia dejaron asentado que la figura de golpe de estado no existió ni siquiera en grado de tentativa y además agregaron como atenuantes que en esa jornada, el 3 de diciembre de 1990, actuamos movidos por sentimientos de elevado valor moral y social, todavía hoy, políticos y periodistas corruptos y cobardes insisten en calificar al coronel Seineldín y a los “carapintadas” de golpistas. (La calificación de corruptos y cobardes es porque saben la verdad y no la dicen).
Desde hace ya dos semanas circula por varias páginas y diarios de Internet, la descalificación del candidato a intendente de Mar del Plata por el PRO, el profesor Carlos Arroyo quien se impuso en las primarias con una importante cantidad de votos. Al respecto, para la prensa tendenciosa y mentirosa no interesa, en este caso la voluntad popular y, para atacar por elevación al candidato a presidente del mismo espacio político, Mauricio Macri, nada mejor que recurrir a la cobarde y falaz acusación de decir que Arroyo es un admirador del coronel golpista Seineldín y los “carapintadas”, por lo tanto Arroyo y los del PRO son golpistas.
Por otro lado, casi al mismo tiempo que circulaba esta mentira, en el canal Encuentro, Horacio Verbitsky se defendía durante toda una hora de programa de la acusación que sus camaradas de lucha, los montoneros, le hacen por su carácter de doble agente. Entre las cosas que este personaje dijo, contó que los montoneros en el año 1976 necesitaban del golpe de estado y lo provocaron con sus accionar terrorista, buscando con ello la intervención militar como finalmente ocurrió. De esta forma, los montoneros legitimaban su accionar ya que no era lo mismo ser terroristas y subversivos en un régimen democrático que en un gobierno militar dictatorial.
Ahora bien, por un lado tenemos a Seineldín y a los carapintadas acusados de golpistas cuando los jueces de la democracia dicen lo contrario, y por el otro un montonero confeso de golpista a quien nadie acusa de tal ni nadie nombra. Cuesta creerlo, ¿no?
Intentado encontrar una explicación a semejante actitud de la clase política y de los medios de comunicación, todos cómplices de la mentira, digo que la misma pasa por el terror pánico que se le tiene a Horacio Verbitsky, el hombre que, sin dudas, representa el poder en las sombras.
Si bien siempre tuve claro esta situación y la expresé en forma escrita en varias oportunidades, hoy con la aparición del libro “Doble Agente” de Gabriel Levinas, y con la respuesta que el autor diera a otro periodista sobre cómo continuaba la cosa después de semejante denuncia, confirman todas mis presunciones. Dijo Levinas: “…con mucha preocupación y cierto temor, todos sabemos del poder de Verbitsky que maneja a jueces y parte importante de la prensa y el poder político… andá a saber qué puede hacer este tipo…”
El temor indisimulado de Levinas es lo que ocurre también con los políticos, jueces y medios de comunicación que atacan con mentiras a un difunto que no se puede defender y no tienen agallas para defender la verdad.
¡Por Dios y por la Patria!
Hugo Reinaldo Abete
Ex Mayor E.A.
si no te sabes defender de las atrocidades que hiciste no te metas con el Compañero Horacio que goza de una trayectoria limpia y con ideales altos muy caros al facismo que defendes.
Verbiski judío y zurdito, que se puede esperar de alguien asi? traidor vendepatria, es un operador del sionismo mas oscuro que opera en el planeta, los que fomentan el zurdaje, los ddhh de los delincuentes, el narcotrafico y la degradacion de la familia argentina.
Poner el nombre de esta basura humana al lado del de un heroe como Seineldin no tiene cabida.
Parrafo aparte para los milicos traidores que lo dejaron solo cuando Seineldin advirtio la destruccion que empezaba con Menem y luego seguia con la llegada del zurdaje y los narKos. El pueblo idiota también, que cantaba «la democracia no se toca» jajaja pelotudos, democracia? jajajaa es una farsa para la gilada argenta que se cree number one y son todos giles que pagan impuestos para mantener a los ladrones que nos gobiernan.
Gloria al Coronel Seineldin.
El CORONEL es un HÉROE, un PATRIOTA,querido también por gente de derecha y de izquierda, que AMAN a la PATRIA, NO QUE SE SIRVEN DE ELLA, como son los sionistas cipayos y falsos zurdos que lo son con el bolsillo de los demas y son los que atentaron y defienden los derechos inhumanos. DIOS Y PATRIA. HONOR Y GLORIA CORONEL
EL PLAN CÓNDOR DE LOS ´70 Y EL «PLAN ESTADO DE GUERRA PERMANENTE», LAGARTO-PIRAÑAS-CIPAYO DE LOS ´70 Y DEL SIGLO XXI
El Plan Cóndor es muy claro que nunca existió, porque si los terroristas hubieran encontrado EL LIBRACO de por lo menos 2000 páginas, que debería haberse escrito, es porque NO EXISTE.
Sí existió la planificación universal de cómo responder en las guerras de ejércitos irregulares y una transferencia de experiencias entre las FF.AA, latino americanas.-
Para esa nueva agresion guerrera, que sorprendía y no se sabía bien como era y funcionaba, que hoy ya se teorizó como las GUERRAS DE 4ta Y 5ta GENERACIÓN, se han generado los instrumentos legales parlamentarios, para la acciones militares.
Estas son las actuales guerras del los Jihadistas Islámicos, y los Cyber-Ataques-Tecnológicos.- Quince días después del 9/11, el parlamento de EE.UU., aprobó las leyes para que las FF.AA. actuaran en la seguridad nacional interna.
Inglaterra entra en 2da Guerra Mundial, con una declaracion de Winston Churchill, y en EE.UU. de F. D. Roosevelt.
Las guerras son hechos politicos de un estado, que ordena y
dirigen los estamentos del estado, que realizan las FF.AA..-
EL PLAN DE ESTADO GUERRA PERMANENTE, «LAGARTO-PIRAÑAS-CIPAYO» de los ´70, con acciones que hasta hoy no han cesado, es una estrategia de la evolucion de la guerra fría, que empezó en américa con Fidel Castro, continuó con la OLAS, y en el actual Foro de San Pablo.
Hoy tenemos a 1800 prisioneros de guerra, son los que vencieron el HOY Narco-Terrorismo; fuera de toda que nos quiere seguir gobernado y robando la libertad, y que están en prision fuera de toda jurisprudencia; por venganza y para su genocidio
No hay alguien que lo faje bien fajado cuando anda por la calle a esta inmundicia lo mismo que el ministro de economía que lo putearon los «patriotas porteños» en vez de darle para que tenga, guarde y recuerde cuando venía de Uruguay en el aliscafo. Uno desde el interior no puede hacer nada, solo una vez que estuve en el anexo de diputados y fue a tomar el ascensor otra porquería -el zurdo Luis Zamora- y el subir lo empuje afuera diciéndole que no viajo en ascensor con basuras, y con toda su labia comunista se tuvo que callar y hacer un paso atrás, en mi ascensor no subió; empecemos dando el ejemplo y que se conozca por los medios. No olviden que al matón Moreno en un restaurant, lo fajaron bien fajado -salió en todos los medios- y se la tuvo que comer con pistola y todo, porque atendía con una pistola en el escritorio, se acuerdan?. Empecemos dando el ejemplo.
¡¡¡VIVA LA PATRIA!!!
Daniel
Conozco a varios nacionalistas que creyeron en Seineldín (ser bien intencionados no los salva de algún error de evaluación). Sin embargo, mayor, parece que Ud. no entiende que la crítica es otra: No al “golpista” sino al golpista contra los “intereses populares”, que quizás Uds. confundan con los “intereses de la patria”, aunque no han sabido ser creíbles en ello. No les ayuda la historia de su líder, nexo entre el Ejercito y la Triple A; cómplice de torturas en Centroamérica y tan desfasado como los del MTP en el recurso de la violencia cuando la sociedad ya había concluido en que la tentación violenta no debió haber traspasado la década del 70.
FUERZAS VERVITZKY !!!!
NO LE AFLOJE CUMPA , CASTIQUE COMO EN SUS VIEJAS EPOCAS DE SOLDADITO LEAL DE LA FUERZA AEREA !!!
OJO CON EL 80 % DE INTEGRANTES DEL GOBIERNO NACIONAL Y POPULAR QUE SON EX.SOLDADITOS DEL ALMIRANTE MASSERA QUE LO QUIEREN PERJUDICAR !!
A LOS FIERROS MUCHACHOS , QUE ESPERAN ?
DIRIMAN SUS CUESTIONES A LOS CORCHOS , VAMOS QUE ESTAMOS ABURRIDOS CON ESTA CAMPAÑA ELECTORAL PEDORRA !!!
LAS COSAS EN EL PERONCHISMO SE ARREGLAN A LOS BALAZOS , O NO PERRO ?
Y , QUE ESPERAN ? A DESEMPOLVAR LOS FIERROS MUCHACHOOOOOOS !!
ESTO YA ES POSTRANTE , EMBOLANTE Y SUPER ABURRIDO , NECESITAMOS JOLGORIOOO !!!!
Tiene razon D. Hugo, a esta escoria habria que enterrarla viva y para siempre, esperemos hasta diciembre y veran que armas sacan esta inmundicia y seguro que caeran inocentes que no tienen que ver, pero cuando se las agarre sera tarde por que la inutilidad de la justicia esta corrompida y no sirve a nada util, esto es lo que pienso y veo – un abrazo!
INFORME PERRO SALCHICHA:
• Los terroristas del gobierno de los Kirchner: Terrorismo = ETA = FARC = Montoneros = Tupamaros = ERP
Una de las principales banderas de la administración Kirchner es la de la ‘reivindicación y defensa de los Derechos Humanos’. Dentro de esta prédica, lo que realmente se nota es una reivindicación a la ideología terrorista de los 70.
Aquí están, estos son: pasado y presente de los funcionarios K, por Pablo Docimo (Tribuna de Periodistas)
– Miguel Bonasso:
Diputado y asesor presidencial.
Integraba el comando de montoneros en el área de prensa e inteligencia.
En los ’70 dependía directamente de los jefes de la inteligencia montonera Rodolfo Walsh y Horacio Verbitsky, quienes tenían a su cargo la elección de los blancos para sus atentados.
Como integrante de la ‘Columna Capital’ de Montoneros habría participado del asesinato de José Ignacio Rucci, dos días después de la asunción de Perón en septiembre de 1973.
El objetivo montonero era ‘tirar un fiambre en la mesa de negociaciones de Perón’ ya que este se negó a asignarles 400 cargos electivos que quisieron exigirle en las listas con que ganó las elecciones.
– Carlos Kunkel:
Diputado, asesor presidencial, Vocero Presidencial y Subsecretario
Fue expulsado del movimiento peronista en 1974 por ‘traidor, contumaz, estafador de los votos de Perón, desleal al justicialismo y antipopular’.
Asesino procesado y convicto durante la dictadura militar, fue beneficiado por la Ley del Punto Final durante el gobierno de Raúl Alfonsín en 1984.
En 1974 participó de la autodenominada ‘Operación Primicia’ que intentó copar el Regimiento 29 de Formosa, donde asesinaron a 12 integrantes de las FF.AA (en su mayoría conscriptos) e hirieron a otros 20.
En su ‘gloriosa’ incursión mataron a diez civiles, tres de ellos menores de edad.
Este intento incluyó la toma del aeropuerto del Puyu y el secuestro de un Boeing 737 de Aerolíneas Argentinas y un Cessna de la Gobernación de Corrientes, hecho donde asesinaron a los dos custodios del gobernador, a quien tuvieron de rehén durante la operación.
Fracasado el intento huyeron con ambos aviones y el Boeing debió aterrizar en una pista precaria de la localidad de Susana en la provincia de Santa Fe, mientras que el Cessna se dirigió a Corrientes con varios delincuentes heridos.
– Nilda Garré de Abal Medina:
Ministra de Defensa.
Militante montonera y esposa de uno de los dos ilustres hermanos Abal Medina, dirigentes montoneros de origen Tacuara y JP.
Uno de los hermanos ejecutó de un tiro en el pecho al General Aramburu rematándolo con otro en la cabeza en abril de 1970, en tanto que el otro fusiló al Dr. Arturo Mor Roig en agosto de 1974.
En ambos casos habría servido de apoyo táctico-militar para el ‘ajusticiamiento en nombre del pueblo’ que ellos representaban.
Los méritos de la Oficial Primera ‘Comandante Teresa’ (Garré) la llevaron a ocupar el ministerio que hoy dirige.
No hay que ser un experto en temas militares para darse cuenta que todas sus medidas apuntan a degradar y humillar a las Fuerzas Armadas y a sus integrantes.
Está cuestionada por la Justicia por haber autorizado la exportación de elementos militares como chatarra.
Por este hecho, en el que la Aduana detuvo el cargamento, supo derivar las responsabilidades a Caperucita Roja y su abuelita con el apoyo del Sr. Presidente de la Nación y el Sr. Ministro del Interior Aníbal Fernández.
Todo va a quedar en nada por ser la esposa de Abal Medina y Montonera Jefe.
Si la cosa se le pone fea van a destituir al Juez que lleva la causa.
– Eduardo Luis Duhalde:
Secretario de Derechos Humanos.
Desde su revista ‘Militancia’, en los años ’73 y ’74, alentaba, estimulaba, y aplaudía los actos llevados a cabo por las organizaciones que imponían el terror para alcanzar el poder.
Desde sus páginas se ocupó de publicar las condiciones de los guerrilleros para liberar un ejecutivo norteamericano secuestrado por montoneros;
como así también aplaudió el secuestro de José Scioli (hermano del actual Vicepresidente de la Nación) quien inmoralmente no tiene problema alguno en compartir ambientes de poder con los secuestradores de su hermano.
Su publicación incitaba a la ‘Justicia popular’, a la ‘guerra popular para alcanzar el poder’ y a ‘eliminar de estas tierras a la raza de oligarcas explotadores’.
Estuvo en Nicaragua para formar, con Enrique Gorriarán Merlo, el M.T.P (Movimiento Todos por la Patria) que atacó el Regimiento La Tablada en 1989, y habría formado parte del asesinato mercenario del ex Dictador Anastasio Somoza en Asunción – Paraguay, confesado en una entrevista televisiva pública por el asesino Gorriarán Merlo.
Hoy defiende los Derechos Humanos de sus camaradas de armas.
– Sergio Berni:
Teniente Coronel en actividad.
Referente de nivel del Movimiento Militancia Social (Piqueteros duros),
Revista como Director de la Subsecretaría De Abordaje Territorial del Ministerio de Acción Social a cargo de Alicia Kirchner.
Tiene un pasado subversivo lo que lo aísla de su condición de militar en actividad.
•
– Urien, Julio César:
Actual Teniente de Fragata
(Cargo restituido por el Dr. Kirchner con pago de haberes ‘caídos’ desde 1972 al 2006).
Presidente de Astilleros Río Santiago.
En 1972 fue integrante de un grupo de subversivos que intentó copar la ESMA siendo guardiamarina en actividad.
Actuó como ‘entregador’ traicionando a su fuerza, con lo que fue pasible de las sanciones militares que le correspondían el Código de Justicia Militar vigente en cualquier país del mundo.
De acuerdo a la sanción que le correspondía fue dado de baja de la Armada, degradado, y encarcelado por Traición a la Patria no por su condición de Montonero sino por la traición a su condición de militar
y al uniforme que vestía. Indultado, pasó a la clandestinidad donde revistó en las últimas filas de montoneros bajo el alias de ‘el almirante’.
Por cuestiones de disciplina interna de los guerrilleros se lo destinó castigado a construir ‘Cárceles Del Pueblo’ en las que se sometía, torturaba y asesinaba a secuestrados
(Sal lustro, Donati, Larrabure, Alemán, Ibarzábal, José Scioli, Mendelsohn, Crespo, Jorge y Juan Born, etc.).
Perteneció a la columna capital de Montoneros, que llevó a cabo (entre otros muchos) el asesinato de José Ignacio Rucci.
Fue el redactor del ‘Manual de Instrucción de las Milicias Montoneras’.
– Rafael Bielsa:
Ex Canciller. Diputado ‘renunciante de la Provincia de Bs. Aires’
Tras su derrota en Santa Fe.
Militante montonero en la Ciudad de Rosario natal. Militaba como montonero siendo auxiliar de la Fiscalía N° 2 de los Tribunales Federales de Rosario por lo que habría participado de diversos atentados y acciones comando para montoneros.
En 1977 fue detenido y ‘torturado’ para ser luego liberado optando por el exilio voluntario al que se hacían acreedores quienes brindaban generosa información a las FF.AA.
Entre 1982 y 1983 trabaja para Augusto Pinochet en Chile, como asesor para un proyecto de Informática chileno.
Seguidamente trabaja para Alfonsín, Pinochet, Menem, de la Rúa y Kirchner.
– Carlos Bettini:
Embajador en España.
Su extremo compromiso y militancia montonera lo lleva a asesinar por la espalda de varios tiros (operación tipo ‘ETA’) al Capitán Jorge Bigliardi en enero de 1975 (durante el Gobierno constitucional), cuando salía de su casa con un hijo menor de edad a hacer compras familiares de domingo por la mañana.
Pertenecía a la Columna Capital de Montoneros.
Inexplicablemente España aceptó sus Cartas Credenciales y hoy es el Embajador de todos los argentinos en nuestra ‘madre patria’.
– Humberto Tumini:
Subsecretario de la Función pública del Gobierno de la Ciudad de Bs. As.
Terrorista encarcelado en 1971 por juicio de la Cámara Nacional Federal en lo Penal.
Es uno de los miles que salieron el 25 de mayo de 1973 gracias a la apertura de cárceles producida por Esteban Righi y Héctor J. Cámpora. Amnistiado por Decreto 2509/73 , pasó a la clandestinidad desde donde retomó sus actividades terroristas …
Salió del país en 1976, para volver con su compañero montonero Rafael Bielsa en 1980 trabajando para las Fuerzas Regulares de la Nación como ‘topo’ entregando a sus camaradas que regresaban
para la contraofensiva montonera.
– Alicia Pierini:
Defensora del Pueblo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Fue militante montonera con grado de oficial.
Se exilió y luego regresó al país con Bielsa y Tumini para ejercer las mismas funciones de ‘topo’ que llevaron a la muerte a los que volvían para una lucha más encarnizada que la anterior.
– Roberto Felicetti:
Brevemente Director de Políticas de Reciclado Urbano.
Fue uno de los guerrilleros que asaltó el Cuartel de La Tablada militando en el Movimiento Todos por la Patria de Gorriarán Merlo en 1988, donde hubo 39 muertos.
Recuérdese que el soldado conscripto Tadeo Tadía fue aplastado por el camión robado minutos antes a Coca Cola con el que ingresaron al cuartel ‘en nombre del pueblo’.
Fue condenado a prisión perpetua e indultado por el Presidente Eduardo Duhalde en 2002.
– Mario Kastelboim:
Titular de la Defensoría de la Ciudad de Buenos Aires.
Montonero con grado de Oficial en los años de secuestros, asesinatos, copamientos de cuarteles, comisarías y pueblos.
Fue, en 1973, Decano de la Facultad de Derecho, convirtiéndola en escuela de adoctrinamiento trotskista y reclutamiento de ‘perejiles’.
– Eduardo Anguita:
Periodista de la Revista 7 días.
Director de Canal 7.
Como integrante del E.R.P. en 1973 asaltó el Comando de Sanidad del Ejército en pleno Gobierno Justicialista de Perón.
Durante las acciones asesinaron al Teniente Coronel Juan Duarte Ardoy e hirieron con ánimo de matar a soldados conscriptos por el sólo hecho de vestir el uniforme del ejército, lo que los convertía en enemigos de sus ideales.
Su consigna era ‘derrotar a la Burguesía y al Ejército opresor’
(En plena democracia…).
Detenido por los hechos del Comando de Sanidad, fue procesado y cumplió prisión hasta 1983 en que fue amnistiado por la Ley de Punto Final dictada por el Presidente Raúl Alfonsín.
En 2006 cobró la indemnización de U$S 252.000 por haber atentado contra la Democracia durante el Gobierno de Cámpora.
Al día de hoy, su premio como militante montonero es ser Gerente de Canal 7…
– Hernán Invernizzi:
Funcionario de la Defensoría del Pueblo en el Gob…
De la Ciudad de Bs. Aires
•
(Área Cultura y Represión).
Terrorista del E.R.P.
Cumplía con el Servicio Militar Obligatorio en el Comando de Sanidad del Ejército donde -reclutado por los guerrilleros- ofició de entregador de la unidad a los subversivos pro-cubanos comandados, entre otros, por Eduardo Anguita.
Fue detenido y procesado, bajo el código de Justicia Militar como correspondía a su estado militar de conscripto bajo bandera, y cumplió prisión hasta 1986 en que fue representado por el Dr. Beccar Varela (cuestionado por el actual gobierno por atender causas de militares detenidos) y logró su libertad.
Otro premiado por atentar contra las instituciones de la Nación en tiempos de Democracia…
– Horacio Verbitsky:
Periodista y asesor presidencial.
Originalmente reclutado por el ERP, pasó a las filas montoneras formando parte de la cúpula del aparato de Inteligencia con asignación de tareas sobre la Policía Federal.
Organizó con Walsh la voladura del Comedor de la Superintendencia de la Policía Federal que costó la vida a 24 personas y quedaron heridas, mutiladas y ciegas otras 70.
Era su estructura quien elegía los blancos y los determinaba según su valor estratégico y táctico, evaluando los réditos políticos y militares de llevarlos a cabo.
Fue el autor material del atentado a la playa de estacionamiento de
la Jefatura del Ejército, que resultó militarmente un fracaso ya que murieron civiles inocentes por la bomba detonada personalmente
por él.
Se lo acusa de entregador -principalmente a su Jefe Rodolfo Walsh-por sus propios camaradas de lucha, ya que de los 62 integrantes
de la Inteligencia Montonera, sólo sobreviven 7
(él entre ellos).
– Jorge Taiana:
Actual Ministro De Relaciones Exteriores (Canciller).
Militó en montoneros participando del sonado caso de la voladura del Bar ‘el Ibérico’ que costó la vida de 2 civiles inocentes que nada tenían que ver con los motivos políticos que a sus jefes les interesaban.
Como a tantos otros se le adjudicaron suficientes ‘méritos de guerra’ como para llevarlo al ministerio de Relaciones Exteriores que actualmente ocupa…
– Susana Sanz:
Directora del Consejo Nacional de la Mujer.
Militante de grado en la organización montoneros, fue entrenada en Argelia con los máximos jerarcas y personal elegido para ello por su alto potencial y capacidad militar evidenciados en actos de guerra.
Su paso por ese entrenamiento altamente especializado la hace obviamente sospechosa de haber participado en el adoctrinamiento posterior de las tropas reclutadas para la lucha armada subversiva
en Argentina.
Esos son sus méritos para ocupar el cargo actual…
– Esteban Righi:
Actual Procurador General de la Nación.
El 25 de mayo de 1973 firmó con Héctor J. Cámpora el decreto de liberación de 371 guerrilleros condenados por la Cámara Nacional Federal en lo Penal, todos con sentencia firme.
La noche del 25 de mayo miles de presos comunes y guerrilleros que esperaban sentencia salieron de las cárceles abiertas indiscriminadamente, ganando las calles gracias al Sr. Righi en medio de una desprolijidad jurídica inédita en el mundo.
– Marcelo Kurlat:
Asesor presidencial.
Fue Jefe de la Secretaría Militar de montoneros.
Fue quien entregó la bomba ‘Vietnamita’ a José María Salgado que voló el Comedor de la Policía Federal con el ya mencionado saldo de 24 muertos y 70 heridos, quemados, mutilados y ciegos.
– Adriana Puiggros:
A cargo de la Dirección General de Cultura y Escuelas de la Pcia. De Bs. As.
Basta con escucharla una sola vez para darse cuenta que sabe tanto de Educación y Escuelas como cualquiera de nosotros de Física Atómica…
Fue militante montonera junto a su hermano.
De acuerdo a la forma de hablar cada vez que fue sacada al aire por Radio 10 (lo que evidencia sus escasas luces), se deduce que el
cargo que ocupa tiene basamento en la simple ‘portación de apellido’.
– Felisa Micelli:
Ex Ministra de Economía.
Militante montonera de los años de ‘plomo’.
Su participación en los cuadros montoneros de ‘acción’ (bombas, atentados, secuestros), y gracias a su adoctrinamiento en Cuba, le valieron el acceso al Ministerio de Economía de Kirchner, del que debió renunciar por sospechas de corrupción por los $ 100.000 termosellados directamente por el Banco Central que no pudo justificar.
– Martín Grass:
Está cargo de la ‘Reestructuración de la Educación de las FF.AA.
Fue expulsado del Partido Peronista por Juan Domingo Perón por ‘traidor, contumaz, estafador de los votos de Perón, desleal al justicialismo y antipopular’.
El mismo Gral. Juan Domingo Perón lo mencionó como ‘ infiltrado, mercenario del dinero cubano’.
Su origen guerrillero es en las Fuerzas Armadas de Liberación.
Cuando éstas pierden su importancia militar frente al avance de montoneros, es reclutado por sus valores militares (léase capacidad para ejecutar) para ser ‘cuadro’ de esta última organización.
•
El perro salchicha 1
¿QUIÉN ES HORACIO VERBITSKY?
Traiciones, atentados, asesinatos, y “daños colaterales” producidos por el accionar criminal de Horacio Verbitsky desde la Organización Terrorista Montoneros y, en algunos casos, cumpliendo directivas de la Dirección General de Inteligencia cubana.
GALERÍA DE TERRORISTAS INTERNACIONALES
Historia del proceso de las Acciones Terroristas realizadas con el objetivo de revertir una situación militar que se tornaba insostenible dentro del desarrollo de la Guerra Revolucionaria en la República Argentina.
Antecedentes, responsables, y detalles de estas Acciones Terroristas que derivaron en la ejecución de “atroces y aberrantes” asesinatos llevados a cabo por las Organizaciones Terroristas.
ATENTADO AL CUARTEL GENERAL DE OPERACIONES
E INTELIGENCIA ANTITERRORISTA, UBICADO EN LA SEDE
DE LA SUPERINTENDENCIA DE SEGURIDAD FEDERAL
DE LA POLICÍA FEDERAL ARGENTINA
(Tercera parte)
2 DE JULIO DE 1976
Esta fecha se instituyó como el día de homenaje a los
Policías Federales caídos en cumplimiento del deber.
Tomar la posta: Montoneros pasa a la vanguardia
A pesar de las expresas recomendaciones de FIDEL CASTRO, el Ejército Nacional había entrado en operaciones, en cumplimiento del Decreto presidencial ordenando la movilización de las Fuerzas Armadas, que disponía textualmente: “…procederán a ejecutar las operaciones militares y de seguridad que sean necesarias a los efectos de aniquilar el accionar de los elementos…” de las Organizaciones Terroristas “…en todo el territorio nacional…”
En la provincia de Tucumán, la Compañía de Monte del Ejército Revolucionario del Pueblo perdía terreno diariamente; la Organización Terrorista Montoneros consideraba que el foquismo rural del Ejército Revolucionario del Pueblo era anticuado e inapropiado. MONTONEROS cargaba ahora con la responsabilidad de la guerra sobre sus espaldas.
Ante este panorama, HORACIO VERBITSKY necesitaba dar un ejemplo de poder para demostrar a FIDEL CASTRO que aún tenía el control de la situación, que aún era factible mantener el desarrollo de la Guerra Revolucionaria en la Argentina. El Capitán “Perro Salchicha” se fijó como meta una operación tal que le permitiese mostrar capacidad táctica ante sus “superiores”. Para su realización tenía tres aliados de suma importancia al momento de reunir información y poder colocar un artefacto explosivo dentro del objetivo. (Como se recordará, el atentado mediante la colocación de explosivos era su metodología favorita de acción, dado el bajo riesgo personal que él corría, máxime si el artefacto explosivo lo colocaba otro integrante de la Organización Terrorista, asumiendo todo el riesgo que esa acción implicaba.)
Recién en el año 1985 se tuvo conocimiento que sus principales informantes para la tarea fueron, entre otros, el Agente del Servicio de Inteligencia del Servicio Penitenciario Federal, Subayudante NÉSTOR CENDÓN (NG “Loli”) y el Personal Civil del Servicio de Inteligencia de Ejército (fotointérprete) OSCAR EDGARDO RODRÍGUEZ (NG “Zito”), quienes prestaban servicio “en comisión” en el 4º piso del edificio de Moreno 1417 de Capital Federal. Estos traidores “personajes”, que vendían información al mejor postor, habían sido presentados a HORACIO VERBITSKY por ROXANA VERÓNICA GIOVANNONI (NG “Muñeca”), Teniente del Ejército Montonero, perteneciente al Servicio de Inteligencia Nacional de la Organización Terrorista Montoneros. De suma importancia por ser sobrina del Coronel Dotti, Director Nacional del Servicio Penitenciario Federal. VERBITSKY logró que “Muñeca” se infiltrara como funcionaria en esa Dirección Nacional.
Moreno 1417: estudio del objetivo
El edificio de Moreno 1417, de nueve pisos y subsuelo, era la sede de la Superintendencia de Seguridad Federal de la Policía Federal, donde se encontraba funcionando, entre otras dependencias, el Grupo de Tareas 2, la Central de Reunión e Inteligencia y la Central de Operaciones Tácticas Antiterroristas, dependencias de reciente formación (Directiva 1/75 impartida por el Consejo de Defensa con fecha 15 de octubre de 1975, como consecuencia de lo dispuesto por los Decretos 2770, 2771 y 2772/75).
Estas dependencias tenían a su cargo la reunión de información, su posterior análisis, la realización de tareas de inteligencia complementarias, su difusión y archivo, y todas otras actividades tendientes a individualizar a integrantes, estructuras, logística, metodologías e infraestructura de la Organización Terrorista Montoneros a nivel nacional. Se canalizaba la información a través de la Dirección General de Inteligencia y la Jefatura de Seguridad Federal, que oficiaba como órgano de consulta del Consejo de Defensa en el suministro de la información necesaria para la planificación de las operaciones militares y de seguridad contra las Fuerzas Terroristas a nivel nacional, en los más altos niveles de la conducción militar.
NÉSTOR CENDÓN y OSCAR EDGARDO RODRÍGUEZ suministraron a HORACIO VERBITSKY toda la información que poseían sobre las normas de restricción respecto del ingreso y circulación del personal en el interior del edificio, cuyos conocimientos se limitaban solamente a la zona a dónde ellos tenían acceso por estrictas razones de contrainteligencia —la Sala de Situación ubicada en el 4º piso de la dependencia, el hall de acceso al edificio y el comedor de personal—, y por “referencias indirectas” otras informaciones referidas a la ubicación de los Archivos, Registros e Informes, y la ubicación en los distintos pisos de los Departamentos y Direcciones Generales que más gravitación tenían en la actividad de inteligencia y operaciones desplegadas sobre la Organización Terrorista Montoneros y el Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo, haciendo la salvedad de que esa Superintendencia investigaba desde 1959 a todas las Organizaciones Terroristas que tuvieron algún grado de desarrollo en el país, teniendo identificados a todos sus miembros y establecidas sus respectivas estructuras de funcionamiento.
Con esta información en su poder, VERBITSKY pudo establecer el siguiente cuadro de situación:
• Casi la totalidad de los Departamentos que participaban de la actividad antiterrorista se encontraban ubicados en la parte posterior del edificio, es decir, del hall de acceso y ascensores hacia atrás.
• En el ala ubicada sobre el frente del edificio sobre la calle Moreno se encontraba situada la Jefatura de la Superintendencia y los despachos de los Directores Generales, y algunas oficinas administrativas y de personal.
• En el subsuelo se encontraba el principal archivo de la Superintendencia y otros de menor cuantía distribuidos en los diferentes Departamentos.
• En la planta baja, ubicado hacia el fondo, es decir, bajo toda la estructura que contenía los principales Departamentos que cumplían actividades Antiterroristas, se encontraba el comedor de personal, cuyas medidas de seguridad deberían vulnerarse para el ingreso de los artefactos explosivos.
Este lugar fue el seleccionado por VERBITSKY, en razón de poseer sobre el salón dos importantes columnas que, con su ruptura, posibilitarían suponer el derrumbe de la estructura de nueve pisos ubicada sobre ese sector y, mediante otro explosivo con carga hueca y núcleo ígneo, la perforación de la losa hacia el subsuelo, logrando el incendio total del principal archivo del “aparato represivo”. Archivo que había logrado “sobrevivir”, junto con otros distribuidos por el edificio, a la incineración ordenada por el Dr. ESTEBAN RIGHI, Ministro del Interior del Gobierno de HÉCTOR CÁMPORA.
El Capitán “Perro Salchicha” dispuso que personal de su estructura continuara con el estudio sobre el objetivo, realizando tareas de inteligencia sobre la zona, que por su cercanía con el Departamento Central de Policía exigía disponer de máximos recaudos. Esta tarea recayó en un integrante de la Organización Terrorista infiltrado en la Policía Federal: el Agente del escalafón Comunicaciones JOSÉ MARÍA SALGADO (NG “Japonés”), Subteniente del Ejército Montonero y estudiante avanzado de Ingeniería Electrónica.
La Acción Terrorista y la oportunidad de su ejecución sería decidida por la Conducción Nacional previa evaluación de los informes que le proveía el Servicio de Inteligencia Nacional, conducido en ese entonces por RODOLFO WALSH (NG Comandante “Esteban”) y HORACIO VERBISTKY (NG Capitán “Perro”), a cargo de las Operaciones Especiales.
Cuando un “azul” es el blanco
Transcurrían los últimos meses del año 1975, y otros inminentes proyectos de Acción Terrorista concentraban toda la atención del Capitán del Ejército Montonero “Perro Salchicha”, luego de los atentados y ataques ya realizados que se caracterizaron por bien coordinadas operaciones de gran pericia técnica. Cada una de las Fuerzas Armadas había sufrido un golpe psicológico. Quedaba ahora desmoralizar a la principal Fuerza Federal Antiterrorista en operaciones a nivel nacional: la Policía Federal Argentina.
Esta Fuerza Federal, junto con el resto de las instituciones armadas de la Nación, eran blanco periódico de ataques individuales por parte de integrantes de las Organizaciones Terroristas Ejército Revolucionario del Pueblo y Montoneros desde tiempo atrás, produciéndole numerosas bajas mortales.
• El día 3 de diciembre de 1975, el General de División (RE) Jorge Esteban Cáceres Monié, ex Jefe de la Policía Federal, que manejaba una camioneta en compañía de su cónyuge Beatriz Isabel Sasiaiñ, se disponía a atravesar en una balsa el arroyo Las Conchas, que cruza el camino que une Villa Urquiza con la Ciudad de Paraná, momento en que es chocado desde atrás por un vehículo y atacado con armas de fuego por cinco integrantes de un Pelotón de Combate de la Organización Terrorista Montoneros. El General Cáceres Monié, herido gravemente, fue sacado de la camioneta y rematado en el suelo por un hombre y una mujer jóvenes. Posteriormente, los asesinos escaparon en un automóvil y con la camioneta en la que se hallaba herida la Sra. de Cáceres Monié. En la huida, los terroristas, después de recorrer aproximadamente 15 kilómetros, arrojaron a la señora en una zanja profunda ubicada a un costado del camino. Posiblemente falleció desangrada. Al día siguiente un lugareño, descubrió por casualidad el cuerpo, que presentaba dos disparos en el pecho. La inteligencia para el atentado fue realizada por el Servicio de Inteligencia Nacional de Montoneros, estando a cargo de la misma HORACIO VERBITSKY.
Con este asesinato la Organización Terrorista Montoneros reafirmaba su concepción del Terrorismo Estratégico como tal, aproximadamente a un año de haber reanudado la lucha armada comenzando a considerar a militares y policías como blancos legítimos, sin importar rangos ni jerarquías que ostentasen. Después del asesinato del General de División Cáceres Monié, lanzaron publicaciones donde manifestaban:
“…debemos reconocer a las tareas militares como el aspecto principal de nuestra acción, basados en la concepción de que si bien la guerra es la continuación de la política por otros medios, no se puede alcanzar objetivos políticos mayores si no se posee poder militar suficiente…” (Evita Montonera Nº 11, pág. 17).
Continuaron diciendo: “…todos aquellos que hayan perseguido, asesinado o explotado al pueblo, tarde o temprano, estén donde estén, tendrán que enfrentarse a los fusiles montoneros…” (Evita Montonera Nº 11, pág. 20).
Y en el mes de marzo de 1976 reafirmaron: “…los ataques contra todo representante de instituciones represivas se consideran justificados. Desde el momento en que las Fuerzas Armadas tienen el mando operativo de todos los organismos de seguridad, cada hombre uniformado y armado —independientemente de su extracción de clase y de sus ideas— contribuye a la represión antipopular y es corresponsable de las atrocidades y asesinatos que comete la represión…” ( Evita Montonera Nº 12 “Tercera Campaña Militar Montonera”, pág. 32-35, febrero-marzo 1976).
• El 23 de diciembre de 1975 tuvo lugar la operación de mayor envergadura, por la gran cantidad de efectivos y medios empleados, que una Organización Terrorista llevó a cabo en el ámbito urbano. En esa fecha, aproximadamente a las 19:45 horas un Batallón del Ejército Revolucionario del Pueblo, atacó el Batallón de Arsenales 601 de Ejército “Comandante Domingo Viejobueno” ubicado en la localidad de Monte Chingolo, en el Gran Buenos Aires, provistos de morteros y armas pesadas. La Fuerza Guerrillera realizó operaciones de diversión y contención en varios puntos del Gran Buenos Aires. Hubo enfrentamientos y ataques a medios de transporte colectivo en Bernal, Villa Domínico, el llamado Camino Negro, Lanús, Puente Avellaneda, Puente Pueyrredón, Puente de la Noria, Puente Victorino de la Plaza, Puente Uriburu y principales cruces camineros y rutas de acceso a la Unidad Militar bajo ataque, como ser Puente 12 y Camino de Cintura. La Fuerza Guerrillera compuesta por unos 300-400 efectivos y grupos de apoyo, tuvo 140 bajas.
Entre los muertos de las Fuerzas Armadas se encontraban:
• Capitán Luis María Petruzzi
• Teniente 1º José Luis Spinassi
• Sargento Ayudante Roque C. Cisterna
• Cabo 2º de la Armada Argentina Enrique Grimaldi
• Soldado Conscripto Roberto Caballero
• Soldado Conscripto Raúl Fernando Sessa
• Soldado Conscripto Manuel Benito Rúffolo
De esta manera culminó la idea que había transmitido MARIO ROBERTO SANTUCHO a los integrantes del Estado Mayor del Ejército Revolucionario del Pueblo, de que la única forma de sacar del estancamiento en que se encontraban sus estructuras militares, era realizando un operativo de gran magnitud, que más que buscar un resultado militar, les permitiera exhibir una imagen de fuerza, de liderazgo revolucionario, que complicara la acción del gobierno nacional, dándole la sensación de que no podía controlar la situación respecto del desarrollo de la Guerra Revolucionaria en el país.
Así, intentó llevar a una victoria necesaria a sus combatientes, en un esfuerzo por disminuir la presión sobre los mismos para darle tiempo a rearmar sus frentes militares. Esta decisión había provocado grandes disputas internas, en razón de que la mayoría de los mandos militares guerrilleros consideraban que los copamientos a unidades militares ya no tenían significado, y que se debía profundizar el trabajo político sobre las bases, sobre todo teniendo en cuenta que la mayor parte de sus dirigentes, desarrollaban sus actividades en la clandestinidad. Pese a estas objeciones hechas por los dirigentes de todas las Regionales de la Organización Terrorista, en el Comité Central, dominado por MARIO ROBERTO SANTUCHO, no se cuestionó nada, decidiéndose la viabilidad de la operación militar.
MARIO ROBERTO SANTUCHO estaba obligado a cumplir los compromisos internacionales, especialmente con Cuba, herir de muerte al gobierno peronista y sacar al Ejército Argentino de Tucumán, con un operativo militar importante, que demostrase que el Ejército Revolucionario del Pueblo todavía estaba en operaciones. La estrepitosa derrota de Monte Chingolo, marcó el inició de la definitiva derrota del Partido Revolucionario de los Trabajadores y del Ejército Revolucionario del Pueblo, porque tanto el lanzamiento de la operación, como la incapacidad para analizar críticamente el fracaso de la misma, demostró que habían perdido la iniciativa, a pesar de que continuaron a la “ofensiva”, cuando la situación militar indicaba la necesidad de un repliegue estratégico. La soberbia que caracterizaba a sus dirigentes hizo prevalecer la corriente militarista y toda ofensiva necesariamente se transformaba en una acción desesperada, que los llevaría al exterminio.
• El día 15 de marzo de 1976 se produjo el asesinato de Alberto Blas García en un atentado fallido contra el Comandante General del Ejército, Teniente General Jorge Rafael Videla. Aproximadamente a las 07:45 horas, un artefacto explosivo de gran poder (denominado mina vietnamita) detonó en el interior de un vehículo marca Citroën ubicado en la playa de estacionamiento del edificio Libertador, sede del Comando General del Ejército (en proximidades de la Plaza Cristóbal Colón), destrozando totalmente el vehículo, varias de cuyas partes y trozos de vidrio fueron proyectados junto con bolillas de acero, tuercas y bulones colocados en la masa del explosivo (construcción propia de la bomba) en un radio de aproximadamente 100 metros, produciéndose un incendio que se propagó a otros vehículos y resultando destrozados gran cantidad de cristales de las ventanas del edificio Libertador, del Ministerio de Economía, del Ministerio de Defensa, de Aerolíneas Argentinas y de la Casa de Gobierno.
Según posterior informe de los peritos, la bomba detonada tenía un poder equivalente a 20 kilogramos de trotyl, y fue accionada por un sistema de control remoto. La explosión se produjo en el momento en que circulaban vehículos por las avenidas Madero, Paseo Colón y calles adyacentes, y su objetivo real había sido matar al Teniente General Jorge Rafael Videla, que minutos después ingresaba a la sede del Comando General por ese lugar. Se dedujo que el terrorista que debía “marcar” la presencia del blanco —al ver ingresar unos metros antes un vehículo similar—, se equivocó e hizo la señal convenida con anticipación. Como resultado de lo acaecido, el chofer de un camión, Alberto Blas García, de 30 años, perdió la vida, alcanzado por las esquirlas de la bomba. El camión conducido por la víctima salvó providencialmente la vida de los pasajeros de un colectivo de la línea 4 que circulaba paralelo al camión. Conforme con el comunicado oficial, resultaron heridas 26 personas:
• – 4 oficiales, entre ellos un coronel que perdió un ojo,
• – 6 suboficiales,
• – 5 soldados,
• – 6 empleados civiles pertenecientes al edificio Libertador,
• – 5 civiles que se desplazaban por el lugar.
El atentado fue planificado y ejecutado por el Departamento Operaciones del Servicio de Inteligencia Nacional de la Organización Terrorista Montoneros, a cargo de HORACIO VERBITSKY (NG “El Perro” o “Larguirucho”), Capitán del Ejército Montonero, quién activó el dispositivo a control remoto (teleexplosor) ante una señal que le hizo un terrorista apostado en la plaza Cristóbal Colón, conforme con lo planificado por él mismo. Se encontraban otros integrantes de la Organización Terrorista en el lugar, quienes se dispersaron desordenadamente cuando HORACIO VERBITSKY (NG “Perro”, en adelante “Salchicha”), luego de accionar el dispositivo de disparo, ver la bola de fuego que formó la explosión y sentir los efectos de la onda expansiva y calórica (se encontraba tras una de las columnas del Ministerio de Economía a unos 100 metros del lugar de la explosión), huyó presa del pánico del lugar del atentado, abandonando a sus subordinados a su suerte. (Ver INFORME Nº 1)
•
El perro salchicha 2
2772/75).
Estas dependencias tenían a su cargo la reunión de información, su posterior análisis, la realización de tareas de inteligencia complementarias, su difusión y archivo, y todas otras actividades tendientes a individualizar a integrantes, estructuras, logística, metodologías e infraestructura de la Organización Terrorista Montoneros a nivel nacional. Se canalizaba la información a través de la Dirección General de Inteligencia y la Jefatura de Seguridad Federal, que oficiaba como órgano de consulta del Consejo de Defensa en el suministro de la información necesaria para la planificación de las operaciones militares y de seguridad contra las Fuerzas Terroristas a nivel nacional, en los más altos niveles de la conducción militar.
NÉSTOR CENDÓN y OSCAR EDGARDO RODRÍGUEZ suministraron a HORACIO VERBITSKY toda la información que poseían sobre las normas de restricción respecto del ingreso y circulación del personal en el interior del edificio, cuyos conocimientos se limitaban solamente a la zona a dónde ellos tenían acceso por estrictas razones de contrainteligencia —la Sala de Situación ubicada en el 4º piso de la dependencia, el hall de acceso al edificio y el comedor de personal—, y por “referencias indirectas” otras informaciones referidas a la ubicación de los Archivos, Registros e Informes, y la ubicación en los distintos pisos de los Departamentos y Direcciones Generales que más gravitación tenían en la actividad de inteligencia y operaciones desplegadas sobre la Organización Terrorista Montoneros y el Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo, haciendo la salvedad de que esa Superintendencia investigaba desde 1959 a todas las Organizaciones Terroristas que tuvieron algún grado de desarrollo en el país, teniendo identificados a todos sus miembros y establecidas sus respectivas estructuras de funcionamiento.
Con esta información en su poder, VERBITSKY pudo establecer el siguiente cuadro de situación:
• Casi la totalidad de los Departamentos que participaban de la actividad antiterrorista se encontraban ubicados en la parte posterior del edificio, es decir, del hall de acceso y ascensores hacia atrás.
• En el ala ubicada sobre el frente del edificio sobre la calle Moreno se encontraba situada la Jefatura de la Superintendencia y los despachos de los Directores Generales, y algunas oficinas administrativas y de personal.
• En el subsuelo se encontraba el principal archivo de la Superintendencia y otros de menor cuantía distribuidos en los diferentes Departamentos.
• En la planta baja, ubicado hacia el fondo, es decir, bajo toda la estructura que contenía los principales Departamentos que cumplían actividades Antiterroristas, se encontraba el comedor de personal, cuyas medidas de seguridad deberían vulnerarse para el ingreso de los artefactos explosivos.
Este lugar fue el seleccionado por VERBITSKY, en razón de poseer sobre el salón dos importantes columnas que, con su ruptura, posibilitarían suponer el derrumbe de la estructura de nueve pisos ubicada sobre ese sector y, mediante otro explosivo con carga hueca y núcleo ígneo, la perforación de la losa hacia el subsuelo, logrando el incendio total del principal archivo del “aparato represivo”. Archivo que había logrado “sobrevivir”, junto con otros distribuidos por el edificio, a la incineración ordenada por el Dr. ESTEBAN RIGHI, Ministro del Interior del Gobierno de HÉCTOR CÁMPORA.
El Capitán “Perro Salchicha” dispuso que personal de su estructura continuara con el estudio sobre el objetivo, realizando tareas de inteligencia sobre la zona, que por su cercanía con el Departamento Central de Policía exigía disponer de máximos recaudos. Esta tarea recayó en un integrante de la Organización Terrorista infiltrado en la Policía Federal: el Agente del escalafón Comunicaciones JOSÉ MARÍA SALGADO (NG “Japonés”), Subteniente del Ejército Montonero y estudiante avanzado de Ingeniería Electrónica.
La Acción Terrorista y la oportunidad de su ejecución sería decidida por la Conducción Nacional previa evaluación de los informes que le proveía el Servicio de Inteligencia Nacional, conducido en ese entonces por RODOLFO WALSH (NG Comandante “Esteban”) y HORACIO VERBISTKY (NG Capitán “Perro”), a cargo de las Operaciones Especiales.
Cuando un “azul” es el blanco
Transcurrían los últimos meses del año 1975, y otros inminentes proyectos de Acción Terrorista concentraban toda la atención del Capitán del Ejército Montonero “Perro Salchicha”, luego de los atentados y ataques ya realizados que se caracterizaron por bien coordinadas operaciones de gran pericia técnica. Cada una de las Fuerzas Armadas había sufrido un golpe psicológico. Quedaba ahora desmoralizar a la principal Fuerza Federal Antiterrorista en operaciones a nivel nacional: la Policía Federal Argentina.
Esta Fuerza Federal, junto con el resto de las instituciones armadas de
•
El perro salchicha 3
la Nación, eran blanco periódico de ataques individuales por parte de integrantes de las Organizaciones Terroristas Ejército Revolucionario del Pueblo y Montoneros desde tiempo atrás, produciéndole numerosas bajas mortales.
• El día 3 de diciembre de 1975, el General de División (RE) Jorge Esteban Cáceres Monié, ex Jefe de la Policía Federal, que manejaba una camioneta en compañía de su cónyuge Beatriz Isabel Sasiaiñ, se disponía a atravesar en una balsa el arroyo Las Conchas, que cruza el camino que une Villa Urquiza con la Ciudad de Paraná, momento en que es chocado desde atrás por un vehículo y atacado con armas de fuego por cinco integrantes de un Pelotón de Combate de la Organización Terrorista Montoneros. El General Cáceres Monié, herido gravemente, fue sacado de la camioneta y rematado en el suelo por un hombre y una mujer jóvenes. Posteriormente, los asesinos escaparon en un automóvil y con la camioneta en la que se hallaba herida la Sra. de Cáceres Monié. En la huida, los terroristas, después de recorrer aproximadamente 15 kilómetros, arrojaron a la señora en una zanja profunda ubicada a un costado del camino. Posiblemente falleció desangrada. Al día siguiente un lugareño, descubrió por casualidad el cuerpo, que presentaba dos disparos en el pecho. La inteligencia para el atentado fue realizada por el Servicio de Inteligencia Nacional de Montoneros, estando a cargo de la misma HORACIO VERBITSKY.
Con este asesinato la Organización Terrorista Montoneros reafirmaba su concepción del Terrorismo Estratégico como tal, aproximadamente a un año de haber reanudado la lucha armada comenzando a considerar a militares y policías como blancos legítimos, sin importar rangos ni jerarquías que ostentasen. Después del asesinato del General de División Cáceres Monié, lanzaron publicaciones donde manifestaban:
“…debemos reconocer a las tareas militares como el aspecto principal de nuestra acción, basados en la concepción de que si bien la guerra es la continuación de la política por otros medios, no se puede alcanzar objetivos políticos mayores si no se posee poder militar suficiente…” (Evita Montonera Nº 11, pág. 17).
Continuaron diciendo: “…todos aquellos que hayan perseguido, asesinado o explotado al pueblo, tarde o temprano, estén donde estén, tendrán que enfrentarse a los fusiles montoneros…” (Evita Montonera Nº 11, pág. 20).
Y en el mes de marzo de 1976 reafirmaron: “…los ataques contra todo representante de instituciones represivas se consideran justificados. Desde el momento en que las Fuerzas Armadas tienen el mando operativo de todos los organismos de seguridad, cada hombre uniformado y armado —independientemente de su extracción de clase y de sus ideas— contribuye a la represión antipopular y es corresponsable de las atrocidades y asesinatos que comete la represión…” ( Evita Montonera Nº 12 “Tercera Campaña Militar Montonera”, pág. 32-35, febrero-marzo 1976).
• El 23 de diciembre de 1975 tuvo lugar la operación de mayor envergadura, por la gran cantidad de efectivos y medios empleados, que una Organización Terrorista llevó a cabo en el ámbito urbano. En esa fecha, aproximadamente a las 19:45 horas un Batallón del Ejército Revolucionario del Pueblo, atacó el Batallón de Arsenales 601 de Ejército “Comandante Domingo Viejobueno” ubicado en la localidad de Monte Chingolo, en el Gran Buenos Aires, provistos de morteros y armas pesadas. La Fuerza Guerrillera realizó operaciones de diversión y contención en varios puntos del Gran Buenos Aires. Hubo enfrentamientos y ataques a medios de transporte colectivo en Bernal, Villa Domínico, el llamado Camino Negro, Lanús, Puente Avellaneda, Puente Pueyrredón, Puente de la Noria, Puente Victorino de la Plaza, Puente Uriburu y principales cruces camineros y rutas de acceso a la Unidad Militar bajo ataque, como ser Puente 12 y Camino de Cintura. La Fuerza Guerrillera compuesta por unos 300-400 efectivos y grupos de apoyo, tuvo 140 bajas.
Entre los muertos de las Fuerzas Armadas se encontraban:
• Capitán Luis María Petruzzi
• Teniente 1º José Luis Spinassi
• Sargento Ayudante Roque C. Cisterna
• Cabo 2º de la Armada Argentina Enrique Grimaldi
• Soldado Conscripto Roberto Caballero
• Soldado Conscripto Raúl Fernando Sessa
• Soldado Conscripto Manuel Benito Rúffolo
De esta manera culminó la idea que había transmitido MARIO ROBERTO SANTUCHO a los integrantes del Estado Mayor del Ejército Revolucionario del Pueblo, de que la única forma de sacar del estancamiento en que se encontraban sus estructuras militares, era realizando un operativo de gran magnitud, que más que buscar un resultado militar, les permitiera exhibir una imagen de fuerza, de liderazgo revolucionario, que complicara la acción del gobierno nacional, dándole la sensación de que no podía controlar la situación respecto del desarrollo de la Guerra Revolucionaria en el país.
•
El perro salchicha 4
Así, intentó llevar a una victoria necesaria a sus combatientes, en un esfuerzo por disminuir la presión sobre los mismos para darle tiempo a rearmar sus frentes militares. Esta decisión había provocado grandes disputas internas, en razón de que la mayoría de los mandos militares guerrilleros consideraban que los copamientos a unidades militares ya no tenían significado, y que se debía profundizar el trabajo político sobre las bases, sobre todo teniendo en cuenta que la mayor parte de sus dirigentes, desarrollaban sus actividades en la clandestinidad. Pese a estas objeciones hechas por los dirigentes de todas las Regionales de la Organización Terrorista, en el Comité Central, dominado por MARIO ROBERTO SANTUCHO, no se cuestionó nada, decidiéndose la viabilidad de la operación militar.
MARIO ROBERTO SANTUCHO estaba obligado a cumplir los compromisos internacionales, especialmente con Cuba, herir de muerte al gobierno peronista y sacar al Ejército Argentino de Tucumán, con un operativo militar importante, que demostrase que el Ejército Revolucionario del Pueblo todavía estaba en operaciones. La estrepitosa derrota de Monte Chingolo, marcó el inició de la definitiva derrota del Partido Revolucionario de los Trabajadores y del Ejército Revolucionario del Pueblo, porque tanto el lanzamiento de la operación, como la incapacidad para analizar críticamente el fracaso de la misma, demostró que habían perdido la iniciativa, a pesar de que continuaron a la “ofensiva”, cuando la situación militar indicaba la necesidad de un repliegue estratégico. La soberbia que caracterizaba a sus dirigentes hizo prevalecer la corriente militarista y toda ofensiva necesariamente se transformaba en una acción desesperada, que los llevaría al exterminio.
• El día 15 de marzo de 1976 se produjo el asesinato de Alberto Blas García en un atentado fallido contra el Comandante General del Ejército, Teniente General Jorge Rafael Videla. Aproximadamente a las 07:45 horas, un artefacto explosivo de gran poder (denominado mina vietnamita) detonó en el interior de un vehículo marca Citroën ubicado en la playa de estacionamiento del edificio Libertador, sede del Comando General del Ejército (en proximidades de la Plaza Cristóbal Colón), destrozando totalmente el vehículo, varias de cuyas partes y trozos de vidrio fueron proyectados junto con bolillas de acero, tuercas y bulones colocados en la masa del explosivo (construcción propia de la bomba) en un radio de aproximadamente 100 metros, produciéndose un incendio que se propagó a otros vehículos y resultando destrozados gran cantidad de cristales de las ventanas del edificio Libertador, del Ministerio de Economía, del Ministerio de Defensa, de Aerolíneas Argentinas y de la Casa de Gobierno.
•
El perro salchicha 5
Según posterior informe de los peritos, la bomba detonada tenía un poder equivalente a 20 kilogramos de trotyl, y fue accionada por un sistema de control remoto. La explosión se produjo en el momento en que circulaban vehículos por las avenidas Madero, Paseo Colón y calles adyacentes, y su objetivo real había sido matar al Teniente General Jorge Rafael Videla, que minutos después ingresaba a la sede del Comando General por ese lugar. Se dedujo que el terrorista que debía “marcar” la presencia del blanco —al ver ingresar unos metros antes un vehículo similar—, se equivocó e hizo la señal convenida con anticipación. Como resultado de lo acaecido, el chofer de un camión, Alberto Blas García, de 30 años, perdió la vida, alcanzado por las esquirlas de la bomba. El camión conducido por la víctima salvó providencialmente la vida de los pasajeros de un colectivo de la línea 4 que circulaba paralelo al camión. Conforme con el comunicado oficial, resultaron heridas 26 personas:
• – 4 oficiales, entre ellos un coronel que perdió un ojo,
• – 6 suboficiales,
• – 5 soldados,
• – 6 empleados civiles pertenecientes al edificio Libertador,
• – 5 civiles que se desplazaban por el lugar.
El atentado fue planificado y ejecutado por el Departamento Operaciones del Servicio de Inteligencia Nacional de la Organización Terrorista Montoneros, a cargo de HORACIO VERBITSKY (NG “El Perro” o “Larguirucho”), Capitán del Ejército Montonero, quién activó el dispositivo a control remoto (teleexplosor) ante una señal que le hizo un terrorista apostado en la plaza Cristóbal Colón, conforme con lo planificado por él mismo. Se encontraban otros integrantes de la Organización Terrorista en el lugar, quienes se dispersaron desordenadamente cuando HORACIO VERBITSKY (NG “Perro”, en adelante “Salchicha”), luego de accionar el dispositivo de disparo, ver la bola de fuego que formó la explosión y sentir los efectos de la onda expansiva y calórica (se encontraba tras una de las columnas del Ministerio de Economía a unos 100 metros del lugar de la explosión), huyó presa del pánico del lugar del atentado, abandonando a sus subordinados a su suerte. (Ver INFORME Nº 1)
•
El perro salchiha final
¿QUIÉN ES HORACIO VERBITSKY?
• El 18 de junio de 1976 el General de Brigada Cesáreo Cardozo, en ese momento Jefe de la Policía Federal, falleció por efectos de la explosión de un artefacto explosivo que contenía 700 gramos de trotyl, colocado bajo el colchón de su cama matrimonial en su dormitorio del domicilio de la calle Zabala 1762, Piso 2º de Capital Federal, por ANA MARÍA GONZÁLEZ (NG “Teresa”), Teniente del Ejército Montonero, de 18 años de edad, compañera de estudios y amiga de María Graciela, hija mayor del General Cardozo, la que en la tarde del día anterior había concurrido a la casa con el pretexto de estudiar, como solía hacerlo habitualmente, al sólo efecto de colocar el artefacto. El explosivo detonó mediante un mecanismo de presión destrozando el cuerpo del general, cuyos restos quedaron esparcidos por la habitación, provocando heridas de consideración a su cónyuge Susana Beatriz Rivas y a su hija menor María Mercedes.
Este atentado fue planificado y ejecutado por integrantes del Departamento de Operaciones Especiales del Servicio de Inteligencia Nacional, a cargo de HORACIO VERBITSKY (NG Capitán “Perro Salchicha”), a quien había asistido personalmente, desde el atentado a José Ignacio Rucci, MIGUEL LUIS BONASSO (NG “Cogote”, “Nono”, “Alfredo”), Teniente 1º del Ejército Montonero, estando a cargo del Subsector Policía Federal del Departamento Operaciones Especiales, quienes dependían orgánicamente de la Secretaría Militar Nacional de la Organización Terrorista Montoneros cuya jefatura ejercía HORACIO MENDIZÁBAL (NG Comandante “Hernán”).
Matar varios pájaros del mismo tiro: Roberto Quieto y el atentado a la Superintendencia de Seguridad Federal
El 4 de junio de 1976, el Servicio de Inteligencia Nacional de la Organización Terrorista Montoneros, tuvo una reunión con la presencia de RODOLFO JORGE WALSH (NG “Capitán Esteban” o “Neurus”), HORACIO VERBITSKY (NG “Capitán Perro Salchicha”), MIGUEL BONASSO (NG “Teniente 1º Cogote”) y JOSÉ MARÍA SALGADO (NG “Subteniente Japonés”). Este último, estudiante avanzado de ingeniería electrónica, era el personaje infiltrado por HORACIO VERBITSKY en las filas de la Policía Federal (Superintendencia de Comunicaciones), a los efectos de la obtención de las distintas frecuencias radiales y de teletipos utilizadas por esta Fuerza Federal en sus distintos ámbitos operativos. La reunión tenía por objeto evaluar la situación para la continuación de la planificación del próximo atentado que se estaba gestando, planificado inicialmente para mediados de julio de 1976.
Por otro lado, el Departamento de Inteligencia de Montoneros tenía la información de que en el ala posterior del 2º piso de ese edificio se encontraba detenido ROBERTO QUIETO, Nº 3 en jerarquía en la Organización Terrorista Montoneros, quien estaba colaborando con las Fuerzas Especiales Antiterroristas, brindando información sobre las estructuras de Montoneros. Esto se puso en evidencia la noche siguiente a su captura, con el allanamiento de dos bases logísticas de la Organización Terrorista Montoneros, el secuestro de valioso material de inteligencia, armamento, explosivos y munición; siguiendo con posterioridad detenciones encadenadas de terroristas y enormes pérdidas de infraestructura que, en su conjunto, sólo podían significar una sola cosa: ROBERTO QUIETO (NG “Negro”) estaba hablando. En el lapso de quince días hubo numerosas bajas en las estructuras militares de la Regional Córdoba, Regional Rosario y Regional Buenos Aires, de la Organización Terrorista Montoneros.
En el mes de febrero de 1976 se había constituido el Tribunal Revolucionario que juzgaría a ROBERTO QUIETO, dictando un veredicto que no pudo sorprender a nadie: DEGRADACIÓN y MUERTE. En ausencia, el acusado fue condenado por “permitir su captura” (puesto que ésta, aunque él hubiera guardado silencio, habría requerido el abandono automático de la infraestructura por él conocida y, al menos en teoría, la adopción de medidas de seguridad para con los integrantes de la organización puestos en peligro) y por “delación”. Para la Organización Terrorista Montoneros ROBERTO QUIETO había transgredido el precepto montonero de “No entregarse vivo; resistir hasta escapar, o morir en el intento.”
Los jueces terroristas que integraron el Tribunal Revolucionario, sólo pudieron explicar lo sucedido con QUIETO atribuyéndoselo a “su conducta liberal e individualista”, observada anteriormente en “malas resoluciones de problemas de su vida familiar, su primer detención y el no asumir en profundidad todas las implicancias de la clandestinidad.” Hicieron referencias al fracaso de QUIETO en su intento de acostumbrarse a la vida solitaria que representaba residir en una “casa segura”, a su reciente costumbre de compartir una casa “pública” con otro integrante, y al hecho de que su vida matrimonial pasaba un mal momento —su cónyuge ALICIA TESTAI no había militado nunca en ninguna Organización Terrorista ni había aceptado la idea de compartir una existencia clandestina junto a él—. Él había estado varias veces en la misma playa de San Isidro en compañía de su familia, pero a ésta no le había hecho adoptar otras identidades de cobertura, ni había practicado medidas de “contraseguimiento”, para detectar o evitar el ser seguido; no iba armado y la resistencia que opuso sólo fue pasiva.
El “delito revolucionario” que le imputaban sus jueces revolucionarios de dar información al enemigo, se consideró agravado por el rango que poseía el “acusado”, la importancia de los datos revelados y la prontitud con que los había facilitado. Aún en caso de haber guardado silencio, solamente el hecho de permitir su captura con vida, habría requerido el abandono en forma automática de la infraestructura conocida por QUIETO y, al menos en teoría, adoptar medidas de seguridad para los integrantes de la Organización Terrorista puestos en emergencia. Seguramente las presiones que sufría en su matrimonio influyeron, casi con certeza, en las fallas de seguridad producidas, junto con el comportamiento y las discusiones de los cónyuges durante aquella Navidad de 1975, la última que pasaron juntos.
El Tribunal Revolucionario no tuvo en cuenta tales problemas como atenuantes, sino como una confirmación del “extremo liberalismo” del responsable de la conducción de su estructura militar nacional, y de no aceptar los sacrificios personales de la Guerra Revolucionaria. Por lo tanto, fue encontrado culpable de “deserción en operaciones y delación” y por “permitir su captura” , siendo condenado a “degradación y muerte”, sentencia que fue ratificada días después por el Consejo Nacional de la Organización Terrorista Montoneros.
En realidad, a ROBERTO QUIETO —quien tuviera un rol protagónico dentro del llamado Sector 2 del EJÉRCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL (bajo el control operacional del Departamento América del Partido Comunista Cubano), llegando a tener el mando de las FUERZAS ARMADAS REVOLUCIONARIAS con las que logró “penetrar” (entrismo) las filas de MONTONEROS, conforme con las directivas impartidas por FIDEL CASTRO—, se le presentaba ahora la oportunidad de destruir el aparato militar nacional de la Organización Terrorista Montoneros, cumpliendo de esta manera con las órdenes de La Habana, negociando por su vida y su libertad.
La condena a muerte por parte del Tribunal Revolucionario de ROBERTO QUIETO, aturdió a muchos integrantes de Montoneros y aterró a sus simpatizantes, que no alcanzaban a comprender la situación de su gigante revolucionario, de su “Jefe Montonero” condenado a muerte por la propia Organización Terrorista. Cómodo en su papel de verdugo de turno, HORACIO VERBITSKY fue designado para cumplir con la sentencia. Este era el principal de todos los objetivos considerados para realizar el atentado en la Superintendencia de Seguridad Federal.
Asesinato con premeditación
En el mes de abril de 1976, se le encargó al experto en explosivos de la Organización Terrorista Montoneros EDUARDO SALCEDO, la construcción de las cargas explosivas que se utilizarían en el atentado, las que deberían reunir las características necesarias para el efecto a producir.
• – Una de ellas estaba contenida en un portafolios —tipo maletín ejecutivo; fue construida con 4 kgs. de explosivo plástico —exógeno (C2) de sus propias fábricas militares—, y 2 kgs. de bolillas de acero y confeccionada en base al diseño de la mina Clymore (vietnamita), con cono de proyección para concentración del poder explosivo (carga hueca). Con este artefacto tenían como objetivo fracturar una de las columnas principales del casino de la Superintendencia de Seguridad Federal (que funcionaba en la planta baja) y provocar el derrumbe del ala posterior del edificio (9 pisos), que se encontraba ubicada sobre las instalaciones del casino.
• – El otro artefacto, que se encontraba en un bolso deportivo; constaba de 5 kgs. de explosivo plástico (C2) y 3 kgs. de bolillas de acero, con un núcleo central de fósforo, con disposición en carga hueca, con el cono invertido orientado sobre el piso del casino. Tenía por objeto perforar la losa del piso del casino, que formaba parte del techo del Archivo Central de la Superintendencia —ubicado en el subsuelo—, provocando de esta manera una onda expansiva ígnea de tal magnitud que incineraría la totalidad del material que allí se encontraba, causando el incendio del edificio desde la planta baja del mismo. Esto dificultaría enormemente la evacuación del personal, de forma tal de producir la mayor cantidad de víctimas entre los que pudiesen sobrevivir a la detonación de ambas cargas explosivas y el efecto destructivo que produjesen.
Ambas cargas construidas en configuración de “carga hueca”, disponían de un gran poder de penetración de chapas blindadas, paredes y losas de hormigón armado. Producirían efectos demoledores porque inyectarían gases a presión, en la base del cono, a una temperatura superior a los 3500 grados centígrados, reduciendo a cenizas todo lo que se hallase a su alrededor. Ambas cargas poseían un dispositivo iniciador electrónico EE30 —espoleta electrónica de tiempo con hasta 30 minutos de retardo.
“¿Qué hiciste tú en la guerra, papá…?
El “infiltrado” Subteniente del Ejército Montonero JOSÉ MARÍA SALGADO (NG “Japonés”), agente de la Policía Federal, valiéndose de esta condición, realizó los chequeos previos sobre el objetivo para la realización del atentado. Ingresó durante una semana seguida con portafolios y bolso al lugar; llevaba en algunos casos paquetes que podrían despertar sospechas en el personal de custodia del edificio, comprobando que no existía impedimento alguno para el ingreso de personal policial —que lo hacía por un ingreso exclusivo—, a pesar de las estrictas medidas de seguridad dispuestas para el franqueo de esa dependencia policial por ser prácticamente el Cuartel General de las Fuerzas Federales Antiterroristas.
El ingreso hacia el casino de la Superintendencia de Seguridad Federal estaba expedito para personal policial ajeno a la dependencia. No ocurría lo mismo con el acceso a los diferentes pisos, donde eventualmente sólo se llegaba hasta la oficina de guardia dispuesta en cada piso. No estaban habilitadas en los pisos las puertas de acceso a las dos alas del edificio, donde el acceso era sólo permitido a personal autorizado que revistaba en el lugar, ya que constituían áreas restringidas.
El día 18 de junio de 1976 había sido asesinado mediante la colocación de un explosivo en su domicilio, el Jefe de la Policía Federal, General de Brigada Cesáreo Ángel Cardozo —quien había asumido el 31 de marzo de ese mismo año. El recientemente designado reemplazante del Jefe asesinado, General de Brigada Arturo Amador Corbetta, considerado por las Organizaciones Terroristas como “un general legalista”, “uno de los escasos intelectuales del Ejército Argentino”, “abogado, ateo, soltero, lector y admirador del filósofo Emmanuel Kant”, manifestó en su primer discurso como Jefe de la Policía Federal que el Estado asumiría el monopolio de la violencia, acabando con los “grupos parapoliciales y paramilitares”, sin especificar a qué grupos extraños a la Institución se refería.
El 1º de julio de 1976, en una recorrida de inspección, manifestó ante la Jefatura y Plana Mayor de la Superintendencia de Seguridad Federal, que en adelante se trabajaría “por derecha”, “que se reprimiría de azul, con uniforme, con el Código de Procedimientos bajo un brazo y el Código Penal bajo el otro”, que se debería dejar constancia, en los registros correspondientes, de toda persona que se encontrara en la Superintendencia en situación de “detenido” o “demorado”, a la brevedad.
Enterado el Servicio de Inteligencia Nacional de la Organización Terrorista Montoneros de esta circunstancia, HORACIO VERBITSKY, Jefe del Departamento Operaciones Especiales (NG “Perro”, Capitán del Ejército Montonero), en reunión con su lugarteniente MIGUEL LUIS BONASSO, Jefe del Subsector Policía Federal (NG “Cogote”, “Nono”, “Alfredo”, Teniente 1º del Ejército Montonero) y el Jefe del Servicio Nacional, RODOLFO JORGE WALSH (NG “Esteban”, 2º Comandante del Ejército Montonero), teniendo en cuenta la situación planteada y vistos los resultados de las tareas de inteligencia llevadas a cabo en el objetivo, decidieron adelantar el operativo para el día siguiente, 2º de julio de 1976.por existir la posibilidad de que ROBERTO QUIETO (NG “Negro”, Comandante del Ejército Montonero) fuese trasladado a otro lugar.
Los artefactos explosivos estaban preparados, como se recordará, desde hacía un mes. Se instruyó a JOSÉ MARÍA SALGADO (NG “Japonés”, Subteniente del Ejército Montonero) para que ese día a primera hora solicitase la baja, pero reteniendo su credencial y chapa identificatoria, para posibilitar su ingreso al edificio de la Superintendencia de Seguridad Federal, con el fin de colocar los artefactos explosivos.
“A la hora señalada”
En las primeras horas del día 2º de julio de 1976, JOSÉ MARÍA SALGADO presenta su solicitud de baja en la Policía Federal, dirigiéndose posteriormente a una “cita” con el Teniente 1º del Ejército Montonero MIGUEL LUIS BONASSO, quien lo lleva cerrado a una casa de funcionamiento, perteneciente al Servicio de Inteligencia Nacional de la Organización Terrorista Montoneros. En ese lugar se encuentran RODOLFO WALSH, HORACIO VERBITSKY y MARCELO KURLAT (NG “Monra”, Capitán del Ejército Montonero), quienes le hacen entrega de los artefactos explosivos ya preparados en el maletín tipo ejecutivo y el bolso deportivo, dándole KURLAT las instrucciones para activar los dispositivos iniciadores, e indicándole que, después
El perro salchiha final
¿QUIÉN ES HORACIO VERBITSKY?
• El 18 de junio de 1976 el General de Brigada Cesáreo Cardozo, en ese momento Jefe de la Policía Federal, falleció por efectos de la explosión de un artefacto explosivo que contenía 700 gramos de trotyl, colocado bajo el colchón de su cama matrimonial en su dormitorio del domicilio de la calle Zabala 1762, Piso 2º de Capital Federal, por ANA MARÍA GONZÁLEZ (NG “Teresa”), Teniente del Ejército Montonero, de 18 años de edad, compañera de estudios y amiga de María Graciela, hija mayor del General Cardozo, la que en la tarde del día anterior había concurrido a la casa con el pretexto de estudiar, como solía hacerlo habitualmente, al sólo efecto de colocar el artefacto. El explosivo detonó mediante un mecanismo de presión destrozando el cuerpo del general, cuyos restos quedaron esparcidos por la habitación, provocando heridas de consideración a su cónyuge Susana Beatriz Rivas y a su hija menor María Mercedes.
Este atentado fue planificado y ejecutado por integrantes del Departamento de Operaciones Especiales del Servicio de Inteligencia Nacional, a cargo de HORACIO VERBITSKY (NG Capitán “Perro Salchicha”), a quien había asistido personalmente, desde el atentado a José Ignacio Rucci, MIGUEL LUIS BONASSO (NG “Cogote”, “Nono”, “Alfredo”), Teniente 1º del Ejército Montonero, estando a cargo del Subsector Policía Federal del Departamento Operaciones Especiales, quienes dependían orgánicamente de la Secretaría Militar Nacional de la Organización Terrorista Montoneros cuya jefatura ejercía HORACIO MENDIZÁBAL (NG Comandante “Hernán”).
Matar varios pájaros del mismo tiro: Roberto Quieto y el atentado a la Superintendencia de Seguridad Federal
El 4 de junio de 1976, el Servicio de Inteligencia Nacional de la Organización Terrorista Montoneros, tuvo una reunión con la presencia de RODOLFO JORGE WALSH (NG “Capitán Esteban” o “Neurus”), HORACIO VERBITSKY (NG “Capitán Perro Salchicha”), MIGUEL BONASSO (NG “Teniente 1º Cogote”) y JOSÉ MARÍA SALGADO (NG “Subteniente Japonés”). Este último, estudiante avanzado de ingeniería electrónica, era el personaje infiltrado por HORACIO VERBITSKY en las filas de la Policía Federal (Superintendencia de Comunicaciones), a los efectos de la obtención de las distintas frecuencias radiales y de teletipos utilizadas por esta Fuerza Federal en sus distintos ámbitos operativos. La reunión tenía por objeto evaluar la situación para la continuación de la planificación del próximo atentado que se estaba gestando, planificado inicialmente para mediados de julio de 1976.
Por otro lado, el Departamento de Inteligencia de Montoneros tenía la información de que en el ala posterior del 2º piso de ese edificio se encontraba detenido ROBERTO QUIETO, Nº 3 en jerarquía en la Organización Terrorista Montoneros, quien estaba colaborando con las Fuerzas Especiales Antiterroristas, brindando información sobre las estructuras de Montoneros. Esto se puso en evidencia la noche siguiente a su captura, con el allanamiento de dos bases logísticas de la Organización Terrorista Montoneros, el secuestro de valioso material de inteligencia, armamento, explosivos y munición; siguiendo con posterioridad detenciones encadenadas de terroristas y enormes pérdidas de infraestructura que, en su conjunto, sólo podían significar una sola cosa: ROBERTO QUIETO (NG “Negro”) estaba hablando. En el lapso de quince días hubo numerosas bajas en las estructuras militares de la Regional Córdoba, Regional Rosario y Regional Buenos Aires, de la Organización Terrorista Montoneros.
En el mes de febrero de 1976 se había constituido el Tribunal Revolucionario que juzgaría a ROBERTO QUIETO, dictando un veredicto que no pudo sorprender a nadie: DEGRADACIÓN y MUERTE. En ausencia, el acusado fue condenado por “permitir su captura” (puesto que ésta, aunque él hubiera guardado silencio, habría requerido el abandono automático de la infraestructura por él conocida y, al menos en teoría, la adopción de medidas de seguridad para con los integrantes de la organización puestos en peligro) y por “delación”. Para la Organización Terrorista Montoneros ROBERTO QUIETO había transgredido el precepto montonero de “No entregarse vivo; resistir hasta escapar, o morir en el intento.”
Los jueces terroristas que integraron el Tribunal Revolucionario, sólo pudieron explicar lo sucedido con QUIETO atribuyéndoselo a “su conducta liberal e individualista”, observada anteriormente en “malas resoluciones de problemas de su vida familiar, su primer detención y el no asumir en profundidad todas las implicancias de la clandestinidad.” Hicieron referencias al fracaso de QUIETO en su intento de acostumbrarse a la vida solitaria que representaba residir en una “casa segura”, a su reciente costumbre de compartir una casa “pública” con otro integrante, y al hecho de que su vida matrimonial pasaba un mal momento —su cónyuge ALICIA TESTAI no había militado nunca en ninguna Organización Terrorista ni había aceptado la idea de compartir una existencia clandestina junto a él—. Él había estado varias veces en la misma playa de San Isidro en compañía de su familia, pero a ésta no le había hecho adoptar otras identidades de cobertura, ni había practicado medidas de “contraseguimiento”, para detectar o evitar el ser seguido; no iba armado y la resistencia que opuso sólo fue pasiva.
El “delito revolucionario” que le imputaban sus jueces revolucionarios de dar información al enemigo, se consideró agravado por el rango que poseía el “acusado”, la importancia de los datos revelados y la prontitud con que los había facilitado. Aún en caso de haber guardado silencio, solamente el hecho de permitir su captura con vida, habría requerido el abandono en forma automática de la infraestructura conocida por QUIETO y, al menos en teoría, adoptar medidas de seguridad para los integrantes de la Organización Terrorista puestos en emergencia. Seguramente las presiones que sufría en su matrimonio influyeron, casi con certeza, en las fallas de seguridad producidas, junto con el comportamiento y las discusiones de los cónyuges durante aquella Navidad de 1975, la última que pasaron juntos.
El Tribunal Revolucionario no tuvo en cuenta tales problemas como atenuantes, sino como una confirmación del “extremo liberalismo” del responsable de la conducción de su estructura militar nacional, y de no aceptar los sacrificios personales de la Guerra Revolucionaria. Por lo tanto, fue encontrado culpable de “deserción en operaciones y delación” y por “permitir su captura” , siendo condenado a “degradación y muerte”, sentencia que fue ratificada días después por el Consejo Nacional de la Organización Terrorista Montoneros.
En realidad, a ROBERTO QUIETO —quien tuviera un rol protagónico dentro del llamado Sector 2 del EJÉRCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL (bajo el control operacional del Departamento América del Partido Comunista Cubano), llegando a tener el mando de las FUERZAS ARMADAS REVOLUCIONARIAS con las que logró “penetrar” (entrismo) las filas de MONTONEROS, conforme con las directivas impartidas por FIDEL CASTRO—, se le presentaba ahora la oportunidad de destruir el aparato militar nacional de la Organización Terrorista Montoneros, cumpliendo de esta manera con las órdenes de La Habana, negociando por su vida y su libertad.
La condena a muerte por parte del Tribunal Revolucionario de ROBERTO QUIETO, aturdió a muchos integrantes de Montoneros y aterró a sus simpatizantes, que no alcanzaban a comprender la situación de su gigante revolucionario, de su “Jefe Montonero” condenado a muerte por la propia Organización Terrorista. Cómodo en su papel de verdugo de turno, HORACIO VERBITSKY fue designado para cumplir con la sentencia. Este era el principal de todos los objetivos considerados para realizar el atentado en la Superintendencia de Seguridad Federal.
Asesinato con premeditación
En el mes de abril de 1976, se le encargó al experto en explosivos de la Organización Terrorista Montoneros EDUARDO SALCEDO, la construcción de las cargas explosivas que se utilizarían en el atentado, las que deberían reunir las características necesarias para el efecto a producir.
• – Una de ellas estaba contenida en un portafolios —tipo maletín ejecutivo; fue construida con 4 kgs. de explosivo plástico —exógeno (C2) de sus propias fábricas militares—, y 2 kgs. de bolillas de acero y confeccionada en base al diseño de la mina Clymore (vietnamita), con cono de proyección para concentración del poder explosivo (carga hueca). Con este artefacto tenían como objetivo fracturar una de las columnas principales del casino de la Superintendencia de Seguridad Federal (que funcionaba en la planta baja) y provocar el derrumbe del ala posterior del edificio (9 pisos), que se encontraba ubicada sobre las instalaciones del casino.
• – El otro artefacto, que se encontraba en un bolso deportivo; constaba de 5 kgs. de explosivo plástico (C2) y 3 kgs. de bolillas de acero, con un núcleo central de fósforo, con disposición en carga hueca, con el cono invertido orientado sobre el piso del casino. Tenía por objeto perforar la losa del piso del casino, que formaba parte del techo del Archivo Central de la Superintendencia —ubicado en el subsuelo—, provocando de esta manera una onda expansiva ígnea de tal magnitud que incineraría la totalidad del material que allí se encontraba, causando el incendio del edificio desde la planta baja del mismo. Esto dificultaría enormemente la evacuación del personal, de forma tal de producir la mayor cantidad de víctimas entre los que pudiesen sobrevivir a la detonación de ambas cargas explosivas y el efecto destructivo que produjesen.
Ambas cargas construidas en configuración de “carga hueca”, disponían de un gran poder de penetración de chapas blindadas, paredes y losas de hormigón armado. Producirían efectos demoledores porque inyectarían gases a presión, en la base del cono, a una temperatura superior a los 3500 grados centígrados, reduciendo a cenizas todo lo que se hallase a su alrededor. Ambas cargas poseían un dispositivo iniciador electrónico EE30 —espoleta electrónica de tiempo con hasta 30 minutos de retardo.
“¿Qué hiciste tú en la guerra, papá…?
El “infiltrado” Subteniente del Ejército Montonero JOSÉ MARÍA SALGADO (NG “Japonés”), agente de la Policía Federal, valiéndose de esta condición, realizó los chequeos previos sobre el objetivo para la realización del atentado. Ingresó durante una semana seguida con portafolios y bolso al lugar; llevaba en algunos casos paquetes que podrían despertar sospechas en el personal de custodia del edificio, comprobando que no existía impedimento alguno para el ingreso de personal policial —que lo hacía por un ingreso exclusivo—, a pesar de las estrictas medidas de seguridad dispuestas para el franqueo de esa dependencia policial por ser prácticamente el Cuartel General de las Fuerzas Federales Antiterroristas.
El ingreso hacia el casino de la Superintendencia de Seguridad Federal estaba expedito para personal policial ajeno a la dependencia. No ocurría lo mismo con el acceso a los diferentes pisos, donde eventualmente sólo se llegaba hasta la oficina de guardia dispuesta en cada piso. No estaban habilitadas en los pisos las puertas de acceso a las dos alas del edificio, donde el acceso era sólo permitido a personal autorizado que revistaba en el lugar, ya que constituían áreas restringidas.
El día 18 de junio de 1976 había sido asesinado mediante la colocación de un explosivo en su domicilio, el Jefe de la Policía Federal, General de Brigada Cesáreo Ángel Cardozo —quien había asumido el 31 de marzo de ese mismo año. El recientemente designado reemplazante del Jefe asesinado, General de Brigada Arturo Amador Corbetta, considerado por las Organizaciones Terroristas como “un general legalista”, “uno de los escasos intelectuales del Ejército Argentino”, “abogado, ateo, soltero, lector y admirador del filósofo Emmanuel Kant”, manifestó en su primer discurso como Jefe de la Policía Federal que el Estado asumiría el monopolio de la violencia, acabando con los “grupos parapoliciales y paramilitares”, sin especificar a qué grupos extraños a la Institución se refería.
El 1º de julio de 1976, en una recorrida de inspección, manifestó ante la Jefatura y Plana Mayor de la Superintendencia de Seguridad Federal, que en adelante se trabajaría “por derecha”, “que se reprimiría de azul, con uniforme, con el Código de Procedimientos bajo un brazo y el Código Penal bajo el otro”, que se debería dejar constancia, en los registros correspondientes, de toda persona que se encontrara en la Superintendencia en situación de “detenido” o “demorado”, a la brevedad.
Enterado el Servicio de Inteligencia Nacional de la Organización Terrorista Montoneros de esta circunstancia, HORACIO VERBITSKY, Jefe del Departamento Operaciones Especiales (NG “Perro”, Capitán del Ejército Montonero), en reunión con su lugarteniente MIGUEL LUIS BONASSO, Jefe del Subsector Policía Federal (NG “Cogote”, “Nono”, “Alfredo”, Teniente 1º del Ejército Montonero) y el Jefe del Servicio Nacional, RODOLFO JORGE WALSH (NG “Esteban”, 2º Comandante del Ejército Montonero), teniendo en cuenta la situación planteada y vistos los resultados de las tareas de inteligencia llevadas a cabo en el objetivo, decidieron adelantar el operativo para el día siguiente, 2º de julio de 1976.por existir la posibilidad de que ROBERTO QUIETO (NG “Negro”, Comandante del Ejército Montonero) fuese trasladado a otro lugar.
Los artefactos explosivos estaban preparados, como se recordará, desde hacía un mes. Se instruyó a JOSÉ MARÍA SALGADO (NG “Japonés”, Subteniente del Ejército Montonero) para que ese día a primera hora solicitase la baja, pero reteniendo su credencial y chapa identificatoria, para posibilitar su ingreso al edificio de la Superintendencia de Seguridad Federal, con el fin de colocar los artefactos explosivos.
“A la hora señalada”
En las primeras horas del día 2º de julio de 1976, JOSÉ MARÍA SALGADO presenta su solicitud de baja en la Policía Federal, dirigiéndose posteriormente a una “cita” con el Teniente 1º del Ejército Montonero MIGUEL LUIS BONASSO, quien lo lleva cerrado a una casa de funcionamiento, perteneciente al Servicio de Inteligencia Nacional de la Organización Terrorista Montoneros. En ese lugar se encuentran RODOLFO WALSH, HORACIO VERBITSKY y MARCELO KURLAT (NG “Monra”, Capitán del Ejército Montonero), quienes le hacen entrega de los artefactos explosivos ya preparados en el maletín tipo ejecutivo y el bolso deportivo, dándole KURLAT las instrucciones para activar los dispositivos iniciadores, e indicándole que, después de activados, tendría 20 minutos para abandonar el lugar, antes de que se produjera la detonación.
BONASSO lo saca nuevamente cerrado de la casa de funcionamiento y lo acompaña hasta las inmediaciones del objetivo, pues él mismo oficiaría de control visual cuando SALGADO se retirara del lugar.
Siendo aproximadamente las 11.30 horas, JOSÉ MARÍA SALGADO arriba temprano al edificio de Moreno 1417 para ubicarse en el lugar adecuado. Ingresa sin ningún inconveniente, dirigiéndose al casino ubicado hacia el fondo, en la planta baja. Lleva el maletín y el bolso deportivo colgando del hombro izquierdo y un sobretodo liviano que cuelga de su brazo derecho. Se ubica en una mesa apoyada sobre una de las columnas principales, colocando el maletín parado y apoyado sobre la misma con la base del cono del artefacto explosivo dirigido hacia la columna. Acomoda al lado del maletín, el bolso con el otro artefacto explosivo, cuidando de que la base del cono quedara orientada hacia el piso.
Allí espera hasta las 12.00 y pide dos platos de comida: una entrada de fiambre y un plato principal. Consume los dos platos y solicita un postre, acciona los dispositivos externos para activar los artefactos explosivos siendo aproximadamente las 12.50. Para ese entonces, el salón comedor se había colmado de gente.
A partir de ese momento dispone de 20 minutos para abandonar el edificio. Espera hasta las 13.00 horas, se levanta de la mesa y manifestando que se iba a dirigir hacia el baño ubicado fuera del casino, encarga sus “cosas” al personal en una mesa cercana.
Sale del edificio sin inconvenientes y sin despertar sospechas, ya que a las 12.00, como bien sabía SALGADO, había sido relevado el personal de control de ingreso ubicado en la puerta de acceso, habilitada únicamente para personal policial. Se dirige por la calle San José hacia la Avenida Belgrano y por esta hacia Lima donde tenía un control visual, antes de dirigirse a su casa operativa. Durante el recorrido, que efectúa con lentitud, y ya cercano a la intersección de la Avenida Belgrano y la calle Lima, escucha el ruido producido por la detonación de los artefactos, que él pensó que era menor a lo que le habían indicado. Igualmente, su misión había sido cumplida con éxito.
En una mesa de la confitería “Malvinas” ubicada en una de las esquinas de las calles San José y Moreno, MIGUEL LUIS BONASSO ve pasar a SALGADO y observa que nadie lo sigue, por lo cual permanece en el lugar para verificar el resultado del “operativo”.
“Apocalipsis now”
A las 13.20, el Jefe de la Policía Federal, General de Brigada Arturo Amador Corbetta tiene oportunidad de comprobar, en la sangre y los cuerpos desgarrados y mutilados de sus hombres, que la “honestidad” de sus propósitos no coincide con los objetivos de la Organización Terrorista Montoneros.
Una violenta explosión estremece la zona: el edificio de la Superintendencia de Seguridad Federal se sacude hasta sus cimientos, el enorme y pesado portón principal de gruesa madera con puerta de escape, arrancado de cuajo, vuela arrojándose sobre la vereda de enfrente e hiriendo de gravedad al personal de custodia en el lugar. La onda expansiva derriba la pared que separaba el casino de la playa de estacionamiento de la dependencia policial. La terraza baja ubicada sobre el fondo del casino, junto con parte de instalaciones de la cocina y su chimenea se lanzan, arrojadas, hasta una altura equivalente al 5º piso, para volver a caer sobre los escombros del lugar del siniestro y sobre las víctimas atrapadas allí.
La deflagración provocada por la explosión incendia varios cuerpos ya inertes e infringe graves quemaduras en otros mutilados gravemente. De las casi 100 personas que están en el lugar, 60 son heridas de gravedad, 15 sufren graves mutilaciones, 21 mueren en el acto y 3 en días posteriores, dada la gravedad de su estado.
Entre el humo y la escasa luminosidad producida por algunos focos ígneos se procura sacar a los heridos, separando cuerpos despedazados y mutilados gravemente para su evacuación, removiendo y reuniendo cabezas, miembros, torsos de las víctimas mutiladas y cuerpos enteros de fallecidos.
Luego de completada la remoción de los cuerpos de las víctimas, se procedió a identificar en las distintas dependencias al personal ausente, en su gran mayoría personal superior y subalterno del Departamento Registros e Informes y de la atención del casino, como se desprende de la nómina reconstruida. Por la información reunida, se pudo establecer que el personal fallecido en el día del atentado y posteriormente a consecuencia de las heridas recibidas fue el siguiente:
• Inspector David RonAyudante Alejandro Castro
• Suboficial Auxiliar José Hilario Carvasco
• Sargento Juan Paulik
• Sargento Rafael Modesto Muñoz
• Sargento Bernardo Roberto Tapia
• Sargento María Esther Pérez Couto
• Sargento Bernardo Zapi
• Sargento Adolfo Chiariano
• Sargento Marta Olga Pérez de Bravo
• Sargento (RE) Romualdo Rodríguez
• Cabo 1º Carlos Shand
• Cabo Elba Hilda GazpioCabo Vicente Iore
• Cabo Ernesto Agustín Suani
• Cabo Genaro Bartolomé Rodríguez
• Agente José Roberto Iacovello
• Agente Juan Carlos Blanco
• Agente Femenino Alicia Esther Lunati
• Agente Ernesto Alberto Martinzo
• Supernumerario David Ezequiel Di Nunzio
• Supernumerario Ramón Arias
• Señorita Josefina Cepeda (amiga personal del Cabo Elba Hilda Gazpio)
No siempre acaba bien “lo que mal empieza”
Desde su puesto de observación MIGUEL LUIS BONASSO, se levantó simulando asombro y estupor, pago su consumición retirándose del lugar. Pudo observar parte de los procedimientos que se producían en el lugar, mezclándose con algunos curiosos que se acercaban al lugar. El arribo de ambulancias y móviles y personal de bomberos era constante. Sin embargo, no observó que se hubiese producido un principio de incendio en el edificio, ni derrumbe de parte alguna de su estructura. El personal de bomberos, salvo la utilización de extintores y remoción de algunos escombros y de las víctimas del atentado, no realizaba otras tareas. Algo había fallado dentro de lo planificado. La explosión, si bien fue importante, no fue la que se habían previsto para el atentado a este blanco, ni cumplido con los objetivos previstos.
Del análisis posterior al atentado, la Organización Terrorista Montoneros pudo determinar que los explosivos colocados habían fallado en un 60% de su potencial. El salón del casino quedó con sus instalaciones perforadas por las bolillas de acero arrojadas por las bombas “vietnamitas” colocadas, con grandes daños en la arquitectura del lugar, pero no en su estructura. Restos de explosivo plástico (exógeno) producido por el Servicio de Fábricas Militares de la Organización Terrorista Montoneros, se encontraban esparcidos por todo el lugar; es decir, este no llegó a detonar en su totalidad, y, por ello, no cumplió con el objetivo de cortar la columna y perforar la losa del piso. Se calcula que solamente detonó un 40% del explosivo colocado, es decir, unos 3,600 kgs., quemándose sin detonar gran parte del mismo.
La deflagración y la incompleta explosión de los artefactos colocados fue producida por la decantación química de los componentes del explosivo plástico al estar un tiempo demasiado prolongado en la misma posición. Este detalle no fue tenido en cuenta por los terroristas, a pesar de que era advertido en sus combates cuando utilizaban granadas SFM-4, armadas con este tipo de explosivo plástico en lugar de la gelinita original, el cual, muchas veces, no detonaba, produciendo solamente una deflagración con escape de gases encendidos por su base (que era la parte más débil de la granada, dado que el resto de la carga explosiva se encontraba envuelta en el resorte de fragmentación). Por esta razón, los terroristas debían tener la precaución de cambiar la posición de la granada periódicamente, para evitar la decantación de los componentes del explosivo en su base. Caso contrario, debían desarmar la granada y “amasar” el explosivo plástico hasta unificar sus componentes, lo que significaba manipular el material explosivo con el consiguiente riesgo.
Este error técnico salvó milagrosamente al resto del personal de la Superintendencia, sus instalaciones y archivos, evitando una destrucción similar a la producida en la Embajada de Israel y la Asociación de Mutuales Israelitas, que por su similitud con este y otros atentados llevados a cabo por la Organización Terrorista Montoneros, debería forzosamente llamar la atención de los investigadores, dada la estrecha vinculación de integrantes de esta Organización Terrorista con Organizaciones Terroristas con accionar en Medio Oriente, hipótesis que nunca se tuvo en cuenta al momento de realizar las investigaciones.
Respecto del atentado al Jefe de la Policía Federal y a la Superintendencia de Seguridad Federal, en una extensa entrevista brindada al semanario español Cambio 16 por el Comandante del Ejército Montonero HORACIO MENDIZÁBAL (NG. “Hernán”) —integrante de la Conducción Nacional de la Organización Terrorista Montoneros, en ese entonces a cargo de la Secretaría Militar Nacional (en el exterior)—, este manifestó: “Existen objetivos selectos. Esto apunta a demostrar que en una guerra popular el enemigo no tiene ninguna posibilidad de retaguardia. Ellos afectan a nuestros barrios, nuestros militantes, pero nosotros podemos afectar permanentemente su centro de gravedad. Sin embargo, ésta no es nuestra doctrina del explosivo. Nosotros jamás lo utilizamos indiscriminadamente sino selectivamente.”
“La colocación de la potente bomba que, el 2 de julio pasado, destrozó el comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal ofrece —continúa diciendo Mendizábal—, características similares a la ‘Operación Cardozo’, aunque la cantidad de explosivo era sensiblemente mayor: nueve kilos de exógeno y cinco de bolas de acero accionados por medio de un dispositivo de relojería, introducido en el edificio por un compañero que estaba infiltrado y que había entrado durante una semana con los mismos elementos, como prueba. Cuando vimos que todo andaba bien, se largó la operación, que también sirvió para demostrar la alta moral y serenidad de nuestros combatientes, porque el compañero que accionó el explosivo estuvo almorzando allí y se retiró siete minutos antes del lugar. Era un comedor en el cual todos se trataban con seudónimos. Nunca se escuchaba un apellido. Andaban con anteojos oscuros, es decir, existía una situación de secreto muy grande allí.”
El listado de víctimas demuestra que las afirmaciones de este “Comandante terrorista” eran totalmente ajenas a la realidad: la jerarquía de los muertos y sus funciones, en su gran mayoría, en el Departamento Registro e Informes, mozos, peluquero y pedicuro (supernumerarios), permiten establecer que el comedor era utilizado únicamente por personal afectado a tareas administrativas, de maestranza y servicios generales.
El semanario español Cambio 16, manifestó que “fuentes oficiosas gubernamentales consultadas coinciden con las afirmaciones guerrilleras. El balance de la explosión fue de cuarenta y dos muertos y unos cien heridos. En el edificio no quedó nadie sin contusiones porque ‘la bomba, además de destrozar el comedor —donde no quedó nadie vivo—, produjo escapes de gas, y el portón de entrada, que tenía dos metros por ocho, que se encontraba a 30 metros del comedor, se estrelló contra los dos policías de guardia puestos en la acera de enfrente.”
Fuentes varias de origen terrorista manifestaron que los comunicados oficiales emitidos en aquel entonces por el Comando del Primer Cuerpo de Ejército (Comando de Zona 1), indicaron un balance de veintiún muertos de rango medio o inferior, pero que en los medios de información pública fueron apareciendo misteriosamente una serie de esquelas de altos oficiales de la Superintendencia de Seguridad Federal, muertos extrañamente el mismo día del atentado, entre ellos los Comisarios Generales Anzulovic, Asesor de Inteligencia, junto con el Comisario General Huber; el Capitán de Corbeta Próspero Asiain, que actuaba de enlace con el Servicio de Inteligencia Naval, y el Comisario Reiz, hombre clave en el Departamento de Documentación Personal, que se encontraba instalando un costoso sistema de computación —Digicom—, que se instalaría en los patrulleros policiales, por medio del cual podría solicitarse a una Central la filiación de cualquier persona, cuyos datos aparecerían inmediatamente en la pantalla del equipo instalado en el móvil.
Estos intentos por parte de la Organización Terrorista Montoneros, tendientes a magnificar el alcance del atentado llevado a cabo, tenían por objeto encubrir ante sus integrantes la falla técnica producida, y por la cual no pudo cumplirse con el objetivo deseado, cuyos resultados, de haber sido consumados, hubiesen tenido gran repercusión internacional e interna hacia la Organización Terrorista: la destrucción del Cuartel General de las Fuerzas Federales Antiterroristas, ajusticiar a ROBERTO QUIETO y destruir el mayor Archivo sobre el accionar y los integrantes de las distintas Organizaciones Terroristas nacionales e internacionales.
La Organización Terrorista Montoneros intentó justificar esta acción basándose en que “todas las víctimas habían torturado u oprimido hasta entonces con total impunidad”; y buscaron legitimar la acción argumentando que se había tomado una “decisión colectiva” respecto de este “operativo”. Manifestaron asimismo que “el Ejército Montonero no habría podido llevar a cabo esta operación sin las informaciones proporcionadas por los propios integrantes de la estructura represiva y la ciudadanía.”
Sin embargo en este caso en particular, que constituyó una verdadera carnicería, fue obra de un infiltrado que pudo introducir furtivamente los explosivos en el edificio, sin haberse verificado que para la realización de esta acción haya recibido la menor ayuda exterior, salvo la información brindada a HORACIO VERBITSKY por un Agente del Servicio Penitenciario Federal y otro del Servicio de Inteligencia del Ejército, que prestaban servicios en “comisión” en la Sala de Situación de esa Superintendencia. La información aportada por estos “agentes” se refirió a la distribución interna de las zonas donde se encontraban las instalaciones de las distintas Direcciones Generales, Departamentos y Divisiones abocadas a las tareas antiterroristas, que conformaban casi la totalidad de los elementos disponibles en la Superintendencia de Seguridad Federal.
Este atentado provocó una reacción interna en los integrantes de las filas de la Policía Federal, que hicieron un planteamiento al Comando Jefatura, ejercido por el General de Brigada Arturo Corbetta, que fue exteriorizado en formaciones silenciosas que se realizaban por parte del personal policial presente en el edificio y el velatorio, en la escalinata del Departamento Central de Policía, cada vez que el Jefe de Policía se presentaba en el patio cubierto de la Guardia de Infantería donde se encontraban los 23 ataúdes envueltos en la bandera Argentina conteniendo los cuerpos del personal policial muerto en el atentado, pues se retiraba en silencio el personal presente y dejando al Superior solo ante los féretros.
Esto sucedía dos semanas después de haber exigido el General Corbetta a la Plana Mayor de la Superintendencia de Seguridad Federal, una represión organizada y centralizada, dentro del marco convencional —en una guerra no convencional como es la Guerra Revolucionaria—, lo que llevaría ineludiblemente al fracaso las investigaciones y operaciones en marcha, con grandes costos de vidas y equipamiento, provocando la derrota final; y de haber apartado con sus órdenes a las miembros de la Policía Federal en operaciones militares y de seguridad de las disposiciones contenidas en la Directiva 1/75 del Consejo de Defensa, impartida con fecha 15 de octubre de 1975 como consecuencia del dictado por parte del Poder Ejecutivo Nacional de los decretos 2770, 2771 y 2772 del 6 de octubre de 1975, como herramienta legal para administrar y organizar las operaciones militares y de seguridad en el combate contra las Organizaciones Terroristas dentro del Marco Interno establecido para una situación de guerra.
El General Corbetta no llegó a comprender cabalmente que a partir de la entrada en vigencia de esos decretos, el Estado Nacional se encontraba en guerra contra las Organizaciones Terroristas, volcando todos sus recursos y todo su poder para aniquilar al enemigo declarado de la Nación, y que él asumió el mando de una Fuerza Federal que ya estaba empeñada en la lucha antiterrorista desde el año 1960, y que desarrollaba operaciones militares y de seguridad en la Provincia de Tucumán desde mediados del año 1974 contra Tropas Especiales para la Guerra de Guerrillas en el monte entrenadas en Cuba, pertenecientes al Ejército Revolucionario del Pueblo, integradas dentro de una Compañía de Monte Reforzada de su estructura militar para el combate rural y urbano. Con gran parte de su personal afectado a la realización de investigaciones sobre las Organizaciones Terroristas en todo el territorio nacional.
El General Corbetta desconoció que en el dictado de esos decretos se utilizaron términos que tienen un claro significado para las Fuerzas Armadas, como ser “ejecutar operaciones militares y de seguridad” contenidos en el decreto 2772/75, y que se encontraban desarrollados en los reglamentos militares vigentes en esa época, como el RC-8-2, “Operaciones contra las fuerzas irregulares”, Tomo III “Guerra Revolucionaria”, y el RC-8-3 “Operaciones contra la subversión urbana”, vigentes desde 1968, y que en su condición de general de la Nación no podía ignorar.
Tampoco podía ignorar que la Policía Federal Argentina, dentro del esquema elaborado para combatir a las Organizaciones Terroristas, pasó a constituir desde el 15 de octubre de 1975 una Fuerza de Seguridad Federal en apoyo al cumplimiento de las funciones específicas de las Fuerzas Armadas en combate, constituyendo junto con estas, la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval, las Policías Provinciales y los Servicios Penitenciarios, un elemento perteneciente a las FUERZAS CONJUNTAS EN OPERACIONES, es decir elementos de distintas fuerzas operando bajo un solo comando para cumplir una misión común asignada: “…ejecución de operaciones militares y de seguridad y a los efectos de aniquilar el accionar de los elementos subversivos en todo el territorio del país.” Decreto 2772 del Poder Ejecutivo Nacional de fecha 6 de octubre de 1975, dictado en Acuerdo General de Ministros. El General de Brigada Corbetta fue relevado dos semanas después del sangriento atentado del cargo de Jefe de la Policía Federal.
El día después…
Este atentado demostró, una vez más, que los dirigentes de la Organización Terrorista Montoneros, encarnados en HORACIO VERBITSKY (NG “Perro Salchicha”), no pretendían que la Organización utilizara su capacidad militar en combatir directamente a las Fuerzas Conjuntas; pretendían utilizar en blancos selectivos la Acción Terrorista representada en un artefacto explosivo colocado en los “centros de gravedad”, seleccionados por el Departamento de Operaciones Especiales del Servicio de Inteligencia Nacional a cargo del entonces Capitán del Ejército Montonero HORACIO VERBITSKY “Perro Salchicha”, conforme con los objetivos militares fijados.
Para HORACIO VERBITSKY y su lugarteniente MIGUEL LUIS BONASSO, este accionar terrorista era coincidente con sus principios: poco riesgo personal, otro que pusiese el cuerpo, no existía el riesgo de un enfrentamiento, y, por sobre todo, casi siempre era inocultables sus efectos a los medios de comunicación social, teniendo la difusión que ellos necesitaban para mantenerse vigentes ante la opinión pública nacional e internacional.
Mientras, los 60 millones de dólares obtenidos como rescate de los hermanos Born, sumado a los 23 millones de dólares de sus arcas, habían terminado, por un largo tiempo, con los problemas financieros de la Organización Terrorista, y la convirtió, junto con las Organizaciones Terroristas Palestinas (con las cuales se aliaron posteriormente), en los terroristas más acaudalados del mundo. Este potencial económico fue utilizado en gran medida para incrementar el desarrollo de su estructura militar, sus fábricas de armamentos y explosivos y el desarrollo de dispositivos electrónicos iniciadores (espoletas electrónicas), estáticos y por control remoto, para los artefactos explosivos a utilizar en sus atentados. Estos dispositivos, desarrollados por MARIO CÉSAR VILLANI (NG “Tito”, Teniente 1º a cargo del Departamento de Radio Liberación – Televisión y Audio, y Logística Electrónica Militar), fueron empleados por primera vez en el atentado al Teniente General Jorge Rafael Videla en el Comando General del Ejército, explosivo accionado por HORACIO VERBITSKY a control remoto con un dispositivo EED200 —Espoleta Electrónica a Distancia de hasta 200 metros de alcance—, y en las cargas explosivas colocadas en la Superintendencia de Seguridad Federal, dispositivo EE30 —Espoleta Electrónica de hasta 30 minutos de retardo.
En el Panteón de la Policía Federal del Cementerio de la Chacarita, el Comisario General Oruezábal al despedir los restos de los caídos, expresó entre otros conceptos: “…Pretenden hundir a la Patria en una noche sin aurora… no han muerto, seguirán transitando…” “Cuando la Patria pase lista. Cuando llame a los muertos por el terrorismo apátrida. El Pueblo argentino se pondrá de pie y gritará:
¡¡¡PRESENTE!!!”
Los detalles de este atentado constituyen una verdad histórica.
Porque esta es…
“La verdad de una historia… que jamás será silenciada”,
Jorge del Valle, Buenos Aires, Argentina.
LA PATRIA VIVE EN LA SANGRE
DE NUESTROS MÁRTIRES
HÉROES BENEMÉRITOS DE LA NACIÓN
A nuestro amigo y exelente Forista “el Piguyi”
TODAS LAS FUENTES CITADAS SE PUEDEN ENCONTRAR LIBREMENTE EN INTERNET INCLUSO EL LOS ARCHIVOS CONDOR.