Por Carlos Tórtora.-

La guerra entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof ingresa en una nueva etapa. Ayer ninguno de los dos bandos triunfó en la Cámara de Diputados de Buenos Aires pero, para la sesión del próximo martes, se habla de un avance del cristinismo con el mismo, aliados ahora al PRO y a LLA. El proyecto de ley del massista Rubén Eslaiman suspendiendo las PASO podría modificarse incorporando las elecciones concurrentes y así obtener la sanción. Sería una gran derrota para el gobernador, que necesita el desdoblamiento electoral para imponer el peso de su aparato y doblegar así al PJ de Máximo Kirchner.

En los pasillos de la gobernación se insistía ayer en que Kicillof, ante la inminencia de un revés, podría este fin de semana firmar el decreto del desdoblamiento y provocar así una conmoción que podría favorecerlo. Aun así, si hay mayoría legislativa a favor de las elecciones concurrentes, la ley que se sancione podría derogar el decreto.

¿Hasta de dónde llegará la crisis?

Si Kicillof queda obligado a realizar elecciones concurrentes – o sea el mismo día nacionales y provinciales-, la amenaza de ruptura en el PJ crecería bastante. En el escenario de fractura, el Movimiento Derecho al Futuro del gobernador podría empezar a armar listas de candidatos a legisladores provinciales y nacionales por fuera del PJ. Y el cristinismo, dueño del sello partidario, prepararía sus listas con Cristina como primera candidata a diputada nacional. Todo esto obviamente pensando en octubre, porque las PASO quedarían suspendidas.

Ambos bandos tienen sus puntos fuertes y sus debilidades. Cristina tiene la ventaja del volumen de su figura y de que sería candidata, pero arrastra un desgaste impresionante. Kicillof cuenta con una ventaja notable: ser el dueño del segundo presupuesto del país. Pero correría el riesgo de quedar como el culpable de la ruptura del peronismo.

Así las cosas, la inminencia de dos peronismos enfrentados en las urnas es un regalo principesco para Javier Milei. Éste podría mostrarle al país que el PJ no sólo carece de un proyecto unificado, sino que va a desarrollar una interna salvaje.

Además, en los resultados, la Libertad Avanza podría de este modo aparecer ganándole a los dos peronismos, aunque desde ya que éstos, sumados, totalizarían más.

En las proyecciones para el 2027, si Cristina y Kicillof fracturan el PJ, habría que empezar a pensar en que en el 2027 también podría haber dos peronismos. Los gobernadores del PJ tendrían que ir alineándose con uno o con otro.

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