Por Hernán Andrés Kruse.-
“Ser enemigo de Estados Unidos es peligroso, pero ser su amigo es fatal”. Henry Kissinger.
El lunes 14 de abril visitó la Argentina Scott Bessent, Secretario del Tesoro de los Estados Unidos. Se reunió con el presidente de la nación, el ministro de Economía Luis Caputo, el secretario de Finanzas Pablo Quirno y el Secretario de Políticas Públicas José Luis Daza. Entrevistado por Bloomberg, el influyente funcionario de Trump expresó: “El motivo de mi presencia hoy es que es un día clave. El gobierno de Milei ha implementado tres ajustes, y éste marca el inicio del tercero. Implementaron un importante ajuste fiscal, un importante ajuste monetario y el viernes anunciaron un importante ajuste cambiario. El FMI les ha asignado 20 mil millones de dólares. El Banco Mundial les ha asignado 12 mil millones de dólares, y quería venir hoy para mostrar mi apoyo al presidente Milei y su compromiso con lo que considero histórico para rescatar a Argentina del abismo”.
Sobre el swap de monedas entre el BCRA y el Banco Popular de China, enfatizó: “Tienen un swap de crédito de 18 mil millones de dólares en yuanes. Argentina, bajo el anterior gobierno peronista, obtuvo 5 mil millones de dólares, y esa cantidad seguirá pendiente. Los chinos mostraron un gran esfuerzo tras el anuncio, o en conjunción con el del FMI, por lo que se extenderá un año. Creo que, a medida que esta administración mantenga su política económica inflexible, deberían eventualmente tener suficientes entradas de divisas para poder pagarlo”. “Lo que intentamos evitar (con Latinoamérica) es lo que ha ocurrido en el continente africano, donde China ha firmado varios acuerdos rapaces que se presentan como ayuda, donde se han apropiado de derechos mineros y han añadido enormes cantidades de deuda a los balances de estos países” (fuente: Infobae, 14/4/025).
Lo sucedido en el país entre el viernes 12 y el lunes 14 de abril pone dramáticamente en evidencia la pérdida absoluta de autonomía en materia económica de parte del gobierno de Milei. El viernes el gobierno montó un show para anunciar el fin del cepo, como si se hubiera tratado de una medida económica que marca un punto de inflexión histórica. Lo que sucedió fue que, presionado por Donald Trump, el presidente de la nación no tuvo más remedio que levantar el cepo. De lo contrario, los 20 mil millones de dólares jamás hubieran llegado al país. Milei no hizo más que decir “amén” a lo ordenado por el presidente republicano. A partir de ahora, por ende, la política económica queda en manos del FMI (es decir, de Estados Unidos), limitándose el presidente y su ministro de Economía a obedecer de manera incondicional. Al visitar nuestro país, Scott Bessent le dijo a Milei: “premiamos tu agachada de cabeza con el desembolso de 20 mil millones de dólares. Ahora lo que tenés que hacer es olvidarte de China y profundizar el ajuste. ¿Está claro?”
Un país que entrega el manejo de la economía al FMI (es decir, a Estados Unidos) atenta contra aquello que lo hace ser lo que es: la soberanía. Hoy no somos un país soberano. Hoy ni siquiera somos, para los Estados Unidos, un nuevo estado federal sino una colonia de cuarta categoría. Pero cabe reconocer que Milei lejos está de ser el primer presidente que reniega de la soberanía argentina. Desde 1983 a la fecha lo hicieron Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Eduardo Duhalde, Mauricio Macri y Alberto Fernández. Cómo olvidar, por ejemplo, al tecnócrata del FMI Anoop Singh, quien en aquel dramático 2002 actuó de hecho como el presidente de la Argentina. La gran diferencia con sus predecesores es que Milei siente placer por arrodillarse frente a la república imperial. Nunca antes tuvimos un presidente que aceptara gustoso ser el bufón del rey.
Nuestra soberanía quedó hecha añicos entre el 12 y el 14 de abril. De ahí la importancia de recordar de qué hablamos cuando hablamos de soberanía. Buceando en Google me encontré con un ensayo de Stefan Kaiser titulado “El ejercicio de la soberanía de los Estados” (Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM). Saque el lector sus propias conclusiones.
EL CONCEPTO LEGAL DE LA SOBERANÍA DE LOS ESTADOS
“La soberanía es uno de los principios cardinales de la teoría del Estado. La soberanía de los Estados denota el derecho legal inalienable, exclusivo y supremo de ejercer poder dentro del área de su poder. El ejercicio de los poderes soberanos en la esfera nacional comprende los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, en relación a las personas físicas y morales. La soberanía está arraigada en el concepto de Estado. Sólo el Estado tiene soberanía. Sólo el Estado —a través de sus órganos— puede ejercer los derechos legales y la autoridad de los poderes del Estado. Ninguna persona, ni física ni moral, puede asumir tales derechos soberanos, a menos que sean órganos del Estado y actúen con la capacidad de uno de esos órganos. La soberanía es independiente de la forma de gobierno de un Estado. El concepto de soberanía se aplica a repúblicas democráticas, así como a monarquías y dictaduras. En una democracia, el ejercicio de los poderes estatales está controlado por la regla del derecho. La separación de poderes es una medida institucional para prevenir el abuso de poder. Los derechos civiles y humanos, normalmente plasmados en la Constitución del Estado, sirven como protección legal de los ciudadanos contra el abuso del poder por los órganos del Estado.
Aunque las bases de la democracia son importantes, ellas no son un requisito para la soberanía. Un Estado, como una persona moral, debe tener el derecho y la autoridad para actuar. La soberanía es exactamente este derecho legal y autoridad. Si un Estado no tuviera soberanía, éste no tendría fundamentos legales para el ejercicio de sus poderes. La teoría de los tres elementos del Estado expresa los elementos materiales mínimos de un Estado: población, territorio y los mecanismos organizacionales para el ejercicio de sus poderes, que son en sí el ejercicio de su soberanía. Así, se puede afirmar que la soberanía como tal es un elemento importante del Estado y que tal Estado no puede existir sin ésta. La soberanía y la calidad de ser de un Estado son características intrínsecamente interconectadas. El ejercicio de los derechos soberanos no debe ser confundido con el ejercicio de facto del poder, del poder económico o de la influencia política. Puede suceder que personas privadas consigan influencia substancial, ya sea a través de poderes económicos o a través de prácticas corruptas al “comprar” a políticos, oficiales de gobierno o jueces. Sin embargo, tal influencia (de facto) o poder no concede la autoridad legal de la soberanía, la cual siempre permanece en el Estado.
La soberanía es independiente del tipo de gobierno. Viéndolo desde esta perspectiva, el concepto de soberanía se mueve paralelamente al concepto del principio de efectividad de los Estados. Un Estado está objetivamente definido por sus tres elementos estatales. El gobierno no democrático o corrupto de un Estado no inválida la calidad del Estado como tal ni lo priva de su soberanía. La soberanía es exclusiva. Sólo un Estado puede ejercer su soberanía en su territorio. Personas físicas o instituciones no estatales no pueden asumir los derechos soberanos y competir con el Estado en el ejercicio exclusivo de poderes soberanos, dentro del territorio de tal Estado. La soberanía es suprema. Es legalmente el poder superior último del Estado. Nadie puede asumir una autoridad más alta para ejercer poderes en el territorio nacional. La soberanía es inalienable. Al ser una característica indispensable de un Estado, la soberanía no deja de existir, a menos que el Estado mismo deje de existir. La soberanía es un derecho fundamental de cualquier Estado de la comunidad internacional”.
LA SOBERANÍA EN EL DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO
“Siguiendo la descripción general del concepto de soberanía, demos una mirada a su impacto en el derecho internacional público. El derecho internacional público gobierna las relaciones entre los Estados. En el derecho internacional público, la soberanía es uno de los fundamentos principales de la igualdad de los Estados, su integridad territorial y su independencia política.
Este concepto moderno de la soberanía estatal fue inicialmente introducido al derecho de los tratados a través del Tratado de Westfalia. Este tratado ejemplar estableció un nuevo orden de paz europeo después de la Guerra de los Treinta Años, basado en la “no perturbación” en el ejercicio de los poderes soberanos de los monarcas involucrados. Siguiendo este precedente, en la actualidad, en el artículo 2o. de la Carta de Naciones Unidas se reconoce el principio de la igualdad soberana de sus miembros. En el derecho internacional público, la soberanía se observa desde un ángulo diferente al de la esfera doméstica. Dentro del Estado, la soberanía es un concepto que determina la relación entre el Estado y sus personas (subordinados). En el derecho internacional público, la soberanía debe ser entendida como una cualidad que hace que los Estados sean actores iguales, que actúen legalmente al mismo nivel.
En el derecho internacional público, los elementos exclusivos y supremos de la soberanía tienen un significado diferente. Mientras que cada Estado posee derechos exclusivos y supremos dentro de su territorio, dicha exclusividad y supremacía encuentran límites frente a la exclusividad y supremacía de otros Estados en sus territorios. En el derecho internacional público, esta limitación inherente es paralela al principio de no interferencia. Como ya se señaló, en el artículo 2o. de la Carta de Naciones Unidas se especifica que otros Estados y las Naciones Unidas no pueden interferir con la soberanía de sus Estados miembros. Los Estados respetan los derechos soberanos, exclusivos y supremos de los otros Estados en sus territorios respectivos. De forma indirecta, la limitación inherente de la exclusividad y supremacía de la soberanía revela la igualdad de los Estados.
También bajo el derecho internacional público la soberanía es inalienable. Otros Estados no pueden privar a un Estado de su soberanía. Mientras exista un Estado, éste tendrá poderes soberanos. Excepciones a esta regla se crean por medio de la accesión de los Estados a tratados con otros Estados y a las acciones de Naciones Unidas bajo el capítulo VII de su Carta, que serán discutidos más adelante. No obstante, existe una instancia por medio de la cual los Estados o la comunidad de Estados tienen la discreción de decidir sobre la soberanía de un Estado. Ésta es la de la creación de un nuevo Estado, mismo que es creado no sólo al cubrirse el criterio material de la teoría de los tres elementos (población, territorio y organización estatal para el ejercicio del poder), sino requiere también el reconocimiento formal de los otros Estados. Con el acto del reconocimiento, los Estados deciden sobre el nacimiento de otro. El reconocimiento de un nuevo Estado conlleva la creación y reconocimiento de la soberanía del mismo”.
24/04/2025 a las 10:11 AM
El concepto de soberanía nacional es ajeno a los libertarios, puesto que solo admiten la del individuo; entonces no les molesta someterse alegremente a los dictados de quienes si la tienen, en este caso los EE. UU.. Por otra parte los comentarios de Mr. Bessent sobre China, no hace otra cosa que mostrar como sangra por la herida.
24/04/2025 a las 10:14 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Una tregua por Francisco en el país de los mandriles y los malos modos
Pablo Vaca
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
23/4/025
La muerte del papa Francisco puso en la Argentina casi todo en pausa, desde la campaña electoral hasta el fútbol profesional, pasando por la actividad parlamentaria. La noticia, conmocionante, obligó en particular a la clase política a guardar los tambores de guerra hasta que pasen unos días, al menos hasta el sábado, cuando el cuerpo de Jorge Bergoglio sea sepultado en Santa María la Mayor, en Roma.
Auténtico o impostado, el respeto a la investidura se impuso, salvo algunos tuits del Presidente, quien no pudo refrenarse y reposteó ataques a “mandriles”, “econochantas” y “periosobres”.
Hasta la mañana del lunes, la crispación venía en alza, estimulada principalmente por Javier Milei y sus funcionarios: el Gobierno eligió celebrar la hasta el momento exitosa salida del cepo al estilo de Diego Maradona y su infame “la tenés adentro”.
Recordemos. El 14 de octubre de 2009, la Selección consiguió un sufridísimo pase al Mundial de Sudáfrica con una victoria 1 a 0 en Montevideo, con un gol en el minuto 84, en la última fecha de las Eliminatorias. En la cancha, un exaltado Maradona, director técnico de aquel equipo, gritaba: «Esto es para todos los argentinos menos para los periodistas. ¡Que la chupen! ¡Que la chupen!».
Fue el prólogo de una de sus frases más desagradables e inolvidables, pronunciada cuando en la conferencia de prensa posterior el periodista Juan Carlos Pasman quiso hacerle una pregunta y Diego lo interrumpió: «Vos también, Pasman, vos también la tenés adentro».
El revanchismo en su peor expresión.
Milei y compañía coquetean con ideas parecidas en sus descalificaciones a economistas y periodistas, sus blancos favoritos. El “festejo” libertario con la adaptación de la canción mundialista es una muestra inmejorable: “Mandril, decime qué se siente, que el cepo llegó a su final… Tu opinión te la metés donde no te da el sol, cómo doma este Gobierno por favor”.
El estilo arrabalero también es cultivado por Cristina Kirchner, quien fue evolucionando en su práctica desde sus primeros pasos en aquellas interminables cadenas nacionales en horario central, cuando era presidenta, hasta sus hoy también interminables tuits que alternan mayúsculas y minúsculas, arrancan con un “Che Milei” o un “Ay Milei” y no intentan disimular un tono entre pendenciero y patotero. Se abstiene, eso sí, de las metáforas sexuales.
Tales modos provocan un rechazo profundo en buena parte de los analistas y comentaristas políticos, que los relacionan con una merma indetenible de la calidad institucional del país. Columna tras columna sostienen que, de seguir así, Milei verá afectada su popularidad y buena imagen. Tal vez sea así.
Tal vez, sin embargo, tales modos no sean más que el reflejo de la manera de ser de buena cantidad de criollos, a los que no solo no asustan sino que seducen.
Los hay en todas las clases sociales y niveles educativos. Su ley es el ojo por ojo. Para ellos, mejor devolver un cachetazo más fuerte a poner la otra mejilla.
La idolatría sin límites por Maradona, un extraordinario futbolista cuyo costado más oscuro lo convertía en un gran exponente de este tipo de pensamiento, puede explicarse en muchos casos por esta actitud, que a menudo confunde rencor con integridad.
Un resentimiento permanente y a flor de piel, a raíz de daños reales o imaginarios, cuyos supuestos causantes no merecen piedad.
Hay una larga cultura de denigración del adversario en la Argentina. El “mueran los salvajes unitarios” del rosismo o el “al enemigo ni justicia”, del General, son ejemplos hoy considerados extremos. Pero extremos son hoy algunos pensamientos.
No es casualidad que Bergoglio no haya vuelto a la Argentina como Papa.
24/04/2025 a las 10:22 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
¿Por qué el desencuentro? Un papa anticapitalista cuando buscamos reconciliarnos con el capitalismo
Marcos Novaro
Fuente: TN
(*) Notiar.com.ar
23/4/025
El legado del papa Francisco será recién posible evaluarlo con el paso del tiempo. Mientras tanto, lo que puede decirse es que el suyo ha sido un papado polémico y complejo, con muchos matices, algunos reformistas, algunos conservadores, otros francamente reaccionarios. Porque impulsó cambios en muchas áreas y asuntos, pero algunos de esos cambios fueron en dirección contraria a la del progreso material y espiritual de las sociedades contemporáneas. Apuntaron más bien a restaurar un supuesto ideal perdido por el avance de otras tendencias, en particular, del individualismo, el liberalismo y, por sobre todas las cosas, el capitalismo.
Y esto último, sin duda, fue uno de los factores que más contribuyó a la complicada relación que existió entre el papado de Francisco y su país de origen, el nuestro: de la economía, más que de la política, fue de donde provinieron las mayores tensiones entre el papa y la opinión mayoritaria argentina, incluida la de buena parte de sus fieles.
¿Por qué? Pues porque Francisco promovió a nivel global las ideas que más y más argentinos de todas las confesiones fueron viendo, a lo largo de su papado, es decir en los últimos 13 o 14 años (más o menos desde que el modelo kirchnerista dejó de ofrecer crecimiento y empleo, entre 2011 y 2012), como las causantes de sus frustraciones económicas: el intervencionismo estatal y el uso discrecional e ineficiente de los recursos que él se apropia, la regulación hasta la asfixia de los mercados, la limitación despreciativa de la iniciativa individual, de la competencia y de los intercambios espontáneos entre particulares autointeresados.
INFINIDAD DE MUESTRAS
Hay infinidad de muestras de ese credo económico anticapitalista que el papa elevó a la condición de doctrina oficial de la Iglesia católica universal. Basta detenernos en una de ellas:
“Las empresas no deben existir para ganar dinero, aunque el dinero sirva para medir su funcionamiento. Las empresas existen para servir. Por eso, es urgente recuperar el sentido social de la actividad financiera y bancaria” dijo, en 2016, justo cuando estaba empezando el gobierno de Mauricio Macri en la Argentina, tratando de remontar décadas de decadencia económica con las ideas opuestas: que ese deterioro se debía a que no se había dejado ganar dinero a las empresas y los individuos salvo cuando eso le “sirviera” a papá Estado y él lo considerara, como gran censor moral de lo que “sirve” o “no sirve”, “socialmente conveniente” o “justificado”, para sí y para sus organizaciones asociadas, los partidos “populares”, los sindicatos, etc., todos ellos actuando en armonía y bajo la supervisión religiosa de la madre Iglesia.
Este espíritu anticapitalista Francisco solía disimularlo, cuando le resultaba conveniente, detrás del argumento de que su enemigo no eran las empresas sino, como se traduce de la frase arriba citada, “las finanzas”, las “corporaciones financieras”. De allí que convirtiera en una suerte de consultor económico permanente del Vaticano a Joseph Stiglitz, un premio Nobel obsesionado con la idea de que esos actores estarían pervirtiendo todo lo bueno que en su origen había tenido la economía de mercado, convirtiéndola en Sodoma y Gomorra.
Y por eso también Francisco rescató a Martín Guzmán, expupilo de Stiglitz, tras su penosa gestión económica bajo la batuta de Alberto y Cristina, para convertirlo en una suerte de agente de promoción del mensaje que pretendía ofrecerle al mundo: combatiendo la “codicia del mundo financiero” se debería poder someter al demonio desatado por la secularización liberal y hacer que los individuos volvieran a vivir según las reglas morales que la Santa Iglesia les ofrecía, para que el individualismo no se descontrolara y las comunidades volvieran a tener el norte moral que supuestamente habían perdido.
Claro que en cualquier sociedad moderna una discusión como esta que promovía Francisco, respecto a los límites del individualismo como fuerza motora de los intercambios y los lazos de cooperación social, podía encontrar todo tipo de repercusiones, apoyos, refutaciones e reinterpretaciones de múltiples sentidos.
UN DELIRIO
Pero en un país como la Argentina, donde por enésima vez un gobierno, en este caso encima otro de signo peronista, terminaba en una catástrofe de inflación, estancamiento y pobreza, por haber dedicado todo su tiempo y esfuerzo a sostener cepos, barreras y limitaciones de todo tipo a la actividad económica espontánea y las libertades de los ciudadanos, habiendo sumido encima a esos ciudadanos en deudas crecientes y en esas condiciones impagables, con el argumento de combatir al “FMI y los buitres de las finanzas internacionales”, pero con el solo resultado de elevar hasta las nubes las tasas de interés que los argentinos debían pagar por esas deudas viejas y nuevas, sonó como podía sonar: un delirio, una moralina demodé e inconducente.
Claro, los papas no tienen por qué saber de economía. Pero sí deben conocer el famoso apotegma que aplica en su campo, que de buenas intenciones está plagado el camino al infierno. Para los argentinos que vivimos algo bastante parecido a un infierno económico hace décadas, se entiende que las buenas intenciones de Francisco en la materia no hayan alcanzado para convencernos de la conveniencia de seguir sus consejos al respecto. Ojalá el resto de la Iglesia católica saque alguna conclusión provechosa del divorcio entre las percepciones de unos y otros en estos años, que tanto dolor generaron en buenos y devotos católicos, con sincera devoción por el Papa, pero también muchos motivos para desconfiar de un anticapitalismo gastado y frustrante.
24/04/2025 a las 10:26 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Por qué la muerte del Papa empeoró la relación entre Milei y Victoria Villarruel
Walter Schmidt
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
23/4/025
La foto del día muestra que relación del presidente Javier Milei con su vicepresidenta Victoria Villarruel no está rota, porque la ruptura implica la posibilidad de reconciliación. Hoy la situación es más grave a nivel institucional porque el mandatario directamente la ha dejado afuera de su gobierno.
Algo similar a lo que ocurriera entre Néstor Kirchner y Daniel Scioli en el inicio de su administración en 2003 cuando el santacruceño, furioso por las reuniones privadas y las manifestaciones de su vice, lo marginó de la gestión. La desemejanza reside, quizás, en que el libertario no le prohibió a todo el gabinete hablar con Villarruel. Algunos todavía lo hacen. No así el triángulo de hierro que completan Karina Milei y Santiago Caputo.
Los abucheos que recibió la vicepresidenta el lunes por la noche, cuando salía de la Basílica de San José de Flores donde se había oficiado una misa en homenaje al Papa Francisco, encabezada por monseñor Jorge García Cuerva, escribieron un capítulo más de esa discordia.
“Como a los nazis te va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”, cantaban quienes insultaban a Villarruel e incluso hasta hubo algún escupitajo. Alguno de los presentes los identifican como manifestantes vinculados a agrupaciones de derechos humanos y al kirchnerismo.
Lo que luego llamó la atención es que además de las cuentas identificadas con el kirchnerismo, también las hubo las de perfil libertario las que festejaron los agravios contra la funcionaria.
El propio arzobispo García Cuerva se enojó al asegurar que el episodio “fue muy violento, no entendieron nada”. Se refería a que minutos antes, en la misa, los políticos de distintas extracciones se saludaban en un gesto de paz y fraternidad.
Desde el entorno de la vicepresidenta aseguran que ni Milei ni ningún miembro del gabinete la llamaron o le enviaron algún mensaje para solidarizarse frente a los agravios. Tampoco repudiaron lo ocurrido en las redes sociales pese a que en un año electoral, el enemigo parecía ser Cristina Kirchner y su hueste.
Villarruel siempre dijo haber quedado muy agradecida con el Papa por cómo la recibió en octubre del año pasado durante una hora -al igual que luego a Milei-, y el tono de la reunión. Y se comprometió a agradecerlo siempre que la Iglesia la invite. Mordaz, como lo era habitualmente el Sumo Pontífice, cuando la recibió y ella le preguntó cómo estaba, él respondió aludiendo, sin decirlo, a su vínculo con el Presidente: “Todavía vivo, ¿y usted sobrevive?”.
Hasta los mensajes por la muerte de Francisco reflejaron la grieta entre presidente y vice. Pese a que Milei se refirió a un día “triste” y lo despidió con “profundo dolor”, no olvidó recordar las “diferencias” que hubo entre ambos. Fue el mandatario, hábil en crear apodos, quien solía dirigirse al Papa como “El Maligno”.
Villarruel, siempre con un tinte nacionalista en sus mensajes, lo despidió recordándolo como alguien “surgido de nuestra Patria”. Y enfatizó que, “como católica y argentina rezo por el eterno descanso de su alma y siempre me tendrá luchando para que nuestra amada Argentina se imponga ante la pérdida de la visión trascendental de la vida y el flagelo de la pobreza”.
En el oficialismo, algunos apuntan contra la vicepresidenta por el hecho de no haberse sumado la semana pasada con algún tuit a la euforia por el levantamiento del cepo cambiario y la baja del dólar oficial que Milei, Luis “Toto” Caputo y el resto del gabinete celebraron. Como contrapartida, colaboradores de Villarruel destacaron su prudencia, y que nadie le pidió una opinión.
Uno de los últimos capítulos del enfrentamiento de Milei con Villarruel ocurrió el 1 de Marzo, en ocasión de la apertura de sesiones ordinarias. A diferencia de la vez anterior en 2024, el mandatario saludó fríamente a su vice en el ingreso al Palacio Legislativo. Y en el tramo final, la retó en público con un «no te apures», cuando la presidenta del Senado quería dejar por inaugurado el periodo de sesiones y a Milei le faltaba agregar su habitual «Viva la libertad, carajo».
En el entorno presidencial admiten que antes Milei destacaba como un valor agregado la mirada distinta que podría tener Villarruel respecto a la gestión del Gobierno, como en la postulación de Ariel Lijo a la Corte Suprema o la política por la cuestión Malvinas. En cambio ahora, el mandatario avala marginar a la vicepresidenta, que suele repetir a quienes acceden a ella que el lugar que ocupa es muy alto para rencillas de poca importancia.
24/04/2025 a las 10:29 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El desafío capital de los libertarios
Roberto García
Fuente: Perfil
(*) Notiar.com.ar
23/4/025
Sale a las calles el Presidente en auxilio familiar por haberse negado a transar con el PRO, distanciarse y enojarse con los Macri, Mauricio y Jorge, inclusive por apartar a otros referentes liberales como Ramiro Marra. Esa jugada discriminatoria, según las encuestas, no le otorgó ganancias por ahora; al contrario, elevó de categoría a una facción sui generis, encabezada por Leandro Santoro, quien en su licuadora mental ha mezclado a Leandro Alem con Juan Perón y, de acuerdo a los sondeos, por ahora lidera la consideración popular. Por escaso margen, es cierto, en un triángulo al que se debe añadir a Silvia Lospennato como favorita de los primos Macri. Horacio Rodríguez Larreta, quien va por su cuenta, dicen que no arranca, a pesar de que dispone del mayor expertise en la Capital Federal.
Incurre Javier Milei en una apuesta riesgosa, empeña su cuerpo para desprender a La Libertad Avanza de ese núcleo triangular contra el que hoy compite por el generoso Presupuesto porteño. No solo salva a Adorni, por ahora desteñido como aspirante, también a la pureza excluyente de su hermana para impedir la existencia de residuos tóxicos –así llamados por ellos– dentro del partido. Además, se protege a sí mismo: debe rescatar voluntades, por el momento dudosas, que justo empezaron a descreer del costo de ciertos resultados económicos: gente a la que sacude el 3,7% del último mes y de repetición de un número semejante en el venidero. Es la inflación Milei, es la que ahora cuenta, no se habla de los 300 mil o 7 mil por cientos a los que hubiera llegado con la pasada administración de los Fernández. Así como el mandatario parece haber recuperado confianza en los mercados luego de cuatro meses siniestros, gracias al FMI y a la salida del cepo, ese propósito estabilizador y optimista debe trasladarse a la microeconomía: ganar la buena voluntad del singular y veleidoso electorado porteño. No será fácil antes del 18 de mayo.
La llamada fase dos del plan económico, las correcciones a una política cambiaria que el propio ministro Luis Caputo consideró “insostenible”–como si él no fuera el mito de Hércules que sostenía las columnas– y a la plata que llegó al Banco Central, anticiparon en la cabeza del Presidente y sus adláteres una vuelta de tuerca que tendrá favorables derivaciones económicas y políticas dentro de tres meses, antes de las elecciones clave de octubre. Como le sonrió a Raúl Alfonsín el Plan Austral de Juan Sourrouille & Cía., o la Convertibilidad de Domingo Cavallo a Carlos Menem. De ahí el apremiante atrevimiento a urgir al FMI la concesión del crédito, tocar el timbre en la casa de Donald Trump y vociferar como Mauricio sobre el tubo del arroyo Maldonado: no se devalúa más. Debió adelantarse este servicio mecánico para reconfigurar el tipo de cambio, quedaron en el revulsivo de la semana pasada algunas lagunas a resolver: de salarios a jubilados, de exportadores a la actividad económica. Las columnas ahora pesan sobre Milei frente los comicios porteños, la hermana sola no puede y, Adorni, mucho menos.
Para los hermanos, por ahora no hay derrotas posibles, ni existen: sin nada llegaron a la Casa Rosada. A partir del 18, todos los votos que ingresen en la caja son propios. Necesitan un caudal que difícilmente genere cambios en el elusivo Congreso de la Nación, pero al menos les permitirá cierta consistencia gubernamental. Curioso lo del 18: es una elección municipal que ni a los porteños le interesó jamás, sin embargo, se ha convertido en una señal de futuros comportamientos nacionales. Así parece entenderlo Milei en su eventual recorrida por calles y los cien barrios porteños, lo entendió al mismo tiempo en que empezó a reclamar por asistencia para detener corridas obvias sobre el dólar. Ayudó Trump, amigos de universidad del equipo económico sembrados en el FMI y en el gobierno de EE.UU., inclusive se logró una inaudita visita de 16 horas del secretario del Tesoro, Scott Bessent, por la que pagaría cualquier gobierno del mundo. Extraña esa consideración especial con la Argentina en momentos difíciles de la Administración que integra, sea por la vorágine que el presidente republicano le generó al mundo con la guerra comercial de los aranceles o las diversas amenazas que ha desplegado en el mundo, incluyendo hasta una bomba nuclear de limitada expansión en un territorio hostil. Mientras, Bessent es responsable en su tierra de una eventual recesión e inflación en su país, y se distrae viniendo a la Argentina a conferenciar con Milei, también con Caputo y a escuchar durante dos horas, en un almuerzo con empresarios tan improvisado, que uno de ellos se tuvo que comprar un traje y zapatos para la ocasión. Rarísimo su traslado, lo que podría realizar vía telefónica, pantalla o convocando a Milei o a Caputo que estaban con las maletas hechas.
Era conocido que el visitante le reclamaría a Milei mayor alejamiento de China –o, por lo menos, no renovar vínculos–, que los Estados Unidos serían un prestamista de última instancia por si la Argentina entrara en una crisis y otras minucias consecuentes. A menos que haya un secreto desconocido por la reunión. Ni para los argentinos existe una razón sustancial para la visita, ya que el préstamo del FMI había sido concedido unos días antes. Obra de los Reidel o los Dazza ese viaje, la necesidad de conservar como aliado sin fantasmas a Milei o a la gestión del influyente asesor Santiago Caputo, vía la Cepac, esa multilateral moderna de la derecha que está al servicio de los hermanos que la integran. O son cercanos. Como el funcionario norteamericano y el argentino. Habrá que convenir que la historia del país de los argentinos debe agradecer su existencia a este tipo de logias, aunque no se sabe si éste es uno de los casos.