Por Carlos Tórtora.-

La muerte de Francisco le vino bien al gobierno en más de un sentido. Un caso especial es que debido al duelo se suspendió el congreso de La Libertad Avanza en Buenos Aires, que se iba a realizar en La Plata con la asistencia de Javier Milei como orador de fondo.

La realidad es que el aparato partidario oficialista, que deberá el 7 de septiembre confrontar nada menos que con el PJ bonaerense, se encuentra en un estado paupérrimo. Sebastián Pareja, el operador preferido de Karina Milei, no consiguió armar seriamente las dos secciones electorales claves: la Tercera, con cabecera en La Matanza, y la Primera, que cuenta con las populosas Moreno y Merlo.

En las filas de LLA prácticamente no hay dirigentes de peso, como así tampoco intendentes y, en cuanto a los concejales, los pocos que hay tienen escasa influencia en sus distritos.

Otro problema que ya hay en las filas libertarias es que la mayor parte de sus cuadros dirigentes provienen del peronismo. Un ambiente que rechaza con fuerza a figuras como José Luis Espert, el ungido por el presidente para encabezar la lista para diputados nacionales.

Futuro incierto

Así es que en última instancia Milei se habría salvado de un papelón al suspenderse el Congreso Libertario. Pero la frágil situación del oficialismo libertario no pasaría desapercibida para los veteranos de la dirigencia macrista provincial, empezando por Cristian Ritondo y Diego Santilli. Ellos especularían cada vez más con que la escuálida LLA necesita sí o sí una alianza con el PRO y que la actual soberbia de Karina Milei está en realidad disimulando una notoria debilidad.

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