Por Carlos Tórtora.-

El enviado especial de la administración Trump para América Latina, Mauricio Claver-Carone, acaba de incorporar un nuevo capítulo a la enredada trama del préstamo a la Argentina. Claver-Carone fue frontal: para poder contar con el apoyo del Departamento de Estado a su gobierno, Javier Milei debería cortar las actuales relaciones financieras con China. En otras palabras, no continuar con el swap, para lo cual habría que erogar US$ 5000 millones. Esta es la parte que se usó de un swap que totaliza US$ 20.000 millones y que comenzó en el 2009. Por último, Claver-Carone definió al acuerdo con China como un acuerdo de naturaleza extorsiva.

Las declaraciones del funcionario republicano cayeron como un balazo de agua fría sobre un Milei deprimido porque esta vez viajó a los EEUU sin poder entrevistarse con Trump. Inmediatamente surgieron uno detrás de otro nuevos interrogantes. Por ejemplo, ¿significaría esto un desembolso mayor a los US$ 8000 millones que el FMI desembolsaría a la Argentina como primer tramo del acuerdo?

Algunos vinculan el mensaje de Claver-Carone con el hecho de que Trump no lo recibiera a Milei en estos días.

A todo esto, el swap con China debería renovarse en junio próximo. En septiembre del año pasado, Milei abandonó abruptamente su condena política a China, para pasar a elogiar las perspectivas del vínculo bilateral.

¿Qué significa ir por todo?

Otro interrogante que se abre es si la ofensiva de Trump sobre Milei incluiría por ejemplo el cierre de la base de China en Neuquén. Se trata de la Estación de Espacio Profundo de la China Satélite Launch and Trackin y por su naturaleza secreta nadie conoce los términos del acuerdo sobre el tema. La base responde al control del ejército chino.

Hace un año, la jefa del Comando Sur, generala Laura Richardson, en su segunda visita a la Argentina condenó frontalmente el avance chino en la región.

Sobre la base en Neuquén dijo que la misma provee a China de capacidades globales de seguimiento y vigilancia espacial.

Otro caso son las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en Santa Cruz, construidas por empresas chinas. La obra se paralizó y a partir de octubre pasado hubo señales para su reactivación.

El caso es que Milei le dio empuje a la profundización de los vínculos con China y ahora Trump lo presiona para congelarlos.

Si la perspectiva de cerrar el swap con China se afianza, Milei se enfrentaría a consecuencias muy riesgosas. Los chinos podrían tomar represalias e imponer severas restricciones a la importación de materias primas argentinas, con consecuencias graves sobre la balanza comercial.

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