Por Carlos Tórtora.-

Este último fue un viernes negro, porque el BCRA vendió US$ 474 millones y reina un sugestivo silencio sobre el acuerdo con el FMI. Para mayor misterio, el gobierno no parece apurar el tratamiento del DNI 179/2025, que aprueba el acuerdo con el FMI.

Los rumores apuntan a que este último no estaría dispuesto a desembolsar dólares para que Milei pueda seguir manteniendo el atraso cambiario. Esto marca la inminencia de decisiones graves y tal vez de una devaluación. Todo cuando el 2,4% de inflación de febrero marca el fin del proceso desinflacionario, que era el orgullo del gobierno.

La sensación de que el presidente ha perdido gobernabilidad es aún más marcada en lo político. Milei tuvo que suspender su viaje a España debido a que los informes de inteligencia consignan que iban a producirse en Madrid fuertes manifestaciones de repudio.

El estallido de la violencia social el miércoles pasado en el Congreso llegó para quedarse. Se espera este miércoles otra batalla campal y, si por desgracia se produjera una muerte, habría que esperar una conmoción política. En el Congreso, la oposición en Diputados logró que se aprobara un emplazamiento para que las comisiones competentes decidan a la brevedad sobre la investigación del Criptogate. Mientras tanto, el desarrollista Oscar Zago protagonizó un pugilato con el libertario Roque Almirón y Marcela Pagano y Rocío Bonacci no sólo se insultaron con Lilia Lemoine sino que le tiraron un vaso de agua.

Finalmente, Pagano acusó a Martín Menem de ser uno de los gestores de la gran estafa de $LIBRA. Mientras tanto, el cerco se cierra sobre Karina Milei: los diputados de la Coalición Cívica Maximiliano Ferraro y Mónica Frade denunciaron penalmente a la Secretaria General de la Presidencia por cohecho, tráfico de influencias y violación de la Ley de Ética Pública. Antes de fin de mes, se conocerían novedades importantes sobre algunas de las denuncias contra Milei y sus asociados en la estafa.

También hay que mencionar que la designación por decreto en la Corte de Manuel García Mansilla y Ariel Lijo se convirtió en un papelón para el gobierno. El primero le fallo en contra a Milei en su primera intervención como ministro de la Corte. Y al segundo, el tribunal le rechazó su licencia como juez federal y está empantanado en el Senado.

Todo esto se refleja en el campo electoral, porque La Libertad Avanza cruje en todo el país por divisiones internas y más ahora que su presidenta, Karina, se asoma al abismo de los estrados judiciales. Por otra parte y pese al esfuerzo del oficialismo por forzar algunas encuestas, ya muy pocos creen que, con una economía adversa y el gobierno acorralado, José Luis Espert pueda ganar en octubre la Provincia de Buenos Aires y Manuel Adorni la Capital el próximo 18 de mayo.

La CGT, ausente desde el año pasado, convocó a un paro general para el 10 de abril y se está terminando una de las mayores conquistas de Milei: la pax sindical. Y Victoria Villarruel volvió a levantar su bandera de presidenciable al defender a los manifestantes del Congreso.

Por la cornisa

La resultante política de este panorama inquietante es que ya se instaló en la dirigencia política, sindical y empresaria la conciencia de que Milei, más que gobernar, sobrevive y que sólo un triunfo electoral podría revitalizarlo. En cambio una derrota en las urnas podría señalar la inviabilidad de su gobierno.

La hipótesis de una renuncia presidencial ya ocupa un primer plano en la mesa de arena de la política. Una de las tantas incógnitas que se plantean es si Villarruel podría gobernar hasta el 2027. Todo parece indicar que no; la magnitud de la crisis obligaría a una convocatoria anticipada a elecciones presidenciales el año que viene.

Sin figuras de volumen político a su alrededor, la ruina de Milei y de Karina arrastraría al conjunto de La Libertad Avanza, un partido que no llega a tener vida propia y sólo obedece órdenes.

Agazapado, Mauricio Macri estaría viendo que la historia puede darle una segunda oportunidad. El hundimiento del experimento libertario convertiría eventualmente al PRO en la única barrera de contención contra el retorno peronista a la Casa Rosada. Por eso, los amarillos ya empezaron a volver a tejer los hilos de una alianza con la UCR con vistas al recambio de poder.

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