Por Oscar Edgardo García.-

Es innegable que el primer año de gobierno de Javier Milei ha sido exitoso en materia de contención del nivel de inflación.

Si bien a este tema se lo presenta enfáticamente en el centro de la escena, no pueden ser ignorados otros componentes que integran el escenario completo de la obra del gobierno de La Libertad Avanza.

Entre ellos se destacan la fanática puesta en escena, propia de un «678 libertario», que realizó recientemente Daniel Parisini (o el Gordo Dan) con el desubicado acompañamiento del diputado bonaerense Agustín Romo, que a Andrés Vázquez, designado al frente de la Dirección General Impositiva con el objetivo de luchar contra la evasión fiscal y promover la recaudación tributaria, se le ha descubierto que compró tres departamentos en Miami, por un valor de US$ 2.040.000, a través de sociedades offshore que nunca fueron declaradas ante la Oficina Anticorrupción, que Juan Pazo, titular de ARCA y con relación muy cercana a Luis Caputo, está relacionado con la venta de un departamento de su propiedad ubicado en Miami a la sociedad Goformore LLC de Romina Diago (esposa del diputado nacional Cristian Ritondo), que la ausencia deliberada y sin argumentación racional de ocho diputados de la Libertad Avanza desembocó en el fracaso del segundo intento para el tratamiento de la ley de «Ficha Limpia», que el expulsado senador Edgardo Kueider se convirtió oportunamente en aliado del gobierno apoyando la aprobación de la Ley Bases, el pliego de Ariel Lijo para la Corte Suprema y fue candidato de la Casa Rosada para presidir la comisión bicameral de la SIDE, que entre sus funciones tiene la de auditar los fondos reservados del organismo, y, como para ponerle un inigualable broche final, que la última innecesaria rencilla entre el Presidente de la Nación y su Vicepresidenta es impropia para la investidura que ambos representan.

Nada debe sorprender en este país, porque suceden hechos inimaginables, pero lo concreto es que realidades como las descritas contribuyen fuertemente a temer una futura pérdida de lo que la elección de Javier Milei como Presidente de la Nación hizo renacer milagrosamente en la ciudadanía: la esperanza.

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