Por Carlos Tórtora.-

Si debido a las circunstancias de la política el Congreso no llegara a eliminar las PASO nacionales y la Legislatura de la Ciudad no suspende las PASO, los porteños deberían, por ejemplo, votar cuatro veces este año. O sea, en mayo en las primarias de la Ciudad y en julio para los diputados de la misma. Pero en agosto ya deberían sufragar en las PASO nacionales y en octubre en la elección general. Afortunadamente, es poco probable que esta maratón se concrete y tanto las PASO nacionales como las locales quedarían suspendidas.

En Buenos Aires, a todo esto, las cosas pueden darse a la inversa, porque Axel Kicillof estudia seriamente desdoblar la elección local, sobre todo si el Congreso voltea las PASO nacionales. Los bonaerenses deberían votar entonces en octubre y probablemente en julio.

Arrastres

En lo que hace al efecto político de las fechas, sin duda lo más interesante sería dilucidar cómo influirá en el electorado la aislada elección porteña de mayo. Un triunfo del PRO, aunque fuera por un margen ajustado, podría hacer tambalear la imagen ganadora de La Libertad Avanza en el conjunto del país.

Esto sería más probable sobre todo si las tendencias marcan un resultado de paridad en Buenos Aires entre LLA y el PJ.

La elección porteña es sólo para diputados de la Ciudad y no serían candidatos las figuras de la política nacional, aunque en las últimas horas se dijo que Leandro Santoro iría por una banca de la Ciudad.

En realidad, nadie sabe a ciencia cierta hasta dónde la elección porteña puede incidir en la nacional y dilucidar esta cuestión parece convertirse en la principal clave del panorama electoral.

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