Por Carlos Tortora.-

Axel Kicillof es hoy el dirigente peronista mejor posicionado para aspirar a la presidencia en el 2027. Sin embargo, la evolución del panorama político bonaerense lo está colocando en una situación por demás incómoda. Por ejemplo, si Cristina Kirchner ganara la elección en la Tercera Sección Electoral por un margen superior al del PJ en el resto de la provincia, se convertiría en presidenciable para el 2027. Entonces recuperaría la influencia perdida dentro del peronismo y podría negociar con Javier Milei desde una mejor posición. Si esto ocurriera, Kicillof se vería empalidecido ante el resurgimiento de la jefa.

Si ocurriera en cambio lo inverso y Cristina obtuviera un pobre resultado, la caída del peronismo golpearía al gobernador, salvo que a ella le vaya mal y el PJ salga mejor parado en el resto de las secciones electorales.

Por otra parte, la expresidenta actuó con malicia y ya dejó plantado que el desdoblamiento de las elecciones fue un error de Kicillof, así que ante un resultado flojo él pagaría las consecuencias.

Como están las cosas, a Kicillof le convendría un resultado electoral que es casi imposible: que Cristina obtenga el 7 de septiembre menos votos en la Tercera Sección que el peronismo en el resto de las secciones de la provincia.

Con final abierto

El enredado calendario electoral de este año dispone que el cierre para la presentación de listas de candidatos a diputados nacionales para el 26 de octubre, sea el 17 de agosto, 20 días antes de la elección provincial. Esto quiere decir que Cristina y Kicillof deberán llegar a un acuerdo sobre las candidaturas nacionales antes de que se vote en la elección local. Todo un problema, porque ninguno sabrá concretamente a qué atenerse. Pero algo sí parece estar claro: no habrá ruptura porque a esta altura la misma sería una especie de suicidio político.

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