Por Hernán Andrés Kruse.-
ARGUMENTOS A FAVOR Y EN CONTRA DE LA LEGALIZACIÓN DE LA EUTANASIA
“A la fecha en la Argentina no se ha logrado arribar a una opinión unánime respecto a la cuestión, muy por el contrario, las posturas a favor y en contra se han tornado cada vez más encarnizadas por tratarse de un tema tan sensible y que se ve ampliamente influenciado por concepciones personales tanto de índole moral como de orden religioso. Sin duda uno de los problemas centrales se da como se adelantó “ut supra” en torno a argumentos religiosos y, particularmente, al modo en que cada religión concibe el hecho mismo de la vida y la muerte. En contraposición con esto, encontramos argumentos que ponen de relieve la dignidad de la persona como eje central de la cuestión y su derecho a la autodeterminación y a elegir el modo en el que viven o mueren.
A continuación, enumeraré una serie de argumentos que normalmente suelen esgrimirse de un sector que acepta la eutanasia y propicia su inclusión en la legislación; y de otro, que niega cualquier posibilidad de que ésta práctica sea llevada adelante. Sin perjuicio de lo referido, es válido destacar que en principio ambas posturas coincidirían en que los tratamientos médicos desproporcionados (encarnizamiento terapéutico) que tienen por finalidad prolongar la vida a cualquier precio y bajo cualquier circunstancia, resultan prácticas crueles que deben ser dejadas de lado por razones de dignidad humana. Es decir, habría unanimidad respecto a que ambos comprenden que prolongar la vida de esta manera resulta arbitrario, más aun cuando el paciente no desea someterse a dichos tratamientos siendo ésta una decisión que debe respetarse.
POSTURAS QUE SOSTIENEN LA NECESIDAD DE LEGALIZAR LA EUTANASIA
ARGUMENTOS A FAVOR
a) La legalización de la eutanasia no implicaría que quienes la rechazan se encuentren obligados a aplicarla. Sólo se someterían a la aplicación de la figura quienes libremente lo deseen. b) El artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos afirma que «toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado…”. La “calidad de vida» del ser humano es un derecho fundamental, por tal razón este concepto conforma una de las bases ideológicas de quien milita a favor de su legalización. Consideran que es legítimo concederle al enfermo el derecho de acabar con su vida si sus condiciones de supervivencia se encuentran por debajo de este límite. c) “Morir con dignidad” es un derecho personalísimo y uno de los principales argumentos de quienes pretenden promover la legalización de la eutanasia. Las asociaciones que abogan por la despenalización de la eutanasia entienden que la ley debería permitir que una persona pueda ser asistida para dar fin a su vida si sostenerla implicara no poseer ni una vida ni una muerte digna. d) “No puede obligarse a una persona a subsistir en medio de padecimientos oprobiosos, en nombre de creencias ajenas, aunque una inmensa mayoría de la población las estime intangibles, pues el derecho a la vida no puede reducirse a la mera subsistencia, sino que implica el vivir adecuadamente en condiciones de dignas”. e) “El deber del Estado de proteger la vida debe ser compatible con el respeto a la dignidad humana y al libre desarrollo de la personalidad, razón por la cual frente a los enfermos terminales que experimentan intensos sufrimientos, este deber estatal debe ceder frente al consentimiento informado del paciente que desea morir en forma digna. El Estado no puede oponerse a la decisión del individuo que no desea seguir viviendo y que solicita le ayuden a morir”.
f) “La decisión de cómo enfrentar la muerte adquiere una importancia decisiva para el enfermo terminal, que es consciente de su condición de incurable, y que por ende no está optando entre la muerte y muchos años de vida plena, sino entre morir en condiciones honrosas o morir probablemente en un corto plazo en circunstancias dolorosas, de padecimiento o indignas. Así, el derecho a vivir en forma digna implica el derecho a morir dignamente también”.g) “El actor confunde los conceptos de homicidio eutanásico y homicidio eugenésico; en el primero la motivación consiste en ayudar a otro a morir dignamente, en tanto que en el segundo se persigue como fin, con fundamento en hipótesis seudo-científicas, la preservación y el mejoramiento de la raza o de la especie humana. Es además, el homicidio pietístico, un tipo que precisa de unas condiciones objetivas en el sujeto pasivo, consistentes en que se encuentre padeciendo intensos sufrimientos, provenientes de lesión corporal o de enfermedad grave o incurable, es decir, no se trata de eliminar a los improductivos, sino de hacer que cese el dolor del que padece sin ninguna esperanza de que termine su sufrimiento”.
POSTURA QUE SOSTIENE EL RECHAZO DE LA LEGISLACIÓN DE LA EUTANASIA
ARGUMENTOS EN CONTRA
a) “El rol principal de un estado social y democrático de derecho es garantizar la vida de las personas, protegiéndolas en situaciones de peligro, previniendo atentados contra ellas y castigando a quienes la vulneren”. b) “Para quienes apoyan esta postura, el “homicidio piadoso” no es más que una figura que envuelve el deseo de librarse de una carga social”. c) “El derecho a una muerte digna es un eufemismo que se utiliza para designar el -derecho a que otro nos dé muerte-. Bajo el pretexto de rechazar el empeño terapéutico, esta expresión estigmatizada avala el hecho positivo de matar a alguien”. d) “En una sociedad que presume de defender la dignidad humana y a los débiles, es una gran hipocresía considerar que algunas vidas son más dignas que otras. Aquí ya no se habla de libertad del individuo, sino de poder de otros para eliminarlo”. e) Podría fomentar el mercado ilegal de órganos. f) Podrían disminuir los recursos destinados a hallar la cura de determinadas enfermedades y su tratamiento, dado que resultaría más redituable dejar morir a las personas o acelerar dicho proceso.
g) Si bien legalizar la eutanasia no significa que deba aplicarse a todos, en la práctica es muy difícil controlar que los recaudos establecidos por la ley, como el consentimiento libremente prestado. Legalizar esta práctica acarrea riesgos que no pueden ser admitidos. h) “Cualquier eutanasia implica acabar con una vida por considerarse indigna. Su habilitación admite que él enfermo pueda decidir sobre su propia vida, pero pronto podría ampliarse esta potestad a los familiares, o incluso a los médicos y finalmente los gestores del Gobierno. Entonces morir se puede terminar convirtiendo en un deber”. i) Una vez se abre la puerta a la eutanasia y/o al suicidio asistido, se entra en una pendiente deslizante, pues la sociedad se acostumbra a esa práctica y se reduce el umbral de intolerancia al sufrimiento. Lo que implica el riesgo de finalizar aplicándose a enfermos no terminales.
EUTANASIA Y RELIGIÓN
Existe un cierto acuerdo en las religiones más profesadas en general respecto a la “negativa” de admitir la eutanasia como una opción legítima. En general todas tienden a reconocerle a la vida un carácter sagrado, del que el hombre no tiene la capacidad de disponer, sino aquel ser superior que cada una de ellas proclama como su Dios. Sin embargo, en este caso puntual, a resultas de que intento abordar la cuestión desde la perspectiva de la legislación Argentina y dado que no sólo nuestra Constitución Nacional en su artículo 2 proclama sostener el culto católico sino que el porcentaje de creyentes de esta religión resulta mayoritario oscilando el 63%40 de su población, me focalizaré en esta perspectiva.
LA POSTURA DE LA IGLESIA CATÓLICA
La iglesia Católica tiene una postura bastante impermeable respecto a la posibilidad de admitir a la eutanasia dentro de las legislaciones. Su oposición se basa, vertebralmente en la idea de que la vida, tal y como se adelantó “ut supra” es un elemento sagrado e indisponible: “Yo doy la muerte y doy la vida” (Dt 32,39). La eutanasia acarrea la muerte de un hombre en manos de otro hombre, y por tal razón no puede más que condenársela como un homicidio. A la iglesia católica le resulta irrelevante si la maniobra se realiza a través de una acción o una omisión, el punto resulta que el fallecimiento no se produce por la voluntad de Dios sino del hombre. Esta opción es un delito y un pecado violatorio del quinto mandamiento: “No matarás”.
Juan Pablo II en la “Congregación para la Doctrina de la fe, en la Conferencia Episcopal Española” ha remarcado que existe una tendencia a apreciar la vida sólo en la medida en que da placer y bienestar. “…el hombre rechazando u olvidando su relación fundamental con Dios, cree ser criterio y norma de sí mismo y piensa tener derecho a pedir incluso a la sociedad que le garantice posibilidades y modos de decidir sobre la propia vida en plena y total autonomía”. El sumo pontífice incluso refirió la existencia de una obligación moral de curarse y hacerse curar, aunque esta obligación se deba valorar según las situaciones concretas. Confirmó que la práctica resulta una “grave violación a la ley de Dios, en cuanto a la eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana”. Arguyó que esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita. Insistió en la inmoralidad del suicidio: “el suicidio bajo el punto de vista objetivo, es un acto gravemente inmoral, porque comporta el rechazo del amor a sí mismo y la renuncia a los deberes de justicia y de caridad para con el prójimo, para con las distintas comunidades de las que forma parte y para la sociedad en general”. Argumentó esta postura refiriendo que la figura constituye un rechazo a la soberanía absoluta de Dios sobre la vida y sobre la muerte, proclamada así en la oración del antiguo sabio de Israel “Tú tienes el poder sobre la vida y sobre las muerte, haces bajar a las puertas del Hades y de allí subir” (Sb 16, 13; cfe Tb 13,2).
Citó a San Agustín quien refirió “No es lícito matar a otro, aunque este lo pida y lo quiera y no pueda ya vivir…para librar con un golpe el alma de aquellos dolores que luchaba con las ligaduras del cuerpo y quería desasirse”. Calificó a la Eutanasia como a una “falsa piedad”, como a una preocupante “perversión”: “La verdadera “compasión” hace solidarios con el dolor de los demás, y no elimina a la persona cuyo sufrimiento no se puede soportar. El gesto de la eutanasia aparece aún más perverso si es realizado por quienes –como los familiares- deberían asistir con paciencia y amor a su allegado, o por cuantos –como los médicos-, por su profesión específica, deberían cuidar al enfermo incluso en las condiciones terminales más penosas”. Juan Pablo II condenó a aquellas legislaciones que se aparten de lo aquí referido, e incluso incitó a los fieles católicos a apartarse de dichos mandatos: “En el caso de una ley intrínsecamente injusta, como es la que admite el aborto o la eutanasia, nunca es lícito someterse a ella, ni participar en una campaña de opinión a favor de una ley semejante, ni darle sufragio del propio voto”.
Esta misma doctrina fue adoptada en la actualidad por el Vaticano habiendo con fecha 22/09/2020 emitido un nuevo documento, con el nombre «Samaritanus Bonus» (el buen samaritano), elaborado por la Congregación para la Doctrina de la Fe y aprobado por el Papa Francisco. En él se establece como «enseñanza definitiva» que la eutanasia «es un crimen contra la vida humana» que no se puede aplicar en ninguna ocasión ni circunstancia”.
(*) María Florencia Pinto titulado “La procedencia de la legalización de la eutanasia en la legislación argentina” (Revista Pensamiento Penal-2022).
18/01/2025 a las 10:49 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Milei apela a retazos de la vieja política para consolidar su proyecto de poder
Sergio Berensztein
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
17/1/025
Quienes buscan ordenar los complejos y confusos procesos históricos en función de grandes acontecimientos que producen (o son expresión) rupturas o modificaciones súbitas en términos de balance de poder tienden a enfatizar los cambios y a ignorar o menospreciar las continuidades en términos de actores, ideas, valores y formas de organización y participación política. Por el contrario, aquellos que priorizan otros aspectos (por ejemplo, geopolíticos, demográficos y culturales) suelen poner el foco en las continuidades, acotando la importancia relativa de variables que explican las conductas humanas que pudieran haber experimentado transformaciones en principio significativas. La influyente Escuela de los Annales logró hace casi un siglo resolver esta falsa contradicción: los procesos históricos son siempre complejos, ambiguos, inciertos y confusos.
Hay cuestiones que se modifican con escalofriante lentitud, mientras otras parecen morir o dejan de ser importantes de manera vertiginosa. “Todo lo que es sólido se desvanece en el aire”, afirmó en 1848 Karl Marx en su Manifiesto Comunista (y rescató a comienzos de la década de 1980 Marshall Berman en su consagrado estudio sobre la experiencia de la modernidad). “Las ideas son prisiones de larga duración”, inmortalizó Fernand Braudel, uno de los padres de los Annales. En la práctica, toda experiencia histórica combina coyunturas críticas que implican discontinuidades vertiginosas con otras realidades que se ven inmóviles o pierden ocasionalmente relevancia para, más temprano que tarde, volver a manifestarse con igual o mayor vitalidad. A menudo las ansiedades o frustraciones de los observadores contemporáneos sesgan o malinterpretan la naturaleza y la eventual perseverancia de los fenómenos que los conmueven o que, al menos, los interpelan.
Uno de los casos más flagrantes consiste en confundir una modificación de preferencias circunstancial de un segmento importante de la sociedad con un deseado o aspiracional “cambio cultural”. Ocurrió en torno al triunfo de Mauricio Macri en 2015 y podría repetirse ahora frente a la irrupción del “fenómeno” Milei. La hipótesis es muy sencilla: un éxito electoral puntual se interpreta como el resultado o efecto de un cambio previo y perdurable de valores y prioridades por parte de un núcleo al menos mínimamente mayoritario de ciudadanos, que en teoría se dispone a rechazar de manera tajante a los actores (líderes, partidos, sindicatos, organizaciones sociales) que defienden “el antiguo régimen”. De este modo, los comportamientos electorales tienden a ser estables porque ese supuesto cambio “permanente” precede y explica una suerte de modificación del “mapa cognitivo” del votante. Esto lleva a cometer errores de diagnóstico (recordar el contexto previo a las ahora denigradas PASO de 2019) y a subestimar aspectos de la gestión con el potencial de generar costos políticos significativos: si uno creyera, con una mezcla de voluntarismo y resignación, que “el pueblo” o “la gente” sostiene sus prioridades o valores a lo largo del tiempo al margen de las decisiones de los gobiernos, la suerte de los procesos electorales estaría echada antes de que se sustancien. Esto no solo no se sostiene: los actores que defienden esa hipótesis desconfían de su capacidad para explicar conductas. ¿Para qué, entonces, gastar fortunas en sondeos de opinión pública o grupos de foco? ¿Qué sentido tendría influir en la conversación pública, en especial en las redes sociales?
Esta reflexión nos permite contextualizar la reconfiguración del escenario político nacional en esta etapa preelectoral. La aparición de Karina Milei y Martín Menem para abrir la temporada veraniega del año electoral en Mar del Plata no resulta original ni disruptiva. Tampoco lo es la estrategia de recorrer los diferentes rincones del país para elegir referentes partidarios que permitan apuntalar un armado a nivel nacional para enfrentar los comicios de mitad de mandato, ya no priorizando a aquellos que apoyaron esta gestión desde el primer momento, sino, por el contrario, tentando a quienes estén dispuestos a cruzarse de vereda. Mucho menos puede considerarse inédito que líderes de otras fuerzas políticas busquen el calor del cada vez más sólido liderazgo del Presidente. Lo que en Brasil se conoce como “transfuguismo” y en nuestro medio tiende a definirse como “borocotización” o “garrochazo” constituye una práctica cada vez más habitual.
Se trata de un reacomodamiento inevitable y desordenado luego del gran terremoto que implicaron las elecciones de 2023, cuando se desplazaron las placas tectónicas de un sistema político incapaz de resolver las principales demandas de la ciudadanía y que, aún más importante, se había convertido en un obstáculo (por impotencia, desidia, complicidad y corrupción) para la vida cotidiana de los argentinos. ¿Qué era, si no, la inflación acelerada como resultado de una emisión descontrolada para financiar un déficit creciente que la propia política se negaba a reducir? ¿Cómo comprender que durante décadas la sociedad se resignara a que el espacio público se interrumpiera de forma sistemática y arbitraria por gerentes de la pobreza y la marginalidad financiados por el erario? La Argentina se resignó a normalizar la sinrazón hasta que el hartazgo de un segmento clave catapultó a Javier Milei. A partir de ese momento, los cambios se vienen precipitando de arriba, la presidencia, hacia abajo.
Con la inflación en franca desaceleración y mientras avanza un modelo bimonetario, los sectores más humildes sienten más tranquilidad aunque no hayan aún recuperado el ingreso perdido y aparezcan nubarrones en términos de empleo. Es un bálsamo luego de un largo período de turbulencias e incertidumbre. En este contexto, muchos gobernadores, intendentes y legisladores encuentran una restricción a la hora de elaborar sus estrategias de cara a los comicios: sus propios votantes quieren que al Presidente le vaya bien, por lo que no pueden hacer una oposición férrea sin poner en riesgo su propia base electoral. Peronistas como Jaldo o Jalil, radicales como Cornejo y Colombi e integrantes de Pro como Nacho Torres y Frigerio comparten este singular dilema. A propósito, esto último explica el cimbronazo que vivió ese partido los últimos días a partir de la precipitada condena al oficialismo avalada por Mauricio Macri por excluir de las sesiones extraordinarias la ley de presupuesto.
En el oficialismo deslizan que el enrevesado y cambiante vínculo entre el Presidente y su predecesor podría tener pronto un episodio definitivo: la candidatura de Ariel Lijo a la Corte Suprema de Justicia. Si los senadores de Pro apoyaran mayoritariamente esa nominación, despejarían una de las “piedras en el zapato”. Se trata de una “prueba de amor”, un test ácido de alineamiento que, en el caso de Javier Milei, se traduce en sumisión pura y dura. Esto podría destrabar la situación y promover una coordinación efectiva en distritos claves, sobre todo la provincia de Buenos Aires, o precipitar un realineamiento aún más brutal que deje a Pro debilitado incluso en su bastión hasta ahora inexpugnable, la ciudad de Buenos Aires.
Emerge un nuevo bloque de poder en la Argentina: una especie de polo magnético que atrae a los políticos como si fueran limaduras de hierro, al tiempo que quedan relegados los poderes residuales, a los que les cuesta, cada día más, mantener su estatus e influencia.
18/01/2025 a las 10:54 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Tres paradojas
Sergio Crivelli
Fuente: La Prensa
(*) Notiar.com.ar
15/1/025
Una de las rarezas del proceso electoral en curso consiste en paradojas que contradicen las reglas políticas más consolidadas. La primera es que el oficialismo triunfante en las urnas hace apenas un año y en su punto más alto de apoyo popular se ve sacudido por una interna feroz.
Esto ocurre porque el liderazgo natural de Javier Milei -producto de su condición de presidente y del éxito de su plan de estabilización- es desafiado por Mauricio Macri. Los que debían estar haciendo la cuenta de las bancas que pueden ganar en octubre dan el espectáculo de un enfrentamiento que a esta altura parece haber pasado el punto de no retorno.
La muestra más clara del calibre de los proyectiles que se intercambian se dio en las últimas horas. Milei le birló a Macri nada menos que al presidente del bloque de senadores nacionales, Luis Juez, y Macri le contestó con un comunicado partidario calificándolo de autoritario con un circunloquio nada sutil.
PRIMERA PARADOJA
La primera paradoja reside, entonces, en que al mismo tiempo en que los oficialistas intercambian mandobles todos los días, en la oposición, liderada por Cristina Kirchner, que llevó el peronismo a la peor derrota de su historia, prevalece la paz de los cementerios. Nadie, salvo tímidamente Axel Kicillof, se anima a alzar la voz pidiendo el volantazo que evite otro choque frontal con la realidad. CFK juega a mantener el control del conurbano, lo demás no parece de su incumbencia.
SEGUNDA PARADOJA
La segunda paradoja está en el cambio de roles. Macri, que llegó al poder invitando a todos a estar Juntos por el Cambio, ahora se aferra al “statu quo”. Ni juntos, ni cambio. Quiere mantener el control de la burocracia política que armó en CABA a la manera de cualquier político tradicional del PJ, la UCR o la izquierda. Es a la CABA lo que Cristina Kirchner a la provincia.
Que Macri tuvo una visión limitada del cambio lo puso en claro Patricia Bullrich al afirmar hace unas horas que el protocolo antipiquetes que le permitió terminar con el caos en las calles ya se lo había presentado al fundador del PRO cuando era presidente, pero que se quedó “sola” porque nadie la respaldó. Contrastó esa situación con el apoyo recibido de Milei.
TERCERA PARADOJA
La tercera paradoja consiste en que el plan de estabilización más exitoso de la democracia (más que la convertibilidad porque su base es el superávit fiscal) se hizo sin oficialismo (y, dicho sea de paso, sin ley de presupuesto), porque nadie quería hacerse cargo de su costo político. Ahora el Presidente en funciones debe armar un oficialismo desde el poder, pero con la oposición de Macri.
Lo más sorprendente no es, sin embargo, que el expresidente se haya convertido en una inesperada amenaza para la reducción del gasto público, el recorte de la emisión monetaria o del superávit fiscal, sino que con más del 60% de imagen negativa desafíe a Milei que tiene más del 50% de positiva.
Bajo estas circunstancias poco habituales, la clave de la elección de octubre pasa por la pulseada entre Milei y Macri, cuyo resultado las encuestas ya adelantan. No hay retórica de unidad que valga, sólo persiste la incógnita de si el expresidente se anima a romper.
18/01/2025 a las 10:59 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Javier Milei vs. Mauricio Macri: ofertas de acuerdo que se parecen más y más a trampas
Marcos Novaro
Fuente: TN
(*) Notiar.com.ar
15/1/025
La única diferencia que existe entre Javier Milei, su hermana y Santiago Caputo respecto a cómo resolver los entuertos del gobierno con Macri y el PRO es de naturaleza funcional, sino lisa y llanamente simulada.
Tal como sucede en el juego de “policía bueno y policía malo”, el presidente sabe que le conviene quedar en público como una persona mínimamente agradecida y abierta al diálogo, así que lanza cada dos por tres ofertas de acuerdo; dándole aire y tiempo para que avancen sus dos más estrechos colaboradores en la tarea de desangrar a su predecesor, robarle los dirigentes con votos que le quedan y desarmar del todo su partido.
Lo han logrado recientemente en el caso de Luis Juez, lo están intentando con Diego Santilli y lo replican en todo el interior. Allí donde el PRO tiene gobernadores, intendentes o dirigentes con algún arrastre, aunque tal vez hagan lo posible para desdoblar las elecciones distritales y locales, para conservar algo de autonomía, seguramente se verán en la necesidad de acordar al mismo tiempo con LLA para compartir las listas nacionales. Aun en términos desfavorables, para no terminar perdiéndolo todo: saben que si todo sigue como va, enfrentar candidatos respaldados por el presidente, aunque estos sean desconocidos o incluso piantavotos, les va a resultar imposible. Ni Frigerio ni Torres, para poner dos ejemplos que vienen a cuenta en estos días, quieren quedar mal frente a sus votantes, llamándolos inútilmente a acompañar listas del PRO de legisladores nacionales que lograrán seguramente poca convocatoria. Así que se acomodan a los tiempos que corren.
Con lo cual el panorama más probable es el opuesto del que dice preferir Milei, pero solo cuando quiere mostrarse interesado en lo que no le gusta ni necesita, para poder luego argumentar que, si no se dio una alianza nacional, no fue porque él no la haya querido. Y la culpa sea también de Macri.
VA A HABER ACUERDOS EN MUCHAS PROVINCIAS, PERO NO A NIVEL NACIONAL
Y probablemente no lo haya tampoco en algunos distritos clave, como CABA y provincia de Buenos Aires. Si lo único que le queda al expresidente bajo su control es un PRO metropolitano, que encima obtenga malos resultados en esos dos distritos, saliendo tal vez tercero en ambos, su futuro como socio/contradictor de Milei quedará muy comprometido.
Y este podrá esperar que lo que desea desde fines de 2023 finalmente se le dé: tras las legislativas, lo que no le haya robado ya de dirigentes y legisladores, lo podría terminar recibiendo de chiripa, sin necesidad de pagar a cambio ni de acordar nada, simplemente por el agotamiento de las estrategias de su predecesor y el desgranamiento definitivo de su fuerza.
Estas son las claves, finalmente, de la estrategia oficial. Que desde el principio el triángulo de hierro tuvo claras, no generaron nunca allí ningún ruido ni tensión, y solo Macri ignoró: no pagar por lo que puede obtenerse gratis, y no ceder autonomía ni control en acuerdos que pueden ser útiles solo transitoriamente, hasta que el mapa de las representaciones institucionales, en el Congreso y el territorio, se termine de acomodar a la polarización que reina en la opinión pública, que es finalmente el objetivo estratégico irrenunciable.
Lo estamos viendo también reflejado en el modo en que el oficialismo tejió su agenda para las sesiones extraordinarias. Cediendo solo en apariencia en algunos temas que interesan a la oposición moderada, como Ficha Limpia, no en el más importante, el presupuesto, para imponer los únicos que realmente le importan, suprimir las PASO y ubicar a Lijo en la Corte.
UN VERDADERO BRETE
También en este terreno, la oferta que hace el Ejecutivo a sus hasta aquí vitales socios legislativos es bastante engañosa, por no decir envenenada. Saben en la Rosada que si mandaran el presupuesto a extraordinarias tendrían que negociar con las mesas de gobernadores de los viejos partidos por la distribución de recursos, y perderían entonces la ventaja que les da poder decidir discrecionalmente sobre una enorme masa de dinero público, para solventar relaciones de subordinación radiales con cada uno de esos mandatarios provinciales.
Más o menos lo mismo que hacía Néstor Kirchner veinte años atrás. Así que ceder a Macri en este punto estaba descartado de antemano: no piensan darle a él tampoco ninguna oportunidad para que se ofrezca como canal de mediación y articulación en una negociación vital para la reproducción del poder de esos jefes territoriales. En cambio, ofrecen desde el Ejecutivo Ficha Limpia, que igual saben bien allí que tiene bajísimas chances de pasar el filtro del Senado, pero les sirve para mostrarse abiertos y dialoguistas con los dialoguistas, mientras negocian lo que realmente les interesa, no con ellos, sino con el peronismo: sería muy difícil de justificar ante el público que respalda al presidente un entendimiento abierto y llano con Cristina en el tema Lijo, o en la cuestión de las PASO; pero si viene dentro del paquete con Ficha Limpia y otros temas menores, como la ley anticasta y demás menudencias, se volverá más fácil de digerir. Esto además le permitirá decir al gobierno que lo intentó, hizo lo posible para que avanzara la agenda anticorrupción, pero no prosperó por culpa del kirchnerismo, disimulando aún más el acuerdo con este para hacer los cambios que a ambos les convienen.
Así las cosas, los opositores dialoguistas están en un verdadero brete: si no colaboran en las sesiones extraordinarias, se desgranarán aún más de lo que ya lo han hecho en los últimos tiempos, perdiendo por el camino más legisladores, que se acercarán por su cuenta al Gobierno para no quedar pegados con la oposición dura; si en cambio participan de las sesiones, puede que terminen a fin de febrero con las manos vacías, sin Ficha Limpia, sin presupuesto, y sobre todo sin las PASO y con Lijo. En ambos casos, habrán demostrado con sus actos que lo que dice Milei de ellos es cierto, los tibios son por definición un fracaso, porque no saben realmente lo que quieren. “Efecto revelación” que le dice.
18/01/2025 a las 11:51 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Inflacionados
Luis Bruschtein
Página/12
18 de enero de 2025
El gobierno festejó más el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos que los datos de inflación de diciembre. Presentó el 2,7 como un éxito, pero no pudo ocultar preocupación. Pasó un año de ajuste brutal pero la inflación núcleo fue de 3,5 mensual y la inflación real, si se ponderaran realmente la electricidad, los alquileres, las expensas, las prepagas, internet, el gas, la nafta, el transporte, sería más alta aún porque los precios de varios de esos rubros triplicaron o más a la inflación.
A pesar de que la inflación anual tampoco incluyó el 26 por ciento que provocó la devaluación de Luis Caputo apenas asumieron en diciembre del 2023, el gobierno logró transmitir a una parte de la sociedad que ha logrado bajar la inflación. En realidad, logró bajar los niveles horrorosos que provocó aquella devaluación, pero se quedó en los niveles que tenía el gobierno anterior, que eran muy altos.
En gran parte esa disminución de la inflación del 26 al 2,7 por ciento es el principal factor para explicar el bajo nivel de conflictividad en comparación con el ajuste salvaje que aplicó. Ambos factores, inflación y conflictividad relativamente baja, favorecieron al gobierno, que aprovechó ese impulso para arremeter contra el PRO y absorber dirigentes y base electoral. Algo parecido hizo Carlos Menem para terminar con lo que quedaba del Partido Militar que lo había precedido como expresión política hegemónica del modelo neoliberal.
Diego Valenzuela, intendente de 3 de febrero en el Conurbano, anunció que abandonaba el PRO para incorporarse al oficialismo. Y lo mismo hizo el intendente de 25 de Mayo en la provincia de Buenos Aires, un dirigente que participaba en las listas del GEN, de Margarita Stolbizer. La Libertad Avanza busca desplazar a los demás referentes del ex frente de derecha Juntos por el Cambio, para ocupar ese lugar en forma excluyente. Mauricio Macri quedó acorralado entre una alianza desfavorable y la extinción.
El gobierno aprovecha el viento a favor, pero índices como el derrumbe del consumo empiezan a delinear las consecuencias inflamables que está convocando. La caída del consumo en diciembre en los supermercados fue del 20 por ciento comparado con el mismo mes del 2023, que ya fue malísimo tras la drástica devaluación. Comparada con el mes de noviembre la caída fue del 14 por ciento. Pero estas cifras encierran un universo heterogéneo, porque hubo sectores minoritarios con alto consumo y otros que se mantuvieron. O sea que aquellos que debieron disminuir sus compras, lo hicieron bastante más que los de esos índices.
La caída del consumo implicó cierre de comercios y de fábricas chicas, medianas y grandes y también despidos. Ese fenómeno estuvo representado por la caída del 18 por ciento en el consumo de energía en diciembre. No se trata del consumo familiar que incide poco en esa cifra, sino que la caída se constató en la industria.
La recaudación acompañó esa baja pero no es algo que le importe a un gobierno que canceló la obra pública y despidió médicos, psicólogos, enfermeros y otros trabajadores de direcciones especializadas en la atención de la tuberculosis o el VIH, y al punto de paralizar hospitales especializados como el Bonaparte en adicciones, el Sommer, en lepra, o el Instituto Nacional de Cáncer.
Los apagones en el Conurbano, en la ciudad de Buenos Aires y en Rosario, que dejaron sin luz a miles de personas no se entienden cuando el consumo de energía disminuyó con relación a eneros anteriores. El gobierno dolarizó las tarifas eléctricas y subió el precio 270 por ciento a lo largo del año, lo que es más del doble que la inflación. Con altas ganancias en dólares y caída del consumo, las empresas no invirtieron un solo peso para mejorar el servicio. Y el gobierno justificó los apagones hablando de picos de consumo que las mediciones dicen que no existieron. Es fácil: las familias que no tuvieron para irse de vacaciones no van a “prender todos los aires acondicionados al mismo tiempo”, como aseguró un funcionario. Solamente los ricos pueden afrontar las tarifas para pagar ese consumo.
Los despidos también se produjeron en el área de la Secretaría de Derechos Humanos que dirige el señor Alberto Baños. Si despiden nueve o diez trabajadores es un conflicto por ajuste. Pero si despiden 1400, el conflicto es contra la parálisis y el cierre. No se trata de ajustes sino del intento de eliminar esas áreas del gobierno nacional. Es una decisión política que tiene connotaciones en la salud de la población y en la base moral de los argentinos.
En el único rubro donde el gobierno invirtió ha sido en la represión. Javier Milei se ufana porque pudo hacer el “mayor ajuste de la historia” sin que se produjera una reacción popular del mismo volumen que el ajuste. Pero es consciente que ha generado una sociedad plena de tensiones, de injusticias y de una enorme desigualdad. Si no fuera consciente no se preocuparía tanto por organizar la represión.
Además de la represión sobredimensionada en las calles a manifestaciones pacíficas de protesta, el gobierno organizó cuadrillas de patotas digitales para atacar a sus críticos. Pero en la semana se produjo el ataque material a un dirigente gremial relacionado con el conflicto de los trabajadores de derechos humanos. Cuatro hombres incendiaron durante la madrugada del miércoles el automóvil del dirigente de ATE-Capital, Rubén López, integrante de la junta interna de ATE en el Ministerio de Justicia.
El festejo del gobierno se asienta en un hilo delgado que depende mucho de la suerte del dólar. Si se suelta, dispararía la inflación y se caería una parte del sustento al oficialismo. Los precios aumentan a pesar de la caída del consumo y el cese de emisión.
Por eso festejó tanto el triunfo de Trump que, de hecho, aceitó la disposición del FMI para otorgarle un préstamo de once mil millones de dólares, no para obras, sino para aguantar la divisa estadounidense hasta que empiecen a llegar los diez o quince mil millones de dólares que se esperan por la explotación de Vaca Muerta, un regalo que le dejaron los gobiernos kirchneristas.
Si este año se produce el crecimiento de cinco puntos del PBI que pronosticó el FMI gracias a las exportaciones de petróleo y gas, crecerá la fortuna de los millonarios. Pero sin políticas distributivas se profundizará la desigualdad. La sociedad que exalta el individualismo y la violencia contra los disidentes es poco sostenible en el tiempo. A las grandes empresas transnacionales parece no importarles mientras se les garanticen su ganancias.
Pero en política esas tensiones llevadas a un punto extremo tienen consecuencias. Es difícil predecir de qué manera se expresará el descontento, una vez que caigan las ilusiones de un sector importante que respalda al gobierno y que ha perdido en este año pero al que han convencido de que se trata de un sacrificio necesario que será recompensado.
Además de sectores populares empobrecidos, esta sociedad acumuló tensiones con la pequeña y mediana empresa y con los productores y exportadores de granos cuyo negocio se arruinó con el dólar barato. Es una configuración altamente inflamable, aunque es difícil definir cómo y cuándo esos intereses confluirán en una propuesta alternativa.
19/01/2025 a las 1:57 PM
Señor Kruse:
Ayer le dejé una respuesta a su último comentario pero lamentablemente no se publicó. Era sobre la agonía y muerte de mi hermano.
En principio quiero agradecerle sus buenos deseos para con mi mujer, siento que usted es una buena persona.
En lo personal hice absolutamente todo lo que legalmente está a mi alcance para no prologar mis días más allá de lo que considero razonable pero no es suficiente porque lo que finalmente se haga no dependerá de mí.
Digamos entonces que que me reservo el derecho de llegar a mi muerte como mejor me parezca.
Todo lo que se debata a favor o en contra de la eutanasia es relativo porque nadie tiene facultades suficientes para legislar nada sobre la vida y la muerte «del otro».
En el caso posible que mi mujer muera yo se perfectamente que es lo que voy a hacer con mi vida y para eso no necesito la autorización de ningún legislador ni nada que se le parezca.
Yo podría contar muchas historias de personas queridas que murieron retorciéndose de dolor inmenso e inmerecido y también algunas historias propias que pintan cómo se desdibuja todo cuando caemos -por razones ajenas a nuestra voluntad- en en un hospital público o en un sanatorio particular, pero no vienen al caso.
A esta altura de todo lo que he dicho pienso que no pueden existir dudas sobre lo que pienso sobre la eutanasia.
La eutanasia, la muerte asistida etc.etc. y más etc, no configuran la solución a un problemática sino que pasan a ser un problema más dentro de la problemática que es tomar una decisión última.
19/01/2025 a las 3:15 PM
Estimado Augusto, le pido a Dios que me permita vivir plenamente, tanto física como mental, hasta que se produzca lo inevitable. Prefiero vivir 75 años plenamente y no llegar a 95 padeciendo Alzheimer, por ejemplo. Y cuando llegue el momento ruego que sea como el de mi padre, quien murió en un par de segundos producto de un paro cardíaco.
19/01/2025 a las 7:44 PM
Espero sinceramente que su deseo se cumpla, que llegue entero a los 95 y que nadie tenga que decidir nada por usted.
En mi primer comentario dije que deseaba para mi una muerte fulminante, ojalá sea así. Es lo que deseo para todos.
Mi abuelo materno nació en Galicia en 1899 y murió en Buenos Aires en 1994, batió el récord familiar.
A mí me gustaba mucho conversar con él porque tuvo una vida rica, plena, con muchos sinsabores y amarguras pero también con muchas alegrías.
En los últimos años vivió con mi madre que se hizo cargo de su vejez sin importarle la propia. Realmente no se de dónde mi vieja sacaba la fuerza.
El 24 de abril de 1994 mi madre me llamó al trabajo para decirme que el abuelo se había caído en el baño y que no podía abrir la puerta. Le dije que llamara al médico de la familia que se quedara tranquila y que no hiciera nada.
Cuando llegué intenté abrir la puerta pero el cuerpo caído lo impedía. No quise usar la fuerza bruta por si aún estaba vivo.
Después de varios intentos llamamos a los bomberos y a la policía. Tuvieron que romper la puerta pero ya era tarde.
Pensé, pero no lo dije, ¡así da gusto morir!
Así como somos responsables de nuestra vida pienso que es una obligación planificar nuestra muerte, el problema es cuando es el momento exacto para decir hasta aquí llegué porque el ser humano se aferra a la vida.
En fin podemos darle mil vueltas al asunto sin arribar a algo satisfactorio, no obstante y para terminar pienso que de aprobarse una Ley -que no considere a la eutanasia como un crimen- ganaríamos poco y nada.
Tal vez me equivoque, no lo sé pero me molesta pensar que otros reglamenten como y cuando llegó mi hora.
Le envío un cordial saludo. Quedo a la espera de su invitación cuando sople las 95 velitas aunque dudo estar vivo para ese entonces porque ya no tengo 30 ni 40 ni 50 sino algunos más.
20/01/2025 a las 11:15 AM
Estimado Augusto, no creo que llegue a los 95, aunque nunca se sabe. Mi madre murió a los 96 años. En una de esas heredé su longevidad. Tengo 68 años y, como lo expresé antes, le pido a Dios que pueda valerme por mí mismo, tanto en lo físico como en lo mental, la mayor cantidad de años posible.
Abrazos cordiales.
20/01/2025 a las 12:10 PM
Hernán ¡Por qué no! Hay que pensar como el turco que dijo «nadie muere en la víspera» y llegó bastante bien a los 91 o 92
Yo soy del 49 y los años no me pesaban para nada hasta que el Jueves Santo del año pasado me hicieron sufrir un accidente de tránsito brutal del que quedé vivo pero bastante estropeado.
El 28 de marzo próximo se va a cumplir 1 año que fue de terror pero me lo banqué.
Si lo pienso con frialdad llego a la conclusión que ese día la muerte estaba de vacaciones. No me hizo ningún favor pero al menos no quedé en estado vegetativo y puedo valerme solo.
Cosas que pasan.
Le mando un abrazo.