Por Carlos Tórtora.-

No se puede decir que la política de verano este año sea intrascendente. En menos de dos semanas, una serie de hechos vienen precipitando la crisis del PRO y de su relación con el gobierno. El último fue el pase de los diputados porteños del PRO pero bullrrichistas -Juan Pablo Amenaza, María Luisa González Estevarena y Silvia Imas- a las filas de La Libertad Avanza. La jugada apunta a debilitar a Jorge Macri en la Legislatura en el preciso momento en el que éste intenta conseguir una mayoría especial para suspender las PASO locales. Pero lo sorprendente es que, al mismo tiempo, Mauricio Macri y Cristian Ritondo daban instrucciones a sus diputados para apoyar a La Libertad Avanza para la sanción de la suspensión de las PASO nacionales.

Ya no puede disimularse el hecho de que Jorge Macri impulsa la confrontación electoral con el gobierno tanto en Capital como en Buenos Aires, mientras que Mauricio sigue intentando un camino de acercamiento para una alianza con Milei.

La posibilidad de que Mauricio y Jorge estén jugando al bueno y el malo también existe y esta dualidad podría prolongarse varios meses más, hasta el cierre del plazo para la presentación de alianzas para la elección nacional. En el medio quedaría una inevitable batalla electoral en la Ciudad, que probablemente sea en mayo, y donde el acuerdo parece muy improbable.

En las últimas semanas, Ramiro Marra, que fue hombre de confianza de Milei y luego quedó raleado por Karina, se habría acercado a Jorge Macri, tal vez pensando en que pronto deberá renovar su banca como legislador. La respuesta libertaria fue contundente: Marra fue expulsado de LLA.

Dos hechos son evidentes. Jorge Macri sería consciente de que le será muy difícil ser reelecto Jefe de Gobierno en el 2027 si pierde la próxima legislativa local.

Por su parte, Mauricio parece evidenciar que su debilidad ante Milei es estructural y no coyuntural. Enfrentarse con el gobierno podría significar que se le compliquen importantes causas judiciales. Por otra parte, al menos uno de sus más importantes operadores, Ritondo, no puede darse el lujo de desafiar al gobierno, porque está envuelto en un gigantesco escándalo de enriquecimiento ilícito que apenas está empezando.

El enigma

Todavía no está claro si el objetivo de Milei es absorber al PRO y llevarlo a la extinción o, por el contrario, obligarlo a negociar en condiciones de extrema debilidad. Es probable que el presidente deambule entre estas dos opciones.

Sin embargo, hay una situación que puede precipitar las cosas. En la Casa Rosada crece la ambición por quedarse con el control de la Ciudad en el 2027 y esto supone barrer con el PRO.

El objetivo libertario de ganar la gobernación de Buenos Aires es bastante complicado pero la Capital, con su mayoría antiperonista, estaría al alcance del gobierno si el PRO empieza a desmoronarse.

En el medio de esta tensión, el PRO está llegando al absurdo de apoyar al gobierno en el Congreso mientras lo enfrenta en la Ciudad.

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